Subo capi corto... Sino, no vería si podía hacerlo mañana, así os dejo un poquito. Besazos!!!!!
Aún
seguía sin dormir cerca de la media noche, cuando le pareció oír ruido en la
puerta principal.
Era
extraño, pensó con el ceño fruncido y el oído en alerta. Pues si su madre fuera
a llegar aquella noche, lo más normal es
que la hubiese llamado para informarle de su llegada.
En
aquello, su madre era muy predecible.
Nuevamente
volvió aquel ruido, picando su
curiosidad a levantarse de su cama y acercarse allí con paso sigiloso. Era como
un leve siseo de voces. Ya casi tocando la puerta, se puso de puntillas para
mirar con sumo cuidado por la mirilla y al segundo siguiente, dar dos saltos
atrás de ella con el corazón acelerado.
¡Tres
hombres! ¡Tres hombres con ropas oscuras, estaban intentando abrir su puerta!
Apoyada
contra la pared del recibidor e intentando calmar sus pulsaciones, comenzó a
mirar hacia todos los sitios pensando donde era mejor ocultarse. Además, tenía que
coger su móvil para llamar a la policía…
¡Pero
acaso no habían más puertas y plantas qué entrar a robar! Masculló con terror,
mientras salía de allí por patas, entrando en la seguridad de su dormitorio.
Para mirar que bajo la cama, seguro la verían al igual que en el armario, pues
bien que venían a robar.
¡Tenía
que salir de allí! Se apresuró a recomendarse presa del pánico, sin saber qué
hacer. Se encontraba en la parte más alta del edificio, no podía escapar y
tampoco quería morir ni que le hicieran daño.
Y
al volver al mirar a su balcón con ojos casi empañados por el miedo, que lo
vio.
-¡Menuda
idiota! –Gruñó por lo bajo, yendo a toda prisa afuera de su balcón para salir
deprisa en busca de Eric.
Estaba
tan superada por el miedo, que no se acordaba de que podía acceder al bloque
vecino por su terraza. Dos besos a su madre, por detenerla en poner el panel
divisor. Se apuntó de forma mental, pasando por encima del bajo muro y yendo a
parar al oscuro comedor de Eric.
Allí,
con respiración acelerada y algo más espabilada, se apresuró en correr la
puerta corredera y echarle el cierre.
Que
bien sonaba aquel chasquido, por dios. Suspiro más calmada, sabiéndose algo más
protegida. Ahora, a buscar a Eric o llamar a la policía, si éste no se hallaba
allí.
Sin
pudor alguno, se aventuró por el oscuro pasillo, con la única esperanza de
encontrarlo. Dándole igual por el momento, si lo encontraba con alguna chica,
ya lo analizaría más adelante.
Era
curioso, en verdad solo conocía el comedor de su piso. Era la primera vez que
se aventuraba a tanto. Pero tampoco era momento para curiosear por la casa.
Tras
haber pasado por la cocina, un baño, un despacho y dos dormitorios, vestidos
únicamente con lo esencial, llegó a una última puerta que como todas, se
hallaba entornada.
Era
ya, el único sitio que le quedaba por ver y averiguar así, si se hallaba sola
para lo que ocurría en su casa.
Pero
al abrir de forma sigilosa un par de palmos, gracias a la luz de la luna, lo
vio tumbado en la cama.
Relajándose
por completo, se aventuró a él con paso apresurado. Tenía que despertarlo y…
Sus
piernas ya chocaron con el colchón y sus palmas se apoyaron en las sábanas.
Pero el aire contenido, no le dejaba expulsar ninguna palabra para alertarle.
Volvía hallarse bloqueada.
Él,
se hallaba completamente desnudo encima de las ropas de cama. Mostrándole así,
la primera vez un cuerpo de hombre y su anatomía. La cual, por suerte o mala
suerte suya, se hallaba también despierta.
De
pronto, sintió el mayor calor de su vida en su rostro, nublándole el oxígeno a
su cerebro y siendo la causa, de que soltara lo primero que se le vino.
-¡OH
dios mío, estas empalmado!
-¡Yola!
–Exclamó un sorprendido Eric, incorporándose en la cama de forma abrupta.
-¡Y
despierto! –Soltó aún sorprendida y avergonzada, cerrando de forma apretada por
unos segundos los ojos-. Lo siento, yo no quería mirar.
Aún
se sentía confuso. Hacía apenas un momento, que se hallaba tumbado en la cama
desnudo, luchando contra su cerebro. Éste, solo hacía que pensar en Yola.
Proyectando imágenes de ella y recordándole, cuando se besaron en el salón.
Por
ello, que se hallaba con el termómetro de su deseo, en alza.
Y
ahora, para su sorpresa y confusión, tenía realmente a una Yola en su
dormitorio muy exaltada tras verlo de aquella manera.
¿Qué
demonios hacía allí?
-Acaso
has venido a cobrarte de la misma manera –Escupió con cierto sarcasmo al tiempo
que se levantaba de la cama, quedando desnudo delante de ella.
Ésta,
al verlo tan cerca no sabía donde fijar la vista. Sacándole así una sonrisilla
al chico, comprendiendo que no venía a por aquello.
-Yo…
Yo… -Buscaba aire, mucho espacio y aire.
-Perdona
pequeña demonio –Se disculpó con voz dulce-. Es solo que me sorprendiste.
-¡Como
tú a mí tarugo! –Soltó acalorada e impaciente-. ¡Pero quieres cubrirte de una
vez! –sus mejillas ya iban a explotar.
-Claro
–Rió, por que se daba cuenta que a pesar de su sed de deseo por ella, se sentía
cómodo mostrándose tal cual. Por ello, que caminó hacia la cómoda a paso
relajado-.Y a qué debo tu interrupción en mi alcoba.
-Tres
hombres –Soltó recordando el porqué se hallaba allí-. Están intentando entrar
en mi piso.
Una
vez más, volvía a quedarse con la boca abierta al ver como éste sin ropa alguna,
salía del dormitorio apresurado.
OH VAYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! en serio tus chicas suelen sorprender a tus chicos de la peor ( o mejor) manera.....Y agradezco que subieras capi, lo sabes, pero ...¿HASTA AQUÍ?
ResponderEliminarAishhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!! Te quiero y se nota que hace calor por tu lado del mundo
jeje sabes que me gustan con ropa interior o sin ella. culpables tal vez mis padres,que me llevaban a mis diez años a la playa nudista con ellos? ?????
ResponderEliminarHo simplemente reconozcamos que mi mente es picantona jijiji