domingo, 23 de noviembre de 2014

Conociéndote 21



En la Fundación los recibieron amablemente y tanto la Directora como varias chicas que recibían asistencia, aceptaron ser entrevistadas.
Helena estaba hablando con una chica embarazada cuando su vista se debió hacia Ben que hablaba con otra adolescente, se lo veía serio.

-¿Es tu novio? – preguntó la chica que entrevistaba y eso la trajo de regreso. “Novio”. De hecho le era, un par de horas atrás , ella lo había aceptado, sin embargo aún le costaba aceptar esa realidad.
-Sí – dijo tímidamente y algo sonrojada.
-Parece que tienes suerte, se ve un buen chico. No como el que me encontré yo,  no parece ser de los que salen huyendo – comentó posando la mano en la panza abultada.
Helena no supo bien que decir, su relación con Ben era muy reciente, pero estaba segura que era confiable. Y también, conociendo su historia, sabía muy bien que él jamás abandonaría a un hijo.
-Es un gran chico, y él fue adoptado también, se crió bien – dijo de pronto sintiendo que era algo que le gustaría saber a aquella joven que pensaba dar a su hijo en adopción. Pensó que tampoco ella dejaría a un hijo, pero entendió que  la chica no se sentía preparada para hacerse cargo y pensaba en lo que sería mejor para el niño, Lena se había acostumbrado a no juzgar a los demás.
-Espero que mi bebé tenga la misma suerte- dijo la chica y las dos sonrieron levemente con el deseo interno de que así fuera.
Terminaron las entrevistas y recolectaron la información necesaria para la tarea , y se marcharon.
Helena estaba preocupada por Benedict, él iba caminando en silencio agarrándola de la mano. Imaginaba que aquella visita había removido muchas cosas en él.
Quería consolarlo, darle fuerzas de la misma manera que  hacía con ella. No estaba segura de cómo hacerlo, así que sólo presionó su mano para recordarle que estaba allí, con él.
Ben devolvió el apretón, la miró y comenzó a hablar despacio. Helena supo que nunca antes había dicho en voz alta aquello.
-Es extraño, entiendo las razones que pudo haber tenido, mucho más después de hablar con las personas de aquí. Era joven , seguramente estaba sola o no tenía como criarme, o simplemente no estaba preparada para hacerse cargo de un niño…para siempre. Y sé que tengo que agradecer que durante nueve meses me tuvo, me cuidó y después pensó en darme un buen futuro, tengo buenos padres y una buena vida , debido a eso, pero…aún así, a una parte de mí esas razones no me sirven. No me alcanza, me abandonó, no me quiso…esas ideas están allí, sin importar todo lo que lo razone.
-Lo sé, duele igual – dijo Helena y Ben recordó que también la madre de ella se había ido.
-Perdona, no quise.
- Tampoco yo lo entiendo, y ni siquiera tengo excusas para justificarla, era adulta, tenía un marido…tampoco nos quiso lo suficiente, no lo sé. Pero Ben…
-¿Sí?
-Ya no pienso tanto en eso.- dijo ella.
-¿En tu madre?
-En la gente que se va, estoy aprendiendo a pensar en los que se quedan. En la gente que está en mi vida y que me quiere.
- ¿En mí? – preguntó aligerando el tono.
-Sí, delegado, estás en esa lista. Y espero estar en la tuya.
-Lo estás, Lena. ¿Me acompañarías a un lugar?- preguntó dudoso.
-Sí – dijo ella y él le dedicó una leve sonrisa. Aún se lo notaba inquieto.
Tomaron un autobús que los llevó bastante lejos del centro de la ciudad, luego caminaron unas cuadras y Ben se detuvo frente a un pequeño restaurante, una mujer salió a limpiar las mesas que había afuera.
Él se la quedó mirando con una expresión seria.
-¿Ben? – lo llamó Helena.
-Es ella…- dijo él y la chica miró hacia la vereda de enfrente.
-¿Ella?
-Ella..la mujer que..- dijo trabándose con las palabras.
-¿Es tu madre biológica? – preguntó Helena comprendiendo de golpe.
-Sí.
-¿Desde cuándo lo sabes?- preguntó asombrada
-Varios años, encontré mis papeles de adopción un tiempo atrás e investigué, sabes que soy inteligente.
-Sí, peligrosamente .¿Y has hablado con ella?
-No, vengo cada tanto. Quiero preguntarle tantas cosas, pero no creo que pueda. Ni que deba. Sólo haría las cosas más difíciles para todos – dijo frunciendo el ceño. Sin pensarlo mucho, Helena lo abrazó fuerte por la espalda.
- Si algún día quieres cruzar esta calle, iré contigo- le dijo.
- Tal vez, algún día – susurró él y su voz sonaba extraña. De pronto se giró y fue él quien la abrazó.- Eres mi chica mala favorita- le dijo  y se inclinó para apoyar su cabeza sobre el hombro de ella
Se quedaron así durante un tiempo difícil de medir. El tiempo necesario para que los viejos dolores remitieran.
-¿Ahora me acompañarías tú a mí a un lugar? – preguntó Helena cuando se alejaron.
-Me encantaría, pero se está haciendo tarde, no quiero darle razones a tu hermano para pegarme.
-Cobarde. Además yo puedo defenderte.
-No  es a ti a quien va a golpear tu hermano.- le dijo en tono de broma y ella lo tomó del bazo y tiró de él hasta la parada de autobús.
-¡Vamos! Yo tomaré la responsabilidad si algo pasa – le dijo sonriendo y él la siguió.
Casi media hora después estaban paseando junto al mar, como la vez anterior, Helena se subió a la pared baja que había y le tendió una mano a Ben.
-¿Subes?- lo invitó. Él sonrió recordando la vez que la había seguido, habían recorrido un largo camino para llegar hasta allí. Subió a su lado y los dos se pusieron a gritar con todas sus fuerzas para descargar sus preocupaciones. Ahora ya no tenían secretos, cada uno sabía muy bien lo que afligía al otro.



3 comentarios:

  1. oooo. como extrañaba esta historia. Gracias Nata. pacientemente seguire esperando las demas... quiero un Ben.

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  2. Siii, yo también extrañaba a Ben y Lena, tan lindos y dulces. Esperando más de ellos. Gracias Nata!!

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  3. ¡Que bonito! Me encantó Nata.
    Muchas gracias jijiji esperando más.
    Besitos

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