Mientras viajaba en el taxi , los
pensamientos de Leonora se agitaban caóticamente. Cada mirada, cada palabra,
cada gesto de su jefe se re significaba y la confundían.
Un minuto intentaba encontrarle una
explicación lógica que justificara sus acciones y al instante siguiente
simplemente lo despreciaba. La única razón que se le ocurría para aquel
comportamiento era una venganza contra su propia familia, y aunque los
Cavendish le cayeran mal, no era razón suficiente para que él se volviera
contra los suyos.
Fuera como fuera, ella había sido
involucrada en aquella telaraña y lo odiaba porque le dolía demasiado. Se
sentía usada y traicionada.
Cuando llegó a la casa de su jefe, le
pagó al taxista y le pidió que la
esperara.
-Pero, señorita…
-No importa, cóbreme lo que haga falta,
no sé cuanto tarde pero sí sé que no voy a quedarme, espéreme – dijo ella y se
sorprendió a si misma de que el enojo la volviera una derrochadora. Pero a la
única conclusión que había llegado era a que Bastian era un mal hombre y quería
decírselo en la cara para luego no volver a verlo jamás.
En el trayecto del auto a la casa se
empapó, pero poco le importaba. La tormenta externa era sólo un reflejo de lo
que sentía en su interior. Llamó a la puerta.
-¿Leoncito, qué haces aquí? – preguntó
Bastian sorprendido al verla allí. Leonora estaba empapada de pies a cabeza
mirando con hostilidad. Algo había sucedido, y no era nada bueno.
-Usted…- dijo ella y le tembló la voz.
-Pasa, vas a enfermarte.- la invitó
haciéndose a un lado para que entrara pero ella permaneció firme en el
exterior.-Leonora…¿qué pasó?- insistió preocupado.
Ella sacó unos papeles de su bolso y
prácticamente se los arrojó a la cara.
-¿Quién es usted en verdad? – preguntó
la joven y Bastian alcanzó a ver que los papeles eran uno de sus ensayos e
información sobre él. Ella lo había descubierto.
-Entra, por favor, hablemos…
-¿Se divirtió? ¡¿Fue gracioso verme
preocupada o mis intentos por hacerlo trabajar?!- dijo ella y aunque quería
controlarse los ojos se le llenaron de lágrimas.
-Leoncito…- dijo saliendo de su casa
para tomarla del bazo.
-¡No me toque! – gritó ella apartándose
y Bastian no se animó a tocarla, aunque se quedó junto a ella, bajo la lluvia
para intentar explicarle.
-Fui tan tonta…¿tan poca cosa le parecí
como para engañarme de esta manera?
-¡Cielos Leonora están malinterpretando
todo! Entra y escúchame.
-No quiero, sólo vine a decirle que
enuncio.
-Leonora , no seas tonta.
-Cierto, soy tonta…demasiado, hasta me
creí su jueguito de enamorado, Dr. Cavendish – dijo ella dolida y
retrocediendo. Ya ni siquiera tenía fuerzas para pelear, sólo quería marcharse
de allí.
-Espera un segundo – dijo Bastian
llegando hasta ella y sosteniéndola por los hombros, aunque ella luchara no iba
a dejarla ir así- Es cierto que mentí en algunas cosas y oculté otras, no era
algo que pretendiera involucrarte pero terminó pasando, pero jamás mentí sobre
mis sentimientos. Estoy enamorado de ti, Leonora.
-No tenía derecho a jugar conmigo, ni a
meterse en mi vida ni con mi familia…no le pedí su ayuda ni su lástima.
-¿De qué hablas?
-Mi hermano, la renta…¿qué más hizo a
mis espaldas?
-Eso fue porque estaba preocupado y
quería ayudarte, dije que te quiero e natural que quisiera preocuparte. Por
favor , Leonora estamos en mitad de la calle en pleno diluvio, usa tu sensatez
habitual y entremos. Sé que estás herida, pero tienes que escuchar la historia
completa…
-No hay nada que escuchar y no le creo,
nada de lo que diga puede cambiarlo.
-Entonces tendré que demostrártelo –
dijo y bajó la cabeza para besarla.
-¡Auch! – gritó soltándola cuando
Leonora lo mordió y luego le dio una patada en la espinilla.
-Los leones muerden, debiera saberlo –
le dijo y se marchó hacia el taxi. Bastian tomado por sorpresa con la guardia
baja, reaccionó tarde, el taxi partió antes que él pudiera darle alcance.
Volvió empapado a su casa, ni siquiera
se cambió, tomó un abrigo, la billetera y las llaves de su auto para ir detrás
de ella.
Leonora entró a su casa y fue
directamente a su habitación, se encerró y dejó salir las lágrimas que había
estado conteniendo.
Escuchó a su madre llamarla y golpear a
la puerta preguntando que le pasaba pero
no quería hablar, ni explicar.
Se sentía muy miserable y con derecho a
hundirse en su miseria sin que la molestaran. También su hermano llamó a la
puerta, estuvo tentada a indagarlo sobre Bastian pero en su estado actual no
era buena idea.
Después de pedir a los gritos que la
dejaran en paz, casi como si volviera a tener quince años, dejaron de
molestarla.
Aunque poco después fue una persona
distinta la que golpeó la puerta de la habitación exigiendo su atención.
Bastian Cavendish estaba allí.
-Leonora, tenemos que hablar, ábreme la
puerta…-pidió él golpeando suavemente y ella maldijo en silencio a su familia
por dejarlo entrar, y , estaba segura de ello, alentarlo.
Incluso pudo escuchar a su madre
hablarle con tono amable.
-Sr. Cavedish, está empapado, ¿quiere
una toalla o ropa para cambiarse? –le preguntó y Leo quiso salir solo para
decirle a su madre que si quería lo adoptara y ella se iba a otro lado, aunque
también le preocupó que él fuera a enfermarse por estar mojado. Pero la
preocupación se le pasó al segundo siguiente, era un hombre adulto…no tenía que
cuidar de él. Ya no.
-Estoy bien, gracias- contestó él a su
madre y luego volvió a golpear su puerta-
Leonora, no seas tan testaruda, ábreme..
-¡Váyase!
-Bien, veo que me escuchas, entonces haz
eso, déjame hablar y escucha , Leonora- dijo Bastian rezando para que ella no
se cubriera los oídos con una almohada o pusiera música a todo volumen.
Entendía cómo se sentía pero él necesitaba contar su parte de la historia.
Así que se sentó en el suelo, bien
pegado a la puerta para poder hablarle.
¡¡¡¡Noooooooooooooo!!!!
ResponderEliminar¡¡¡Te exigo que sigas!!! Jajajajajajaja
¿Por qué? ¿Qué te hemos hecho?
Vuelve Nata, vuelve...
Gracias Nata, super super interesante jijiji
Con cuenta gotas, nos da la droga con cuenta gotas.. jajaja. Malvada
ResponderEliminarAich... Me tienes enamorada. Háblame a mí tras la puerta, que después ya te dejo entrar, para llevarte a la cama de la corbata
ResponderEliminarjejejejeje
Siempre me dejan en lo mas interesante......quiero masssss
ResponderEliminarYo quiero mas y mas, plisss no nos dejes tanto tiempo sin la siguiente parte.... quede con el corazon en la mano. quiero saber la historia de Bastian....
ResponderEliminarGracias a todas por los comentarios, me han hecho reír, prometo no hacerlas esperar mucho. Y ya estamos entrando en la recta final con estos dos.... besosssssssss
ResponderEliminarPD: también se vale acosar a EJ y JJ
y un cuerno!!!!!!!!!!!!!!!!!
EliminarA mí no se me puede hacer coger stress ahora!!!!! jajajajaja Y que bien, me aprovecharé de ello en atosigarte a ti!!!!!! jajajaja
Si claro, muestra algo de decencia en vez de querer llevarte hombres a la cama de la corbata y luego hablamos de lo que puedes y no!!!!
EliminarPD: Estoy con gripe, me contagio la menor , no se me puede molestar...
EJ, nosotras no te pedimos que te estreses jijiji. Al contrario, queremos que te relajes jiji, y escribir vuestras historias (que son muy buenas) os ayudan a relajarte y claro está, a nosotras, vuestras lectoras, nos relajamos también jijiii.
ResponderEliminarAsi que os pedimos con mucho cariño y sin estres jijiji que queremos mas capítulos de vuestras historias jijiji.
Gracias a todas Nata, EJ, JJ y Gaby.
Muchos besos.
Entiendo su enojo sis, totalmente... pero que escuche al hombre!!!
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