viernes, 15 de mayo de 2015

Blackdalion, la luz del lobo 3°



Iolhen estaba haciendo listas mentales de  lo que podía enseñarle a Baylor, de los usos de su don para realizar  hermosos prodigios, así que no prestaba mucha atención a la conversación  de su madre y de su prima, hasta que Kaly mencionó la dolencia de Lyonisse.
-Lyon, cariño, ve a acostarte si tienes dolor de cabeza.
- Sólo iré a descansar un rato , tía. Iolhen,  ¿me acompañas?- Ante aquella pregunta de Lyonisse , la chica parpadeó un par de veces. Lyon no se veía enferma y, además, no podían quedarse en casa, tenía que ir con Baylor.
-Iolhen, ve con ella.- insistió Kalymera y ella asintió confundida, siguió a su prima hasta la habitación que ocupaban ambas y cuando Lyonisse se sentó al borde de la cama, la acusó directamente.
-¡Lyonisse Blackdalion, estás fingiendo! No te duele la cabeza ni nada. Eres pésima mintiendo, te conozco bien.
-Lo sé. Pero ahora tendrás que quedarte conmigo mientras insista en que me siento mal.

-¡¿Por qué?! Tengo que ver a Baylor– soltó furiosa.
-No vayas hoy con él, Io.
-¿Qué estás diciendo? No puedo dejarlo plantado, si quieres jugar, de acuerdo, pero le avisaré.
-No, deja que te espere.
-Lyonisse, qué diablos se te metió para hacer esto. No voy a quedarme aquí.
-Entonces tendrás que explicar por qué abandonas a tu prima querida para irte corriendo al bosque.
- Lyon…
- Quiero saber  qué  hará él, digamos que es el precio.
- Me empiezas a preocupar, de qué hablas.- dijo sentándose  en la otra cama frente a su prima.
-Mañana volveré al Castillo de los Cerezos, así que  es una pequeña prueba que quiero hacer a tu domador.
-¿Te irás?
-Iolhen, sabes que no me gusta mentir , si me quedo más tiempo les diré a mis tíos o terminaré presionando a Baylor para que responda a todas las preguntas que tengo. Lo mejor será volver a casa  y no interferir.
- ¿No confías en él?
-No, no del todo. Pero sé que lo quieres y sé que a él le importas mucho, confiaré en eso. Así que sólo dame el gusto y quédate aquí hoy, ¿no sientes curiosidad por saber qué hará él?
-Podría enfadarse – dijo Iolhen temiendo que así fuera.
- Sí, podría – contestó Lyonisse pensativa, frunciendo el ceño – Y si él va a enfadarse contigo por esto, quisiera estar cerca.
-Estás buscando eso, ¿verdad? Provocar su enfado…
- También podría preocuparse por ti. Podría ser su enfado o su preocupación y me aliviaría mucho descubrir cuál de esas reacciones tendrá, antes de permitir que sigas con esto.
-Es una tontería…
-Hay algo en él que me inquieta Iolhen, y tú también lo sabes. Ese poder desbocado que tiene, lo que oculta…no puedo juzgar a alguien por su pasado ni por algo que no puede controlar, pero sí por sus acciones.- expuso quedamente y eso irritó más a Iolhen, porque en el fondo sonaba muy razonable.
Y también sabía que no tenía opción, Lyonisse estaba decidida y haría lo que decía, ya fuera hablarle a sus padres de su relación con Baylor o guardar el secreto y marcharse a las tierras Blackdalion.
-Va a ser una tarde muy larga…- dijo finalmente Iolhen.
-Lo será, pero tengo muchas historias para contarte, las aventuras recientes de mis sobrinos servirán para entretenerte un par de horas.
-No vas a distraerme tan fácilmente…- se quejó Iolhen.
- No estés tan confiada, cuento con historias de los gemelos de mis hermanas. Eso puede distraer a cualquiera.
Muy a su pesar la chica sonrió. Era increíble o quizás algo de justicia divina, pero tanto Brianna como Ariadne tenían dos pares de gemelos cada una. Un par de niñas y un par de niños que eran una combinación explosiva de travesura y encanto, tal como sus madres. Ciertamente sus historias eran muy entretenidas, pero ella no podía quitarse de la cabeza al hombre que debía estar esperándola.

Baylor esperó y a medida que las horas trancurrían, muchas ideas pasaron por su mente. Al principio pensó que Iolhen no quería verlo, ese era el temor que siempre lo perseguía. Luego pensó que podría haberle sucedido algo y se preocupó, sobre todo porque él no podía ir a ver qué sucedía, no tenía derecho a hacerlo.
Después pensó que quizás la joven Blackdalion tuviera algo que ver con aquella ausencia.
Esperó impaciente hasta que empezó a anochecer y supo que ella ya no aparecería. Y fue entonces cuando preocupado e inquieto llegó a una conclusión. Quería a Iolhen Likaios, ella era la razón por la que esperaba la llegada de un nuevo día.
El cielo lo perdonara, pero la necesitaba a su lado.
Regresó a la Casa Antigua  y  se sintió aliviado al notar la tranquilidad que rodeaba el lugar, eso significaba que ella estaba bien, si algo le hubiera sucedido habría movimiento. Aún así, se quedó un rato dando vueltas por el patio principal para ver si encontraba alguien a quien preguntarle, aunque la última persona que esperaba ver era a Dionis Likaios, en persona.
-Señor…- saludó nervioso ante aquella presencia inesperada.
-Buenas noches- saludó Dio a su vez- ¿Todo está bien?
-Sí.
- Me temo que no me he tomado el tiempo de recibirte como correspondía, también lamento que la casa esté en reformas y te alojes en la habitación junto al establo.
 - No tiene que preocuparse, es un buen lugar y estoy muy cómodo. – respondió sin pensar en la ironía de estar cobijado bajo el techo de aquel hombre.
-¿Quisieras cenar con nosotros? Tal vez eso compense un poco mi falta de cortesía, somos pocos, solo mi esposa, mi hija y mi sobrina. Las cenas familiares cuando están todos suelen ser intimidantes.- dijo y hubo cierto deje de nostalgia en su voz como si añorara esas reuniones.
Baylor estuvo tentado a aceptar la invitación, quería ver a Iolhen, cerciorarse de que estuviera bien, pero compartir una cena sería someterse a preguntas que no quería responder. Tampoco quería estar bajo la mirada evaluadora de  la familia de la joven, sobre todo de los ojos clarísimos e implacables de Likaios. Temía que si pasaba mucho tiempo bajo esa mirada, él lo descubriría.
-Agradezco la invitación, pero no creo que sea adecuado participar de una cena familiar.
-Entiendo…- dijo Dionis y en cierta forma era verdad, porque aquel muchacho le hacía acordar a sí mismo en algún aspecto. Al menos en la distancia que ponía con los demás, exactamente como él antes de Kalymera.
-Buenas noches – dijo Baylor y se alejó. En cuanto vio a Dionis ingresar a la casa, imaginó que aún tendría algo de tiempo , así que con un breve gesto hizo surgir una mariposa de luz. Susurró algo y luego la soltó al aire nocturno.
Iolhen estaba preparándose con Lyonisse para bajar cuando  la pequeña mariposa aleteó a su alrededor, luego se posó en la mano que ella extendió para recibirla y tras un fulgor se desvaneció en chispas de luz.
-¿Qué fue eso? – preguntó su prima.
-Esa fue  la respuesta a tu prueba, Lyonisse Blackdalion – respondió con una ligera sonrisa. Se asomó a la ventana y creyó vislumbrar una silueta abajo, hizo un leve gesto para devolver el mensaje y luego fue con Lyon a cenar.
Cuando Baylor entró a su habitación, se vio sorprendido por arcoíris que  vibraban en el aire. Por lo visto, su mariposa había llegado a destino, soltó el aire que había estado conteniendo desde su encuentro con el Señor del lugar y sintió que la tensión lo dejaba.

A la mañana Lyonissse informó a sus tíos que regresaría al Castillo de los Cerezos, lo que les causó sorpresa, habían esperado una estadía más larga.
-Creí que querías unos días de tranquilidad- dijo Kalymera.
-Sí, tía, así es. Pero uno no puede elegir siempre y tampoco es correcto escaparse de la familia sólo porque haya abundancia de entusiasmo. Ni siquiera cuando lo que abundan son los gemelos- dijo ella.
- Y el perfeccionismo – agregó Kaly pensando en su hermano mayor, lo que los hizo sonreír a todos.
-Entonces, te acompañaré- se ofreció Dionis.
-No tienes que preocuparte, tío. Christopher vendrá por mí, ya le avisé.- explicó refiriéndose a su hermano.
- El mensaje que enviaste ayer, ¿era para él? – preguntó recordando que su sobrina había solicitado que un mensajero fuera a llevar un mensaje al Castillo. Ella asintió.
-Pero por favor, no dejes que Lysander regresé aún – pidió Kalymera
-De acuerdo, tía. Trataré de que se quede un poco más en casa, siempre que papá y Blaze no decidan lo contrario.- reflexionó y Dionis soltó un suspiro de exasperación, imaginando que en pocos días tendría a su hijo de regreso.
Una vez que se quedaron a solas, Iolhen trató de satisfacer su curiosidad.
-¿Christopher? ¿Ya tenias planeado irte o algo más?
- Cris puede escoltarme a casa , así todos están tranquilos. Y si había problemas acá, podíamos contar con él.- dijo simplemente y Iolhen volvió a asombrarse de la capacidad estratega de su prima, pero eso no fue todo, Lyon tenía más que decir- Io, vi a tu domador esta mañana …
-¿Esta mañana? ¿Cuándo?
-Antes que despertaran, afortunadamente es un madrugador, así que le expliqué que ayer no fuiste a verlo por cuidarme a mí, no, no le dije nada de mis tretas, pensé que no lo agradecerías. Sólo me disculpé, y él te esperará esta tarde.
-¿Lo apruebas ahora?
-Digamos que creo que alguien que envía mariposas de luz no pretende dañarte, y nos tienes a nosotros para protegerte. Prométeme que si suceda algo, cualquier cosa, si me necesitas, enviarás por mí. – dijo y fue tal la sinceridad de su preocupación y su amor que Io la abrazó con fuerza.
-Gracias , Lyon, gracias por ser tú.
Un par de horas después, Christopher Blackdalion  llegó a la Casa Antigua para buscar a su hermana.
-¿Todo está bien? – fue la primera pregunta que hizo el joven rubio al reunirse con ellas.
-Sí – dijo Lyonisse intercambiando una mirada con su hermano que significaba que le explicaría luego.
-¿Vendrán al Castillo para la Feria, verdad?- le preguntó a Io.
-Sí, es nuestra tradición, ¿no es así? ¿Blaze ya golpeó a  mi hermano?
-No, por ahora Alina lo está controlando bastante bien, además Lysander está muy entretenido con la pista de hielo que creó.
-¿Una pista de hielo? – preguntaron las dos chicas al unísono.
-Sí, fue idea de Ariadne, y él le dio el gusto. Pero todos se están divirtiendo bastante y creo que será la nueva atracción en la feria este año, así que eso lo ha mantenido fuera del camino de Blaze que sigue inmerso en cada detalle de la organización – explicó el joven sin poder ocultar la diversión.
Kalymera se reunió con ellos e insistió para que sus sobrinos comieran en la Casa Antigua ,antes de marcharse.
-¿Has vuelto a crecer? ¡Estás muy alto! – exclamó Kaly cuando su sobrino enlazó el brazo en su cintura.
-Creo que algunos centímetros más…
-Como Kouros, en realidad no deberían, son los menores , y , ¿cómo se supone que podamos regañarlos cuando están tan crecidos?
-Mamá se las arregla para regañarnos de todas formas, incluso a Blaze. Y no es que pueda controlar mi altura, tía Kaly…- dijo él sonriendo.
-¿Cuándo crecieron tanto? - preguntó para sí misma al pensar que  Christopher ya rondaba los veinte años.
-Mientras ustedes estaban detrás de nuestros problemáticos hermanos y hermanas mayores – contestó Cris y su tía sonrió.
Los hermanos Blackdalion se marcharon después de comer y ya habían recorrido un largo trecho cuando Christopher interrogó a su hermana menor.
-¿Sucedió algo Lyon?
-Ujum…
-Palabras Lyon, no sonidos, me estás matando con la intriga.
- Sólo que Iolhen está enamorada…- respondió y él tiró de las riendas de su caballo frenando de golpe la cabalgata.
-¡¿QUÉ?! ¿Y nos vamos a casa?¿Vas a contarme? ¿Segura que no nos necesitará? ¡Lyonisse!
-Tranquilo, hermano, ya te contaré en detalle. En este momento creo que sé cómo se sienten las madres observando a sus hijos marchar a una batalla y sin poder hacer nada.
-Dices que Iolhen va hacia una batalla , ¿y quieres que esté tranquilo y que nos vayamos? Volvamos.
-De ninguna manera, y sí, seguramente tendrá que enfrentar algunos contratiempos, pero estoy convencida de que es una batalla que debe enfrentar sola.- comentó pensativamente y su hermano resopló, no le gustaba nada aquello, sin embargo ninguna de las dos jóvenes eran insensatas e imprudentes, aunque no estaba seguro de lo que el amor podría provocar en sus personalidades. Tendría que confiar en el buen juicio de Lyonisse, jamás habría abandonado a Iolhen si la creyera en verdadero peligro.
-Tendrás que contarme en detalle y convencerme, o regresaré a la Casa Antigua…
-No frunzas el ceño Cris, te pareces a papá y Blaze cuando lo haces.
-Adoras a Blaze.
-Sí, es cierto, pero necesito tu flexibilidad y no su rigurosidad en estas situaciones. Así que paciencia y escúchame…- dijo mientras empezó a contarle despacio.

1 comentario:

  1. Gemelos para las Gemelas, que genial saber eso... y por lo visto son iguales de "activos" como sus madres... que escondera Baylor, sé que todo saldra bien, esta familia fue hecha`para amar y ser amada. gracias por ir subiendo tan seguido la historia.

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