jueves, 24 de diciembre de 2015

Aún te amo 27° Gaby Ruiz



- ¿Carolina?  -llamó Fernando que la había estado observando por varios minutos recorrer el pasillo hasta la habitación de Christopher- ¿Quién está con Chris?
-  Buenos días para ti también Fernando –rezongó Caro y lo miró con paciencia- con la enfermera recibiendo su dosis de medicina de la mañana.
-  Si, lo siento.  Estaba algo nervioso por haberlo dejado.
-  No hay problema, lo entiendo –sonrió con cansancio- ahora vamos.
Cuando entraron a la habitación, Fernando estuvo a punto de desmayarse de la impresión y miró hacia Caro, que también estaba desconcertada.  Aparentemente, Christopher había despertado.
-  ¿Chris?  -Fernando susurró incrédulo- Esto es…

-  He llamado al doctor.  Estará aquí en cualquier momento.
Carolina no pronunciaba palabra y Christopher no parecía mirarlos.  Estaba desorientado y, al parecer, la transfusión había funcionado.
-  Pensamos que no habría ningún cambio –decía desconcertado el doctor que había entrado hacía varios minutos-  lo hemos monitoreado por dos días completos y ningún cambio aparente…
Fernando miraba atentamente hacia Christopher, pero ninguna palabra salía de sus labios. Se sentía nervioso y expectante… si su hijo había despertado, tenía que ser una señal de que todo iba a ir bien.
-  ¿Cómo está doctor?  -preguntó Fernando impaciente.
-  Sus signos vitales son normales y sus pupilas responden.  Él nos escucha, tal vez solo está desorientado…
Una mujer ingresó a la habitación y miró a su alrededor.  Con ironía alzó la voz:
-  ¿Esta es la gran emergencia Fernandito? ¡Qué fácil te asustas!
Fernando cerró los ojos ante la ira que parecía surgir desde el fondo de su corazón.  ¡Esto no podía ser posible!  Deborah, precisamente cuando Chris despertaba y venía con su tono de superioridad.  Esto no iba a ir nada bien.
- Ah… veo que no pierdes el tiempo –Deborah destilaba veneno en su voz, mientras recorría la habitación de Christopher y miraba fijamente a Caro- No puedo creer que interrumpiera mi crucero… para esto… -añadió con desprecio y los ojos de Christopher se llenaron de lágrimas.
Esa fue la gota que derramó el vaso para Fernando.  No podía concebir la idea que un ser tan ruin podría ser llamado madre.  La tomó del brazo fuertemente y echando un vistazo a la habitación, la sacó rápidamente.
-  No puedes venir aquí, con esa actitud después de todo lo sucedido… -Fernando se sostuvo la cabeza con fuerza- ¿Para qué estás aquí?
-  ¿No fuiste tú quien me llamó? –replicó Deborah con calma.  Al ver que no contestaba, continuó- ¿me equivoco?
-  Sí, pero pensé que te interesaría saber lo sucedido con Christopher…
-  El hecho que tú no tengas cuidado… no es mi problema –añadió con despreocupación.
Fernando apretó la mandíbula, sin embargo no le siguió el juego.
- Si estás aquí para reprenderme… créeme que ya he tenido demasiado castigo por mis decisiones –Fernando la miró con desprecio- sin embargo, no está claro el motivo de tu llegada.  Has visto a Christopher en el mismo instante en que despertó… y sin embargo tu evidente desagrado hacia él es notorio… ¿qué quieres?  -estaba la pared que contenía su mal genio derribándose peligrosamente- he intentado localizarte hace más de dos meses. Te escribí cartas, intenté hacer llamadas, te seguí el rastro por un mes completo.  Nunca respondiste, no tuve noticias tuyas, ni una sola palabra… nada.  Y ahora… -una mueca de ironía llenó su rostro-  apareces y no precisamente con ánimo de ver a tu hijo –le taladró con la mirada.
-  Fernandito… no seas tan duro conmigo –ella se acercó, su escultural cuerpo moviéndose coquetamente- las cosas no son así… -rió.
-  No lo entiendo… ¿cómo puedes ser tú la madre de Chris? –repitió con incredulidad- solo dime… ¿a qué has venido?
Mientras tanto, en la habitación el niño era examinado por el perplejo médico y Carolina paseaba de un lado a otro del lugar.  Se sentía nerviosa y, miró hacia la puerta, la llegada de Deborah no presagiaba una mejoría en el ánimo de Fernando.  Lo sabía… había visto su rostro.  Esa mirada fulminante lo ensombreció repentinamente. Estaba en verdad sorprendida.  ¿Había algo más detrás de la “buena intención” de Fernando?  Será que… -por primera vez se lo planteó- alguna vez él… ¿amó a Deborah?
Sacudió su cabeza, intentando despejarla de esas conjeturas tan absurdas y que no le incumbían a ella de ninguna manera.  Fernando era pasado y así debía quedarse.  Había resuelto su vida, hace unos días estaba convencida de lo que quería… o lo que no quería. Fernando… ¿por qué estaba ella aquí? Era estúpida… después de todo, ella seguía ahí demostrando que…
Cerró sus ojos con violencia.  No, no y no… eso no podía ser posible.  No lo amaba.  No, no había discusión…
- ¿Señorita Rivas?  -el médico se había acercado y ella se obligó a prestar atención asintiendo- La mejoría de Christopher es repentina y por el momento, inexplicable. Suponemos que el tratamiento ha dado resultados rápidamente y mejor de lo que esperábamos, para ser sincero.  Así que serán unos cuantos análisis más para determinar su condición y pronto… -sonrió con calidez el médico- podremos hablar de darlo de alta.
Carolina sonrió.  Esa era una maravillosa noticia. Fernando estaría feliz… y ella ya no tendría nada que hacer ahí.

1 comentario:

  1. Que bien que ya Chris se ha recuperado. Pero la actitud de Deborah... demuestra que no quiere a su hijo. Gracias por el capitulo, Gaby.

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...