- ¡Carolina
apresúrate! –gritaba Danna y se escuchó un golpe en la habitación- ¿Estás
bien? ¿Qué sucede Caro?
- Estoy excelente pero… ¡deja de gritar! -contestó Caro detrás de la puerta cerrada.
- Vamos a llegar tarde… ¿quieres ser tan
dramática como para llegar en la parte de: “alguien se opone a esta unión”?
- Danna, no es gracioso –dijo Carolina que
acababa de salir, pero no pudo reprimir una sonrisa- estoy tan nerviosa…
- Estás tan guapa -replicó Danna sonriendo- todo irá bien, Caro. El amor siempre gana…
- ¿Y si no…?
- El que no arriesga, no gana. Ahora vamos, que nos espera un largo camino
hasta la iglesia.
- ¿Y dónde está Leonardo? Es extraño que se haya ido a la boda sin ti…
- Ay mi querida Caro. Leonardo puso el grito en el cielo cuando
supo que planeaba algo… no logró descubrir qué –añadió muy satisfecha consigo
misma- y decidió mantenerse al margen… sabe lo que le conviene.
- Hummm… que dominio de la situación –rió Caro
y salieron hasta el coche de Danna, aparcado frente a la puerta.
Un hombre se acercó
por detrás… Las dos miraron al desconocido
y…
- Carolina, yo necesito… -él se cortó- Danna… ¿qué haces tú aquí?
- Stefano –Danna lo miró y sonrió- la pregunta correcta es: ¿qué haces tú
aquí? ¿no eres padrino de una boda?
Él sonrió, iluminando
sus facciones y asintió.
- Siento no haber saludado. No esperaba hallarte aquí… había hablado con
Leonardo y ya estaba en la iglesia… imaginé que tú también…
- Sí, surgió algo más… pero hacia allá me
dirijo –contestó Danna.
- Bien, yo también pero…
- Sí y yo también estoy bien, gracias por preguntar
Stefano… -intervino en tono irónico Caro-
¿se les da muy bien monopolizar una conversación los dos eh?
Stefano empezó a
toser como si estuviera atragantándose y Danna se limitó a fulminar con la
mirada a Caro.
- Amiga… ya para –dijo sencillamente Danna y a
Carolina se le borró de inmediato la sonrisa.
- Lo siento, no quería ser imprudente…
- Bien, no hay problema –carraspeó un poco
Stefano y añadió- hay algo más
importante que necesito tratar contigo.
- ¿Conmigo? –se
extrañó Caro.
- Sí… se trata de Fernando –aclaró Stefano y
las mujeres intercambiaron una mirada-
¿Tienen planeado algo?
- ¿Planeado?
¿Acerca de qué? –Caro intentó ignorar el ligero rubor que empezaba a
cubrir sus mejillas.
- Entonces… tú lo amas también -dijo Stefano ignorando la pregunta de
Caro- Esto no será tan difícil.
- ¿También?
-preguntó Caro con un brillo en su mirada- ¿eso quiere decir que Fernando…?
- Estoy prácticamente seguro… lo confesó
–asintió Stefano- bueno, algo así. Se le escapó sin querer.
- Pero entonces no entiendo… -intervino
Danna- ¿por qué hace esto?
- Por compromiso -ellas lo miraron sin entender- él adora a
Christopher y se siente responsable de él…
- ¿Y la boda?
-Caro no pudo evitar preguntar.
- Creo que a Fernando la boda con Deborah, le
parece el mejor camino para ser padre de su sobrino… la mejor manera de
cuidarlo.
- ¿Está loco?
-dijo Danna sin poder reprimirse-
una boda es un paso muy serio y él…
- Él debe ser detenido –interrumpió
Stefano- ¿vienen conmigo?
Caro empezó a pensarlo…
es decir, ella quería luchar por el amor de toda su vida, el hombre que amaba…
¿y si él no sentía lo mismo? Todo no
pasaba de ser una conjetura… Pero… el
que no arriesga, no gana. Respiró hondo.
- Hay una boda que detener –soltó Carolina y
Stefano pareció aliviado. Danna se
limitó a asentir y los tres abordaron el auto de Stefano, seguidos por el auto
de Danna que conducía su chofer.
- ¿Algún plan en mente? -interrogó Stefano sonriendo.
***
- ¡Mandy, que gusto verte! -saludó Leonardo efusivamente.
- El gusto es todo mío suegro –sonrió
Mandy- no he visto a Danna…
- Mi esposa tenía asuntos que resolver… -contestó-
con Carolina, su mejor amiga… ex novia de Fernando.
- ¡Oh, lo imagino! -Mandy dijo apenada.
- ¿Dónde está Stefano? -preguntó Leonardo por su hijo- ¿es el padrino no?
- Sí, efectivamente. El retraso tiene preocupado a Fernando… no lo sé, me dijo que tenía que hacer algo
para impedir este error –pensativamente dijo.
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