viernes, 5 de septiembre de 2014

Gabriela Ruiz "Si Supieras" 24

Nina bajó del auto de Cameron y se despidió de él con una sonrisa y un abrazo. Sabía que los días que venían no serían fáciles para él, pero estaba dispuesta a apoyarle en lo que fuera necesario. Eran los mejores amigos, siempre estaban juntos.

Al cerrar la puerta con lentitud, miró un auto que no se suponía que debía estar ahí. ¿Caleb?
Caleb se bajó poco después, dirigiéndose a su puerta. Vaciló frente a ella. Nina lo miraba todo desde la ventana de la sala. Cuando él parecía girar para marcharse, Nina abrió la puerta y lo enfrentó.
–¿Caleb? –ladeó el rostro con miles de preguntas rondando en su cabeza.
–Nina… –él clavó sus ojos azules en ella– ¿quién es el idiota ahora?
–No lo entiendo… –pronunció Nina con inquietud.
–¿Podemos hablar?
–Pensé que no tenía caso que habláramos…
–Sí, estaba molesto.
–¿Y ahora ya no?
–Ahora quiero hablar, Nina –Caleb se encogió de hombros– ¿podríamos?
–Sí, por supuesto. ¿Ahora?
–Preferiría no esperar. Pero si tú…
–Ven –Nina le tomó la mano, cerró la puerta de la casa y lo llevó hasta la puerta lateral de la casa, que daba al jardín– debemos hablar en voz baja.
–¿Crees que te regañen por llegar tan tarde?
–¡Caleb! –Nina sonrió a pesar de todo. Él también sonrió brevemente– no soy una niña.
–Lo sé –murmuró él asintiendo– créeme, lo sé.
–¿Qué significa eso, Caleb?
–Que… –Caleb se pasó una mano por el cabello, con frustración– que realmente soy un idiota, después de esta noche.
–¿De qué hablas?
–Porque, a pesar de lo que he visto y sé, aún quiero besarte, Nina.
–Caleb… –Nina abrió la boca con sorpresa. ¿Qué significaba eso?– Tú…
–Me encanta estar a tu lado, Nina. Si tú supieras lo que yo siento, lo que…
–¿Qué sientes, Caleb? –Nina acercó su rostro hacia él– dímelo.
–Nina… –deslizó su mano por la mejilla de Nina– eres tan hermosa, Nina.
–¿Más hermosa que Caitlin? –refunfuñó.
–Mucho más –Caleb rió divertido y Nina hizo un mohín– es cierto.
–¿Por qué la llevaste, Caleb?
–¿De verdad quieres hablar sobre eso ahora?
–Sí –afirmó con terquedad.
–Bien… –suspiró con cansancio– nos encontramos en una reunión de negocios. Ella es representante de una de las empresas con las que estamos cerrando un trato. No la reconocí, al inicio. Ella se acercó hasta mi oficina, hablábamos y surgió la cena de compromiso de Cameron y, bueno, ella quería verlo…
–Y tú la invitaste.
–No, ella me pidió que lo hiciera.
–¡Y tú lo hiciste!
–Pero ¿qué podía hacer, Nina? –Caleb puso en blanco los ojos. No podía creer que estaba hablando sobre Caitlin con Nina, fuera de su casa, pasada la medianoche y donde un viento gélido corría por el jardín– no iba a decirle que no.
–¿Por qué no?
–Porque no habría sido algo cortés. No tengo nada en contra de Caitlin.
–Porque la quieres.
–No.
–Porque la quisiste.
–Sí, la quise –remarcó el tono pasado pero Nina lo ignoró.
–Estabas enamorado de ella y crees que no vale la pena volver a enamorarse porque nadie más es ella.
–Nina…
–¡Admítelo, Caleb! Admite lo que sientes y…
–Bien, lo admito –Caleb inspiró con irritación– he estado enamorado por mucho tiempo. Y ¿sabes qué? ¡No ha servido para nada! Tanto tiempo y no he podido hacer que me corresponda porque…
–Sí, qué tragedia. Fueron separados y no has podido cumplir tu gran sueño. Pero ¡ahora ya puedes hacerlo! Tienes a tu Caitlin y está más que dispuesta a caer rendida en cuanto le des una señal.
–Nina, yo ya no quiero a Caitlin. ¿Acaso no has visto que lo único que he hecho ha sido trabajar para intentar olvidar todo lo demás? ¡Ella no me interesa y…!
–¿Ahora amas tu trabajo y nada más? ¿Qué te interesa aparte de eso, Caleb?
–Nina… –Caleb la tomó de los brazos– Nina, mírame. Quiero que me escuches.
–Caleb, yo no quiero hablar más de esto. Tenías razón. No servirá de nada.
Nina se alejó con tristeza. Caleb la alcanzó y le pidió que lo mirara una vez más.
–Nina, solo dime una cosa, ¿amas a Cameron?
Ella inspiró hondo y asintió, una vez, sin siquiera mirar. Cuando quiso encontrar a Caleb con sus ojos castaños por el jardín, él ya se había marchado. 
Era lo mejor. Él estaba enamorado o quizás ya no, pero no importaba. Ella sabía que sí lo estaba y era una estupidez pensar que él podría amarla también.
Sí, sin duda tenía que terminar tarde o temprano, sin siquiera haber iniciado.
Porque, era cierto, amaba a Cameron. Nunca sería de otra manera. Pero el amor podía manifestarse de muchas maneras. Y, aunque hubiera querido explicarle eso a Caleb, no tenía caso alguno.
***
–Entonces ¿cancelarás la boda definitivamente? –Nina giró su rostro hacia Cameron. Él asintió– ¿no crees que deberías hacerlo ya?
–Kristen quiere dar el anuncio y no está decidida a hacerlo. Cree que voy a cambiar de opinión, tarde o temprano.
–¿Lo harás? –inquirió dudosa.
–No. No puedo –negó Cameron.
–¿Por qué no?
–Porque no quiero –sonrió Cameron– porque no estoy listo para hacerlo.
–¿Qué te hizo pensar que lo estabas?
–Kristen insistió en que nuestra relación debía ir a algún lugar. Y yo pensé que tenía razón. ¿Soy demasiado joven no?
–Evidentemente, dejas que te digan que debes hacer. Lo eres.
–Tampoco soy tan fácil de convencer.
–Sí, claro que no –Nina rió bajo.
–Tú eres mucho más fácil de convencer que yo.
–¿Yo? Puedo mantenerme firme muchísimo más fácil que tú.
–No. Tú no te arriesgarías por algo que no estás segura.
–¿Y eso qué tiene que ver? Además, soy capaz de arriesgarme y mantenerme firme.
–¿Ah sí? –Cameron arqueó una ceja– ¿y Caleb?
–¿Qué hay con él?
–¿Por qué lo dejaste ir?
–Yo no lo dejé ir. Él se fue. Y no sé por qué me dices esto ahora.
–Porque te amo, Nina.
–Y yo te amo, Cameron. Y no te estoy recordando a cada momento que debes ir a cancelar la boda.
–Ya van dos veces, en menos de media hora, Nina.
–Tú empezaste –se quejó.
–¿Por qué no hablas con Caleb?
–Ya hablé con él.
–No, habla en serio con él.
–¿Qué, acaso crees que pasamos bromeando todo el tiempo, como contigo?
–Nina… –apuntó con impaciencia.
–Es que no sé a qué te refieres, Cameron.
–Dile lo que sientes, Nina –soltó Cameron y giró su rostro hacia el cielo, mirando como una nube cubría momentáneamente el sol. Cerró los ojos.

2 comentarios:

  1. Guau. Ahora Nina es la que me irrito demasiado, porfin Caleb iba a decirle las cosas como corresponden y ella no lo deja hablar.... cuánto más sufriremos hasta verlos juntos y felices :(....??????????

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  2. Aaaaaaaaah!! ¡¡Pero que tontos estos dos!! Me ponen de los nervios jajajaja.
    Es que dan mas vueltas para decirse las cosas jijijiji.
    Me encantó, Nata. Quiero maaaaas jijiji
    Muchos besitos ;-)

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