jueves, 27 de noviembre de 2014

"Gabriela Ruiz" Definitivamente Amor 8

Nick cruzó sus brazos con impaciencia, intentando no ser demasiado insolente porque después de todo, merecía el regaño del que era blanco. ¡No había sido intencional! Ni siquiera había notado que era tan tarde…

Pero eso no impedía que la productora continuara diciendo algo de las “estrellas y cuando tienen fama…”. Bufó por lo bajo pero se limitó a asentir. Realmente ¿qué podía hacer? Y, no quería ni imaginar cuando su agente se enterara… al parecer, los regaños solo irían en aumento.

- ¡Me rindo, ni siquiera está escuchando! –protestó la mujer alejándose con paso decidido. Nick intentó reprimir una sonrisa, gesto que habría sido poco profesional de su parte. Y lo cierto era que, en esos últimos años, él había sido muy profesional y serio en los compromisos que había asumido. Cumplía los horarios, iba a las audiciones y promociones, además se mantenía alejado de los escándalos, lo que sorprendió a muchas personas, incluido su mismo agente.


- ¿Puedo irme? –inquirió Nick con aburrimiento. Pensó que la productora se le echaría al cuello pero la mujer inspiró hondo y le dio un seco asentimiento. Nick sonrió y se fue a su camerino a cambiarse.

Su teléfono sonó y contestó extrañado. Era Mary, una de las escritoras de Destino. ¿Cuánto tiempo sin saber de ella? Le dio la gran noticia y le preguntó si estaba interesado. ¿Un reencuentro para grabar un episodio especial por el décimo aniversario del lanzamiento de “Destino”? ¡Indudablemente se apuntaba!

Solo tendría que darle el guión y contarle de que iba la idea, pero casi seguro que él participaría. Después de todo, era por esa serie que él estaba donde estaba. Y siempre estaría agradecido por eso.

Habló con Lucian sobre el proyecto y él también manifestó su interés, aunque condicionó su participación a la decisión de Beth, su esposa. Nick no pudo evitar burlarse ampliamente, aunque Lucian sabía que solo bromeaba.

Al llegar a casa, el guión lo estaba esperando en su buzón. Le echó una breve ojeada y sonrió. Sí, su participación estaba confirmada. Y debía celebrar ¿verdad?

Se había comportado durante tanto tiempo… pero no estaba de ánimo para ir a bares de moda o lugares que solía frecuentar. Sirvió una copa de vino y observó a través del gran ventanal la ciudad. ¿Quién diría que a momentos llegaba a sentirse solo? Con bastante frecuencia en esos años. Imaginaba que se debía al término de la serie, pues con Donovan, Lucian y Derek eran como hermanos realmente. Tenía con quien charlar, bromear y reír. Cierto que se disgustaban… ¿pero qué familia no tenía sus pequeñas diferencias? Y precisamente eran eso, una familia. Curioso que lo sintiera así… quizás porque siempre había soñado con tener un hermano.

Crecer junto a sus abuelos había sido una grata experiencia y los adoraba, sobre todo a su abuela. Pero siempre le había hecho falta su madre.

Y… quien sabe, un padre, aunque él no lo había tenido nunca.

Su padre había abandonado a su madre a los pocos años de nacido él. Nunca le había importado tener un hijo ni había querido formar parte de su vida. Se había vuelto a casar y tenía otra familia, él no significaba nada para ese hombre que le había engendrado.

Así que sí, solo tenía a sus abuelos. Ni primos ni tíos… solo sus abuelos. Se sentía muy solo. Y no creía que alguien lo entendiera.

Sacudió la cabeza, negándose a permitir que pensamientos negativos le invadieran. ¿Qué le ocurría? Él generalmente no se sentía así, casi nunca. Tenía la vida que muchos soñarían. Podía hacer lo que quisiera… lo que sea…

Tomó el teléfono, buscó el número y lo marcó antes de reconsiderarlo.

- ¿Sí? –contestaron al otro lado con tono distraído.

- ¿Emma? –Nick se obligó a hablar. Se sentía nervioso y no entendía por qué. Quizás porque Emma le agradaba y realmente quería que fueran amigos. Necesitaba a alguien cerca en quien confiar y Emma, a pesar de lo poco que la conocía y que fueran años que no la había visto, sentía lo confiable que era- hola.

- ¿Nick? –su tono de voz estaba teñido de incredulidad- hola. ¿Cómo estás?

- Bien, muy bien –Nick sonrió- aunque perdí la oportunidad de hacer el piloto…

- Siento eso –Emma se disculpó, sin saber por qué lo hacía- creo que te distrajimos.

- No fue nada… y creo que resultó mejor –contó Nick entusiasmado- he recibido la noticia de que harán un episodio especial por el décimo aniversario de “Destino” y me han llamado.

- ¡Felicidades! –rió encantada Emma- ¿de verdad lo harán? ¿Y de qué tratará?

- No puedo decírtelo –soltó Nick con seriedad y escuchó un bufido al otro lado de la línea. Sonrió levemente.

- ¿Qué? ¿Piensas que lo iré revelando por ahí?

- No, es que no creo que tenga mucho sentido ya que tú no… -Nick se silenció. Arqueó una ceja, aun cuando sabía que no podía mirarlo- ¿acaso la has visto?

- Bueno… -Emma sintió que se sonrojaba y era una suerte que Nick no pudiera verla- un par de capítulos. ¿Te lo dije, recuerdas?

- Sí, ¿qué te pareció? –preguntó ansioso. ¿Por qué le importaba su opinión?

- Me gustó. Mucho –inspiró hondo y confesó- más de lo que me gustaría admitir.

Nick sintió una punzada de orgullo por su trabajo al escuchar a Emma.

- ¡Genial! Siendo ese el caso… podría comentarte un par de cosas.

- ¿Si? –Emma odió que su voz sonara tan emocionada. Pero no todos los días una se reencontraba con un hombre increíble como Nick y él la llamaba, contándole que harían un episodio especial de una de sus series favoritas. Porque, aunque jamás lo admitiera, le había encantado la serie. En su sencillez, se había convertido en el distractor perfecto cuando no podía más con la rutina o el estrés. Suspiró.

- Por supuesto que sí –confirmó Nick.

- Bien.

Se quedaron en silencio por unos momentos. Emma miró el libro que tenía entre manos y lo cerró lentamente. Lo volvió a abrir y lo cerró. ¿Debía hablar? ¿Qué podía decirle a Nick? Él la había llamado, después de todo… Le había compartido una noticia que sin duda lo llenaba de alegría. ¿Eso significaba que lo de ser amigos iba en serio?

- Nuevamente…

- Emma, yo…

Los dos volvieron a quedarse en silencio y escuchó como Nick reía. Sorprendida, notó que ella también estaba riendo.

- Puedes hablar Nick.

- Quería quedar para ese café. En esta semana, si es posible.

- ¿Esta semana? –Emma abrió la boca, sin saber qué decir. Tenía muchas cosas que hacer. Desde el leve desorden de su departamento hasta las horas de práctica y… claro, todo eso seguiría ahí después de tomar 
un café con Nick.

- Si te viene bien… -soltó él dudoso.

- Sí, supongo que sí –respondió con cautela- ¿a dónde iremos?

- ¿Te parece bien la cafetería en que nos encontramos? –a Nick no le animaba la idea particularmente pero no se le ocurría otro lugar.

- Había demasiada gente –Emma arrugó la nariz- no me gustan las multitudes.

- Entiendo la razón –murmuró Nick- ¿Dónde te gustaría?

- No lo sé, apenas he llegado y…

- ¿Qué te parece si te paso a recoger al salir de tus clases? –ofreció Nick.

- ¿Y a dónde iríamos? –inquirió Emma intrigada.

- A mi casa –contestó Nick y Emma miró con incredulidad al teléfono. ¿Bromeaba?

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