Allí
estaba ella, de pie ante un Sebastián completamente mojado de cuello hacia
arriba, tratando de calmar su acelerada respiración y mal humor.
No
había ningún sonido más.
Solo
el de sus respiraciones. Para ser interrumpido por un gemido de su misma
garganta, cuando fue sorprendida al levantarse él de su silla, derribándola al
suelo con cierta fuerza y con una sola zancada, se posicionó enfrente de ella.
No
hubo tiempo para reaccionar de alguna manera. Hallándose algo asustada por lo
que había hecho. Y temiendo por lo que él haría ahora.
-Yo…
-Intentó pronunciar una disculpa, pero fue un gesto en vano. Jamás, se esperó que
el hombre fuera a reaccionar con aquella actitud.
Con
gran fuerza y rabia, la sujetó repentinamente de su cintura para oprimirla
contra su duro torso. En milésimas de segundos, sintió miles de sensaciones. Su
furia, su fuerza, su calor al estar entre sus brazos y su olor. Aquella
colonia, fue lo que la mareó un
poco a lo primero. Era tan dulce y sexy…
Después, todo fue pura confusión.
¿Quién
iba a pensar, que la furia que reflejaban sus ojos también la iban a reflejar
sus labios, cuando la sorprendieron al atrapar los suyos con gran pasión
castigadora? Fue tan inesperada aquella reacción en él, que solo supo quedarse
quieta como una estatua, los pocos segundos que duró su castigo.
Fue una idiota.
¿No es lo que llevaba deseando tanto tiempo?
Bueno, no que la castigara de aquella manera.
Ninguna mujer, le gustaría que al hombre que ama de manera incondicional, la besara con aquella rabia. Pero estaba
completamente segura, que una mujer de verdad aprovecharía aquella oportunidad
para darle la vuelta a la tortilla.
Salvo
que ella, no era ese tipo de mujer. No, aún no…
Por
lo tanto, en aquel momento odiaba aquello. Odiaba aquel beso… Y odiaba el que
él, le estuviera mostrando su rabia.
Pero
por suerte suya acabó.
Fue como sentir a su cuerpo lleno de espinas,
causando que Sebastián la apartara de un
empujón para no pincharse más y quedarse mirándola fijamente.
Y
aquello le dolió en su corazón.
-¿Por
qué hiciste eso? –Logró preguntar, un tanto confusa y avergonzada.
-No
pienso darte disculpas –Sonrió con cierta consternación-. No me pediste que te
tratara como una mujer –Soltó bastante escéptico-. ¿Qué te ocurre Karolaine?
–La miró con mucha condescendencia-. ¿Ya no te gusta ser una mujer adulta? Así,
es como se las castiga.
Asombrada
por aquellas duras palabras, miró con rabia a un hombre que no conocía para
nada.
-Te
odio –Le dijo con un asomo de lágrimas en sus ojos-. Para mí, tú ya no existes -Soltó
con gran furia, antes de salir huyendo al dormitorio grande.
La
puerta se cerró con un fuerte golpe, dándole la señal para dejar de comportarse
como un cretino y volver a ser él mismo.
Se
sentó en la silla donde ella había estado hacía unos segundos. Y se pasó con
gran frustración las manos por el pelo. ¿Qué es lo qué había ocurrido? ¿Cómo
había podido estropearlo todo de aquella manera? Derek no se lo iba a perdonar
jamás en la vida, ni él tampoco.
La había besado.
Sin
comprenderlo, había castigado aquellos dulces e inocentes labios que no tenían
culpa alguna. Salvo la de tentarlo constantemente por su belleza. Pobre
Karolaine, no se merecía recibir por parte de él aquel trato. Pero tuvo que
hacerlo. Lo comprendió, nada más atrapar su boca.
La
había besado con mucha rabia, una rabia dada por tenerlo tan amargado con sus
sentimientos hacia ella.
¿Ella que iba a comprender? Era muy joven, por
mucho que quisiera negarlo.
No
le quedó más remedio que crear ese odio, para poder tenerlo más fácil. Ya que cuanto
más se apartara ella de él, más fácil lo tendría para poder evitarla.
Le
dolía mucho. Pero las cosas tenían que ir por aquel camino, por el bien de
todos. No se merecía una persona tan dulce como ella. A su pequeña, aún le
quedaba mucho por vivir para que le cortaran tan pronto las alas.
Con
mucha rabia, cogió el vaso que ella misma había vaciado encima de él y lo lanzó
contra la pared, viendo como se hacía añicos por todo el comedor de la misma
forma que se sentía su corazón en aquel instante.
Dando un golpe con el puño cerrado a la mesa cargado de mucha rabia, se levantó
para coger su abrigo y salir del piso.
¿Se
había marchado?
Paró
por un momento sus lágrimas con el dorso de su mano, al tiempo que se bajaba de
la cama de su hermano y abría con mucho sigilo la puerta. No se escuchaba ningún ruido, después de
sentir como algo de cristal se hacía añicos.
Un
poco más decidida, salió al comedor para sorprenderse un poco al hallar esparcido
su vaso en trozos pequeños por el suelo del comedor. Era obvio, que Sebastián
también estaba enfadado por lo ocurrido.
¿Por
qué había hecho aquello? ¿Qué le había ocurrido? ¿Sería culpa de ella, por
llevarle constantemente la contraria? No lo creía, que todo aquel enfado viniera
por defender sus derechos.
Mejor recogía todo aquello rápido y se
marchaba al dormitorio. No quería verlo aún y no fuera que él viniera pronto.
En la misma ciudad, pero a
bastantes quilómetros.
-¿De
verdad qué estamos haciendo bien? –Preguntó nerviosa-. Crees, que no acabaran
tirándose los platos a la cabeza.
-Mujer,
que ocurrencias que tienes –Sonrió, mientras la soltaba y se tumbaba en la
cama-. Créeme, que es la mejor idea que he podido tener… Dejar a esos dos
solos, era la única manera de que se enfrentaran a sus sentimientos.
-¿Y
si Sebastián no ama a tu hermana? –Señaló, yendo a tumbarse a su lado.
-Sabes
que tengo razón –Le acarició la mejilla, cuando la tuvo a su lado-. Solo que no
he visto a nadie más cabezota con la edad.
-No
lo acabo de entender ese punto de Seba.
-Poniéndome
en su pellejo, y recordando viejos tiempos… Creo que cuando descubrió sus
sentimientos hacia ella. Mi hermana Karolaine, rondaba sobre los quince o dieciséis
años. Para entonces, él tenía veinte ocho años. Cerca de los treinta.
-Ya
veo –Pensó por un momento-. No es nada normal, que uno se sienta atraído hacia
una adolescente.
Dereck
soltó un profundo suspiro.
-Sebastián,
cree que no me di cuenta. Pero vi que lo pasaba realmente muy mal –Le cogió un
mechón de pelo y se puso a enroscárselo en el dedo-. Tampoco quise decirle
nada. Vi, que no iba aceptar hablar de aquel tema y que me iba a negar todo. Él,
valoraba mucho nuestra amistad. Y pensaba, que si me enteraba de aquellos
confusos sentimientos, nuestra relación tocaría fin. Como sabes, hemos sido
como una familia. Y sus padres, han sido muy buenos con nosotros. Por no hablar
con Karolaine, cuando nuestros padres murieron en aquel accidente.
Clara
hizo un puchero con sus labios, arrimándose más a su pareja para apoyar sus
manos en el cálido pecho.
-Pobre,
se tuvo que ver entre la espada y la pared.
Dereck,
rodeó la cintura de ella con mucha delicadeza a la vez que soltaba una pequeña
risa.
-Fíjate,
que aún recuerdo como fuimos a una discoteca con unos amigos, a una hora muy
temprana a tomar algo –Sonrió nostálgico-. Él, fue quien lo propuso. Y capté veloz
el por qué… -Volvió a reír por lo courrido de aquella tarde-. Aquella hora,
mezclada entre mayores de edad había muchas adolescentes. Y sí, se nos
acercaron. Todas eran rechazadas naturalmente. Y a Sebastián, cada vez le iba
cambiando el humor. Estaba muy molesto…
-¿Por
qué vio que no le atraía ninguna? Las veía como niñas –Se adelantó Clara.
-Correcto
-Suspiró éste con cierta frustración-.
Cogió y alegó dolor de cabeza, para largarse pronto de allí. A partir de
entonces, no paró de salir con muchas mujeres.
-Como
un castigo y un modo tal vez de no caer en la tentación –Soltó Clara nuevamente
un tanto apenada-. ¿Tu hermana, también
estaba para entonces enamorada de él? –Derek asintió con la cabeza-. Es una
lástima. Entiendo que para entonces, ella era una menor de edad y él, rondaba
los treinta ¿Quién podía saber que lo de
tu hermana, no era solo un capricho juvenil?
-Pero
él, no sabe de esos sentimientos. Mi hermana, se los supo guardar muy bien.
Explicó
con tono conciliador.
-Verdaderamente
lo ama –Sonrió-. Son cuatro años, viendo como él se comporta como un condenado
don Juan. Y Seba también… Solo hay que ver, como se quedó cuando supo que ella
ya se encontraba aquí. Y más bella que nunca –Expuso completamente divertida al
ver lo orgulloso que se sentía Dereck por ello-. Y sí, creo que tu hermana ha
venido un poco decidida a conquistarlo –Señaló con un pequeño coqueteo de sus
pestañas-. Solo hay que ver lo resuelta
que está, al exponer que es conocedora del mundo sexual -Se rió-. ¿Crees qué
funcionará, esta mentira de que mi padre se halla ingresado?
Preguntó
incorporándose en la cama, para mirarlo detenidamente con cierta duda y
preocupación de no estar actuando
ninguno de los dos, de forma correcta para el futuro de sus seres queridos.
-Esperemos
que sí –Suspiró profundamente-. No me gusta verlos sufrir más. Quiero que esto termine
de una vez por todas. Pero sinceramente, temo un poco por él. Porque es el hombre más terco que me he topado
nunca en la vida.
-Cruzaremos
los dedos –Le guiñó un ojo.
-Me
parece genial –rió travieso-. ¿Pero qué te parece si comprobamos cómo funciona
el jacuzzi del baño?
-¡OH!
–Exclamó sorprendida-. ¿Tenemos un jacuzzi?
Dereck
se incorporó de un salto fuera de la cama.
-Sí
–Afirmó divertido, por la felicidad reflejada en la cara de su dulce prometida.
-¿Y
qué hacemos aquí como dos pasmarotes? – Se bajó para detenerse a su lado y pellizcarle en el brazo.
-¡Ay!
–Protestó él-. Eso me ha dolido…
-Era
para comprobar, que no estaba soñando –Se rió.
-Pues
pellízcate a ti misma –Soltó algo enfurruñado y con cierto puchero.
-No,
que luego me quedan marcas –Le sacó la lengua divertida por la situación.
-Mírala,
que delicada la joven –Se burló éste con cierta mofa, caminando hacia el baño-.Corre,
pide una botella de champan y fresas mientras voy llenándolo…
-Eso,
si me haces un striptease en el baño –Sugirió picarona.
-Hecho
–Rió feliz, mientras desaparecía por la puerta de éste.
OMO!!! y qué tramposo ese hermano, me encanta y Seba es un idiota grandisimo idiota....¿ ya te dije que quiero más? Desde hace años...más, más...¿por qué siempre me dejas en lo más interesante? Ah ah !! con qué derecho.( pasa de gatito dulce a amenazante) Más? sí?
ResponderEliminarhola preciosa!! estas conectada!!!!!
ResponderEliminarEs lo que hay, aún no hemos llegado al punto donde tu conoces. Pero ya le queda menos!!!!
Estoy estoy estoy.....y tú onde tas? Me esscapé trabajo antes, jajaja
EliminarQuiero más por favor!!!...sabes que me encantan tus historias, y leerlas me alegran el día!...un beso grande!....y no te olvides de nuestros pedidos...un beso grande
ResponderEliminarOído cocina!!!!
EliminarMuchas gracias por tus palabras preciosa!!!!! besazos enormes!!!!
siiii queremos mas, ya que llegue el tercero en discordia y le haga la vida imposible a sebastian por cabezota y haya alguien que defienda a karoline
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