jueves, 2 de mayo de 2013

Cazadora En Sus Redes 6


-¡Hola chicas! –Se levantó Susan de la silla para ir abrazarlas.
-¡Hola preciosa!
-Sigues igual de guapa…
-Se te echa mucho de menos…
-¿Cuándo piensas volver? ¿A qué estas jugando? –Farfulló Karolaine, antes de que Susan la abrazara con mucha fuerza.
-Lo siento mí niña, lo estas pasando crudo…

-¡EH! –Interrumpió Clarise-. Todos, lo estamos pasando mal…
-Bueno, cuando ahora llegue Sabrina veréis como se calma un poco todo…
-¡Pero cuando piensas volver! –Se alarmó la joven-. ¡Hay, que a mí me parece que te quedas a trabajar con Zack!...
-No digas tonterías, hoy ya acabé de allí… Me largué…
-¡Vaya, ahora te has vuelto una revolucionaria en el trabajo!
-¡Karolaine! –Rieron todas, ante su punto de vista.
-Solo fui ayudar a Zack, por petición de Helen… Y como ella, ya ha vuelto con Thom…
-¿Y cómo te ha ido, con un hombre tan guapo? –Preguntó Anne.
-Eso, eso… -Rió Clarise-. Cuéntanos, que ha ocurrido con él…
-No ha ocurrido nada –Sonrió-. Sois muy mal pensadas.
-¡Es verdad! –Rió Clarise nuevamente-. Que decidiste volverte santa… En el fondo ha ido bien… -Rió pícara-. Ahora, los mensajeros se fijan también  en nosotras. ¡No vuelvas, déjanos atrapar antes a uno! –Dicho comentario, provocó que todas se rieran de forma escandalosa por un buen rato.
-¿Y de verdad, qué no ha ocurrido nada con ese chico? –Volvió  a preguntar Anne-. No me lo creo…
-Que pesaditas… Ha ocurrido lo de siempre, el mismo juego… Pero había por el medio una tal Nancy.
-¡OH, tenía novia el muy cerdo! –Exclamó Karolaine alarmada.
-Eso, es lo que le gustaría a ella –Se rió Susan-. Es la jefa de márquetin, que más bien es una pija que su papá ha metido a trabajar…
-Ya veo, un alagarta con joyas…
-¡Sí! –Rió Susan-. Pero se ha llevado un pequeño chasco conmigo, en ningún momento me dejé pisotear por ella… La pena, que me perdí la cara que puso cuando el listo de Zack, me besó en las puertas del ascensor y delante de Jack, y de toda su plantilla…
-¡Serás perra!
-No os hagáis ilusiones, que ya os veo venir… Me besó, por que prácticamente yo me lo busqué…
-Tranquilas, si ella solo lo busca para llevárselo a la cama… -Habló Karolaine.- Es su último revolcón, después ya vendrá la vida de santa…
-¡Karolaine! –La volvieron a reprehender las chicas.
-¡Qué! –Soltó enfurruñada-. Pero si lo único que hice, fue repetir sus palabras…
-Desde luego, hay que hacer que pierdas la virginidad… -Observó una de ellas-. Así, querida amiga sabrás de lo que hablamos…
-Verás lo bien que te irá para quitarte el estrés de encima –añadió otra como broma.
-Dejad a mí niña, no os metáis con ella… Ese momento llegará, cuando tenga que llegar… -Habló Susan-. Es decir, a la que salgamos de fiesta y pillemos un buen bombón…
-¡Sí!
-¡Sois imposibles! –Soltó la joven, pero sin poder evitar que se le escapara también la risa.
-Jesús, hacía tanto tiempo que no me reía así –Señaló Clarise-. ¡Vuelve ya!
-Que me llame él… -Apuntilló Susan.
-Sabes, que sois los dos igual de cabezotas….
-Pues entonces, no volveré…
-¡No digas eso! –Exclamó Karolaine-. Suerte que ya mismo vuelve Sabrina. Espero, que ella consiga meterte en vereda…
-Ya se verá, pero por el momento se esta muy bien sin tener que mirar la hora, para el desayuno…
-¡Dios, qué hora es! –Dio un brinco en la silla Karolaine.
-¡Mierda! Nos pasamos diez minutos…
-¡Nos vamos! ¡Pagas tú!
-Adiós, chicas…
-Adiós, y mantén la información en circulación…
-Vale pesadas –Sonrió ella.
-¡Y vuelve ya! –Chilló Karolaine, consiguiendo como respuesta, que su amiga le sacara la lengua.

       ***

Sonó el timbre, haciendo que levantara la nariz del libro que estaba leyendo. ¿Quién podía ser? ¿Qué hora era?... Seguro que la hora de cenar, por que su estomago protestaba un poco… Las nueve y cuarto de la noche… Si fuese Karolaine, la habría llamado antes al móvil. Parecía, que no volvían a llamar… Mentira. Quien fuera lo volvía hacer. Seguro que era algún vecino, por que estaban picando directamente ahí arriba… A lo mejor era Vince, su vecino de delante que venía a buscarla para tomar una copa. Se peinó un poco el cabello y se acercó a la puerta, para frenar de golpe al notar el olor de rica comida…

¡No podía ser! No se creía, que Jack estuviera ahí fuera con comida nuevamente. También podía ser Zack… Daba igual, no pensaba abrirle la puerta a ninguno de los dos, por mucho que le protestara su estomago… Además, no se fiaba mucho de su instinto de saber quien era quien, mirando por la mirilla. Pero tenía que hacerlo, debía de asegurarse que no fuera otra persona…


-¡Vamos Susan! –La sobresaltó la voz de Zack-. Se que estas ahí, tras la puerta…
-¡No estoy en casa! –Le respondió entre risas y alzando la voz, al tiempo que se apoyaba contra ésta.
-Muy graciosa –Se escuchó reír a Zack-. Traigo deliciosa comida…
-Lo siento, ya comí chino el otro día. No me gusta repetir…
-Como toda buena norma de cazador –Le señaló risueño éste.
-Cretino –Susurró ella sin que le oyera.
-Y no es china…
-¡Ha! –Sonrió con gran sarcasmo ella-. ¿Y cómo lo se eso?
-¿Abriéndome la puerta? –Pidió con voz dulce.
-Buen intento, pero ya cené…
-Lo mismo digo, pero chilla un poco más –Rió-. Porque con el ruido de tus tripas, apenas me entero…
-Idiota –Volvió a susurrar entre risas, sin que él se enterara.
-¿Te vas a perder una exquisita cena de Truman’s por tu niñez?
-Mentiroso –Sus tripas sonaron más, al pensar en la deliciosa comida de aquel famoso restaurante-. No tienen servicio a domicilio, y hay que reservar con semanas…
-Pero para mí no, preciosa…
-Creído…
-Todos los postres que sirven son míos… Por eso, tengo exclusividad.

¡Con razón hasta los postres estaban deliciosos! Pensó ella, con la boca agua…

-Vamos Susan, ábreme… -No pudo evitar, que se escuchara su sonrisa cuando pronunció lo siguiente-. Prometo estarme quieto…
-¡Con eso, ahora te abro menos!
-Pero si solo quiero que hablemos… Cuando acabemos con el café…
-Viene otro más… -Añadió ella.
-¿Y si discutimos esto en tu recibidor? –Pidió él.
-Ni en sueños guapo.
-Pues al menos, con la puerta abierta…
-No insistas Zack.
-¡Venga Susan, que te ha hecho el chico! –dijo la voz de su vecino.
-¿Vince?
-¡El mismo!
-Seguro que fuiste tú, quien le abrió la puerta a ese cretino…
-Sí –Se rió-. ¿Pero porqué lo calificas así? ¡A mí me parece un tío muy legal!
-¡Por que es de tu calaña! –Añadió ella, y aguantándose la risa.
-Vamos mujer, no seas tan mala con los dos… Encima, que se ha molestado en ir a buscar esta magnifica cena para ti…
-¡Yo no se la eh pedido!
-Me parece que no va abrir la puerta… -Escuchó como le decía Vince a Zack.
-Pues si no has cenado te invito… Pero tú pones los platos –Dijo Zack.
-¡Encantado! ¡Y verás lo bien que se cena en mí balcón!

¡OH! Se iba a quedar sin tan exquisita cena, por ser tonta. ¡Y un cuerno! Eso le ocurría por ser demasiado lista…

-¡Que típico! Dos hienas cenando juntas… -No pudo evitar soltar.
-¿Eso me suenan a celos? –Preguntó Zack.
-¿Celos? –Soltó con sarcasmo-. Haced lo que os de la gana, como si después de cenar os tiráis por el balcón.
-¿Y si invitas a Vince a cenar? –Preguntó Zack, como último recurso.
-Y seguro, que el se marcha antes con cualquier excusa…
-¡Me rindo! –Rió Zack, levantando los hombros-. Ya no pienso insistir más…
-Pues deja la cena ahí y lárgate… -Soltó ella riéndose.
-¡Ni hablar! –Protestó él-. Me la voy a comer con Vince, así que buenas noches cabezona desconfiada… -Se despidió éste, antes de que cerraran la puerta del piso de enfrente.


¡OH! Se sorprendió ella al escuchar el portazo. Se habían metido de verdad, en casa de Vince… La habían dejado sin cena. Menudo par de cretinos… ¡Bueno, pues le tocaba hacerse algo para cenar! Pero antes, iría un momento al lavabo.

Fue al salir, cuando escuchó un ruido proveniente de la cocina… Era como si alguien estuviera tocando sus platos… Sí, definitivamente había alguien en la cocina… Y no creía que fuera un hada madrina, preparándole la cena… Sino más bien, un cretino… En dos zancadas, se plantó allí con cara de pocos amigos para descubrir a dos cretinos, en vez de uno…

-¡Para eso te dejo la llave de mí piso! –Le gruñó al hombre.
-¡Hola Susan! –La saludó este muy sonriente.
-¿Tenías la llave de la puerta? –Le preguntó Zack.
-Un momento… -Se extrañó por aquella pregunta-. ¿Por dónde habéis entrado?
-Si lo hacíamos con las llaves –Empezó Vince-. Se enteraba desde el primer momento que introdujéramos la llave.
-¡Por dónde habéis entrado!
-Por tú balcón… -Soltó en un suspiro Zack.
-¡Qué! –Exclamó ella-. ¡Estáis locos!
-Pero si no hemos corrido ningún riesgo… Ya te eh dicho muchas veces, que era fácil…
-La verdad, el chico tiene la razón…
-¡Tú no lo defiendas! –Le vociferó-. Que quieres, que vuelva hacerlo otra vez y se caiga.
-En ningún momento, hemos corrido ese riesgo Susan… -Habló con calma Zack.
-¿Dónde tienes los vasos? –Preguntó Vince cambiando de tema.
-Como saques uno, te lo estampo en la cabeza –Masculló, mientras suspiraba.
-¡OH, venga Susan! ¡No seas aguafiestas! –Protestó el joven-. Ya tenemos la cena en el microondas…
-Lo que tenéis, es un morro que os lo pisaos.
-Y a ti, bien que te gusta –Volvió a sugerir su vecino.
-Eso no creo que… -Se calló cuando sonó su móvil. Se acercó a la mesita de café y al cogerlo, vio que era Karolaine-. ¡Dime que estas cerca! –Le exigió extasiada, al venirle una idea-. Sube, que Zack te invita a cenar…
-¿Quién es? –Preguntó este con gran interés.
-Es Karolaine –Le respondió sonriente-. Vamos, tranquila que no hay ningún campamento de batalla en mí salón… -Suspiró exasperada-. También se encuentra Vince… No me seas tímida, ya lo conoces y te encuentras a una calle… No tienes excusa –La riñó-. Muy bien, aquí te esperamos… -Y colgó muy sonriente.
-¿Viene Karolaine? –Preguntó Vince.
-Como no va a venir, si un poco más y la amenaza a muerte… -Señaló Zack divertido.
-No seas tan exagerado –Protestó ella.
-A Karolaine, hay que obligarla un poco… -Rió Vince-. Es una chica muy tímida.
-¿Cuánto hace qué no la ves? –Preguntó Zack con cierta ironía.
-Pues, como… -Meditó unos segundos-. Cosa de unos tres meses… Hace poco que vine del extranjero por el trabajo…
-Bien, pues te informo que Karoaline se encuentra… Digamos que en un procedimiento de crecimiento de personalidad… -Rió Zack-. Por así decirlo.
-Pero que exagerado que llegas a ser… -Le señaló ella, hiendo abrir la puerta de abajo que sonaba en aquel momento.
-Claro, como tú eres una de las principales profesoras de ella… -Volvió a reírse.
-Me estas asustando –Rió Vince-. No me digas, que por esa puerta ya no va a entrar mi dulce Karolaine…
-¡Claro que sí!
-Digamos que te va a entrar con un toque más chic y respondón… -Volvió a reír Zack.
-¿Me vas a decir qué no esta guapa? –Lo encaró Susan, poniendo los brazos en jarra.
-Sí, muy guapa –Sonrió él.
-Y en cuestión de carácter, es normal el coger un poco para esta ciudad… así, nadie se te sube a la cabeza…
-¿Cómo por ejemplo un jefe? –Expuso riéndose.
-Idiota… -Lo insultó, mientras suspiraba y le abría a su amiga que picaba en aquel momento en la puerta de arriba-. ¡Hola guapa!
-Hola… -Saludó con cierta timidez.
-Hola Karolaine – Saludó divertido Zack, por como estaba hiendo la noche.
-Vaya Karolaine –Silbó Vince-. Me gusta mucho el cambio que has hecho…
-Gracias… -Se sonrojó aún más.
-Cuando quieras… -Volvió hablar el joven, pero Susan lo interrumpió.
-Cuando quieras la dejas tranquila Vince –Rió divertida-. Tú, diviértete con tus amigas…
-Susan, no me dibujes como a un vampiro… -Rió este-. Con ella, sería un perfecto caballero…
-Ándate con ojo chica –siguió bromeando ella-. Que tienes delante al conde Dracula, y a uno que va por el mismo camino…
-¡OH! –Rió la chica joven.
-No olvides en aplicarte el mismo concepto querida… -Dijo con voz sensual Zack.
-Lo se… -Lo fulminó por un momento-. Pero como no me gustan las mujeres, ella esta completamente a salvo conmigo.
-Karolaine, te compadezco de tener una amiga tan mandona como Susan –Rió Zack.
-Ya bueno… -Rió ella, mientras dejaba el bolso en el perchero y contra atacaba a Zack, sorprendiendo por ello a los dos hombres.- Y yo la compadezco a ella, por tener a un Casanova como tú en su vida…

Susan y Vince, rieron ante sus palabras después de haberse sobrepuesto ante la sorpresa de la valentía de la chica. Mientras que Zack, la miraba un momento divertido y después, se acercaba a darle dos besos provocando un sonrojo en la joven.

-Pero no niegues que soy un Casanova muy educado… ¿Cómo te va en el trabajo? –Preguntó con gran curiosidad, sabiendo que Susan estaba también con gran curiosidad, aunque no lo demostrara.
-Bien, un poco estresados… Pero es normal, Thom encuentra a faltar a…
-¡Que se acostumbre! –Dijo tajante la otra mujer-. ¿Quién le dijo que iba  a estar toda la vida ahí?
-Siempre te ha gustado tu trabajo –Habló Vince.
-Pero si te mueres por volver… -suspiró su amiga-. No sabes estar sin hacer nada…
-Eso no es verdad…
-Querida, no te pega el vivir como una niña rica –Rió Zack-. Como buena cazadora, siempre te gusta tener un reto en tus manos…
-¡Tú te callas! –Le escupió ella.
-Ahora no discutáis, con la cena tan rica que ha traído Zack –Intentó calmarlos Vince.
-¿Seguro qué hay comida para todos? –Preguntó Karolaine.
-Claro que sí –Habló Susan-. Lo dispondremos todo como un picoteo, más otras cosas que añadamos… Un poco de diferentes quesos, pan…
-Muy buena idea –Rió Zack-. Es increíble, como convierte una cena de dos, para cuatro…
-Eso te ocurre, por venir sin avisar… -Señaló Susan divertida, mientras llevaba los platos a la mesa del balcón-. ¿qué is parece cenar aquí fuera?
-Bien –Aceptó Vince el primero.
-A mí me da igual –Habló Karolaine.
-Mientras cenemos –Soltó Zack.- Por que estoy seguro, que sí te hubiese avisado antes no habría ni cena para cuatro…
-Muy gracioso Zack –Le sacó la lengua Susan-. Sentaos, ya ponemos lo que falta Karolaine y yo.
-¿Tú, en el papel de mujer sumisa? –Ironizó él-. Eso tengo que verlo, desde primera fila.

Ella alzó los ojos al cielo, y le entregó un plato con diferentes quesos a Karolaine, mientras ella llevaba el pan en una mano, y en la otra un plato con un buen racimo de uva blanca. Volvió a la cocina, y cogió dos copas de vino, poniendo cada una para cada hombre.

-Ahora, traeremos la comida –Sonrió traviesa-. Vamos a calentarla un poco más…
-¿No vais a tomar vino con nosotras? –Preguntó Zack, un poco desconfiado por el brillo de su mirada.
-Yo no y Karolaine, no le gusta… -Habló un poco nerviosa.

Karolaine se encontraba en la cocina calentando el resto de la cena que había traído Zack, así que era el momento adecuado pensó Susan.

-¿Os gustan estos quesos chicos?
-Sí, mucho… -Respondió Vince.
-Sí, y el vino también es adecuado… -Observó Zack, aún sospechando de ella.
-Perfecto, ahora venimos… -Indicó sonriente.

Salió con caminar tranquilo del balcón, pero no llegó más lejos de la puerta de éste. En donde con sonrisa divertida, sujetó el pomo de la puerta corredera y con un movimiento veloz, cerró. Justo antes de que Zack, llegara a tiempo de detenerla.

Por unos segundos, se quedaron mirando fijamente a los ojos. No decían nada… Los dos sonreían por el simple hecho, de que la batalla seguía… Pero de momento aquel asalto lo había ganado ella.

-Ábreme la puerta Susan, que me estoy quemando las manos –Le pidió su amiga, que salía de la cocina sin saber nada.
-Mejor ponlo, en la mesa del sofá… -Le sugirió Susan sonriente.
-¿Pero no?... –Se extrañó, pero al momento de dejarlo encaró a su amiga, al ver lo que ocurría allí-. ¡AH no! A mí no me metáis en vuestros líos…
-Ni se te ocurra abrirle la puerta… -La amenazó.
-¡Vamos Susan! No hay derecho… -Protestó Vince-. ¿Cómo me haces esto?
-Eres imposible… -La riñó Karolaine-. Haces que Zack te traiga la cena, para después engañarlo…
-Gracias Karolaine –Sonrió el hombre agradecido.
-¡EH, eso no es verdad! –Se cruzó de brazos ella-. Él, es quien se ha presentado aquí y a sobornado a Vince. Mientras me hallaba en el baño, se han colado por el balcón…
-¡Cómo van a colarse por el balcón! –Rió Karolaine.
-Es verdad, si no mira a Vince que esta haciendo… -Señaló para que la joven se volviera  a mirar.
-¡OH! –Exclamó al ver como el joven comenzaba a cruzar-. ¡Se puede caer!
-Tranquila, que no… -suspiró ella-. Además, bicho malo nunca muere…
-¡Susan, no seas mala! –La volvió a reñir-. Zack, vigila a Vince…
-Mejor dile… -Comentó Susan sonriente-. Que yo iré más rápido en colocar mis llaves en la cerradura, para bloquearle su copia…
-Déjalo Vince… -Sonrió Zack, aceptando por el momento aquella derrota-. Mejor nos sentamos aquí… Susan, nos ha preparado un sabroso manjar…
-Que humilde ella… -Gruñó su vecino-. Con lo bien que olía tu cena…
-No os preocupéis –Comentó, mientras introducía su juego de llaves para bloquear las de Vince-. Que Karolaine y yo, nos vamos a dejar que se desperdicie tan suculento manjar…
-Creo que se me acaba de cerrar el estomago, por tan juego sucio… -Protestó la joven.
-No me seas tonta, ya viste que han sido ellos dos quienes han provocado tal situación…
-Pero me asusta tu ingenio, en pocos segundos has sabido lanzar un contra ataque con los recursos que tienes a mano…
-En esta vida, hay que estar listos para cualquier situación comprometida…
-Le comenta la cazadora a su alumna… -soltaba Zack, riéndose mientras se servía una buena porción de queso, y las miraba divertido por hallarse en su balcón.
-Muy gracioso Zack… -Lo miró echando chispas Susan.
-Ahora, creo que empiezo a tener hambre… -Habló Karolaine-. Vamos a sentarnos en el sofá bien cómodas y sin correr las cortinas, para que vean como disfrutamos con la cena regalada…
-Así me gusta… -rió Susan.
-¡Dios! –Se llevó las manos a la cabeza Vince-. Tienes razón, es una mala influencia para la dulce Karolaine…
-Te lo dije –Le señaló Zack.
-Bien, nosotras vamos a cenar… Buen provecho… -Indicó, depositando el resto en la mesa y atacando bajo la atenta mirada de los dos hombres.

1 comentario:

  1. Eso me encanto, el ver el cambio que ha sufrido Karolaine es divertido.....

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