sábado, 9 de febrero de 2013

Operación Cupido 7°


Capítulo 18

-¿Dónde vamos? – preguntó Cass mientras Lucas conducía.
-Espera un poco más, ya lo verás.-respondió él con una sonrisa.
Sin embargo , la chica no se sentía tan tranquila, en parte porque él era su cliente, pero para ser sincera lo que más la inquietaba era la cercanía ,Cass era plenamente consciente de la fragancia de Lucas , de su calor corporal, aunque el auto permitía que cada uno tuviera su propio espacio, ella sentía que él lo llenaba  todo.
Además el hecho de que él  admirara su trabajo , le producía una satisfacción demasiado emocionante.

-Llegamos – dijo él y cuando ella miró hacia fuera vio que estaba frente al Neverless y como cada vez que ella estaba frente a aquel edificio, sintió un cosquilleo recorrerle el cuerpo.
El hombre le abrió la puerta del auto y la ayudó a bajar, luego le tomó la mano para guiarla. Sacó una llaves de su bolsillo y abrió las puertas de aquel magnifico lugar, luego la invitó a entrar.
Cass miró deslumbrada, era tan grande y conservaba mucha de la belleza original, un inmenso salón, una cúpula que dejaba filtrar la luz…
-¿Qué ves?- preguntó él.
-Yo…
-Puedes verlo, ¿verdad Cassandra? .Tu mirada me dice que no ves sólo un montón de ladrillos viejos y la tierra y suciedad acumulada por años…tú estás viendo otra cosa. Ves lo que fue y como podría volver a ser…¿No es así?
-Sí – reconoció ella a regañadientes. En ese momento, en su mente pasaban imágenes a toda velocidad de los cambios que haría , casi tenía la restauración terminada en sus sueños  para devolver al Neverless a su antiguo esplendor.
-Por eso debes ser tú , nadie más puede verlo como tú Cass.- dijo él.
-Lucas…
-Tú suéñalo Cassandra, yo te ayudaré a que sea realidad. No hay nada porque preocuparte, las medidas de seguridad, lo que sea necesario. Yo me  encargaré. Juntos reviviremos este edificio , tú le darás vida de nuevo y yo haré que sea el mejor hotel de la ciudad.
-Yo…
-Espera no respondas todavía, ven conmigo –le propuso y la tomó de la mano para arrastrarla al interior.
El lugar  apenas estaba iluminado por la claridad que apenas traspasaba la cúpula y los vidrios sucios de las ventanas…aquella luz difusa le daba un carácter irreal. Parecía que se hubieran sumergido en otro tiempo.
-¿Qué ves aquí? – preguntó él poniéndose detrás de ella
-Un salón de bailes – contestó mirando el inmenso espacio y las escaleras de mármol que aún subsistían, incluso imaginaba los candeleros de cristal que colgarían del techo, y la decoración de las paredes…
-¡Eso mismo pensé yo!.Este será el salón para eventos…un lugar donde los sueños se puedan hacer realidad – dijo y de pronto la tomó por la cintura y se puso a bailar con ella un vals.
-No hay música…-protestó Cass
-Sí, la hay , cierra los ojos y escucha – le respondió y la estrechó junto a él cambiando el ritmo a un movimiento más lento.
Aquello era embriagante, Cassandra podía sentir el aroma de Lucas, su calor y sin darse cuenta se había visto envuelta en un mundo de fantasía que él había creado. Un mundo de ellos dos.
Un mundo donde había música.
Y de la misma forma, se vio envuelta en sus brazos y  en su beso. Y aquella sensación era superior a todo lo demás, cada vez que él la besaba, cada nuevo contacto superaba al anterior.
- Ay Cassandra…-susurró él separándose trabajosamente y ella lo miró atontada mientras Lucas le deslizaba los dedos por la cara en una suave caricia.
-¡Wow!, creo que sí escucho la música…-dijo ella cuando recuperó la cordura, provocando que él riera.
- No sé que haré contigo…pero no puedo alejarme, ya no  - dijo con una repentina seriedad y Cass no estuvo segura de a qué se refería él, aunque le gustaba la parte en la que no podía alejarse de ella, porque acaba de descubrir que tampoco ella lo quería lejos.
Estaba completamente enamorada.


Brendan caminaba inquieto sosteniendo el teléfono celular con furia.
-¡Cómo que no puedes!-
-Lo siento …pero tengo algo más importante entre manos ahora – contestó su interlocutor.
-Esto es importante.
-Brendan, estoy resolviendo un caso de secuestro…seguramente te las arreglarás bien para averiguar los datos de alguien.
-Si pudiera hacerlo solo, no te hubiese llamado. Sólo dime cuánto – insistió.
-Lo siento, esta vez no puede ser-contestó el hombre y le cortó.
-¡Maldición! –exclamó el mayor de los O’Bannon que no estaba acostumbrado a que le negaran algo
- Cálmate Bren…- dijo Dylan
-¿Qué me calme? Nuestra Cass anda por allí con un tipo…
-Es un cliente, además si tu equipo de combate no puede averiguar, nosotros podemos hacerlo…-dijo Garret
-Pero necesitamos hacerlo pronto, no sabemos donde fueron…incluso podría ser un cazafortunas…
-Brendan, no exageres, Cass tampoco tiene tanto dinero…
-En realidad sí lo tiene, sólo que ella no lo sabe-contestó él
-¿Qué?-preguntó Liam
-Bueno, yo manejo sus inversiones, así que lo multipliqué y le hice una cuenta …sólo que Cass no lo sabe. Tiene el suficiente dinero como para no tener que preocuparse , ni depender nunca de nadie.
-¡Vaya!, ¿por qué no inviertes mi dinero también?- preguntó Dylan y los demás asintieron.
-Ustedes nunca lo pidieron…
-¿Y CK sí?- le preguntó Kenneth y por la expresión de Brendan era claro que no, o al menos no lo había hecho directamente.
-Volviendo al tema que nos ocupa…-desvió el tema Bren
-Deja de preocuparte, esperaremos que venga a casa y le preguntaremos…-dijo Ken.
- Si querías que no me preocupara, ¡¿por qué diablos me avisaste?!. ¿Acaso tú mismo no te alarmaste? Encima la descripción que me diste era igual a la del tipo del hotel…debiste cerrar la boca si no querías que hiciera nada.
-¿Digo no se les ocurrió preguntar a Tom? Quiero decir si es un cliente, él debe saber quién es…-sugirió Garret y los otros lo miraron sorprendidos.
-¿Quién tiene el número de Tom? – preguntó Bren y todos empezaron a revisar los contactos en sus celulares.
-¡Vaya tanto título y alarde de CI y a ninguno de los dos se le ocurrió! – exclamó Garret  y luego se escabulló antes de que Brendan lo asesinara.


Lucas aún mantenía abrazada a Cassandra por la espalda mientras observaban el edificio.
-Este lugar es nuestro Cassandra, ya te lo dije, tú suéñalo y yo lo haré realidad…-repitió él
-Me da miedo Lucas…
-Lo sé, pero todo estará bien. Tú naciste para esto, es lo que haces…todo irá bien – le dijo suavemente y ella se dio vuelta en sus brazos para mirarlo.
-También esto me da miedo…
-¿Mmmm?
-Nosotros…lo que pasa entre nosotros – dijo ella.
-También eso irá bien – dijo él y le sonrió.
-Gracias…
-¿Por qué?
-Por obligarme a volver a hacer lo que amo, por ser tú quien compró este lugar- le contestó aunque en realidad había muchas cosas más que le quería agradecer. Sobre todo por demostrarle que era capaz de enamorarse, de sentir algo que ya no imaginaba sentir. Ni siquiera podía explicarse como había sucedido.



 
Capítulo 19

-¿Te llevo a tu casa? –preguntó Lucas una vez que subieron al auto.
-No, llévame a la oficina – respondió Cass, pensando que  por un tiempo más era mejor mantenerlo alejado de sus hermanos.
Ella apenas acababa de darse cuenta de lo que sentía por él y no quería que saliera espantado por el quinteto, necesitaba un poco más de tiempo para conocerlo y para aceptar los sentimientos que aquel hombre le despertaba.
-De acuerdo – respondió él accediendo a llevarla a la oficina.
La miró de reojo, sentía cierta distancia entre ellos y no le gustaba, quería recuperar la cercanía de cuando bailaron en aquel viejo edificio, volver a sentirla pegada a su cuerpo y vibrando con sus besos. Sin embargo parecía que se hubiera envuelto en sí misma, y lo peor era que él no podía dejar de pensar en los hombres que había en la vida de ella.
Era obvio que  Cassandra  sentía algo por él y no quería arruinarlo, de un modo u otro lograría que ella se enamorara  tanto como él lo estaba de ella. Y lograría también ser el único hombre que ocupar su corazón y sus pensamientos.
Volvió a desviar la mirada hacia ella y su visión le despertó un ramalazo de intenso deseo, pero también aquello debía ser mantenido bajo control, aunque no estaba seguro del tiempo que lograría hacerlo.
Cuando llegaron al edificio donde estaban las oficinas, Lucas bajó y la acompañó a pesar de las protestas de Cass.
-No es necesario –dijo ella una vez más.
-No se ve mucha gente, al menos esperaré a que entres, debí  llevarte a tu casa ¿Tienes para mucho? Tal vez pueda esperarte o llevarte a comer al menos.
-No te preocupes, tengo que arreglar algunas cosas para mañana, cuando termine llamaré un taxi.
-Puedo esperarte, no es molestia –insistió él.
-No es necesario, en serio. Vuelve a tu trabajo Lucas.
-Está bien .Nos veremos mañana –contestó él a disgusto y le dio un beso ligero para despedirse.


Era tarde cuando Cass regresó a su casa, había almorzado algo ligero y se había quedado trabajando.Aprovechando que Tom había salido, había dado vueltas ordenando papeles en la oficina y había pasado horas dibujando cosas que le venían a la mente sobre el edificio, era como si las palabras de Lucas sobre que ella lo soñara hubiesen desbloqueado su mente y ahora las ideas fluían, por fin se sentía libre del miedo y la angustia del último tiempo.
Ciertamente aquello era lo que amaba y  disfrutó del tiempo trabajando en soledad.
Sin embargo , al volver ni siquiera tuvo tiempo de abrir la puerta de su casa, Kenneth se adelantó.
Al entrar se encontró con sus cinco hermanos mirándola como si hubiera cometido un crimen federal.
-¿Dónde estabas? –soltó Bren
-Trabajando…
- Ni siquiera viniste a almorzar y es muy tarde.-acusó Liam.
-Y apagaste tu teléfono – completó Garret.
-Trabajaba y no quería que me molestaran.
-¿Dónde trabajabas Cass?, porque dejaste la oficina muy temprano –contraatacó Brendan
-Sí, fui a ver un trabajo, pero luego regresé…un momento,¿cómo saben que dejé la oficina?
-Fui a llevarte algo de comer y te crucé cuando te ibas – explicó Kenneth.
-¿Quién era el hombre con el que te fuiste? –preguntó una vez más su hermano mayor.
-Un cliente –dijo ella y se dispuso a subir la escalera para ir a su habitación, no la interrogaban así desde los quince.
-El nombre Cassandra…-dijo Brendan y aquello la hizo explotar.
Empezó a revolver en su cartera y luego sacó el documento de identidad que tiró a los pies de sus hermanos.
-¡¡Veinticinco años!! Soy mayor de edad por si no se enteraron, si tienen dudas verifíquenlo…dejen de meterse en mi vida.-les dijo enfadada, sorprendiéndolos.
-Sólo estábamos preocupados…-aclaró Garret arrepentido.
-¿Preocupados porque trabajaba? Creí que eso era lo que querían, no han dejado de molestarme con ello desde que llegaron. Pues bien, estoy de nuevo trabajando en lo que me gusta y fuera de casa, tal como querían, así que déjenme en paz. Busquen algo que hacer con su tiempo libre, salten en paracaídas o algo…-les dijo finalmente y unos minutos después escucharon el portazo que daba al cerrar su habitación.
-Bueno, creo que sólo empeoramos las cosas.-dijo Liam
-Al menos volvió a trabajar –expresó Dylan como si aquello fuera un consuelo.
-Traigan la lista, veremos que podemos hacer – propuso Bren y sus hermanos lo miraron espantados.
-No creo que sea buen momento –dijo Garret
-¿Acaso quieren que se enrede con algún tipo inadecuado antes de que podamos hacer algo? Tenemos que conseguir al mejor hombre para ella, antes de que sea tarde. Sólo debemos ser un poco más sutiles.
-Tú no sabes ser sutil – lo acusó Kenneth y Bren sólo se encogió de hombros.


Al día siguiente Cassandra estaba trabajando en unos planos para el hotel de Lucas cuando le avisaron que un cliente la buscaba.
Era un hombre alto, moreno, sumamente atractivo y al que Cass recordaba haber visto en revistas especializadas. Era una especie de magnate de la construcción.
-¿Srta. O´Bannon? – preguntó él con voz aterciopelada cuando la vio y ella asintió.
-Soy Michael Flagerty y me gustaría  tratar unos proyectos con usted. Apenas me dijeron que había vuelto a trabajar, quise contactarla –añadió él y aunque Cass era bastante inexperta descubrió una mirada de admiración en él.
Pasaron a la oficina y él le contó sobre los proyectos que tenía pensados. Era un hombre extremadamente apuesto y Cass descubrió que era totalmente inmune a sus encantos, en cambio era totalmente vulnerable a Lucas.
Tan sólo verlo le aceleraba el pulso.
-Me gustaría empezar cuanto antes – dijo Flagerty con una sonrisa.
-Lo siento pero por ahora  estoy completamente avocada a la restauración del Neverless.
-Es una pena –dijo él.
- Hay más gente en la oficina con quien puede trabajar si así lo quiere.
-No, esperaré. Quiero trabajar contigo, admiro mucho tu trabajo – dijo él y ella no pudo  evitar sentirse halagada.
-Entonces, será un placer colaborar con usted.
- Y a mí, nos vemos pronto – dijo él y se despidió.
-Sr.Flagerty, ¿cómo supo que yo estaba trabajando nuevamente? – le preguntó ella mientras él sostenía la puerta.
-Me avisó Brendan O’ Bannon, antes habíamos hablado de lo mucho que me gustaría que trabajara para mí y él me informó – le contestó el hombre y Cass se quedó sin palabras.
La palabra  NO no estaba en el vocabulario de su hermano mayor.

Fue decidida a recoger su bolso para ir a casa a acomodarle el cerebro a Brendan cuando llegó Lucas.
-Hola – dijo él
-Hola -contestó  ella con una sonrisa
-Vengo a invitarte a almorzar, ¿puedes?.
-Sí, sí puedo – respondió ella y luego de enviar un mensaje de texto diciendo que no iría a casa a comer apagó el teléfono. El quinteto no tenía cabida en una cita con Luc.


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