Orgullo y Prejuicio a 200 años de haberse publicado I

Realmente uno nunca sabe cuánto va durar aquí. Si van a ser días, semanas, años o siglos... Pero lo que sí que le gustaría a uno, es perpetuar en el corazón de muchos. Y creer que el tiempo que ha estado aquí no ha sido en balde.

Muy pocas cosas que hayan durado mucho tiempo, se puede decir que son bellas. Normalmente uno teme al paso del tiempo. Nunca se sabe el daño que pueda hacerle a uno...

Pero siempre hay alguien detrás de nosotros que vigila por el día de mañana. Cuidandonos, amandonos... Para que otros, pueda llegar a disfrutar de nuestro esfuerzo.

A fecha de hoy, 28 de Enero. Gracias a muchas personas, podemos disfrutar la celebración bicentenaria de una de las historias de amor más querida por todo el mundo. Orgullo y Prejuicio.

Fue hoy en el año 1813, que se publicó como obra anónima, sin que figurará el nombre de nuestra querida autora. Se trata de unas primeras comedias románticas en la historia de la novela y su primera frase, una de las más famosas en la literatura inglesa.

Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.

Jane austen, escribió esta novela a sus 20 años, en simples cuadernos. La primera reacción de la obra data del año 1796 y 1797; inicialmente le pusieron el título de primeras impresiones. Pero nunca se llegó publicar bajo este título. Fue el año 1797, que el Padre de Jane Austen se la ofreció a un editor siendo rechazada.

Nuestra querida autora, creyendo en ella la volvió a revisar en el año 1809-1810, para hacerlo nuevamente en el año 1812. Ofreciéndose la entonces con el apoyo de su Hermano, a otro editor quien anteriormente el anterior año, le había publicado sentído y sensibilidad. Aceptándola y sacándola al público 200 años atrás.

Se trata de una joya, que debería de pasar de generación en generación. Ofrecérsela, con manos arrugadas y temblorosas, el pecho henchido de orgullo a tu joven nieta. Y decirle, aquí tienes un pequeño tesoro con el que llegarás a reír, llorar, amar y odiar...

Me gusta saber, que a pesar de ser todo el mundo diferente realmente llegamos a compartir un mismo gusto, al pasear por todas las hojas llenas con las palabras de esa joven chica. Quien en una época tan difícil y marginal para la mujer, llegó a grabar sus pensamientos de aquella vida entre los jóvenes enamorados. Demostrándonos que todas dentro de nuestro ser, somos una Elizabeth Benett buscando a nuestro Mr. Darcy y que nunca hay que abandonar en el amor, hay que creer en él. Porque si lo haces, este perdurará en el recuerdo de muchos durante mucho tiempo...

Como lo hará esta bella historia, con sus dos queridos y trepidantes personajes... Que transcurridos 200 años, aún siguen sacándonos suspiros y deseos de perdernos mil y una veces  por sus páginas. Es una de las obras que más se han adaptado a la vida moderna. Es imposible que llegue a olvidarse nadie de ella.