viernes, 31 de mayo de 2013

Cazadora En Sus Redes 10

-¡Susan! –La llamó sorprendida Sabrina, cuando al escuchar aquel nombre salió como alma que lleva al viento-. ¿Pero qué diantres le ocurre? –Le preguntó a Karolaine, una vez que volvió a entrar al despacho-. Y se ha largado por las escaleras…
-Bueno veras, resulta que por aquí las cosas no han sido muy tranquilas… -No sabía por donde empezar. Y tampoco entendía, por que huía de Zack. Si siempre le había divertido el atacarle…

-De algo me enteré… ¿Pero quién es Zack?

-Hola… -Interrumpió una voz masculina, entrando en el despacho de Sabrina.
-¡OH, hola Jack! –Saludó Sabrina contenta.
-Mmm… -Sonrió éste un poco divertido, mientras miraba a su alrededor.
-¡OH, ya veo! –Dijo Karolaine-. Éste es Zack.
-¡Qué! –Exclamó sorprendida Sabrina-. Pero… Pero…
-Somos gemelos… -Se acercó el hombre hasta ella-. Todo un placer el poder conocer a la esposa de Lucas…
-Gra… Gracias… -Se sonrojó un poco, al darle dos besos.
-Busco a Susan… -Dijo con voz sexy.
-Es curioso, pues ella a ti no… -Habló valiente Karolaine.
-… -Se rió Sabrina-. Karolaine, increíble…
-Habéis hecho un magnifico trabajo…
-Sí, estamos muy orgullosas… Y es cierto, Susan no se halla aquí…
-¿Seguro?
-Mientras estamos hablando, se encuentra abandonando el edificio –Soltó divertida.
-¡Mierda! Nos vemos pronto… -Corrió hacia la salida, para detenerse de sopetón en la puerta-. Su número de móvil…
-Ni hablar… -Sonrió Karolaine.
-Ni en coña amigo… -Rió Sabrina.
-Ahora comprendo muchas cosas, de Thom y los chicos… -Gruñó por lo bajo.
-Adiós Zack… -Se burló Sabrina.
-Adiós… -Dijo éste aún gruñendo.


 -¿Acaso te crees listo? -Le pegó en la cabeza Sabrina a su marido, cuando lo buscaron en el bar.
-¡HAY! -Se rascó en la cabeza-. ¿Qué hice? ¿A qué viene este maltrato físico?
-Conmigo no te hagas el tonto... -Se cruzó de brazos ella.
-Me parece, que nos vamos nuevamente de luna de miel... -Habló con humor-. Los aires de Londres, te vuelven agresiva...
-¡Idiota! -Gruñó, con la intención de volverlo agredir. Pero Lucas fue más rápido, al cogerla y sentarla en sus rodillas.
-Mi amor, no pensaba que fueras de las que mostraban nuestros juegos preliminares en público... -Siguió, sabiendo que iba a sonrojar a su esposa.
-¡OH! -Se calló unos momentos, con las mejillas acaloradas-. No digas tonterías... -Susurró  en voz alta, mientras lo pellizcaba en el brazo, cogiéndolo por sorpresa.
-¡HAY! -Exclamó éste-. Traidora... -La miró a los ojos-. Ésta noche verás...
--Esta vez, no nos acuséis... -Habló entonces Thom-. Hemos hecho lo posible, por evitar que subiera... Tened en cuenta, que por eso hemos llamado avisando...
-Quiero saber que diantres ocurre -Exigió Sabrina, mientras le daba un trago a la cerveza de su marido-. Karolaine, me ha contado lo poco que sabe, y nada de eso concuerda para que saliera corriendo.
 -A mí, también me gustaría saberlo -Habló Thom preocupado-. Esta mañana, cuando hemos estado juntos se ha puesto a llorar... Hacían muchos años, que no la veía así... Algo ha debido de ocurrir, eso es cierto... Hasta el momento, esos dos solo hacían que tirarse pullas. Pero desde que ella ha estado trabajando con él...
-Esta claro... Estos dos están enamorados... -Indicó Lucas seguro de su instinto.
-¿Enamorados? -Replicó Sabrina incrédula-. ¿Susan? ¡Anda ya! -Se rió de aquella observación-. ¿Y sí es así, por que huía?... Dime listo... -Exigió sin creérselo aún.
-Ellos sabrán... Tú bien que huías de mí... -Rió con ternura.
-Por que eras un pesado que solo querías llevarme a la... -Se calló  de sopetón sonrojándose, al ver lo que iba a decir.
-Dime tesoro... -La animaba a continuar divertido.
-Cállate idiota...
-Pero si no hay nada malo... Diles, lo bien que te lo pasas ahora que te dejas atrapar  para que yo te lleve a la cama...
-¡Lucas! -Le pegó en la cabeza nuevamente, sin poder ocultar su sonrisa por las imágenes que se le venían a la mente.
-Así que tesoro mío, hazme caso cuando te digo que Zack si esta enamorado de ella... Tenías que ver su cara de desesperación...
-Tampoco me lo creo yo... -Dijo aquella vez Thom-.Helen, también opina lo mismo que tú, pero yo creo que no tenéis razón... Dudo un poco.
-Mira como ya somos dos -Señaló Lucas-. Os digo, que tenemos razón.
-Vamos Lucas... Sabes como es Zack... Y también sabemos como es Susan...
-Lo que sea que haya ocurrido -Señaló Sabrina-. Me preocupa mucho... No es normal         que Susan salga corriendo de un hombre.
-Tampoco creo que hayamos de preocuparnos mucho -Dijo Thom-. A lo mejor, han tenido una pelea... Aquí todos sabemos, que esos dos se han llevado como el perro y el gato.
-Tú te callas, que me tienes bien contenta... -Lo fulminó Sabrina.
-Cariño, no empecemos... -La alertó Lucas en un susurro.
-¡Pero si no estoy empezando nada! -Protestó ella un poco indignada-. Solo estoy diciendo que...
-Que nada cielo... -La volvió a interrumpir-. Thom es tú jefe y punto...
-¡Por eso mismo!
-¿Por eso mismo? -Repitió Thom divertido-. Pero si nunca me hacéis caso.
-¡Tú te callas! -Le ordenó Sabrina enfadada.
-¡Veis! -Volvió a señalar éste divertido.
-¡Sabrina! -Se rió su marido-. Creerme, que culpando a Thom no vais a solucionar nada. Además, me parece que es el que menos culpa tiene en todo...
-Papanatas... -Le escupió Sabrina, levantándose de sus rodillas y mirándolo con gran enfado-. Vayámonos Karolaine... Antes de que sea culpable de volverme en una viuda negra...
-¡OH! -Trató de no reírse la otra chica.
-Claro que sí mi vida -sonrió Lucas-. Yo también te quiero...
-Empiezo a dudarlo... -Gruñó mientras se alejaba.
-Luego, cuando estemos a solas te lo demuestro -Le indicó en broma.
-¡OH! -Se sonrojó Karolaine.
-Cariño... -Le sonrió sarcástica-. Creo que vas a tener unos cómodos días, con unas largas duchas frías... Adiós...
-Menuda vuelta de luna de miel estáis teniendo... -Comentó Thom, un poco preocupado.
-Tonterías -Rió su amigo-. Es un enfado, que más tarde se le pasará. Luego vendrá  a mí... Ahora, dejaremos que se desahogue un poco...
-Si tú lo dices... -Señaló no muy convencido-. A mí me parece, que éstas no saben vivir bajo paz y armonía cuando se hallan juntas. 
-Que sí... En cuanto vengan Marta y Marcus, con todo el ajetreo de la boda se les olvidará todo éste jaleo bien rápido...
-Es que la palabra tranquilidad, no liga para nada con ellas.
-Tonto... -Rió Lucas, mientras le daba otro sorbo a su bebida. 

                                       ***
-Venga vamos... -Hablaba Sabrina sola con el teléfono móvil-. ¿Por qué no me lo coge? 
-Es muy raro... -Comentaba Karolaine-. Que Susan salga corriendo... Y de Zack... Algo gordo ha tenido que ocurrir...
-Cállate que aún me estas poniendo más nerviosa... -Le riñó Sabrina, mientras volvía a re llamar-. Como no me lo coja, juro que… ¡OH! ¿Dónde demonios estas? Cómo que en una esquina... Eso ha sonado mal... ¡Hay, no chilles!... Solo bromeaba un poco, nos tienes muy preocupadas... ¡No te me escapes! -Le ordenó furiosa-. No somos tontas, sabemos que ocurre algo grave... Nos hallamos en la puerta de tu casa... Sí, solas... ¿Acaso debería de haber alguien más?... Vale, vale... ¡Dios, que quisquillosa que estas! Si que te escucho... ¡Pero si lo llevo haciendo un rato! ¿Qué no paro de hablar? -Repitió confundida-. ¡Pues no me preguntes nada!... Venga, dime que quieres.


Tres minutos después, Karolaine en estado puramente nervioso veía como al fin su amiga colgaba el teléfono.

-¿Y bien, qué te ha contado? 
-¿Se puede saber que demonios habéis hecho en mi ausencia? -Inquirió a la joven con el mosqueo latente.
-¡OH! -Se asustó la joven-. ¿Qué ha ocurrido? -Lágrimas, empezaban apilo tonarse en sus ojos-. Te juro que yo no se nada... Si nunca me hacéis caso...
-Pues espero, que dentro de un rato me lo cuente todo... Vamos, hay que cogerle ropa de su piso y llevarla al mío...
-¿Al tuyo? -Se extrañó la chica.
-Sí, va  a pasar el resto de la semana ahí...
-¡Qué!
-Lo que oyes... Por lo visto ha ocurrido algo en su piso... Pero prometo, que ésta nos cuenta hoy la historia...
-¿Se lo dirás a Lucas?
-Es mí piso, que demonios tiene que saber de lo que ocurra en él...
-Te lo ha pagado... -Señaló sonrojada.
-Cierto, como regalo de bodas para que mí madre tenga donde ir... Es mío... No de él... Es un regalo... Y mando sobre mí regalo. ¿Entendido?
-Alto y claro... -Levantó las manos en rendición.
-Perfecto, vamos hacer la maleta de ésta loca...
-cuanta razón que tienes en esa última palabra -Logró bromear la chica, ante la preocupación que tenían encima.



Un tiempo despues. 
-¿Si que habéis tardado? -Refunfuñó impaciente Susan, sentada en la puerta de su amiga.
-Tendrás morro... -Gruñó Sabrina-. Vengo de mí luna de miel, y me encuentro haciéndote de botones...
-Perdóname... -Suspiró, mientras le quitaba la maleta de las manos, y le daba un abrazo.
-Lo único que hará que te perdone, es que me cuentes que ocurre -La miró con enfado-. Pero primero entremos y nos servimos algo...
-¿No esta la nevera vacía? -Preguntó Karolaine.
-Ni idea... Así lo veremos, para ir hacer la compra, si esta se queda por unos días aquí... -Habló, abriendo la puerta de la entrada de la casa.
  -No os preocupéis... -Dijo con voz dulce Susan-. Ya iré yo hacer la compra... No quiero que...
  -Susan... -La calló con sequedad Sabrina.
-¿Qué?
-Cállate... -Le ordenó-. Deja de decir idioteces, por que no te vas a librar de contarnos que ocurre.
-No quiero amargarte tu vuelta de luna de miel -Resopló, hiendo a sentarse al sofá.
-¡Aja! -Señaló Sabrina-. Sabía que algo pasaba... Y deja lo mío para más adelante -Suspiró-. Ya sabéis como son las lunas de miel... Sexo, sol, velas... -Sonrió traviesa.
-Tampoco hace falta que entremos en tanto detalle... -Soltó apurada Karolaine.
-Tienes que ir conociendo terreno, para cuando venga tu momento... -Dijo divertida Susan.
-Pues terreno va conociendo, por que no me veas el cambio que ha dado... -Dijo Sabrina en tono positivo y divertido-. Se nota, que se ha quedado contigo... -Rió.
-Ahora, solo le falta por conocer el campo de práctica... -Señaló la joven.
-Ahí, me dejáis trasquila -Suspiró la joven.
-¿Aún tiene en la mente a su Sebastián? - Preguntó Sabrina.
-No se trata de eso... -Protestó la joven.
-Sí, que se trata de él... -La contraatacó Susan-. No lo niegues. Admite que sigues enamorada de él... ¿De que sirve negar una cosa así? Solo te engañas a ti misma y eso no es nada positivo.
-¡Que bonito! -Exclamó Karolaine-. Me sueltas el rollo a mí, pero tú no te lo aplicas.
-¡OH! -Se sorprendió Sabrina-. De verdad, que no me deja de sorprender el cambio que se ha obrado en ella...
-Sí... -Gruñó Susan-. A veces dan ganas de echarle las manos al cuello.
-Posiblemente... -Rió Sabrina-. ¿Pero dime una cosa? ¿Tiene razón en esto último?
 Agachó la cabeza, para ocultar las lágrimas que se le acumulaban. No quería que sus amigas la vieran así… Convertida en una mujer débil. Odiaba sentirse de aquella manera por un hombre. ¿Qué hacia? ¿Les contaba lo ocurrido, sus sentimientos?... Aquello solo sería sumirlas en preocupación, y no es lo que quería dado que una venía feliz de su viaje de bodas, y la otra regresaba feliz para celebrar su enlace… No, para nada era lo adecuado.
 -No tiene razón… -Habló mirando directamente a Karolaine a los ojos, con gran dureza-. Y no tengo ganas de hablar…
-Me da igual que ahora  no tengas ganas… -Señaló Sabrina, dejando su bolso encima de la mesa de café-.  Soy una mujer adulta y paciente, y se esperar tranquilamente tu respuesta en cinco minutos… Que será lo que tardaré en hacer un café con hielo… -soltó con los brazos cruzados y en tono de orden, sin permitir una negación.
-¿Y si aún no tengo ganas de informar pasados esos cinco minutos? –Se atrevió a preguntar con cierta mofa.
-Entonces, seré yo quien actúe trayéndome aquí a Zack… -Intervino con poco humor Karolaine.
-¡OH! –Se quedó a medio camino Sabrina-. ¡Dios mío Karolaine!
-¡Ni dios mío Karolaine, ni nada!  -Exclamó con enfado-. ¿No es lo que lleváis tiempo buscando? Pues ahora que lo habéis logrado, no quiero ni una queja… -su cara, se ponía a cada segundo que pasaba más roja por la ira contenida-. Y no te hagas la lista, diciendo que no tengo razón… Se que lo que te ocurre, va junto con Zack. Hasta un tonto lo vería… -soltó con ironía-. Pero lo único que quiero saber, es si hay que romperle las piernas a esa fotocopia por hacerte este daño.
 -AH… Esto… -Sabrina no lograba articular palabra alguna-. ¿Pero que le habéis hecho a mí niña tímida? –Se acercó Sabrina hasta ellas nuevamente-. Pero si casi parece una Mantis Religiosa… ¡Un momento! ¡Entonces es cierto! –La señaló con el dedo-. Estas enamorada de Zack.
-Maldita niña –Gruñó Susan-. Sí, vale… Me eh enamorado de ese capullo ¿Contentas?
-Sí, no… -Chilló Sabrina dudosa-. ¿Tenemos que estarlo?
-Pues no… -Corrió a informar con la voz negada en lágrimas.
-Susan… -Se le acercó Sabrina en el sofá con ternura-. ¿Qué es lo que ha ocurrida querida? –Preguntó, mientras le apartaba el pelo de l acara.
-Que eh vuelto a ser una idiota, eso es lo que ha ocurrido…
-Entonces, si hay que partirle las piernas… -Dijo la chica joven.
-¡Aquí nadie, va a romper piernas! –Lloró Susan-. La culpa la eh tenido yo… Eh caído en la trampa y punto…
-¿Era una trampa? –Preguntó Sabrina.
-¡No! –Corrió a responder Susan, sabiendo por donde tiraban las ideas de su amiga-. Así que no va haber ninguna venganza. ¡Me oís! –Les inquirió en un gritó, mirándolas alternativamente.
-Sí, pero no me dejes sorda… -Protestó Sabrina.
-¿Karolaine? –La miró con impaciencia por su respuesta.
-Pero… -Fue a protestar, pero su mirada le dijo que mejor no lo hiciera-. Muy bien… -Suspiró-. Nada de romper piernas.

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