martes, 21 de enero de 2014

La elección 16

Para que no me hagan tantas pataletas...el capítulo siguiente....



El arribo de Cian causó estupor en todos. Deq tragó fuerte, los traidores se amilanaron, Azize lo miró con la cabeza en alto y el corazón agitado, y también alcanzó a echarle un vistazo a la joven cortesana que también lo miraba abstraída.
Cian descendió del caballo antes de que este frenara su trote y  se acercó al grupo con la mano firme sobre el pomo de su espada y la mirada furiosa.
Era la imagen que tenía en el campo de batalla y daba miedo.

-Comandante…-lo saludó el Ministro intentando ser sumamente ofensivo con el tono burlón de voz que usó.
-Soy Su Alteza para usted. Si no le importa mis hombres lo escoltarán a usted y sus amigos al palacio Espero que encuentre que los calabozos son de su agrado, yo me encargaré de que su estadía sea grata …-dijo él y su voz desprendía una ira incontrolable.- ¡Llévalos! – ordenó a Deq y cuando este pasó a su lado le dijo en voz muy baja que luego arreglaría lo pendiente con él.
Conspiradores y soldados se marcharon y en el fragante jardín sólo quedaron Azize, y Cian frente a frente y Nabin a un lado que no pudo evitar la tentación de presenciar aquel momento.
-Pudiste llegar a tiempo…-dijo la joven princesa levantando la barbilla para enfrentar a su esposo, a aquel hombre que era tan cercano y a la vez un extraño.
Entonces la mirada de él se desvío hacia su mejilla enrojecida, se acerco a ella, la tomó de un brazo y la arrastró al salón donde había sido la reunión.
-¿Qué…? – trató de protestar ella pero no tuvo más opción que dejarse arrastrar. Apenas entraron, Cian levantó su rostro con una mano.
-¿Quién te hizo esto?
-No importa, atrapamos a los traidores…-dijo ella quitando la mano de él. Era muy turbador tenerlo tan cerca después de tanto tiempo que no lo veía.
-¿No importa? Es un golpe, pero podrían tener un tajo en el cuello o una espada en el corazón ¡Maldita sea Azize! Te pedí que te quedaras en palacio, no que te metieras en situaciones peligrosas…mataré a Deq…
- Sólo obedeció mis órdenes, no podíamos dejarlos escapar. Quién sabe si hubiéramos tenido otra oportunidad..
-Yo venía en camino, cabalgué como loco apenas recibí el mensaje, cambié de caballo cuatro veces y ni recuerdo cuando dormí por última vez…
-¿Y si no llegabas?
-¡No podías confiar en mí y mantenerte a salvo! ¡Yo soy quien debe encargarse de estas cosas!
-Soy la princesa, es mi padre contra quien conspiraban….el que yo los haya escuchado es prueba definitiva. No puedo quedarme encerrada si se trata del bienestar de mi País.
-¡¿Y tu vida, Azize? ¡¿ Cómo crees que me sentiría si algo hubiera salido mal? Yo jugando en las fronteras mientras mi esposa estaba en peligro…
-No salió mal.- dijo ella con algo de remordimiento pero manteniéndose firme. Él había sido su guardián siempre, imaginaba que estaba indignado, pero no podía dar marcha atrás.
-Cierto…eres la Princesa y eso es todo lo que importa, ¿verdad?. Deq siguió tus ordenes ignorando las mías, y yo no soy más que el comandante de las tropas …un súbdito más…- dijo y sonó amargado
-Cian, yo no quise decir eso …tú mismo preparaste esto, no podía dejar que se escaparan.
-Yo no hubiera dejado que escaparan. Pero jamás hubiera dejado que Su Alteza estuviera en peligro, creí que había sido claro el día que me marché a las fronteras…- dijo y ella se dio cuenta que había vuelto a usar el tono formal y distante. Sin quererlo, lo había herido.
-Cian…
-Vamos princesa, es hora de volver a Palacio – le dijo y salió al jardín. Ella suspiró, había sido una gran victoria atrapar a los traidores, pero ella se sentía completamente vacía.
Nabin  junto a un par de sirvientes estaba afuera esperando que salieran. Cian se detuvo un momento a su lado.
-Enviaré guardias para que los protejan, puede ser peligroso de ahora en más. Y creo que su negocio no será tan prospero, nos ha ayudado y al hacerlo ha traicionado la confianza de sus clientes. Cualquier problema que surja, los ayudaré…-dijo él y la joven cortesana inclinó la cabeza.
Al escuchar aquellas palabras , Azize fue consciente de cuántas vidas se habían puesto en jaque aquella noche, no lo había pensado antes. Ni siquiera había imaginado que la gente de La Casa de las Flores necesitaría protección en adelante por colaborar con ellos.
En cambio, Cian lo había pensado, él jamás dejaba detalles librados al azar.
-Princesa - la llamó y se dio cuenta que él había montado su caballo y estaba a su lado extendiendo le la mano. No tenía más opción que montar junto él, los demás se habían ido.
Ella extendió su mano y él se inclinó para levantarla y acomodarla delante en su montura.
Luego sin cruzar ninguna palabra se marcharon hacia palacio, había sido una noche muy larga.

Nabin los observó marcharse.
-¿Cree que estaremos bien, Señora? ¿Está preocupada? – preguntó su sirvienta al verla pensativa.
-Estaremos bien, no pensaba en eso.
-¿Entonces?
-ya tengo mi respuesta, Dein, pensaba en eso.
-¿Perdón?
-Cuando vino aquí, ese hombre jamás se alteró o me mostró emoción alguna, sin embargo hoy….Ella es la respuesta, ahora sé lo que hay en su corazón, y lo más extraño es que lo entiendo-  dijo mientras recordaba a la joven princesa que se había recibido un golpe en su lugar

Azize iba incómoda pues trataba de mantenerse lo más alejada del cuerpo de Cian, sabía que estaba enfadado y percibía la tensión en el cuerpo masculino, incluso las manos aferraban las riendas con fuerza como si aún intentara controlarse.
Les había costado tanto construir un vínculo y los pequeños puentes que los habían acercado, y ahora todo estaba derrumbado. La joven deseó haber actuado diferente y no haber dicho las palabras que lo habían herido, pero ya era tarde.
Aquella precaria familiaridad entre ellos se había perdido, el silencio entre los dos era agobiante y a pesar de que Cian cabalgó a toda velocidad hasta palacio, el viaje pareció durar una eternidad.
Apenas entraron al patio principal, un guardia de la escolta personal del rey salió a recibirlos.
-Su Majestad los espera, inmediatamente - les anunció apenas descendieron
Azize y Cian intercambiaron una mirada y luego se dirigieron a los aposentos del rey.
-Su Majestad – dijeron ambos al entrar y ver al Rey de espaldas  meditando frente a un grabado de un paisaje. Se dio vuelta al escucharlos hablar  y los enfrentó, no parecía complacido.
-¡¿Se puede saber a qué estaban jugando?!
-Padre…-dijo Azize y el rey le dirigió una dura mirada que la hizo corregirse al instante- Su Majestad….si es por lo que sucedió esta noche en La Casa de las Flores….
-¡Claro que se trata de eso! ¡¿Por qué nadie me informó de lo que sucedía?! ¿Por qué soy el último en enterarme de la conspiración y de la trampa tendida para atraparlos?
-Su Majestad, pensé que era lo mejor para su seguridad-dijo Cian.
-¡SOY EL REY! No puedo ser mantenido en la ignorancia, debo saber lo que sucede en mi palacio…
-A veces para engañar al enemigo también es necesario engañar al amigo – dijo Cian intentando calmarlo.
- Eres el Príncipe Consorte y tú la princesa,  su papel no es jugar a los espías y mucho menos ocultarme la verdad. Sigo siendo quien gobierna este reino y ustedes mis súbditos- dijo enfurecido y Azize se dio cuenta que el malestar que le causaban aquellas palabras era el mismo que ella había provocado en Cian un rato antes.
- Fueron atrapados, Su Majestad…sólo queríamos servir a nuestro reino.- insistió él.
-Si quieren servir a su reino, dejen de hacer cosas a mis espaldas y cumplan su deber. A ti te convertí en el esposo de mi hija para que la protegieras, pero esta noche ella estuvo en peligro, sin mencionar que fue a meterse en el burdel más famoso de la ciudad y se puso a cazar traidores como si fuera un juego…No creo que eso ayude a mejorar su imagen en la corte.
-Él no tiene la culpa de eso, estaba en las fronteras y yo decidí…- intervino Azize y su padre se giró hacia ella
-SI quieres cumplir tus deberes como Princesa Heredera, haz lo que te corresponde, engendra un hijo  para que se acaben los rumores sobre su matrimonio y para que la continuidad en el trono esté asegurada.
-Primero debemos proteger ese trono …– dijo ella.
-Entonces jamás vuelvan a ocultarme algo tan trascendente como esto, sigo siendo el rey. Retírense, ya volveremos a hablar mañana- dijo y los despidió.
 Apenas salieron de los aposentos del rey, Cian hizo una reverencia hacia Azize.
-Que descanse, princesa – musitó y se marchó sin decir nada más.
En su dormitorio la esperaban sus sirvientas que se apresuraron a prepararle un baño y ropa limpia, sin embargo ella no pudo relajarse, sólo podía pensar en la mirada dolida de Cian.
Siempre había sido el hombre más leal del rey y aquella noche lo habían tratado muy injustamente. No sólo su padre, sino ella también.
Él había regresado desde las fronteras, había viajado a toda prisa y sin descanso preocupado por el bien del rey y de ella, pero sólo le habían pagado con agravios.
El baño no la relajó pues no podía dejar de pensar, así que tan pronto se cambió de ropa y despidió a sus sirvientas, se escabulló para ir a los aposentos de Cian.
Nadie atendió su llamado así que se animó a entrar. Estaba dormido sobre la cama, aún iba vestido con la misma ropa, apenas si se había deshecho del calzado y de la espada que había tirado en el suelo. Era raro que él dejara su arma así al descuido, así que imaginó que el agotamiento lo había vencido.
Se acercó a él apenada, le corrió el cabello de la cara y buscó una manta para cubrirlo. Estaba profundamente dormido.
-Lo siento, Cian- musitó ella y se quedó a su lado observándolo hasta que el sueño la venció y también se durmió., junto a él.





6 comentarios:

  1. Gracias Nata. Se me quito la pataleta jajajaja...
    Pero ahora estoy llorando por Cyan. ¡¡Pobreciiiito!! No se merecía esa bronca, aunque ella lo había hecho por el bien de su país.
    Como siempre esperando mas jijijiji. ¿Que pasará cuando se despierten?
    Muchas gracias. Besos

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    Respuestas
    1. Los comentarios nos llegan al correo y cuando leí el tuyo casi grito... por que dijiste... ¿Que pasará cuando se despierten? y yo me quedé con cara de O__O ¿como? ¿osea durmieron juntos?? correo a leer jajajaa

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  2. Mássssssssssssss! Solo quería decir que me encantó (de nuevo) y estoy esperando más jeje.
    Abrazos!

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  3. Sis: No sé como voy a poder esperar más para saber que sigue... en serio, la espera me va matar... lo juro... masssssssssssssssss

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    Respuestas
    1. Jajaja que risa JJ, me hiso mucha gracia que te impacientaras por el capitulo al leer el comentario que hice jajajaja.
      ¿Qué... te gustó? jajaja
      Ahora a la espera que Nata los despierte jijijiji.
      Muchos besos

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    2. jajaj por ahora dejemos que duerman tranquilos, están cansados ! me pregunto qué pensó mi sis....besos a todas!!

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