Cuando
las puertas del ascensor se cerraron tras todas, dejando allí abajo en el
parquin a Thom y Ramón, Susan le dio un fuerte empellón a Clarise, arrinconando
de aquel modo a la joven en una de las metálicas esquinas.
-Ya
estas empezando a escupir, toda la parte que nos hemos perdido –Ordenó Susan-.
Thom, tiene mucha razón –Achicó la mirada-. El otro día, tenías las manos en su
cuello. ¡Pero si incluso le aplastaste las pelotas!
-Susan…
-Trataba de apaciguarla Marta, interrumpiendo con calma su interrogatorio-.
Recuerda que debes controlar tus emociones, estas en estado.
-Y
eso es lo que tiene la culpa –Soltó el aire, para volver a cogerlo con más
calma-. Creo que nos está ocultando algo –Volvió a emplear cierto tono
amenazante-. No quiere preocuparme…
-¿Clarise,
es eso cierto? –Se giró Marta a la chica, quien hizo cierta mueca torcida con
sus labios en una respuesta afirmativa-. Joder. Ya estamos yendo al despacho de
Sabrina y nos pones al día.
Fue
Marta, que con cierto apresuramiento dio dos golpes en la puerta y la abrió,
sin esperar respuesta de su amiga rubia. Quien a su vez, se hallaba hablando en
aquellos instantes por teléfono, que al verlas solo supo fruncir el ceño y
despedirse de forma apresurada con quien hablaba.
-Me
habéis dado escalofríos chicas –Sonrió perturbada-. Acabáis de refrescarme la
memoria, con el día que entrasteis con la revista mal doblada dando comienzo a
todo mi embrollo.
-Pues
atenta, porque te traemos uno nuevo –Soltó Anne, cerrando la puerta con apresuramiento.
-¡Cómo!
–Soltó sorprendida Sabrina-. ¿Qué ocurre ahora?
-Que
lo cuente la protagonista –Dijo Susan, que se fue a sentar en el sofá, mientras
señalaba con un gesto de cabeza a Clarise, quien se hallaba en medio algo
frustrada-. ¿Me sirve alguien un café.
-¡No!
–Saltó Marta.
-Ni
de coña –Sentenció Sabrina.
-¡Joder!
–Gruñó Susan-. Pues un vaso de leche, con dos gotas -Suplicó con gran anhelo.
-No
creo que te haga falta más cafeína –Rió Anne.
-Schhh…
-Las apremió a callar Sabrina-. Nada de cafés ni vasos de leche, hasta saber a
que nos enfrentamos ahora –Le hizo un gesto de cabeza a su compañera Clarise-.
¿Tiene esto que ver con lo de tu admirador?
La
aludida, asintió con un gesto de cabeza.
-Sabía
que había gato encerrado –Masculló Marta.
-Habla
–Incitó Susan a la joven.
Clarise,
aspiró con fuerza mientras meditaba un poco como explicar el asunto.
-No
existe ningún admirador o mejor dicho –se mordió el labio-, Thom, es quien se
esconde tras él.
-¡Será
mamonazo! –Insultó Susan.
-Increíble
–Cogió aire Sabrina.
-Voy
a partirle las piernas –Sentenció Marta, caminando a la puerta.
-¡Detente,
por favor! –Chilló Clarise-. Ya hay un plan en marcha –Informó, logrando que
todas la miraran expectantes.
-¿Ya
hay un plan? –Frunció el ceño Marta-. ¿Cómo, con quién y de qué va?
-Es
con Ramón –Informó-, por ello que me habéis visto venir hoy en su moto.
Aquella
vez, quien interrumpió fue abrina totalmente confundida.
-Alto,
alto chicas… -Alzó sus palmas al aire-. Encuentro muchos huecos vacíos en éste
lío. Yo necesito saberlo todo ¿Es posible? –Le pidió a la joven, quien volvió a
sentir con la cabeza de forma tímida.
-Sabéis,
que Thom se halla enfadado porque estáis haciendo de celestinas con Karolaine –todas
las allí presentes asintieron victoriosas-. Pues, por lo visto se sentía
ofuscado y aburrido, que un día empezó a fijarse en mí.
-¡Es
verdad! –Se inclinó hacia delante Sabrina-. Recuerdo aquella llamada cuando estábamos
desayunando todas.
-Averiguó
que me siento atraída por Ramón -Confesó
con volumen menguado y mejillas algo más que sonrosadas.
-¡Niña,
que bien disimulas! Rió Susan sorprendida-. Aún recuerdo tu placaje físico y
verbal, contra él.
Clarise,
aún se sonrojó más.
-Y
está por todos los medios, de juntarte con él –Terminó Sabrina.
-Sí
–Asintió Clarise.- Pero Ramón me creyó cuando se lo conté, y quiere darle un
escarmiento.
-Estáis
simulando un acercamiento –Intervino aquella vez Susan.
-Nuestro
plan es más elaborado –Resaltaban sus nervios, al no saber qué pensarían sus
compañeras-. Ayer noche, estuvimos hablando por mensajes y…
-¿S´?
–Se impacientó Susan-. Dilo ya, que tengo que ir al baño hacer pis, joder.
-Tengo
que fingir aquí una caída en las escaleras, hacer que pierdo conciencia y al
despertar, por la insistencia de Thom, creer que soy la esposa de Ramón.
Silencio
por unos segundos.
-¡Me
gusta, lo apoyo! –Se puso en pie Susan, corriendo al baño a duras penas de
Sabrina-. Es el mejor plan de todos.
-Arriesgado
–Soltó pensativa Marta-. Pero interesante.
-Si
estuviera Karolaine –Rió Sabrina-. Nos metía en un manicomio.
-Yo
no pienso ser la del empujón –Soltó en apoyo Ane-. Paso de ser la responsable
de si en verdad, por mala suerte te abres la crisma.
Todas
rieron.
-Tranquila,
solo debo simular que me caí –habló animada al recibir el apoyo de ellas-. Ahí
entrais vosotras, dando un grito cuando Thom esté cerca con Ramón, fingiendo
que me caí por ellas de verdad.
Gracias cielo!! Y me ha encantado,tremendo plan, mira que tus personajes están tan locas de atar como tú....pero tengo queja Y KAROLINEEEEEEEEEEE??!! Rayos quiero saber!!!
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