martes, 19 de abril de 2016

La redención 2°

Toca retomar historias, lamento que demorara tanto, pero por si no la recuerdan aquí está el primer capi Capítulo 1  Y prometo que esta vez no la tendré abandonada
Ahora sí, les dejo la continuación...


Al subir sintió como sus propios pasos retumbaban y fue consciente del vacío en aquella casa enorme y del vacío que aún había en su vida. De la misma forma en que subía los escalones había escalado desde el fondo  de sí mismo, había dejado los callejones y era un hombre rico y temido. Aún cuando le dirigían miradas de desprecio nadie se atrevía a enfrentarlo directamente, sabían que era peligroso.
Sin embargo algo seguía faltando, tercamente pensaba que era una esposa, una de alta sociedad, cuando la consiguiera todo estaría bien. Eso era  lo que faltaba, la mujer adecuada a su lado, la que pudiera llenar aquella casa y hacer que dejara de tener pesadillas con los días del pasado.
Para alejar aquellos pensamientos se dio un largo baño  y luego bajó a su estudio para revisar unos papeles y  por el ron que le había prometido Bart.
-Creo que tendremos que contratar a alguien, esta es la última semana de Gertie  con nosotros – le dijo el hombre cuando dejó la bandeja con la bebida y unos aperitivos.

-Es verdad, es una lástima, ha estado mucho tiempo con nosotros.- evaluó refiriéndose a la mujer que había estado a cargo de las tareas hogareñas durante todos esos años, ahora su hija mayor la había invitado a irse a vivir con ella y la mujer había aceptado.
-Sí, y Antoniette no puede encargarse de todo sola – explicó sobre la otra mujer que hasta hace poco había trabajado bajo las órdenes de la vieja Gertie y que ahora ocuparía su lugar.
-De acuerdo, contrata a alguien.
-¿Algún requisito en especial?
-No, sólo alguien que trabaje bien. Estoy seguro que sabrás elegir  a alguien – dijo esbozando una sonrisa, alguna vez aquel hombre había sido  un famoso peleador  de puños rápidos y peligrosos, alguien que había estado a su lado en innumerables luchas cuidándole las espaldas, era extraño verlo en su papel de administrador y sin embargo parecía haber nacido para ello. Era como contemplar a un animal feroz domesticado, era obvio que los años y  la vida dura  habían hecho mella en él.De todas formas seguida siendo su mano derecha, era un hombre muy capaz. Y sobre todas las cosas agradecía que aún se mantuviera lealmente a su lado como en los viejos días. Probablemente, Bart era lo más cercano a una familia que tenía.
-De acuerdo, me encargaré de ello mañana, señor. Trate de descansar un poco.- dijo y él asintió. Algunas veces pensaba que llevaba sin descansar los últimos veinte años, siempre alerta, siempre con la guardia alta, siempre preocupado por sobrevivir. Cole se preguntó si llegaría un día en que dejara de luchar para disfrutar verdaderamente de lo que había conseguido.


A la semana siguiente, al regresar del banco se topó con la nueva adquisición de Bart y pensó que había sido muy mala idea darle vía libre para contratar empleados.
-¿Quién es? – preguntó contemplando a la muchacha que estaba en su casa.
-La nueva empleada, señor – respondió con tranquilidad y él frunció el ceño.
-¿Ella? – dijo mirando a la muchacha de arriba abajo, era delgada y baja, con el pelo recogido con un pañuelo, un vestido que daba pena por lo gastado  y unos extraños mitones tejidos que le cubrían las manos. Parecía un pajarito desplumado más que alguien preparado para las tareas domésticas.
-Ven y preséntate, él es el Señor Cole, el dueño de la casa – la llamó Bart y la chica se acercó presurosa.
-Mi nombre es  Abigail Myrtle Owen, pero puede decirme Aby como todos. Voy a trabajar muy duro – dijo ella con una amplia sonrisa mientras extendía su mano. Él la saludó ligeramente y luego miró a Bart.
-Sígueme.- ordenó y se dirigió a su estudio. Bart entró detrás de él y cerró la puerta.
-¿Qué sucede? – preguntó
- ¿De dónde sacaste a esa cosita? No creo que pueda trabajar dos horas sin quebrarse.
- Ella y su madre se han mudado hace poco a  la calle de abajo, ya sabe cual – dijo refiriéndose a las calles de la periferia, no muy lejos de la mansión- Lavan ropa para afuera y trabajan de lo que se puede. Vino a pedir trabajo y la contraté, es una buena chica.
-No nos dedicamos a hacer beneficencia, Bart
- No es beneficencia señor, tiene mucha energía, es responsable y tiene determinación. Usted mejor que nadie sabe lo importarme que es la determinación, dijo que contratara a quién me pareciera. Creo que ella es la indicada para el trabajo.
-Llegué a donde estoy gracias a mi intuición y  esa muchacha causará problemas.
- No puedo despedirla por su intuición. Primero deberíamos darle una oportunidad, quiere trabajar y necesita hacerlo, esa es la mejor recomendación para mí.
-Diablos, Bart, de acuerdo. Me rindo. Veamos si ese pajarillo puede hacer un buen trabajo.

Cole había tenido una mañana complicada, la noche anterior un grupo de hombres había armado un escándalo en uno de sus salones, eran  malvivientes de poca monta que intentaban desafiarlo metiéndose con sus negocios. No quería volver a los viejos días, había  doblado la cantidad de hombres que cuidaban la seguridad de sus locales y había ido a hablar con un jefe de policía al que conocía bastante bien. No estaba dispuesto a echarse al fango por un grupo de inadaptados, tenía mejores planes para sí mismo, aún así no iba a dejar que lo perjudicaran, mucho tiempo atrás había decidido que ya no se dejaría pisotear por nadie.
Su humor no era el mejor cuando llegó a la casa y vio a la joven sirvienta levantando la tapa del piano.
-¡¿Qué haces?!
-¿Oh, sólo quería verlo. Es un piano tan bonito – dijo ella sobresaltada y soltando la tapa de golpe, demasiado, el ruido hizo gruñir a Cole.
-No vuelvas a tocarlo, es de mi esposa.
-No sabía que tuviera esposa, el Señor Bart  no me lo dijo.
-No tengo, me refería a mi futura esposa – mencionó contrariado, la verdad que era difícil explicar lo que había querido decir.
-¡Ah, su prometida! Antoniette me dijo que tenía una prometida, ¿entonces este piano es de ella? ¿O va a regalárselo al casarse?
-¡Por todos los diablos no es asunto tuyo! ¡Sólo mantén tus manos lejos del maldito piano! – estalló él y ella retrocedió.
-Lo siento – dijo apenada- sólo que me dio pena verlo. Parecía abandonado. No iba a dañarlo de todos modos, sólo quería verlo. Y dudo que sea un maldito piano si tanto le importa – dijo ella sin bajar la mirada, la mayoría de los hombres que conocía no podían hacerlo, eso hizo que le prestara atención a la muchachita. Tenía más valor del que parecía.
-Ya vuelve a tu trabajo – dijo haciendo un gesto vago con la mano y no pudo evitar pensar que algo en ella le recordaba a sí mismo.
- Es blanco – dijo Abigail y él se giró a  mirarla sin entender. Ella continuó explicando- El piano es blanco así que va a llenarse de polvo fácilmente, ¿se supone que lo limpie o no? Dijo que me alejara de él. Pero si no lo limpio cuando se ensucie no estaré haciendo mi trabajo, ¿verdad?
- Niña, soy tu jefe, no se supone que te comportes de esa manera. ¿Es que quieres que te eche a la calle?
-Eso sería injusto, no he hecho nada para que me eche. Y la verdad es la primera vez que trabajo en una casa, así que no sé bien las reglas. Sólo pregunto para entender, fue su culpa por confundirme.
-¿Quieres claridad? Desaparece de mi vista, hoy no es buen día para que seas ingeniosa. Sólo vete.
-Sí, señor – respondió ella y haciendo una ligera reverencia se marchó. Cole sacudió la cabeza, sabía que había sido una mala idea contratarla.





4 comentarios:

  1. Jajja... lei el primer capitulo y no recordaba haberlo leido, luego veo la fecha y mas abajo un comentario mio...que mala memoria tengo, me alegro que vuelvas a retomar esta historia. Gracias

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    1. La culpa es míiiiiiaaaaaaaa, la tuve mucho tiempo esperando. Mis disculpas y GRACIAS por leerla ( y dos veces). Iré más rápido!!!

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  2. Dime que la chica es la del.corazón. ..no espera... me largo a leer el siguiente capítulo para ver ...

    Pero espero se vuelva más manso. Pues no me gusta su carácter. Carajo.. fue también pobre... por qué es así ahora grrr

    Déjame que le atize en el culo... seguro es Prieto jijiji

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  3. Jajajaja ella es respondona!!! Eso es lo que él necesita y mucho. Me dio mucha risa la forma de encararlo. Menos mal ya hay mas caps...wii

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