Emma se sentía realmente estúpida por sus palabras, su instintiva reacción de detenerlo y por la manera en que la miraban el hombre de ojos verdes y la mujer que lo acompañaba. ¿Qué había estado pensando?
Podría matarlo. Realmente nunca había pensado que tendría aquel sentimiento de querer poner sus manos alrededor del cuello de alguien y estrujarlo… pero de él… de ¿Nick? Podría hacerlo… ¡y se suponía que ella sería doctora!
- ¿Puedo ayudarte en algo? –Nick sonrió alegremente hacia Emma. Ella frunció el ceño hacia la chica que se desprendió de su brazo, quizás creyendo que entre ellos había algo. ¡Ni siquiera se conocían!
- ¿Cómo te atreves a dejarme así después de lo que dijiste? ¡Eres un idiota!
- ¿Podrías dejar de insultarme? –pidió Nick suspirando teatralmente- es agotador escuchar tanta negatividad ¿no crees? ¿Cómo vives así?
- ¡¿Cómo te atreves?! –bramó Emma y clavó sus ojos castaños en él- ¡tú!
- ¿Yo… qué? –rió él y eso bastó para que Emma lo empujara con todas sus fuerzas. Nick estaba parado precariamente, con postura despreocupada por lo que el inesperado movimiento hizo que perdiera el equilibrio y cayera al césped. Dejó de reírse y elevó sus ojos verdes furiosos hacia la mujer que, ahora, obviamente, se estaba riendo a carcajadas.
Emma inspiró hondo antes de sentir otra ronda de risa subir por su garganta. ¡Se veía tan gracioso! Sentado en su elegante traje, con mirada asesina y frunciendo el ceño. Sus brazos cruzados con obstinación y de pronto alargó la mano hacia ella y la haló con fuerza. Emma se sorprendió por el movimiento, su agilidad y poca delicadeza. Se encontró sentada junto a él, que giró su rostro hacia ella.
- ¿Ahora sigue siendo gracioso? –inquirió y la atrajo hacia él con firmeza, dándole un intenso beso que la dejó absolutamente sorprendida- ¿y qué tal ahora?
Emma elevó su mano para darle un golpe en el rostro pero él la detuvo sin esfuerzo alguno, con una leve sonrisa.
- No preciosa, suficientes golpes por hoy –se incorporó divertido y observó que los ojos de ella echaban fuego- ¿vienes? –le ofreció la mano para que se levantara pero Emma cruzó los brazos con terquedad y giró el rostro al lado contrario- como quieras –pronunció encogiéndose de hombros y se alejó silbando una melodía. Emma decidió que solo un milagro evitaría que ese día no terminara asesinando a alguien. No, no a alguien. ¡¡A él!!
Maldijo como no recordaba haberlo hecho en mucho tiempo y buscó a Alessandra por todos lados para avisarle que se iría, lo que era extremadamente difícil pues quería evitar encontrarse con ese hombre. ¿Dónde rayos se había metido su mejor amiga? No sabía si era buena idea encontrarla tampoco, quería desquitarse con alguien y Alessandra no era una opción. Quizás su novio André sí… o Nick.
Nick… ¿qué clase de nombre era Nick? Nick Wright… No, de ninguna manera él podría agradarle. Quizás si fuera menos… o más… bueno, ¡si no fuera endemoniadamente guapo podrían hablar! O eso imaginaba…
¿Y por qué ella querría hablarle? ¡Qué absurdo! No quería volver a verlo, eso era. Nick Wright… el estúpido, idiota, arrogante, atrevido Nick Wright.
La había besado. ¡Un beso! Es que no podía quedarse así… ¡no podía! Se rehusaba a dejarlo y, como Alessandra no parecía estar por ningún lado ni André, decidió que su prioridad era ese Nick por el momento.
Nick la observó pasar detrás de unos arbustos que imaginaba pretendía que la escondieran. Lo cierto era que su desviación del camino en el que él estaba era más evidente. Sonrió divertido. Estar cerca de ella era como una montaña rusa de emociones. No sabía qué le esperaba. ¡Y ni siquiera sabía su nombre!
¿Cuál sería su nombre? Le intrigaba su aparente inmunidad a su tan referido encanto. Nunca antes le había fallado y ella ni lo miró cuando le habló. Nada. ¿Y al besarla? Solo había estado más molesta que antes. ¿Sabía ella cuántas mujeres se pelearían por estar en su lugar?
Sonrió, no era presuntuoso, solo que lo sabía muy bien. Había visto las largas filas de fans esperando por tomarse una foto con él o tan siquiera un autógrafo. Y había tenido cada propuesta, tanto de mujeres famosas como no famosas. Ella ni siquiera sabía quién era él. Esto era divertido.
- ¿Qué es tan divertido? –inquirió Derek, otro de los protagonistas de la serie en la que actuaba. Nick negó levemente- ¿nueva conquista?
- Lo dudo –rió Nick recordándola sentada sobre la hierba, furiosa- creo que he hecho enfadar a alguien.
- ¿Tú? –Derek lo miró con incredulidad- eso no es posible.
- Díselo a ella –se encogió de hombros risueño- me ha golpeado.
- ¿Qué? –Derek rió con fuerza y observó a su alrededor- ¿dónde están Donovan y Lucian? ¡Tienen que saber esto!
- Derek… -soltó en tono de advertencia, aunque no le importaba que lo supieran. Después de todo, igual que en la serie, ellos eran como hermanos- ¿dónde estabas?
- Por ahí… -Derek elevó sus ojos al cielo- ¿sabes qué te hace falta?
- ¿Qué será? –Nick cruzó los brazos y sonrió despreocupado.
- ¿La mujer que te golpeó cómo está vestida? –inquirió Derek reprimiendo una risa.
- ¿Por qué lo preguntas? –replicó extrañado.
- Porque si llevaba un vestido azul… creo que tu chica viene hacia aquí.
Nick giró en un movimiento reflejo ante las palabras de Derek. Sí, era ella. Y parecía furiosa nuevamente. Intentó no sonreír pero esto se empezaba a tornar absurdo.
- Antes de que lo digas –Nick habló cuando Emma estuvo lo suficientemente cerca para escucharle- él, al igual que tú, no ha caído rendido ante mis encantos.
Emma se puso roja de furia y vergüenza por sus palabras. El hombre que acompañaba a Nick se estaba partiendo de la risa a su lado y Nick se limitaba a sonreír angelicalmente.
- Solo por si decides agredirme nuevamente… -elevó sus manos en gesto inocente Nick. Emma gruñó acercándose a él, amenazadoramente y no creía posible que el amigo de Nick pudiera reírse más fuerte- ah, por cierto, te presento a Derek… aunque no creo que te interese ¿verdad?
- ¿Por qué no te callas de una vez? –Emma apretó la mano en un puño, intentando relajarse. No iba a darle el gusto de volver a alterarse, no frente a ese otro hombre ni a casi la mitad de los invitados de la boda.
- ¿Podría preguntar qué tienes contra mí? Yo solo quería ser amable… ¿acaso hice algo malo por acercarme a ti y presentarme?
- ¡Me besaste! ¿Cómo te atreves a decirme que tú no…?
- Ah no, eso fue después y tú lo provocaste.
- ¿Yo? ¿Cómo? ¡Tú me arrastraste al césped!
- ¡Porque tú me empujaste primero! –se defendió Nick.
Derek los miró alternativamente y no podía creer que pudiera reírse más. Pero era posible, y aun así, sabía reconocer el peligro. Se alejó discretamente, teniendo la certeza que Nick no veía que estaba perdido.
- Yo no… -empezó Emma y cerró la boca instantáneamente. Nick giró para observar quién causaba semejante reacción y vio que se acercaba el novio, Marcos.
- ¡Hola, qué gusto verte aquí Emma! –Marcos le saludó con un beso en la mejilla y sonrió con calidez- ¿cómo estás? Te ves hermosa.
- Marcos, hola –Emma sonrió ampliamente- muy bien, me encantó tu boda. Preciosa. Y te ves muy bien.
- En lo absoluto –negó él encantador- es mi esposa quien se lleva todo el mérito.
- Sin duda, se veía bellísima –comentó mirando los radiantes y enamorados ojos azules de Marcos- ¿dónde está Mía?
- Con su familia me parece, bailando probablemente… -Marcos volvió su mirada hacia Nick- Nick, ¿cómo la estás pasando? –sus ojos se posaron en Emma- ¿ya se han conocido?
- Bueno, sí… -empezó Emma.
- No exactamente –dijo al mismo tiempo Nick.
Marcos los miró lentamente, con sus ojos azules llenos de curiosidad y diversión. ¿Qué estaba sucediendo ahí?
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