Antes de entrar en el ascensor, apareció Zack hecho una furia. Lo que llevó, a que nadie de los que estaban dentro del ascensor para bajarse en aquella la planta, se atreviera a abandonarlo, incluso provocando que las puertas no se cerraran en su presencia. Menos Jack, quien se interpuso entre ella y su hermano.
-Márchate Susan –Le ordenó en tono suave-. No quiero que mi hermano…
-Ella se queda –Lo interrumpió Zack-. Quiero hablar con ella, en mi despacho. Ahora…
-Pues va a ser que perdiste la oportunidad, porque mira que te ha llegado a dar…
-Y todas ellas, por que tú has intervenido. ¿Verdad, hermano?
-Pues sí, eh sido yo quien ha ido detrás de ella siempre.. Simplemente quería ayudarte.
-¿Seguro que solo eso? –Preguntó Zack, en un tono un tanto malicioso.
-¿Qué quieres decir con eso? –Se extrañó su hermano.
-Vámonos Jack… -Lo llamó Susan nerviosa. No quería, que la conversación entre los dos hermanos avanzara un paso más, estaba segura que podía acabar en una pelea si él se enteraba de las acusaciones de Zack, hacia ellos dos-. La gente en el ascensor, esta impaciente…
-Por… Por nosotros… No se molesten –Dijo una valiente voz en un murmullo.
-Ya ves Susan, parece ser que la única impaciente por alzar el vuelo de ésta planta, eres tú... -Soltó con gran sarcasmo Zack.
-Yo no me voy a ir... -Señaló Jack-. Me parece, que mejor me quedo para hablar con mi hermano. Creo que hace bastante falta...
-Pero... -Protestó ella.
-Vamos Susan, acompáñanos al despacho... -Siguió con aquel fastidioso timbre de humor.
-Sabéis que os digo -Soltó de sopetón y llevándose las manos a la cadera-. Que os quedáis aquí los dos juntitos, yo me voy...
-Gallina... -La acusó Zack divertido, mientras la miraba de forma menos amenazadora.
-No, lista... -Le respondió ella-. Paso de meterme en una habitación a solas, con la copia mala y la original... Al final, sé que acabareis los dos contra mí... Sois hermanos, y la sangre tira hacia la familia...
-Susan, me gustaría que te quedaras... -Le rogó Jack.
-Mejor, pídeselo con comida china... -Atacó Zack con humor.
-¡OH! -Lo fulminó ella con la mirada-. ¡Piérdete!
-¿Qué te ocurre cazadora? -Le preguntó dando un paso hacia ella. Sin reparar si quiera, en la presencia de toda la gente que había acudido allí de la sala de reuniones muerta de curiosidad-. Muy valiente allí dentro, pero muy cobarde a la hora de quedarte a solas conmigo -Señaló, una vez que se hubo detenido casi a un paso de ella.
-Puedes acusarme de todo lo que te de la gana. No vas a conseguir que sienta nada, me da igual...
-¿Y segura, que esto no te hace sentir nada? -Dijo agarrándola con gran brusquedad, para acercarla a su cuerpo y atraparle sus labios en un devastador beso, en presencia de Jack y todos... ¡Todos!
¿Y quién iba a decirle, que él cometería aquella locura en medio del vestíbulo y en presencia de todos sus empleados?
-¡Que asco! -Pronunció Nancy al ver aquella escena, y dándose media vuelta se dirigió a su despacho. Provocando, que más de uno sonriera al ver a la niña mimada derrotada.
-¡Suéltame! –Consiguió separarse al fin, pero habiendo saboreado bien el sabor de aquellos labios, y el placer de la adrenalina al recorrerle todo el cuerpo-. ¿Cómo te atreves? –Le preguntó, después de conseguir darle un fuerte empujón.
-Yo solo eh tomado la invitación que me ofreciste –Dijo burlón.
-¿Invitación? ¡Pero de que vas pedazo de cretino!... –Soltó echa una furia.
-Ese lenguaje no te pega preciosa –Siguió bromista, sin vista de verse el mal humor que le había dominado antes.
-A ti, si que no te pega esa cara…
-¿Qué le ocurre a mi cara? -Preguntó curioso.
-Sí eso -Intervino Jack-. ¿Qué le ocurre, por que tenemos la misma?
-Nada malo, solo que a tu hermano habría que pegarle una careta de una hiena.
-Entonces, a ti te pediría la de un corderito dulce para saborearte mejor... -Siguió él, tomándoselo todo a broma.
-Me voy, aquí estoy dando un gran espectáculo y no soy actriz -Dijo con cierto humor, al ver lo bien que se lo estaba pasando su enemigo con todo aquello.
-¿Entonces, no te quedas para echarnos una mano? -Le preguntó él.
-No.
-Pero yo quiero que te quedes -Volvió a insistir-. Eso de tener a una cazadora como ayudante, que le gusta como beso...
-¡Eres un idiota! -Vociferó ella, toda colorada por sus palabras.
-Zack, no creo que arregles nada -Volvió a intervenir Jack, aguantándose como podía la risa por lo que ocurría entre aquellos dos-. Susan, por favor no le hagas caso... Quédate aquí, sabes que te necesitamos...
-Eso, yo también quiero que te quedes. Te necesitamos para el proyecto. ¿A qué sí chicos? –Vociferó y sonrió al momento, cuando un murmullo de voces sonrientes afirmó la preguntaba del jefe-. Ves, todos queremos que te quedes… Así, ahora podré profundizar más en ti… Asaltarte, cada vez que nos encontremos a solas y volver a besarte… ¿A que no sabes que eh sentido algo cazadora? Sí, que lo sabes… Por que ya hace tiempo que lo llevamos sintiendo. Solo que no nos gusta sentirnos dominados… ¿Verdad?
-¡Zack! –Lo intentó detener su hermano sin poder aguantarse las carcajadas-. ¡Deja de decir memeces, y sé serio si quieres que Susan no se vaya!...
-Tranquilo Jack, que diga todas las memeces que quiera… - Dos pasos más, y volvió a entrar en el ascensor-. Yo me largo, ahí os quedáis. No os molestéis en venir a buscarme.
-¿Y si me presento con comida china? –Preguntó Zack, obteniendo por aquello un insulto de Susan con el dedo corazón de su mano derecha, antes de que las puertas del ascensor se cerraran.
***
-Un poco idiota si que eres –Observó Jack divertido-. Pero que se le va hacer, si ese es tu comportamiento de hombre enamorado…
-¿Hombre enamorado? –Tosió Zack.
-¡Vamos no lo niegues! –Rió su hermano-. Se te ha visto el plumero, con ese beso…
-¡Eso, eso!... –Gritó alguien, riéndose por su negativa.
-¡EH, vosotros! –Se giró Zack, hacia sus trabajadores-. Tendríais que estar trabajando, panda de cotillas.
-¿Pero no teníamos una reunión? –Preguntó otro.
-Ha sido aplazada, hasta nueva orden. Así, que volved al trabajo…
-Al irse tu amor –Se burló aún más Jack.- Me temo que te quedaste sin secretaria…
-¿Aún sigues aquí? –Preguntó, a modo de ignorar sus palabras mientras se encaminaba a su despacho seguido por él.
-Y lo que te queda por aguantarme, querido hermano.
-¿No tienes una vida propia a la que atender? –Le formuló con fastidio.
-Je, je… -Se rió-. ¿Tú también con esa pregunta?
-¿Cómo? –No entendió.
-Tú novia, también me preguntó antes lo mismo que tu –Dijo al cerrar la puerta tras sí.
-Por última vez Jack –Resopló sentándose en su escritorio-. Susan no es mi novia.
-Pero bien que te gustaría que lo fuera… -Se sentó también él-. Así, que es por ella por quien has decidido separarte de la soltería… Me gusta, hacéis buena pareja.
-Me parece que hablar contigo en estos momentos, es como hablar con una pared –Acabó por aceptar Zack.
-¡OH, vamos! No seas idiota y respóndeme…
-¿Y porqué no me respondes tú? ¿A qué viene lo de llevarle cena china?
-Digamos, que fue mi carta a poder entrar en su apartamento la otra noche…
-¿Y quedarte así hasta las tantas?
-No fue hasta muy tarde, creo que entre la una y las dos de la madrugada.
-¿Y tú novia, no tiene nada que decir? –Preguntó muy curioso.
-No, es más… -Sonrió con dulzura-. Esta deseando conocer a Susan, y a las demás chicas… ¿Acaso el que esta celoso eres tú?
-¡No digas chorradas! –Refunfuñó veloz-. Menuda tontería, el estar celoso de ti…
-Sí, verdad… -Respondió burlón-. Bueno, porque no llamas a tu secretaria para que me sirva un café… ¡Hay, que no tienes! –Se rió aquella vez a carcajadas.
-Muy gracioso… ¡Vete al bar!
-¡Ni loco! Antes me voy a una de tus pastelerías…
-Te vas a poner gordo…
-Pues no hagas dulces tan ricos…
-¡Te aguantas!
-¿Y bien? –Inquirió por lo pronto , volviendo el semblante muy serio.
-¿Y bien qué? –Preguntó alzando los hombros.
-¿Voy yo hablar con ella o vas tú?
-Sabes, que no va a recibir a ninguno de los dos…
-Se trata solo, de ser un poco delicado…
-Bueno… Déjame intentarlo primero a mí…
-Muy bien. Y ahora cambiando de tema… ¿Cuándo te sucedió?
-¿Cuándo me sucedió el qué? –No sabía a que se refería su hermano.
-¿Qué cuando te enamoraste de Susan?
-¡Pero todavía con eso! ¡Lárgate y déjame trabajar en paz!
-Cabezota… -Se rió Jack-. Me marcho a buscar a mamá, quiere que la lleve a no se que tienda…
-¡Ni una palabra de tus idioteces! –Lo amenazó, antes de que se marchara.
-¿De cual de ellas? -Siguió burlón.
-¡Largo!
Una vez que se quedó solo, se recostó contra el respaldo del gran sillón, cerrando los ojos y resoplando con gran fuerza y fastidio. ¡Era un completo jilipollas! ¿Cómo había defendido a Nancy? Sabía perfectamente como era aquella niñata, no hacía falta que nadie se lo dijera… Pero la había puesto a trabajar, cuando su padre le pidió el favor… Pero siempre había sabido, cual era el interés de aquello. Y nunca había tenido ningún problema en escabullirse. Ahora, quien sabía si con aquella situación Nancy les hacía un favor a todos marchándose de allí.
Sonrió un poco, al recordar lo guapa que se ponía Susan cuando se enfadaba. Y ciertamente, no había podido evitar el arranque de besarla. Bastante inconsciente pro hacerlo delante de todos, por que de seguro que ahora se enteraba mucha gente… Había que decir, que su hermano no es que fuera precisamente una tumba… ¿Quién de sus conocidos, sería el primero en llamar para confirmar el chismorreo?
¿Y qué se supone que les tenía que decir? ¡Hola, sabéis una cosa! Hace un tiempo que llevo colado por una mujer… Pero me aterran todos estos nuevos sentimientos jamás vividos… ¡Eres un tarugo!
¿Y ahora qué iba hacer? Estaba claro, ir a buscar a Susan. Lo que no estaba claro, era como lograr que hablara con él y que le ayudara en los preparativos. ¡Pero por que la había besado!...
Por que le gustaba la suavidad de aquellos labios, el juego de aquella lengua, el calor de sus senos contra su pecho, el tacto de su cintura entre sus manos… Simplemente le gustaba ella, y hacia mucho tiempo que no lo sentía de aquella manera. El haberla tenido aquellos días, pero sin poderla tocar… Es lo que había echo que su deseo aumentara a pasos agigantados, sin poder ser calmado ni con las duchas de agua fría, y las sesiones en el gimnasio.
¿De verdad qué lo que sentía era amor? Aquel sentimiento, que daba felicidad o desgracia, según decían algunos… OH simplemente se trataba de la atracción sexual más fuerte que había sentido en sus años. No lo sabía muy bien, pero si sabía que Susan era la mujer que iba a marcar un gran cambio en su vida. Y que al parecer, le esperaban unos días con bastante ajetreo…
-¡Karolaine! ¡Karolaine! –Gritó Thom, saliendo de su despacho-. ¿Alguien sabe en donde se ha metido esta chica? –Refunfuñó con mal humor y un tanto impaciente.
-Si se ha escapado la apoyo –Susurró Clarise.
-¡Te eh oído! –Se giró Thom, hacia aquella chica-. Os estáis volviendo muy repliconas…
-Y tú un negrero insoportable…
-El sábado te quiero aquí… -Sentenció él.
-Eso no te lo crees ni tú –Le replicó la chica.
-¡Pero bueno, me estas desobedeciendo!
-Con todo mi derecho, el contrato que firmé hace ya dos años, no incluía ese día… Oh, me lo pides de buenas maneras, o no vengo…
-Me estáis tocando mucho los cojones… -Señaló aquella vez con humor.
-¡Y a nosotras los ovarios! –Protestó Anne.
-Ya veo… -Rió al fin, poniendo los brazos en jarra-. ¿Me puede llamar alguien a Karolaine?
-Llama tú a Susan, eso es lo que tendrías que hacer –Dijo alguien del fondo.
-El día que pueda, os mato a todos…
-Ojo, no sea del revés y más pronto de lo que tu te crees… -Rió otra.
-Niñas desvergonzadas, buscarme a Karolaine… -Ordenó, antes de volver a encerrarse en su cueva.
Ocho minutos después, aparecía la desaparecida bastante enfurruñada y con unas cuantas carpetas en sus manos. Para ser avasallada al momento por todas.
-¡Dónde te habías metido!... ¡UY, ya veo!
-¿Qué ocurre? –Preguntó soltando todo aquel material en su escritorio.
-Thom, te andaba buscando…
-Apuesto que para que le respondiera al teléfono, pues que lo haga él mismo…
-Aquí ya le hemos replicado, cuando ha salido a buscarte con tanto grito…
-Genial… -Suspiró-. Ya me lo habéis vuelto a enfadar aún más…
-No… Un poco, pero luego ha acabado sonriendo. Hasta que alguien ha gritado, que llamara a Susan de una vez por todas. ¿Quién ha sido el listo?
-Fue Mike… -Añadió Anne.
-¡Bravo Mike! –Chilló Karolaine-. Ahora, entra ahí y aguántalo tú…
-No estoy tan loco, preciosa…
-Que morro que tienes, a parte de ser un maldito cobarde –Lo acusó ella.
-¡Y la niña esta, lo descarada que se ha vuelto! –Rió el chico, guiñándole el ojo.
-De eso, culpad a las desaparecidas… -Dijo Karolaine, mientras le sacaba la lengua a Mike.
Al momento, sonó su teléfono móvil particular. Fue a sacarlo del bolso, para sentarse corriendo en una silla al saber de quien se trataba.
-¡Susan, al fin das señales de vida! –Chilló con alivio-. Me tenías preocupada…
-¡Es Susan! –Les informó Clarise, a las otras mientras se acercaba junto a Karolaine.
-¿Estas aquí abajo? –Oyeron como decía Karolaine-. No creo que me pueda escapar… No, aún no eh desayunado pero… Tú no sabes lo insoportable que está… Para ti, todo siempre ha resultado fácil… Muy bien, ahora voy al bar…
-Nos apuntamos –Soltaron las tres chicas.
-Ni hablar –Se negó Karolaine-. Seguro que se enfada Thom.
-No lo creo, casi siempre vamos juntas…
-Muy bien… -Acabó por aceptar-. Le entrego esto a él, y nos vamos… ¡Pero cruzad los dedos!
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