jueves, 10 de enero de 2013

Una canción para ti 22°




Tris aún estaba medio dormido cuando el portero le avisó que venían a verlo. Cuando abrió la puerta llevaba el cabello aún revuelto y la camisa apenas abrochada.
-Emma..¿qué haces aquí tan temprano?
-Traigo tu canción ..-contestó ella y no sonaba muy feliz.
-Pasa, ¿desayunaste?- preguntó Tristán.
-No…
- Entonces desayunemos primero y luego vemos cómo quedó.

-En serio, Tristan, ¿no tenías otro momento para enviarme la melodía?...No podía ver la hora de que acabara la cena para volver al hotel a escribir, interrumpiste mi cita con Ian.
-¿Regresaste temprano? Lo siento- dijo sin mucha convicción mientras iba a preparar el café.
-Sí, tenía miedo que las palabras se me escaparan y luego me desvelé escribiendo…
-También yo estuve hasta tarde componiendo. ¿Te gustó?
-Sí Tristan, me gustó, sólo que eres muy poco oportuno.
- Comer algo mejorará tu humor , te prepararé algo para acompañar el café – le dijo mientras le servía. Inmediatamente se puso a preparar unos sándwiches. Emma lo observó mientras le daba unos sorbos a su café, verlo en la cocina le recordaba los viejos días de convivencia.
Estaba segura que muy pocos conocían ese lado d Tristán, aunque si lo pensaba bien, debía haber preparado desayunos para muchas mujeres en aquel lugar.
-Listo..-dijo él y le puso delante el plato con la comida, luego se sentó frente a ella con una taza de café – Pásame el texto – dijo y Emma le dio la libreta que cargaba.
-La letra es perfecta…¿ya terminaste de desayunar? – preguntó mirándola y ella asintió con la cabeza.
-Ven conmigo entonces…
-¿Dónde?
-A la terraza, hace tiempo que quiero mostrarte cómo se ve el cielo , de paso probamos qué tal la canción- la invitó y fue a buscar su guitarra.
Al llegar a la terraza Emma se acostó en el suelo para ver el cielo, era azul y  unas nubes pasajeras, finas como líneas, le daban un toque aquí y allá convirtiéndolo en un paisaje extraño y maravilloso.
Tristán se sentó a su lado y empezó a tocar la melodía en la guitarra mientras cantaba la canción que Emma había compuesto.
La chica cerró los ojos un momento y lo escuchó. Ella había escrito la letra pero se convertía en  algo diferente en la voz de Tristan.

La noche es un espejo de astros
Pequeños pájaros navegamos
en mares de luces que imitan el cielo

Somos amor que naufraga
En las mareas humanas
Mírame, sé mi faro
Mírame, no me sueltes

Emma abrió los ojos y observó a Tris que cantaba mirando el papel, no la estaba viendo así que ella pudo observarlo con tranquilidad. Su figura se recortaba contra el cielo azul, Emma estiró una mano como si pudiera atrapar el firmamento, como si pudiera tocarlo a él. Casi podía tocarlo. Casi. Tristan siempre estaba tan cerca y tan inalcanzable. Suspiró y siguió escuchándolo cantar.

No podemos hundirnos en la noche
No podemos perdernos
Abrázame y volemos

Podemos nadar en estrellas
Podemos ahogarnos en el tiempo
Dame la mano y ánclame
Dame la mano y elévame

La ciudad es un mundo extraño
Más extrañeza llevo dentro
Entre las luces que son recuerdos
Te llamo en silencio:Ven, ámame
Seamos vida amaneciendo

Tristán terminó de tocar y miró a Emma. Era relajante verla allí, como en el pasado.
-¿Y qué te pareció? – le preguntó porque necesitaba que lo mirara, escucharla y sacarla de la abstracción en la que estaba.
-Suena bien…-dijo ella.
-¿Sólo bien?
-Deja de buscar cumplidos, Tristan, suena más que bien y lo sabes, podría quedarme horas escuchando esa música…
-Es tu música también, Emma.
- Es raro, pero una vez que tú la cantas se convierte en algo diferente ....
-Sí, lo sé. Lo que sucede es que ya no es ni tuya ni mía, sino nuestra.- le dijo mirándola y aquellas palabras crearon un clima de intimidad profundo, como si existiera una conexión entre ellos que iba más allá de la amistad.
- Eres tú, lo conviertes en algo más intenso, en algo que llega al interior de las personas, siempre fue tu talento.
-De acuerdo, cortemos la sesión de halagos y veamos que piensan los chicos y cómo suena cuando estamos todos- dijo y sacó su teléfono.
-¿Vas a llamarlos? ¿Ahora?
-Claro...
-Tristán, es muy temprano.
-Créeme Emma, no les va a molestar y será mucho mejor a que los llame por la madrugada...ya estamos grandes para eso – aclaró  y la hizo sonreír al imaginar las veces que se debían haber reunido de madrugada para tocar. Tristan hizo un par de llamadas  pidiendo a Cameron y Dani que les avisaran a los demás.
-Listo, están en camino. Vámonos.- le dijo a Emma  y le extendió una mano para ayudarla a levantarse del suelo donde aún estaba sentada.
-¿No vendrán aquí?
-No, nos reuniremos en la sala de ensayos. Vamos – insistió y la llevó con él. Bajaron hacia el estacionamiento.
Emma se detuvo frente a la maquina y miró a Tristán.
-¿Iremos en eso?
-Sí.
-¿No tenías un auto?
-Lo tengo, un par de hecho, pero ya lo reconocen y además la moto es mucho mejor para llegar a donde vamos.
-Tristan....-susurró.
-Vamos, Emm, sube – dijo él mientras subía y le alcanzaba un casco.
-Esto es una mala idea...
-Va a gustarte, agárrate fuerte – le dijo y arrancó.
Emma se aferró fuerte a la cintura de Tristan, lo sintió reír al percibir su aprensión. Iban a mucha velocidad y ella no podía evitar sentir miedo, sin embargo poco a poco se fue relajando, podía entender porque a él le gustaba aquello, daba una inmensa sensación de libertad.
Por un segundo se desprendió de la cintura de él y levantó los brazos en el aire, a pesar de llevar el casco, sentía el aire, veía que el mundo pasaba rápido a su alrededor mientras lo dejaban todo atrás.
Tristán tenía razón, le gustaba. Su temeridad fue efímera, además sintió como él desaceleraba indicándole que no hiciera tonterías, volvió a aferrarse fuerte, apoyó la cabeza contra su espalda y Tris aceleró de nuevo.
Cuando llegaron a su destino, Emma se quitó el casco con rapidez.
-¿Aquí? – preguntó y él asintió con una sonrisa. Luego abrió con una llave la puerta de malla de metal y entraron. Había un cartel que prohibía el paso, pero eso no les importó, era el mismo depósito donde ensayaban de jóvenes.
-¿Lo recuerdas?- preguntó él.
-¿Cómo podría olvidarlo? ¿Pero qué hacemos aquí?
-Es nuestra sala de ensayos…la no oficial al menos. Y no te asustes, es nuestra, la compramos.
-¿La compraron?
-Sí, las otras salas de ensayo no eran lo mismo, les sobraba tecnología y comodidad pero les faltaba alma. Escudo Azul suena mejor aquí…- sentenció mientras entraban.
Habían reacondicionado el lugar para que fuera cómodo y útil a sus propósitos, por fuera seguía siendo un depósito pero por dentro estaba totalmente cambiado.
-Hey…-saludó Dani que estaba con Bim y Leandro. Y justo en ese instante llegaron Cameron y Luc.
-Banda completa…-dijo Leandro.
-¿Te gusta Emm? – preguntó Dani.
-Me encanta…-dijo ella con sinceridad.
-Y ahora tienes un buen sofá para escucharnos-dijo Bim.
-¿Qué tal si escuchamos esa canción? – propuso Cameron mientras revoleaba las baquetas de su batería.
Los chicos tomaron sus instrumentos y se ubicaron. Emma se acomodó en un sillón frente a ellos y la inundaron los recuerdos, se vio a sí misma sentada en el suelo con papeles desparramados, acurrucada en un rincón sintiéndose feliz y segura mientras los escuchaba.
Recordó la sensación de querer quedarse allí para no volver a su casa, para no enfrentar a su padrastro ni la tristeza.
Escudo Azul empezó a tocar y ella sonrió, pensó si aquellos hombres sabrían lo mucho que habían cambiado su vida. Detuvo su mirada un segundo en Tristan y mentalmente susurró un agradecimiento: “Gracias por ser mi cielo siempre azul”


3 comentarios:

  1. te he dejado un premio en mi blog Nata :D http://gesioz.blogspot.com/2013/01/mas-premios-para-el-blog.html

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  2. Muy lindo, entrañable, transmites muy bien los sentimientos :) genial sis

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  3. Me encantó este capítulo y me encanta el ambiente que se crea cuando están juntos. Y ni que decir de la canción, preciosa! Gracias por el capítulo Nata :)

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