Serie Bridgerton de Julia Quinn: El Duque y yo (2004)

Mencionar a Julia Quinn es traer a la mente su saga más famosa: Los Bridgerton. El Duque y yo no fue el primero que leí. Compré vía internet hace años ya, un libro de la saga llamado: Seduciendo a Mr. Bridgerton y aunque es una ricura leerlo, sinceramente en mi top Bridgertoniano queda en tercer lugar, después de El Duque y yo y El Vizconde que me amó. Estamos en semana Aniversario y por ello nos vamos con todo y arrancamos nuestras reseñas sobre esta divertida y emocionante familia de los Bridgerton.

Empecemos con la sinopsis:

Todos parecían divertirse en aquel baile que reunía a lo más selecto de la sociedad londinense. Todos, excepto ellos dos. Daphne, una hermosa joven agobiada por su madre, y Simon, el huraño nuevo duque de Hastings, tenían el mismo problema: la continua presión para que encontraran pareja.

Al conocerse, se les ocurrió el plan perfecto: fingir un compromiso que los liberara de más agobios. Pero no sería sencillo, ya que el hermano de Daphne, amigo de Simon, no es fácil de engañar, ni tampoco lo son las avezadas damas de la alta sociedad. Aunque lo que complicará de verdad las cosas será la aparición de un elemento que no estaba previsto en este juego a dos bandas: el amor.

Desde que fue presentada en sociedad, Daphne no tiene un momento de respiro. La culpa es de su madre, a la que adora, pero que está obsesionada con encontrarle un marido cuanto antes. Lo peor del caso es que los hombres razonablemente deseables no están interesados, y los que sí lo están son unos incansables pesados de los que tiene que librarse... incluso a golpes. Por eso acepta encantada la idea del duque de Hastings de fingir un noviazgo que ahuyente a los pretendientes. Aunque quizá también tenga algo que ver el hecho de que el joven duque comienza a resultarle cada vez más seductor.

Marcado por una infancia llena de soledad y resentimiento, Simon Basset, el nuevo duque de Hastings, no quiere saber nada de la vida social de Londres ni, desde luego, de los intentos de las elegantes damas de “cazarlo” como marido para sus hijas. Cuando conoce a Daphne, cree haber encontrado el plan perfecto: un compromiso ficticio que mantenga alejadas a las pretendientes que lo agobian. Y cuando la atracción fingida comienza a convertirse en algo demasiado real, Simon deberá enfrentarse a los fantasmas del pasado que le impiden disfrutar la felicidad que el destino pone al alcance de su mano.

¿Les parece muy clichociento el asunto? Y es que la sinopsis dice algo pero, en realidad parece que estamos ante una historia más, una del montón. Y no, para nada es así. Puedo asegurarles eso. Lamento que aun no hayamos recuperado a la Julia Quinn de esta época.

Daphne es la mayor de las Bridgerton, mientras sus hermanos mayores arrasan con la atención de las chicas y forman parte de las fantasías de casi toda fémina, ella no es precisamente igual de popular. Si bien, no podemos decir que esté en el otro extremo ya que ha recibido propuestas matrimoniales, pero ninguno de los candidatos era medianamente aceptable. Su bondadoso hermano mayor y cabeza de familia le ha permitido rechazarles y esperar a que ella elija, aunque lo que ella desea es comenzar una familia, lo cierto es que está desesperada por evitar la actitud casamentera de su madre. Me he reído mucho en el primer encuentro de los protagonistas, ella a medio baile trata de huir de un  pretendiente molesto y él queriendo ayudarle se da cuenta que al principio al menos no es necesario, de un golpe ella se libra del molestoso, el problema es que le deja noqueado ayudada por el alcohol que el tipo llevaba en la sangre. Las siguientes escenas son de los dos intentando remediar la situación sin que ella se vea comprometida y leemos como es que el Duque enseguida se da cuenta de quien es en realidad Daphne, ve más allá de lo que los demás ven, no es solo una agradable compañía y nada más, es  inteligente, tiene buen sentido del humor y le atrae mucho. Para su consternación se entera que es la hermanita menor de su buen amigo y eso hace que trate de verla como algo vetado para él, esa misma noche les presentan en el baile y fingen no haberse conocido.

La interacción entre los Bridgerton es toda una delicia, te ríes con sus ocurrencias y vas viendo poco a poco el carácter de cada uno, ella es la mayor de las chicas por lo que se puede decir que ha convivido un poco más con sus tres apuestos hermanos mayores, que son divertidos aparte de guapos y con quien tiene una relación de igual a igual lo que me parece refrescante y encantador.

Volviendo a los protagonistas, Simon carga con un pasado nada agradable, como muchos protagonistas, sin embargo en esta ocasión no se trata solo de la enemistad entre un padre y un hijo solo por que sí, sino, debido a un problema con el que Simon batalló desde pequeño y que le ha marcado de tal manera, que no desea tener hijos y por lo tanto no desea casarse. Después de lidiar con el acecho e insistencia de quienes les rodean, Simon y Daphne llevan a cabo una pantomima para beneficio de ambos, fingen que puede haber algo más que amistad entre ellos y enseguida eso  hace que por lo menos vean a Simon como alguien con pareja y aleje a las indeseadas y Daphne se llena de mejores pretendientes entre los cuales podrá escoger y al fin casarse.

Esto no alegra para nada a Anthony el cabezota  hermano mayor de Daph y de ser buen amigo pasa a ser un feroz enemigo, todo para cuidar a su hermanita del libertino de Simon. 

La farsa cumple sus objetivos pero para entonces entre ambos ya van surgiendo sentimientos entre sucesos aderezados por los entrometidos hermanos de Daph, desde el más grande hasta el más pequeño causarán risas por su particular manera de opinar, decir y hacer.

No puede faltar el que mencione a Lady Whistledown quien publica una columna de sociedad cada semana si no me equivoco (sino, corrijanme) donde sin pelos en la lengua habla de los miembros de la alta sociedad y sin tapujos les menciona por nombre, ella parece ser fan (o media fan por que igual  habla sobre ellos y no siempre con indulgencia) de los Bridgerton por decirlo de alguna manera y sus opiniones así como pronósticos suelen ser muy atinados, lo curioso es que nadie sabe quien es, y todo el mundo desea saberlo por supuesto. Un detalle más que nos engancha  y que a pesar de nuestros deseos no se revela en este libro quien es ella o él.

Como mencioné anteriormente Simon no desea casarse por nada del mundo, pero la pasión hacia su falsa prometida llega al punto que la compromete y Anthony lo ve en primera fila, la negativa de Simon persiste y se tienen que retar a duelo. Aun en  medio de este punto dramático créanme cuando les digo que hallaran risas y a un Simon que accede solo por la intervención de alguien para casarse con ella. La historia no termina allí por supuesto, nos vamos hasta su vida de casados, donde esta vez sí que tienen que lidiar ambos con los fantasmas del pasado que acechan a Simon. 

Esta novela es un clásico entre las historias de época, Quinn supo manejar las risas, una enorme familia con la que logra que podamos diferenciarles y querer saber más sobre todos, una pareja única y diálogos agiles, frescos y divertidos teniendo como base una historia que podría parecer que no daba para mucho pero es todo lo contrario.

¿La recomendamos? Es un rotundo sí.