martes, 30 de abril de 2013

Cazadora En Sus Redes 4

Aún se le veía el enfado en el rostro, cuando las puertas del ascensor se abrieron en la planta baja, revelándole a un Jack muy sorprendido de encontrársela huyendo.

-Hola Susan –Le sonrió, mientras la cogía del brazo y la volvía a introducir en el ascensor, bajo la atenta mirada de la gente que subía eh ignorando las protestas de la mujer-. ¿Ibas alguna parte?

-¿Y tú, no tienes una vida propia que atender? –Le respondió con otra pregunta, y sin ocultar el gesto amargo de su cara.

-Por supuesto –Le sonrió-, y creo que es mucho más tranquila que la tuya…
-¡OH! –Achicó los ojos-. Créeme, que te superaría con creces, si no te entrometieras tanto en la mía –Le escupió mordaz.
-Pues yo creo, que si no me metiera un poco, no llegarías a ninguna parte…
-Ahora, sí que no entiendo –Frunció el ceño-. ¿Acaso crees, que no tengo dos dedos de frente? Y para que lo sepas, estoy muy orgullosa de mi vida profesional.
-Tranquila Susan, ese punto no me atrevo a cuestionarlo –Sonrió divertido-. ¿Pero qué me dices, respecto a tu vida sentimental?
-Que es privada y mía –Zanjó rápido.
-Y te hace falta ayuda… -Señaló con amabilidad.
-Vaya, de pronto te han salido dos alas y un arco en la mano –Se burló de él, haciendo que la gente sonriera.
-Muy graciosa…
-Tú más –Le sacó la lengua, provocando más risas.
-No te comportes ahora como una niña…
-Eso mismo te digo, que quieres jugar a casamentero conmigo…
-Eso no es verdad –Protestó el hombre-. Sabes, que quien lo esta haciendo es tú amiga Helen.
-¿Y con quién intenta liarla? –Se escuchó una voz femenina, en el interior de la cabina a media voz, pidiendo disculpas al momento al ver que la habían escuchado todos en un momento de silencio-. ¡OH, perdón!
-No se disculpe –Sonrió Susan-. Mi amiga no intenta semejante disparate… -Soltó segura y orgullosa-. De quien empiezo a dudarlo, es de él… Metiéndome por las narices a su hermano gemelo. A Zack, el jefe tirano de éste edificio…
-¡OH, pero si es monísimo! ¡Que suerte! –Se volvió a escuchar en un susurro.
-¿Suerte? –Repitió con énfasis-. Se nota, que no conocen muy bien a la mala fotocopia.
 De nuevo, se volvieron a reír bastantes pasajeros del ascensor, al escuchar como había llamado al dueño de aquel edificio.
-Puedes ligarte a la buena fotocopia –Animó algún hombre-. Yo me dejaría encantado…
 Nuevamente risas, por aquella atrevida sugerencia.
 -Muchas gracias –Sonrió Susan-. Pero por suerte mía, este ya esta felizmente cazado. No quiero nada, ni con la original, ni con la fotocopia… Pero no me escucha…
-Se bueno con ella… -Soltó alguien, antes de bajarse en una planta.
-Jack, preséntamela a mí… -Se despidió alguien-. Soy Richard, de la planta seis muy buen partido…
-Y muy joven para ella –Señaló Jack, viendo como se despedía el hombre de ella, entre risas-. ¿Has visto la que has liado aquí? –Señaló divertido, aún quedando poca gente en el ascensor.
-Tú tienes la culpa –Le señaló ella sonriente-. Me has metido aquí a la fuerza…
-No ha sido a la fuerza –Se defendió-. Solo quería hablar contigo…
-Yo no quiero hablar –Se cruzó de brazos-. Yo solo quiero marcharme a mí casa.
-Pensé que teníamos un trato –Soltó con voz dulce.
-Ten cuidado, niña –Soltó una mujer mayor-. Cuando se ponen así de melosos, es solo por puro interés…
-¡OH! –Se tapó la risa Susan, pero todos los que quedaban no.
-¡Pero que panda de cotillas, trabajan en este edificio! –Bufó Jack incrédulo-. ¡Poneros tapones en los oídos!
-¡Y tú, no engañes a la chica! –Volvió acusar la mujer mayor, con sonrisa en el rostro.
-¿Engañarla? Se nota, que no conocen a la buena de Susan…

En aquel momento, las puertas del ascensor se abrieron. Pero los ocupantes, que iban a bajar en primer lugar en vez de dar un paso adelante, lo dieron hacia atrás.

-¡OH! –Soltó alguien.
-El pretendiente… -Se escuchó.
-No, la mala fotocopia… -Corrigió alguien con tono bromista.
-En este edificio, hay mucho cotilleo –Señaló alguien-. Miren que pronto se enteró de lo ocurrido aquí.
-Pues sigo diciendo, que son muy guapos…

Ante todo aquel susurro, Jack mirando a su hermano fijamente solo supo alzar sus hombros y echarse a reír a pleno pulmón.

-Hola Zack –Lo saludó muy animado.
-Hola hermano –Dijo, después de mirar un momento como tenía sujeta a Susan y lo aproximados, que se hallaban aquellos dos. No sin antes, haber mirado a la chica con ira-. Me han comentado, que en el ascensor estabais montando una campaña de promoción hacia mí –Intentó sonar desenfadado-. ¿Voy a llegar alcalde?
-Me parece que no –Respondió Jack.
-Pues entonces, creo que es mejor que todo el mundo vuelva a su puesto –Soltó un poco tajante, consiguiendo que en dos segundos se vaciara el ascensor.
-Zack, me gustaría que habláramos… -Lo llamó su hermano, saliendo del dichoso aparato y sujetando aún a Susan de forma posesiva.
-No puedo, tengo una reunión muy importante con todo mi equipo sobre la fiesta…
-De eso quería hablarte…
-Pues asiste a ella –Le respondió mordaz, y marchándose por un pasillo.
-¿A éste, qué mosca le ha picado? –Soltó sorprendido, ante el carácter de su hermano.
-Ya te lo dije –Habló Susan-. Es un imbécil, mejor que lo dejes tranquilo…
-No seas tan dura –Lo defendió-. Es así por los nervios.
-Ya claro… -Alzó los ojos al cielo.
-Tú me tienes que explicar por que huías…
-No, tú tienes que asistir a una reunión… Y jamás huyo.
-Los dos vamos asistir.
-Ni loca, guapo –Intentó soltarse de su brazo.
-Haces falta ahí…
-Que le ayude Nancy.
-¿Estas celosa? –La miró un tanto divertido.
-¡Celosa, de esa lagarta! –Soltó histérica-. Tu estas majareta… Y me importa un pepino, lo que haga Zack…
-Si tu lo dices… -Comentó con burla-. Pero tú te vienes a la reunión conmigo…
-¡Te odio! –Masculló con gran enfado-. ¡Os odio a los dos!

Cincuenta pasos después, entraban los dos en la atestada sala de reuniones. Él, con una gran sonrisa. Ella, con el corazón martilleándole en los oídos. No había derecho, por que se tenía que haber metido en aquel lío justo cuando no había ninguna chica para echarle una mano. Cierto, estaba Karolaine. Pero aún estaba un poco verde… Y además, ya dejó bien claro su postura en aquel lío.

Enfadada con ella no estaba, pobrecilla. Había aprendido en apenas un año, quedaba poco. Lo que muchas aprendían en años. Eso sí, que lo fuera a poner en practica, era la parte que más difícil veía. Pero la vedad, estas cosas nunca se sabían.

¡Muy bien! Suspiró profundamente y miró a su alrededor… No faltaba nadie, ni siquiera el bicho pesado de Nancy. Que como no, ahí estaba junto  a Zack y con el escote forzadamente bajado… Pero esa loca no le importaba, cuando quisiera la tumbaba… Pero ni a eso valía la pena perder el tiempo con ella… En quien si que no podía apartar la vista, era en Zack. No es que lo estuviera mirando fijamente, como una niña… ¡No, señor! No llegaba a ser tan idiota, de dar sus sentimientos a conocer…

¡Un momento! ¿Sentimientos, que sentimientos? ¡Ella no tenía ningún sentimiento hacia Zack! Acaso era idiota, tenía que hacerle ver a su loca cabeza, que aquel ejemplar no era bien venido ni en su vida, ni bajo sus suaves sabanas. A pesar, de que sus hormonas pensaran todo lo contrario a sus órdenes.

El idiota de Jack, por que no tenía otro nombre. Tubo el mal acierto, de ir y sentarse junto a su hermano… Bueno no, quien se sentó a su lado fue ella… ¿Porqué? Por que si no lo hacia, aquel idiota le destrozaba el brazo de tanto apretar.

Gracias a él, pudo ver la cara de desprecio con la que le miró Zack. ¡Perfecto, encima tenía que aguantar aquello! Sí ya lo había dicho, no había ningún derecho.

-Aquí tienes Susan –Soltó con falsa amabilidad aquella víbora, entregándole unas hojas en blanco junto con el bolígrafo-. Para que anotes todas las ideas, como buena secretaria.

¿Y para ello hacia falta, que le pusiera sus senos en la nariz a Zack? Observó con bastante fastidio. Además, encima la trataba como su ella fuera la tonta… Y no era la única que se había dado cuenta. A su lado, el magnifico Jack había girado su silla al momento, para que no pudiera ver como se estaba aguantando la risa ante aquel ridículo espectáculo…

No, si al final la idiota después de todo era ella misma. Para que puñetas, había aceptado echar una mano aquel hombre por petición de sui amiga Helen.

Ella, llevaba una tranquila vida. Sin embargo, ahora se veía obligada a lidiar con el que al parecer era el único hombre que le afectaba a su sistema nervioso y sentimental.

¡Sentimental! ¡Otra vez, volvía a pensar en aquella dichosa palabra!... El estar trabajando en aquellas oficinas, no le sentaban para nada bien. Tenía que largarse, tenía que hacerle ver a Jack, que no podía estar  más tiempo con su hermano. Que entre ellos dos, lo único que había eran peleas. Y una manera de que viera todo aquello, era tratar mal a Nancy. Pagarle con al misma moneda, pero delante de Zack. Para que viera, como su hermano salía rápido en su defensa…

Y haber, tampoco había que ponerse a tirar de los pelos a la mujer… Se lo pasaría bien, pero no era nada adecuado aquel comportamiento en una sala repleta de gente, la cual apostaba que el noventa y cinco por ciento de los presentes, la animaría mientras lo hacia… Pero había que ser ante todo, una persona educada. Simplemente, la seguiría tratando como desde el primer día.

-Muchas gracias, Nancy –Empleó el mismo tono pijo de ella-. Pero una eficiente secretaria, no apunta en unas simples hojas, lo hablado en una importante reunión. Se trae su bloc, su grabadora… Es decir, cosas más difíciles de…
-Creo que ya te ha entendido –La cortó veloz y con voz dura, Zack-. Solo estaba siendo amable al traerte esas hojas…
-Si me hubieras dejado terminar de hablar –Soltó con gran enfado y dándole igual, que hubiera allí mucha gente atenta a ellos tres-, habrías escuchado como de mis labios salían pronunciadas palabras de agradecimiento, por traerme esos objetos…
-Ahora, intenta disimular… -Soltó en tono despectivo y valiente Nancy, al saber que tenía de su  lado al idiota mal copiado.
-¡Mira mona! –Se encaró a ella con gran enfado-. En lo que respecta al trabajo, soy una profesional. Me es igual, que esa persona que despotrica contra mí en cada momento del día, me esté tocando las narices, se defenderme… Pero si hacen su trabajo bien, o me ayudan en algo se reconocerlo…
-Y de que manera… -Se mofó Nancy, mientras Zack no le quitaba el ojo de encima como todo el mundo-. Antes bien que me has dejado un poco por los suelos…
-Bien que te merecías ese toque –Se cruzó de brazos, y aquello en Susan solo significaba una cosa. Que iba a dar su estocada-. Desde el primer día que entré por la maldita puerta de este edificio, que te has prestado a encararte hacia mí, cuando yo no te eh hecho nada…
-¡Oh! –Chilló con un pito de pija histérica, la otra mujer-. Zack, dile algo… -Le imploró rabiosa, al saber que iba a perder aquel ataque-. Eres una mentirosa…
-¿Mentirosa? –Se rió-. No lo creo, solo soy una secretariucha… Como tú, no paras de señalarme en todo momento. Y deja, que esta secretaria que esta solamente aquí de paso por un favor, te diga una cosa… Deja de mirarte tanto el colorete, y haz tu trabajo como tienes que hacerlo. Oh debo pensar, que entraste por ser una niña de papá…
-¡Zack!
-Susan… -La amenazó éste con seriedad.
-Oh, venga Zack… -Lo miró rabiosa-. No sabe que las correcciones de su trabajo, las ideas añadidas… Todo vino, de una simple secretaria…
-¡Mentira! Eres una insolente –Soltó la mujer, casi echando espuma por la boca.
-¡Solo una pija mal criada como tú, no es capaz de aceptar que alguien de un puesto inferior al suyo, la supere!…
-Susan… -Volvió amenazarla él.
-Déjala… -La defendió Jack-. Solo esta defendiéndose, ante las falsas acusaciones de Nancy.
-¿Y porqué la defiendes tú? –Le preguntó este con gran enfado.
-¿Qué demonios te ocurre? –Se encaró Jack con él-. Por que estas actuando de esta manera hacia Susan. Cuando ella se ha prestado ayudarte. Y ya sabes, que te hace falta mucha ayuda de su parte…
-Ya me tiene a mí, para cualquier problema –Habló la víbora-. No hace falta, una extraña de la calle… Somos una empresa importante…
-Con una pésima actuación, en representación del producto en grandes acontecimientos… -Habló Susan-. Eso, es lo que eh podido ver por el momento en las ideas que hay para esa fiesta…
-¡Esos documentos eran privados! –La acusó Nancy-. ¿De dónde los robaste?
-¡De ninguna parte! –Habló Jack con voz cortante-. Se los entregué yo…

Zack, los miró con gran enfado. Sabía cuando los había dado. La noche anterior, cuando se fue a casa de ella hasta las tantas…

-Me lo tendrías que haber comunicado antes –Habló Zack, sin siquiera apoyar el movimiento de su hermano.
-Es que no lo ves Zack –Soltó Nancy, con una mirada maliciosa-. Susan, lo único que quiere es impresionarte… -Ante aquellas palabras, se escucharon algunos murmullos-. Desde el primer día, que te lo ha entregado todo presentable y siempre ha intentado dejarme en ridículo ante tu presencia. Es obvio, que la pobre chica se siente atraída hacia ti. Y lo único que trataba de hacer, era quitarme del camino… Susan, es solo otra secretaria más enamorada de ti, querido… Pero bastante lista. A conseguido poner de su parte a tu hermano… ¿No discutían eso en el ascensor? Que Helen, te ha intentado emparejar con ella… ¡Que ridículo!

-Ridículo es lo que tú haces –Habló Susan, sin importarle ya nada-. Vas por la oficina, dando órdenes y tratando a todos como si fueran ratas… Solo por que tú eres una niña mimada, a la cual se le ponen los pezones tiesosos cuando tiene delante a su idolatrado Zack. Quien la aceptó en su equipo, por hacerle un favor al adinerado padre…
-¡OH! Serás… -No acabó, Susan siguió hablando.
-Lo que tendrías que hacer, es cederle el puesto a alguien que de verdad ponga sus agallas… Oh, trabajar y demostrar que vales… Aquí, se viene a trabajar. No a bajarse las bragas con el jefe.
-En la calle te quedarás, sin trabajar cuando se lo diga a mí padre…
-¡Vaya! –Soltó una sonora carcajada-. ¿Pero no manda aquí Zack? Yo pensaba que así era, dado que es su empresa… Y un par de cosas Nancy –Sonrió divertida-. Creo que deberías de saber varias cosas, antes de que me marche por esa puerta. Por que, que te quede bien claro que me voy, a mí nadie me echa… Puedes mover todos los hilos que quieras, pero trabajo tengo de sobras… Para eso, soy la ayudante de Thom en la revista, “Mujeres de Hoy” Y no la ayudante de cafés, fíjate tú que tengo una secretaria para mí… Simplemente estaba haciendo un favor a mi amiga Helen. Sí, esa que dices tú que me intenta emparejar con Zack… Pues para tu información, antes de que ella supiera que yo conocía personalmente a Zack, ya nos habíamos besado –Ante aquello, se escucharon murmullos y suspiros de sorpresa-. Y menudo beso nos dimos… -Soltó en broma-. Pero ahí lo tienes, te lo regalo con patatas. Verás, no me gusta la gente que va por la vida acusando a los demás de forma injusta… ¡Ya ves! Espero, que tu cerebro haya podido recoger toda la información, por que no pienso decir nada más… Solo me despido de todos, un beso y me alegro de conoceros…

Dichas aquellas palabras, salió por la puerta seguida de Jack y por el aplauso, de los presentes en aquella habitación.

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