Apenas tocó el
timbre, Helena sintió que la tomaban del brazo y la arrastraban hacia un recodo
del pasillo.
-¿Harías el
trabajo conmigo? – le pidió Ben tal como había temido.
-Por supuesto
que no, ni pienso hacer ese maldito trabajo….
-Los exámenes
serán más difíciles- argumentó él
-No importa,
prefiero eso.
-Por favor
Helena –rogó él
-Hay muchas
chicas más con quien puedes hacerlo, eres el delegado de clase y la mayoría
mataría por hacer se trabajo contigo.
-¡Exacto! Van a
molestarme y acosarme para ser mis compañeras en el proyecto y ninguna va a
tomárselo en serio, contigo es distinto..
-¿Por qué?
-Bueno, yo no te
caigo bien, ¿cierto? – preguntó él y ella sólo respondió con un sonido parecido
a un gruñido- Eso significa que podemos trabajar tranquilamente, algo así como
“solo negocios”. Y ya vimos con el trabajo de Historia que podemos hacerlo bien
juntos. ¿Por qué no intentarlo?
-No me atrae
para nada…
-Si me ayudas
prometo ayudarte a cambio, ya que te gusta lo justo…
-¿Y quién ha
dicho que necesitaré tu ayuda? – preguntó indignada pero inmediatamente recordó
las veces que él la había ayudado, con la llegada tarde, con su hermano
borracho…
-Tómalo como un
seguro, si en algún momento necesitas que te ayude estaré a allí, lo que
necesites, sin hacer preguntas. Si no confías incluso podemos ponerlo por
escrito. En serio , Helena, no quiero trabajar el tema de embarazos con alguien
como ella….sálvame- dijo haciendo un breve gesto para señalar a una compañera de curso que lo
miraba como si lo que deseara fuera que Ben le diera lecciones personales sobre
el tema.
-De acuerdo…pero
si en algún momento…
-De eso nada, el
acuerdo es hasta el final, si aceptas no puedes escaparte en el medio. No sería
algo leal ¿sabes?
-¿Lealtad?, eso
es entre amigos y a veces ni siquiera – le aclaró ella.
-Somos socios,
Wilde y nos regimos por lo justo. Si me ayudas es hasta el final….¿trato?- ella
suspiró profundamente como si evaluara el costo de aceptar aquello y luego
asintió.
-Trato-
respondió finalmente y Ben se contuvo de sonreír como tenía ganas porque mostrarse como gato que acababa de atrapar al
ratón, definitivamente iba a espantarla
Cuando a la
clase siguiente, Benedict le informo a la profesora que trabajaría con ella en
el proyecto, Lena fue plenamente consciente de la hostilidad que despertó en
las chicas que habían sido rechazadas por él a lo largo de la semana, sobre
todo pudo percibir la mirada de bronca de aquella amiguita rubia que siempre lo
rondaba.
Ella le devolvió
la mirada, con aquella expresión amenazante
que solía mantenerlos alejados de ella, pero no pudo evitar que aquella
reacción la hiciera sentir mal.
Lamentablemente
el acercarse al delegado había permitido que volviera a sentirse vulnerable
ante la mirada ajena, no le gustaba nada eso, pero ya estaba hecho.
Esa misma tarde
estaba con Benedict en la Biblioteca, un poco incómoda al recordar su último
encuentro en aquel lugar, por suerte ahora estaban sentados en una de las mesas
analizando el temario del trabajo y planificando cómo hacerlo.
-Embarazo
adolescente..y adopción….-dijo ben sonando bastante sombrío, como si a él
tampoco le hiciera gracia aquel tema.
-De acuerdo.
¿Por dónde empezamos? – preguntó ella.
-No lo sé,
tenemos que vincular tanto el aspecto biológico del tema como desde lo social…Creo
que estoy muy cansado para pensar hoy. ¿Qué te parece si empezamos mañana?
-No hay
problema, después de todo , tú eres el más interesado en la nota…- dijo ella y
tomó la mochila al tiempo que escuchaban sonar un trueno en el exterior.
-Llueve..-susurró
la chica.
-Deja que te
lleve hasta tu casa.
-No es
necesario, estoy bien.
-Bien mojada
estarás si vas a la parada de autobús caminando. No seas terca, helena, estoy
seguro que si te enfermas sólo complicarás las cosas para los demás…-le dijo
aludiendo veladamente a la difícil situación de su familia. Ciertamente si se
enfermaba sería un inconveniente para su padre y hermano, ella era la encargada
de preparar desayuno, comida y mantener la casa en orden entre otras cosas.
-Sólo esta
vez….-aceptó ella a regañadientes bajando la cabeza.
-Siempre que
llueva – dijo él y le quitó la mochila de la mano para cargarla él junto a la
suya.
-¡Oye!
-Toca servicio
completo, Srta. Wilde – le guiñó un ojo y tomó la delantera. Lena se vio
obligada a apresurar el paso para alcanzarlo.
El auto con el
chofer estaba esperado a Benedict como siempre a la salida, él le abrió la
puerta a Helena y ella subió.
El chofer sonrió
al preguntar a donde iban y el chico le dio las indicaciones para llegar al
barrio de ella.
-Luego tendrás
que decirle tú con exactitud donde es – le aclaró Ben y ella recordó que la vez
que la había acompañado no lo había dejado llegar hasta su casa, sólo cerca.
La chica dio las
indicaciones y viajaron en silencio hasta llegar allí, ben era consciente de
que ella estaba sentada tan lejos de él como era posible, lamentó que no
hubiera un badén o algo que provocara un brusco movimiento que los acercara,
pero no podía forzarla más de lo que lo estaba haciendo.
Algo que creía
imposible ya había sucedido, Helena había permitido que la llevara hasta su
casa.
Antes de llegar
al destino, Ben dio otro paso.
-¿Tienes
teléfono celular, verdad? ¿Me lo prestas? – le preguntó
-¿Para qué?
-Para darte tu
número.
-Yo no quiero tu
número….
-Lo sé-
respondió- pero probablemente tengamos que estar en contacto pro el trabajo y
también por nuestro trato. Ya sabes si necesitas ayuda, se supone que puedas
localizarme en ese momento para que cumpla con mi parte..Aunque también podría
ir por allí siguiéndote todo el día, pero sería un poco incómodo, ¿verdad?
-Ten – dijo ella
a desgana y sacando el celular de su bolso se lo pasó.
-Listo, ese es
mi número. Puedes agendarlo- dijo devolviéndoselo después de hacer una llamada perdida a su
propio teléfono
En ese momento
llegaron a donde ella había indicado, ya había dejado de llover.
-¿Esta es tu
casa?
-Allá, casi en
la esquina, la que está al lado del árbol – dijo ella señalando y luego tomó su
mochila y se bajo.
-Hasta mañana
dijo ben antes de cerrar la puerta del auto.
-Hasta mañana-
respondió ella y él se marchó.
Lena se quedó un
instante mirando al auto marcharse, luego miró el número en su celular y lo
agendó bajo el nombre de “Delegado”.
El número de
Benedict era el tercero que tenía guardado junto al de su padre y al de su
hermano, no había nadie más agendado.
Y de los tres
era el único número al que se suponía podía llamar para pedir ayuda en lugar de
brindarla, suspiró y caminó lentamente a su casa absorbiendo el olor que la
lluvia había dejado en el aire.
Cada dia amo mas esta historia, me encanta además esos amores que surgen poco a poco, los encuentro mas duraderos y reales, ya que conoces a las personas con mas calma. gracias
ResponderEliminarPrimero cerca de su casa, ahora delante de su casa....¿y el próximo dentro de la casa? jajajajaj Como siempre me encanta esta historia y me encantó como él trató de evitar la sonrisa cuando ella aceptó hacer el trabajo jijiji
ResponderEliminarQuiero más!!! Besos :3
ME encanta éste chico de verdad!!!!
ResponderEliminarEs que son los que una vez que se convierten en adultos, si se les puede llamar príncipes azules.
Atentos, amables, cariñosos, sexys, etc....
ME encanta, el como aguanta su deseo por avanzar más directo con ella. Resistiendo sus ganas de agarrarla y.. Pero no, es un caballero. Y como tal, va tejiendo su tela de araña invisible y con cierta pausa, para capturarla solo para él en su territorio.
Realmente amo, como estás llevando esta historia adolescente.
Con su aire de gestos animes, porque los veo en la historia. Y amando las imágenes que pones al final de cada capítulo.
Me encantan como va acercándose el delegadito jajajaja, poco a poco lo va consiguiendo. Esperando más jijijiji.
ResponderEliminarMuchos besos