- ¡Tienes que estar bromeando! –pronunció Emma, secándose con el dorso del dedo una lágrima de la risa- ¿verdad?
- No –Nick dijo con tono gélido. Emma intentó dejar de reírse de inmediato, pero no lo lograba- ¿qué es tan gracioso?
- Es que… -Emma inspiró hondo y frunció los labios, sellándolos con fuerza. Al menos así, dejaría de reírse. Trato de hablar nuevamente- realmente eres actor.
Nick no sabía qué responder. ¿Acaso debía hacerlo? Sí, era actor. Y, sí, Emma había dejado bien claro que lo consideraba superficial y un tanto idiota… al mirarla, se notaba que con su profesión solo le había confirmado esa creencia.
- Estás enfadado… -su voz fue incrédula- yo no…
- Enfadado no –cortó Nick- estoy ofendido. Yo no asumiría nada solo por tu profesión… -arqueó una ceja- ¿a qué te dedicas, por cierto?
- Medicina –respondió orgullosa Emma- seré doctora.
- Genial –gruñó Nick y empezó a alejarse.
- ¡Espera! –Emma lo siguió sorprendida- ¿a dónde vas?
- Regreso a la fiesta.
- Pensé que irías conmigo a buscar a Alessandra…
- ¿Para qué? Solo te estorbaría. Te bastas a ti misma –añadió sarcástico.
- No me gusta ese tono de voz –Emma cruzó sus brazos- lo siento si te sentiste ofendido pero no es mi culpa que seas actor y…
- Si esa es tu idea de una disculpa, pierdes el tiempo –soltó secamente Nick. Emma abrió la boca con sorpresa y frunció el ceño- mejor me voy, no quiero que empieces a golpearme nuevamente…
- ¡Eres tan idiota! –Emma lo empujó y él puso en blanco los ojos. Esta vez, tenía los pies bien firmes en el suelo- Yo no quería golpearte pero tú… tú…
- ¿Yo…? –Nick dejó salir el aire lentamente de sus pulmones, intentando calmarse. ¿Qué rayos le sucedía?
Era cierto que no estaba acostumbrado desde hace varios años a los desplantes de una mujer, pero era algo más que le molestaba. Que encendía su furia instantáneamente y a la vez lo calmaba… era extrañísimo.
- Me voy –Emma elevó sus brazos en el aire y se los llevó a la cabeza- debí haber hecho esto hace mucho. No, mejor, nunca debí venir.
Nick esperó que Emma se fuera pero se quedó ahí, parada sin decir nada más. Él siguió contemplándola, sin moverse. Los ojos castaños de Emma se fijaron en su rostro y tomó posición firme.
- ¿Vienes? –preguntó, ya sin mirarlo y siguiendo hacia un costado de los jardines. Nick sabía que lo más sensato sería ir en dirección contraria pero, la verdad, no tenía nada más interesante que hacer y no tenía ánimo de esforzarse en conquistar a nadie. ¿Qué diablos le estaba sucediendo? Tenía que ser el cambio de horario, no podía ser otra cosa.
Caminaron en relativo silencio, intercambiando comentarios esporádicamente mientras intentaban localizar a Alessandra. Pero no había rastro de ella, ni de André, para ser precisos. Emma sintió un escalofrío, algo muy malo debió haber pasado… podría ser algo bueno pero, algo en su interior le decía que no era así.
- ¿Sucede algo? –inquirió Nick mirando la aprensión dibujada en el rostro de Emma. Para ser una persona inexpresiva y seria, en ese instante parecía que entraría en crisis en cualquier momento.
- No… no lo sé –contestó con desconcierto- creo que ha pasado algo… grande. Si Alessandra se ha ido así, sin decirme nada… y André no está tampoco…
- ¿Quizás fueron a otro lugar? –sugirió Nick levemente. ¿Por qué no? Eran novios y podrían haber querido un momento a solas.
- Es que no encaja. Alessandra me habría avisado que se iba… -Emma suspiró- supongo que eso significa que iré a casa sola.
Nick la acompañó hasta la entrada del lugar pero Emma siguió caminando. Él la miró con curiosidad, antes de detenerla.
- ¿A dónde vas? Los autos están por allá –señaló con suficiencia.
- He venido con Alessandra y André ¿recuerdas? –Emma bufó con impaciencia- en el auto de él. Debo irme en un taxi.
- ¿Qué? No, claro que no –Nick negó con firmeza- te llevaré.
- ¿Cómo? No es necesario –rehusó Emma pero él le empujó en la dirección correcta suavemente- pero no…
- De todos modos, estoy al límite de mi paciencia en cuanto a las bodas. Es demasiado ya –restó importancia, abriéndole la puerta para que subiera.
- ¿No te gustan las bodas? –Emma sonrió aprobadora. Los ojos verdes de Nick se iluminaron- a mí tampoco, la verdad.
- ¿No? –Nick encendió el auto- Finalmente tenemos algo en común. ¿Quién lo diría?
Rieron y puso en marcha el auto, incrédulo por el giro de los acontecimientos. No que algo fuera a pasar ni mucho menos… pero de alguna manera, era agradable el cambio de ambiente y de personas en él. Emma no se medía al hablar y le decía las cosas de frente, además era inteligente. Refrescante.
- ¿De qué trata la serie? –preguntó Emma de pronto y Nick la observó de reojo- me temo que no la he visto nunca.
- No creo que sea de tu estilo de cualquier manera –ladeó la cabeza Nick y Emma resopló- es la verdad, pareces el tipo de persona que…
- ¿Qué? –Emma esperó que continuara pero Nick negó lentamente- ¿qué ibas a decir?
- Nada. Es solo que tú no pareces el tipo de persona que disfruta de cosas… divertidas. Bueno, todo es asunto serio contigo…
- ¿Y eso está mal? –Emma miró por la ventana. Tenía que ser seria, debía serlo. ¿Quién la tomaría en serio si no fuera así? Debía mantenerse firme y luchar para salir adelante en su carrera, esforzarse y no olvidar que a pesar de estar sola en el mundo, tenía un lugar ahí aún… tenía unas amigas que quería mucho y…
- No, pero está bien divertirse de vez en cuando –sonrió Nick radiante.
- Tú que lo sabes bien –retrucó en voz monótona.
- Sí, un poco –admitió Nick y pareció incómodo por un momento- ¿la serie, verdad? Ah, somos unos hermanos italianos viviendo la vida –explicó escuetamente.
- ¿Eso es todo? –Emma frunció los labios con confusión- ¿y cuántas temporadas ya van así?
- Ocho –contestó Nick negando divertido- bien, es un poco más que eso pero básicamente… es la idea.
- Ah, así que ¿se supone que eres italiano? ¿Por eso hablas tan bien el idioma?
- Sí, hemos tomado un par de cursos, para darle realismo a nuestros personajes. Nos tomamos las cosas muy en serio –confirmó una vez muy formal. Emma sonrió.
- ¿Y de dónde eres realmente? –inquirió con curiosidad- ¿Estados Unidos?
- Sí, pero tengo raíces irlandesas –contó y Emma lo observó lentamente- ¿qué?
- ¿De verdad? ¡Me fascina Irlanda! Su cultura, su historia y sus baladas… -Emma suspiró. Nick sonrió.
- Sí, a mi abuela le encantaría escuchar eso –sus ojos verdes brillaron- y a mí me encanta tu país, Italia.
- Ah, entonces no todo es actuación. Si te gusta estar aquí.
- Mucho –Nick la miró por un par de segundos pero Emma pudo sentir la intensidad de aquellas profundidades verdes en ella.
- Es aquí –pronunció Emma demasiado fuerte y rápido- puedes dejarme aquí.
- De acuerdo –Nick se sorprendió por la brusquedad y su insistencia- ¿pasa algo?
- No, es solo que… -Emma habló rápidamente y de pronto se quedó en silencio. ¿Era solo qué? Nick era guapo y agradable, inteligente (para su sorpresa) e ingenioso… la había sorprendido, era todo.
- ¿Emma? –insistió Nick, intentando descifrar qué sucedía.
Emma escuchó su voz y elevó sus ojos con rapidez hacia el rostro de Nick. Sus ojos verdes, casi como esmeraldas relucían a la luz del atardecer y cuando él sonrió… ¡No! Emma se removió en su asiento y, al intentar abrir la puerta con prontitud, arrojó a sus pies la cartera que llevaba y el contenido se desparramó por la alfombra del auto. Maldijo con incredulidad, cerrando los ojos con rabia.
Nick se quedó un tanto desconcertado ante la vertiginosa sucesión de cosas realizadas por Emma. De pronto, miró varios objetos en el lado del pasajero que ocupaba Emma y se dispuso a recogerlas. Ella hizo lo mismo y sus cabezas chocaron por el simultáneo movimiento.
Emma maldijo por lo bajo, mientras se frotaba la parte lateral de la cabeza ante la punzada de dolor. Ladeó el rostro y notó que, contrario a ella, Nick estaba riendo a carcajadas, aunque también se masajeaba la cabeza con la mano.
- ¿Te estás riendo? –Emma soltó con incredulidad y, para su absoluta sorpresa, se encontró sonriendo… riendo… a carcajadas. ¡Dios, no podía recordar hacía cuanto tiempo no reía así! No muy seguido y, definitivamente, no varias veces al día.
Cada vez me gusta mas la historia, aunque tengo la mala costumbre de que al citar lugares o situaciones de las historias pasadas, debo ir a esa historia para recordar que paso. sigue asi gaby, me encanta esta saga.
ResponderEliminarGracias Yoce, qué alegría que te guste la saga y aún la recuerdes :) Abrazos!!
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