viernes, 22 de agosto de 2014

Gabriela Ruiz "Si Supieras" 22

Cameron se encontraba en el salón desde muy temprano. Había ido a cambiarse de ropa y estaba de vuelta, esperando la llegada de los invitados. Su cena de compromiso. Se sentía inquieto y eso no le parecía la mejor señal. Quería hablar con Nina, solo ella podría escucharlo y sabría que decirle. Ella lo entendía mejor que nadie en el mundo.

Cerró los ojos por un instante y pudo ver con claridad una de las tantas tardes que pasaron recostados en el césped, uno junto al otro, pensando en lo que sería su vida. Y, en cada momento a su lado, supo que nunca estarían separados. Él estaba unido a Nina, de una u otra manera, siempre lo estaría.
Deseaba que ella fuera feliz y eso lo preocupaba aún más que todo. Porque últimamente no parecía la misma, habría pensado que se debía a su boda pero sentía que estaba equivocado. Que la razón de su cambio era él. Su hermano, Caleb.
–¡Nina! –la miró llegar. Tenía un vestido lila adorable y ella le sonrió– ¡qué alegría que vengas tan temprano!
–¿Temprano? –frunció el ceño confusa– tienes 10 minutos para que el lugar empiece a llenarse, Cameron.
–¿Qué? ¿Tan poco? –pareció realmente contrariado. Nina sonrió malévolamente– no te sientas tan feliz por mí.
–Creo que finalmente te estás dando cuenta de lo que estás haciendo, amigo mío.
–Yo no… –Cameron puso en blanco los ojos– es inútil discutir. Además, no es el momento. Debo ir por mi chaqueta.
–Deberías –confirmó Nina– tu novia llegará en cualquier momento y te matará.
–Lo sé, lo sé –murmuró con molestia y salió a buscarla en su auto. Kristen no había aceptado que fuera por ella, alegando que quería llegar más tarde y él debía estar temprano, recibiendo a los primeros invitados, que en general eran de la familia y ella no estaba de ánimo para hacerlo– ¿y por qué yo tengo que recibirlos, Kristen? –masculló para sí y tomó la chaqueta con brusquedad– es nuestra boda ¿no? ¡Nuestra, no solo mía! –siguió pensando en voz baja y al subir por las escaleras divisó que un auto se detenía. Caleb había llegado. Bajó y giró hacia la puerta del conductor. Cameron se quedó paralizado. Caleb no estaba solo– no puede ser… –formó las palabras y corrió hacia Nina.
–¿Qué te sucede? Tampoco es para tanto. Creo que aún tienes 15 minutos, Cameron –rió Nina divertida. Entrecerró sus ojos con suspicacia– ¿qué ha sucedido?
–Caleb acaba de llegar –pronunció Cameron y Nina arqueó una ceja, interrogante– y no está solo, Nina.
Ella abrió la boca con sorpresa, intentando articular una palabra. ¿Qué quería decir?
–¿Por qué me dices esto a mí, Cameron? –Nina preguntó con alarma.
–Nina, lamento decirte que, quizás puedas engañar a todos, pero no a mí. Soy tu mejor amigo y creo que sé lo que está sucediendo aún antes de que tú lo entiendas.
–No sé de que hablas, Cameron.
–Me temo que es cierto, no lo sabes –negó con lentitud– pero creo que hoy te darás cuenta.
***
Caleb abrió la puerta del auto para que Caitlin saliera. Ella se colgó de su brazo y él se sintió instantáneamente incómodo.
–Caitlin, debo hacer una llamada antes –recordó Caleb y sacó su teléfono– ¿puedes continuar sin mí? Te alcanzo en un momento.
–Está bien, Caleb –le sonrió y caminó hasta el lugar en que se celebraría la cena de compromiso. No sabía si le pedirían invitación, pero a juzgar por las pocas personas que estaban presentes, habían llegado temprano. Se dirigió hacia el centro, donde una joven pareja charlaba. Cuando él giró, pudo identificar los ojos azules de Cameron y aún podía adivinar algunos de sus rasgos infantiles– ¡Cameron!
Él la miró por largo rato, con clara confusión surcando su rostro. Nina, a su lado, también observó a la mujer que no conocía. En cuanto la vio, supo que ella tenía que ser quien acompañaba a Caleb. No podía ser coincidencia que hubiera llegado también. Pero… ¿Cameron la conocía?
–¿Tampoco me recuerdas? –frunció los labios con decepción– ¿qué tienen los hombres de esta familia que me olvidan tan fácilmente?
Cameron abrió los ojos y luego parpadeó con confusión. ¿No era posible que fuera ella, cierto? ¡No, Caitlin!
–¿Caitlin? –pronunció dudoso y ella asintió– ¡qué gusto verte! –la abrazó con una sonrisa– hace tantos años ya.
–¡Lo sé! –su risa se escuchó en el lugar– cuando Caleb me dijo que te casabas, ¡no podía creerlo! –negó mirándolo de nuevo– te ves muy bien, Cam. ¿Y no me presentas a tu novia? Son una pareja adorable –alabó, mirándolos con una gran sonrisa.
–¿Nosotros? –Cameron negó incómodo– Nina es mi mejor amiga, mi novia aún no llega.
–Oh, qué pena con ustedes –Caitlin se sonrojó levemente– es que estaban juntos y yo… bueno, se ven muy bien juntos –sonrió.
–Gracias –Nina murmuró con una sonrisa fingida– soy Nina, su mejor amiga, como bien ha señalado Cameron.
–Mucho gusto, Nina. Soy Caitlin –miró alrededor– ¡qué descuido el mío! Cameron, siento haber aparecido así, sin invitación. Pero he venido con Caleb.
–No hay problema. ¿Dónde está él? –preguntó, sintiendo como los dedos de Nina se aferraban a su brazo con fuerza– Nina… –susurró, girando su rostro hacia el oído de ella.
–Eres tú o será contra ella, así que sopórtalo –siseó Nina con furia.
–Y no te sucede absolutamente nada nuevo –murmuró en respuesta Cameron con ironía, mientras Caleb se acercaba a ellos.
–Buenas noches –pronunció Caleb mirándolos con frialdad– he tenido que atender una llamada –explicó– ¿y dónde dejaste a tu novia, Cameron? ¿Está Nina reemplazándola?
–¿Por qué, Caleb? ¿Preferirías que estuviera contigo y no con Cameron? –Nina contestó con los ojos castaños encendidos de rabia pero riendo. Cameron la miró con sorpresa.
–Nina tiene un sentido del humor muy particular –comentó Cameron riendo también, para que no fuera aún más extraña la situación. Caitlin asintió y Caleb se mantuvo en silencio.
–He sido tan torpe, Caleb –Caitlin suspiró y lo miró– pensé que eran los novios.
–No eres la única, Caitlin –replicó con frialdad.
–¿Les gustaría tomar algo? –ofreció Cameron, sintiendo que debía separar a alguno de ellos del grupo, de preferencia Nina. Si Caleb había llevado a Caitlin, era su problema. Pero Nina… ¡esto no podía terminar bien!
–Sí, a mí me gustaría –contestó Caitlin y giró hacia Caleb– ¿me acompañas, Caleb?
Él asintió, ofreciéndole su brazo. Caitlin le sonrió y siguieron hacia uno de los meseros para solicitar algo de beber. Nina los miró alejarse y volvió a apretar el brazo de Cameron con fuerza, murmurando algo.
–¿Qué te sucede, Nina? –Cameron quitó su brazo con un gesto de contrariedad– te aseguro que estás a punto de arrancarme el brazo. ¿Qué pasa?
–¡Nada! ¿Qué te hace pensar que pasa algo? –refunfuñó Nina– solo ustedes los hombres creen que pasa algo cuando todo está perfectamente bien y…
–Un momento –él entrecerró sus ojos– ¿cómo está eso de “ustedes los hombres”? Es la primera vez que me incluyes en una generalización, Nina.
–¡Tú la conoces! ¿Por qué no me dijiste que la conocías? –Nina clavó sus ojos en Caitlin y luego miró a Cameron– ¿quién es? ¿de dónde la conoces?
–¿Qué hace con Caleb? –completó Cameron y Nina lo fulminó con la mirada– bien, es la ex novia de Caleb. De hace muchos años, salieron en la secundaria. Supongo que…
Cameron no pudo continuar porque Kristen había llegado a la fiesta. Se alejó de Nina, dudoso de si era buena idea dejarla o no. Pero no le quedaba más remedio que hacerlo, era su fiesta de compromiso, después de todo.
–Debo irme, yo…
–Ve, Cameron. Estoy bien –aseguró Nina, aunque lo único que se le antojaba era escuchar más y, a la vez, no escuchar nada más. ¿Por qué quería huir de ahí? No, al contrario, ¿por qué tenía tantas ganas de ir hacia Caleb y pedirle explicaciones? ¡Era tan absurdo!
Sus ojos castaños se encontraron con la mirada azul de Caleb, que no dejaba de observarla con irritante fijeza. Nina se sintió incómoda e intimidada. Y, aún más furiosa que antes. ¿Por qué la miraba así? ¡Debía detenerse ya!
Se cruzó de brazos y frunció el ceño. Caleb seguía mirándola y ladeó una sonrisa. Nina tuvo suficiente. O salía de ahí o haría el ridículo más grande de su vida en la cena de compromiso de su mejor amigo.

4 comentarios:

  1. ¿Por qué? ¿Qué hemos hecho, Nata? ¿Por qué nos haces esto?
    Quiero maaaaas, no tardes mucho jijijiji
    Gracias Gabi y Nata jijijiji. Besitos

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    Respuestas
    1. Jajaja! Me declaro casi inocente, es el legado de EJ y pronto más de esta apasionante nove de Gaby. Besos Yola querida

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  2. Es totalmente injusto... opino lo mismo que Yola, queria que continuara más, estaba como super emocionada leyendo y zas que termina. espero con ansias el prox. cap. muchas gracias a todas.

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  3. ohhh por que Caleb le hace esto a Nina!!!...muy buena historia, felicidades Gaby, pero no nos dejes mucho tiempo en suspenso por favor!

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