viernes, 27 de febrero de 2015

Gabriela Ruiz - Definitivamente Amor 22



Emma se quedó rígida en su asiento. ¿Nick había dicho lo que escuchó? No, no podía ser posible. ¿Era una broma? Era… ¿qué podía ser? Solo había una palabra. Imposible. Total y absolutamente… imposible.
- Nick… -lo miró con aprensión- es mejor subir.
- Bien, entonces ahora sí que hablaremos –soltó con una carcajada seca y Emma se sentía inquieta. Ese no era Nick. No parecía él.

- Pasa por favor –Emma lo dejó entrar y le señaló la sala- ¿quieres tomar algo?
- No –Nick tomó su brazo con firmeza- quiero hablar. Ahora.
- Nick… -habló con tono suplicante pero él le silenció con una mirada.
- Emma, lo que quería decirte… sin todo este revuelo que han causado nuestras fotos… es, bien, lo que ya he dicho. Creo que debemos salir.
- No creo que sea necesario ni que debamos…
- Permíteme corregir, quiero salir contigo Emma. De verdad.
- ¿Por qué? Nick, nosotros somos amigos y así…
- ¿De verdad quieres saber por qué, Emma?
- Sí –pronunció sencillamente.
- Está bien –inspiró hondo antes de añadir- porque estoy enamorado de ti –confesó con firmeza.
Emma elevó sus ojos castaños hacia el rostro de Nick. No puedo evitar arquear las cejas con sorpresa antes de hablar.
- ¿No lo dices en serio, verdad? –una sonrisita nerviosa bailaba en sus labios- Nick, ¿es broma, cierto? –Emma buscó alguna señal en su rostro de diversión, burla o lo que fuera. Nada. Una seriedad mortal- ¿Nick?
Él enfocó sus ojos verdes en ella y la miró largamente. Muy largamente.
- Es broma –afirmó Emma como soltando el aire- tiene que ser…
- ¿Te parece que tengo cara de estar bromeando? –interrumpió Nick bruscamente. Emma negó, sin emitir una sílaba- entonces ¿por qué lo dices?
- ¿Por qué? ¡Nick, por favor! Tú vienes y me dices que… que… -Emma abrió y cerró la boca varias veces- bueno, eso y… ¿qué quieres que piense?
- Lógicamente, lo único que quería era que pensaras que era una broma –soltó con ironía- soy una especie de chiste para ti.
- Nick, no seas infantil…
- ¡Ah, ahora estoy siendo infantil! –exclamó con impaciencia. Se sentía furioso. Si eso lo hacía infantil, pues que así fuera.
- Nick… -Emma intentó acercarse pero él se alejó, dándole la espalda- tienes que entender que no lo esperaba y…
- No importa –siseó Nick- ¿ahora puedes dejarme solo?
- ¡Nick! –Emma empezó a cruzar sus brazos, imitando la posición de Nick pero puso los ojos en blanco. No, uno de los dos debía ser el adulto ahí. Además que ¡estaban en su casa!- escucha –pidió apoyando su mano con suavidad en el hombro de él- no pretendía que sonara como burla ni nada parecido. Era sorpresa, Nick. Solo eso. Realmente… ¿crees que alguna vez imaginé que alguien como tú se fijaría en alguien como yo? –Emma se miró brevemente- ¡no lo entiendo!
- ¿Qué no entiendes? –ladeó su rostro hacia ella- eres muy atractiva, Emma. En todos los sentidos que esa palabra pueda tener. Me atraes hacia ti. Me atrapas. Tu sonrisa, el sonido de tu risa, tus réplicas inteligentes y cada una de tus miradas. Y no puedo ni empezar a describirte lo que siento cada vez que los rayos del sol destacan los reflejos cobrizos de tu cabello. Eres hermosa. Para mí, eres la mujer más hermosa que existe en la Tierra.
- ¡Nick! –Emma emitió una risita nerviosa y pronunció su nombre en un suspiro. Lo que había dicho, absolutamente todo, había sido hermoso. Y era dirigido a ella. Nada más y nada menos, que a ella. Lo había inspirado a decir eso. Ella. ¿Qué posibilidades había?- Nick… -repitió, porque ciertamente parecía lo único en lo que podía pensar. O decir que no sonara incoherente.
- Emma, sé que probablemente tú no sientas… bueno, que tú no… -Nick dejó caer la cabeza hacia atrás, como si mirar al techo le fuera a proveer una respuesta, o una terminación relacionada a lo que estaba diciendo al menos- yo no sé que sientes.
Emma sintió que una sonrisa afloraba a sus labios. No podía evitarlo. ¿Cómo y cuándo había pasado esto? ¡Ni siquiera habían salido!
Y, definitivamente ella no había dejado a un hombre desconcertado y enamorado desde hacía… bueno, desde… nunca. Nunca antes.
Y había sido a Nick. Precisamente a Nick Wright. A él de entre todos los hombres.
- ¿Emma? –su expresión empezaba a cerrarse con recelo nuevamente. Ella inspiró hondo y le tomó el rostro entre las manos, para que no se apartara- ¿Emma?
- Nick, solo ha sido la sorpresa –repitió como si no supiera qué decir- yo no lo esperaba porque… -abrió la boca y la cerró con fuerza- ni siquiera hemos salido y…
- Lo sé. Emma, créeme que lo sé. Pero sucedió. Quizás no hemos salido “estrictamente”, en el sentido de pareja… sin embargo, el tiempo que hemos pasado juntos y todo lo que hemos hecho… No puedo pensar en nadie más que yo… Emma…
- Nick… -ella lo abrazó y cerró los ojos. ¿Realmente estaba pasando esto?- Nick…
- Emma, si tan solo me dieras una oportunidad de…
- Nick… no –Emma lo soltó y retrocedió varios pasos- no puedo… no podemos.
- ¿Por qué no?
- Porque no funcionaría –exclamó con dureza y se abrazó a sí misma- Nick, somos completamente opuestos. Tan diferentes que… que…
- No sé qué más decirte, Emma. Te abrí mi corazón y todo lo que recibo es… -inspiró hondo- pero lo acepto. No lo entiendo, pero lo acepto.
- Nick, vamos a hablar un poco más y…
- No es necesario, Emma. Ha quedado todo claro.
- No lo creo.
- ¿Me darás una oportunidad? ¿Vas a salir conmigo?
Emma clavó sus ojos en él con tristeza. Nick creía estar enamorado de ella pero no lo estaba. Era imposible. Y si él no lo veía ahora, lo vería más adelante… ese era un enorme problema porque lo más probable era que para ese entonces, ella estuviera absoluta e irremediablemente enamorada de él. O, quizás, ¿ya lo estaba?
- Emma…
- No. No lo haré.
- ¿Lo ves? Perfectamente claro –Nick esbozó una sonrisa extraña… artificial.
- Nick, no quiero que dejes de ser mi amigo…
- ¿Para qué? –él se encogió de hombros- no quieres que te vean conmigo y definitivamente yo no puedo estar en estos momentos a tu lado.
- Nick, si me dejaras explicarte…
- Te lo repito. No es necesario –giró para marcharse.
Emma puso en blanco los ojos con impaciencia y resopló. Nick estuvo a punto de volverse pero no lo hizo. Tomó su chaqueta que había dejado en el respaldo del sofá y salió del apartamento dando un portazo.

2 comentarios:

  1. ¡¡Ooooh nooo!!
    ¡¡Esa mujer es tonta!!
    ¡¡Vuelve Niiiick!!

    Por favor quiero maaaaaaaaaaaaaas.

    Gracias Gaby

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  2. De nada Yola, me alegra que la estés siguiendo. Besos!!

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