Tris aún estaba medio dormido cuando el portero le avisó que venían a
verlo. Cuando abrió la puerta llevaba el cabello aún revuelto y la camisa
apenas abrochada.
-Emma..¿qué haces aquí tan temprano?
-Traigo tu canción ..-contestó ella y no sonaba muy feliz.
-Pasa, ¿desayunaste?- preguntó Tristán.
-No…
- Entonces desayunemos primero y luego vemos cómo quedó.
-En serio, Tristan, ¿no tenías otro momento para enviarme la
melodía?...No podía ver la hora de que acabara la cena para volver al hotel a
escribir, interrumpiste mi cita con Ian.
-¿Regresaste temprano? Lo siento- dijo sin mucha convicción mientras iba
a preparar el café.
-Sí, tenía miedo que las palabras se me escaparan y luego me desvelé
escribiendo…
-También yo estuve hasta tarde componiendo. ¿Te gustó?
-Sí Tristan, me gustó, sólo que eres muy poco oportuno.
- Comer algo mejorará tu humor , te prepararé algo para acompañar el
café – le dijo mientras le servía. Inmediatamente se puso a preparar unos
sándwiches. Emma lo observó mientras le daba unos sorbos a su café, verlo en la
cocina le recordaba los viejos días de convivencia.
Estaba segura que muy pocos conocían ese lado d Tristán, aunque si lo
pensaba bien, debía haber preparado desayunos para muchas mujeres en aquel
lugar.
-Listo..-dijo él y le puso delante el plato con la comida, luego se
sentó frente a ella con una taza de café – Pásame el texto – dijo y Emma le dio
la libreta que cargaba.
-La letra es perfecta…¿ya terminaste de desayunar? – preguntó mirándola
y ella asintió con la cabeza.
-Ven conmigo entonces…
-¿Dónde?
-A la terraza, hace tiempo que quiero mostrarte cómo se ve el cielo , de
paso probamos qué tal la canción- la invitó y fue a buscar su guitarra.
Al llegar a la terraza Emma se acostó en el suelo para ver el cielo, era
azul y unas nubes pasajeras, finas como
líneas, le daban un toque aquí y allá convirtiéndolo en un paisaje extraño y
maravilloso.
Tristán se sentó a su lado y empezó a tocar la melodía en la guitarra
mientras cantaba la canción que Emma había compuesto.
La chica cerró los ojos un momento y lo escuchó. Ella había escrito la
letra pero se convertía en algo
diferente en la voz de Tristan.
La noche es un espejo de
astros
Pequeños pájaros
navegamos
en mares de luces que
imitan el cielo
Somos amor que naufraga
En las mareas humanas
Mírame, sé mi faro
Mírame, no me sueltes
Emma abrió los ojos y observó a Tris que cantaba mirando el papel, no la
estaba viendo así que ella pudo observarlo con tranquilidad. Su figura se
recortaba contra el cielo azul, Emma estiró una mano como si pudiera atrapar el
firmamento, como si pudiera tocarlo a él. Casi podía tocarlo. Casi. Tristan
siempre estaba tan cerca y tan inalcanzable. Suspiró y siguió escuchándolo
cantar.
No podemos hundirnos en
la noche
No podemos perdernos
Abrázame y volemos
Podemos nadar en
estrellas
Podemos ahogarnos en el
tiempo
Dame la mano y ánclame
Dame la mano y elévame
La ciudad es un mundo
extraño
Más extrañeza llevo
dentro
Entre las luces que son
recuerdos
Te llamo en silencio:Ven,
ámame
Seamos vida amaneciendo
Tristán terminó de tocar y miró a Emma. Era relajante verla allí, como
en el pasado.
-¿Y qué te pareció? – le preguntó porque necesitaba que lo mirara,
escucharla y sacarla de la abstracción en la que estaba.
-Suena bien…-dijo ella.
-¿Sólo bien?
-Deja de buscar cumplidos, Tristan, suena más que bien y lo sabes,
podría quedarme horas escuchando esa música…
-Es tu música también, Emma.
- Es raro, pero una vez que tú la cantas se convierte en algo diferente
....
-Sí, lo sé. Lo que sucede es que ya no es ni tuya ni mía, sino nuestra.-
le dijo mirándola y aquellas palabras crearon un clima de intimidad profundo,
como si existiera una conexión entre ellos que iba más allá de la amistad.
- Eres tú, lo conviertes en algo más intenso, en algo que llega al
interior de las personas, siempre fue tu talento.
-De acuerdo, cortemos la sesión de halagos y veamos que piensan los
chicos y cómo suena cuando estamos todos- dijo y sacó su teléfono.
-¿Vas a llamarlos? ¿Ahora?
-Claro...
-Tristán, es muy temprano.
-Créeme Emma, no les va a molestar y será mucho mejor a que los llame
por la madrugada...ya estamos grandes para eso – aclaró y la hizo sonreír al imaginar las veces que
se debían haber reunido de madrugada para tocar. Tristan hizo un par de
llamadas pidiendo a Cameron y Dani que
les avisaran a los demás.
-Listo, están en camino. Vámonos.- le dijo a Emma y le extendió una mano para ayudarla a
levantarse del suelo donde aún estaba sentada.
-¿No vendrán aquí?
-No, nos reuniremos en la sala de ensayos. Vamos – insistió y la llevó
con él. Bajaron hacia el estacionamiento.
Emma se detuvo frente a la maquina y miró a Tristán.
-¿Iremos en eso?
-Sí.
-¿No tenías un auto?
-Lo tengo, un par de hecho, pero ya lo reconocen y además la moto es
mucho mejor para llegar a donde vamos.
-Tristan....-susurró.
-Vamos, Emm, sube – dijo él mientras subía y le alcanzaba un casco.
-Esto es una mala idea...
-Va a gustarte, agárrate fuerte – le dijo y arrancó.
Emma se aferró fuerte a la cintura de Tristan, lo sintió reír al
percibir su aprensión. Iban a mucha velocidad y ella no podía evitar sentir
miedo, sin embargo poco a poco se fue relajando, podía entender porque a él le
gustaba aquello, daba una inmensa sensación de libertad.
Por un segundo se desprendió de la cintura de él y levantó los brazos en
el aire, a pesar de llevar el casco, sentía el aire, veía que el mundo pasaba
rápido a su alrededor mientras lo dejaban todo atrás.
Tristán tenía razón, le gustaba. Su temeridad fue efímera,
además sintió como él desaceleraba indicándole que no hiciera tonterías, volvió
a aferrarse fuerte, apoyó la cabeza contra su espalda y Tris aceleró de nuevo.
Cuando llegaron a su destino, Emma se quitó el casco con rapidez.
-¿Aquí? – preguntó y él asintió con una sonrisa. Luego abrió con una
llave la puerta de malla de metal y entraron. Había un cartel que prohibía el
paso, pero eso no les importó, era el mismo depósito donde ensayaban de
jóvenes.
-¿Lo recuerdas?- preguntó él.
-¿Cómo podría olvidarlo? ¿Pero qué hacemos aquí?
-Es nuestra sala de ensayos…la no oficial al menos. Y no te asustes, es
nuestra, la compramos.
-¿La compraron?
-Sí, las otras salas de ensayo no eran lo mismo, les sobraba tecnología
y comodidad pero les faltaba alma. Escudo Azul suena mejor aquí…- sentenció
mientras entraban.
Habían reacondicionado el lugar para que fuera cómodo y útil a sus
propósitos, por fuera seguía siendo un depósito pero por dentro estaba
totalmente cambiado.
-Hey…-saludó Dani que estaba con Bim y Leandro. Y justo en ese instante
llegaron Cameron y Luc.
-Banda completa…-dijo Leandro.
-¿Te gusta Emm? – preguntó Dani.
-Me encanta…-dijo ella con sinceridad.
-Me encanta…-dijo ella con sinceridad.
-Y ahora tienes un buen sofá para escucharnos-dijo Bim.
-¿Qué tal si escuchamos esa canción? – propuso Cameron mientras
revoleaba las baquetas de su batería.
Los chicos tomaron sus instrumentos y se ubicaron. Emma se acomodó en un
sillón frente a ellos y la inundaron los recuerdos, se vio a sí misma sentada en
el suelo con papeles desparramados, acurrucada en un rincón sintiéndose feliz y
segura mientras los escuchaba.
Recordó la sensación de querer quedarse allí para no volver a su casa,
para no enfrentar a su padrastro ni la tristeza.
Escudo Azul empezó a tocar y ella sonrió, pensó si aquellos hombres
sabrían lo mucho que habían cambiado su vida. Detuvo su mirada un segundo en
Tristan y mentalmente susurró un agradecimiento: “Gracias por ser mi cielo
siempre azul”
te he dejado un premio en mi blog Nata :D http://gesioz.blogspot.com/2013/01/mas-premios-para-el-blog.html
ResponderEliminarMuy lindo, entrañable, transmites muy bien los sentimientos :) genial sis
ResponderEliminarMe encantó este capítulo y me encanta el ambiente que se crea cuando están juntos. Y ni que decir de la canción, preciosa! Gracias por el capítulo Nata :)
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