El grupo de viajeros llegó hasta la primer muralla y los cuatro
jóvenes levantaron la vista en gesto de admiración.
Aquel lugar estaba relacionado con la historia familiar, los
jóvenes miembros de la familia Blackdalion recordaban las historias en las que
su abuelo encerraba a la intempestiva Elady en la habitación de la torre y
recordaban también como la, por entonces, muchacha se había escabullido hábilmente para ir a socorrer a su agonizante marido.
Habían escuchado aquella historia miles de veces en su infancia y ahora una vez más los caminos de la vida
los traían a la ciudad más protegida del reino , la amurallada Winterday.
Dos de los jóvenes aquietaron la
marcha de sus caballos, el hombre de
ojos glaucos se acercó al otro que era casi un reflejo de sí mismo.
-No sé que hacemos aquí– protestó
Conrad apenas traspasaron los muros exteriores
-Deja de quejarte – le contestó Lysander –
Kyrian y Lombard tenían que venir en visita protocolar y aceptamos acompañarlos
-No somos bienvenidos aquí –
insistió sombrío el joven
-¿Crees que no lo sé?, pero Kyrian
tenía que venir y no me importa si es princesa o si Lombard la
protege con su vida, no la íbamos a dejar o ¿ hubieses preferido que dejáramos
a nuestra hermanita venir sola ..?
-No y por eso estoy aquí
-Entonces cambia la cara o vas a
empeorar las cosas. – sugirió a su mellizo
-No lo entiendo –comentó Aly que había escuchado parte de la conversación
y se había acercado a ellos – creí que los Blackdalion y la gente de Winterday
eran aliados.
-Oh sí, pero los Likaios son otra
cosa , no quieren a los magos aquí...- respondió Lysander
-Si el abuelo te escucha...- lo
censuró Conrad en voz baja
-Pero fue tu padre quien detuvo al asesino. – dijo
Aly a su esposo
- Sí, pero supongo que eso no apaleó
el dolor de que fuese alguien con el don
quien le quitara la vida a su
primogénito - aclaró Lysander y Conrad se mantuvo en silencio.
- Es injusto – protesto Aly.
-La vida no es siempre justa pelirroja
, y no siempre somos juzgados por nuestros propios crímenes, muchas veces nos
castigan por los errores ajenos- comentó
Conrad y Aly no pudo evitar percibir la frialdad que desprendía la voz y los
ojos de su cuñado.
Luego quedaron en silencio
desbordados por la visión del Castillo y sus fabulosas torres.
Recorrieron el camino hasta que
llegó una escolta a recibirlos y dio la sensación de que el fortificado lugar
se tragaba a las pequeñas figuras que ingresaban por la pasarela, casi como si
fueran las fauces de un gran animal cerniéndose sobre desprevenidas víctimas.
Los mellizos avanzaron recelosos e intentaron pasar desapercibidos, dejando
que Lombard se hiciera cargo de todo. Por suerte Kyrian no había escuchado nada
de su conversación anterior , así que su única preocupación era que le
asignaran la habitación de la
Torre, aquella de la que su abuela había escapado años atrás.
Si el recibimiento de los Señores de
Winterday fue algo frío nadie pareció notarlo, sólo Conrad permanecía en estado
de alerta y sus ojos claros parecían querer penetrar más allá de lo visible.
El joven Likaios fue amable con sus
anfitriones y con los demás invitados de Winterday , sin embargo su apariencia
era la de un león encerrado. Era tal la
incomodidad que Conrad transmitía con su cuerpo que finalmente Lombard, tan
perspicaz como siempre, le sugirió que
diera un paseo junto a los demás mientras él trataba con el Señor de Winterday.
Después de instalarse en los
aposentos asignados, Conrad, Lysander , Kyrian y Alina se dedicaron a
recorrer Winterday, mientras el príncipe
se encargaba de los asuntos oficiales.
Era un lugar hermoso, famoso por sus
murallas fortificadas y tenía un lugar en las memorias familiares de los
Blackdalion así que recorrerlo fue un
placer para los cuatro jóvenes, sobretodo porque podían compartir sus
impresiones y el paseo estuvo lleno de risas compartidas.
Sin embargo aquella fugaz placidez
estaba destinada a no durar.
Mientras caminaban de regreso al Castillo unas voces femeninas
llegaron hasta ellos y a pesar de la
distancia, sonaron claras y las palabras se distinguieron con nitidez poniendo
en alerta a los ,hasta ese momento, despreocupados
caminantes.
-Sin dudas es una lástima que Lysander se haya casado , pero Conrad aún
está disponible.-comentó una joven con aire soñador
-Es tan apuesto – dijo otra apenas
conteniendo un suspiro
-Todos los hombres de esa familia
son devastadoramente guapos y no me importaría llevar a Conrad hasta el
altar – agregó una tercera con voz seductora
-¡Sinceramente no puedo creer lo que
estoy oyendo!- exclamó indignada Tiaren
Winterday llegando hasta ellas e interrumpiendo la idílica ensoñación romántica-
No sé cómo pueden gustarles esos hombres. Parecen que se olvidan que Conrad
Likaios es un brujo, qué clase de mujeres son que se atarían a un hombre como
ese. ¿Acaso están dispuestas a atarse a
un demonio?. Tal vez lo merecen por ser tan cabeza huecas, tal vez merezcan la condenación…-dijo
la joven dejando en claro su posición.
-Tiaren…- musitó una de ellas haciendo
señas y cuando la chica se dio vuelta se
vio frente a frente con la familia Likaios y con los ojos glaucos del
desprestigiado joven clavados en ella.
Conrad miró a la joven con una
expresión indescifrable, las demás se sonrojaron pero ella lo miró impasible
como retándolo a que se defendiera.
La fría mirada gris de la chica era
casi como el desafío de una venenosa espada.
Conrad había aprendido a manejar sus
arrebatos y además era muy caballero para hacer lo que le venía a la mente.
Sin embargo las mujeres de su
familia no pensaban igual.
-¡No deberías hablar así de alguien que no conoces ! Conrad es un buen
hombre, el mejor –dijo Aly increpando a la joven Winterday , de hecho parecía
ser capaz de lanzarse sobre ella pero Conrad la detuvo sujetándola por la cintura -
-No importa Alina , vamos – dijo el
joven con calma mientras , a pocos pasos detrás, Lysander detenía a Kyrian que estallaba
iracunda
-¡Esa rata presumida!, yo voy a
enseñarle a no meterse con mi hermano – dijo la joven Likaios al tiempo que
levantaba la mano en un amenazante gesto pero Lys se lo impidió
-No Kyrian. Somos mejor que eso y
estamos en su casa , Princesa, no lo olvides – dijo el joven aunque sus ojos brillaban de
ira por el ultraje contra su mellizo.
Conrad hizo un leve gesto con la
cabeza como burda imitación de saludo y se retiró arrastrando a su furiosa
cuñada con él.
Detrás de él Tiaren Winterday se
volvió triunfante hacia sus mudas compañeras
y ni siquiera la mirada censuradora de éstas le hizo sentir el mínimo remordimiento.
Conrad se acercó a su familia sin
mirar atrás, aunque una vez más la tensión se vio reflejada en cada movimiento
de su poderoso cuerpo.
Su hermano mellizo se acercó
presuroso a él
-Con...-dijo Lysander que intuía el
dolor de su hermano
-Toma a tu esposa Lys – respondió él
soltando a Alina ya que aún la arrastraba consigo – parece que convivir contigo la ha convertido
en una fierecilla - comentó aparentemente
divertido ocultando sus verdaderos sentimientos, al tiempo que seguía caminando
para alejarse rápidamente del lugar donde lo habían injuriado
-Debes alejarte de mujeres como esa
Conrad, tal vez si nos dices quien es tu amor secreto podremos ayudarte ... –
dijo Aly impulsivamente y al ver la
expresión de su cuñado supo que había sido demasiado indiscreta
-¡¿Amor secreto?! – exclamaron
Lysander y Kyrian mirando fijamente a su hermano
-Ya basta ...- protestó Conrad
-Conny podríamos ayudarte – dijo
Kyrian demasiado melosa como para sonar
confiable.
-¡Dios me libre!
- Conrad , me gustaría darte un poco
de tu propia medicina – dijo Lysander con una sonrisa sesgada
-Vamos Lys, tienes a la chica de tus
sueños , supéralo ya .Déjenme tranquilo, estoy bien solo, así que abandonen el
papel de casamenteros y de defensores
que les queda mal .Puedo cuidar de mí mismo – dijo enfadado y se adelantó
dejando atrás a sus hermanos
mirándolo boquiabiertos.
Kyrian se había sentado en el centro
de la enorme cama , mientras esperaba impaciente el regreso de su esposo.
Habían pasado varias horas desde que regresaran al Castillo y Kyrian le contara
a Lombard el incidente entre Conrad y Tiaren Winterday. El príncipe había
reaccionado con indignación, reacción agravada por el malestar que aquel suceso
había causado a su adorada esposa.
El joven príncipe llevaba un par de
horas dialogando con los Señores del lugar mientras Kyrian había decidido
esperarlo en la habitación.
La ansiedad le estaba ganando cuando
Lombard entró y se acercó decidido a ella envolviéndola con su cálida mirada
violeta.
-Bien, ya hablé con el Señor de
Winterday, mañana a primera hora nos vamos-expresó sentándose a su lado en la
cama
-Pero los asuntos que tenías que tratar…
-Otro lo hará en mi lugar, un
miembro de mi familia ha sido ofendido y
con ello te han herido a ti. No podemos quedarnos…
- Pero tu padre va a enfadarse,
quería que tú te encargaras de esto
-Créeme, cuando sepa lo que pasó no
le importará. Él nunca permitiría que su heroína favorita estuviese en un lugar
donde no es bienvenida, además cualquiera de mis hermanos pueden encargarse de
esto
-No es verdad, tú eres el mejor diplomático,
nadie lo hace mejor que tú. Lombard, ¿dijiste que no soy bienvenida?.¿Eso te
dijo el Señor de Winterday? –preguntó repentinamente alarmada
-No , por supuesto que no. Se
disculpó por lo sucedido, pero aún así defendió el comportamiento de su hija, y
yo percibí que aún sienten animadversión
por la magia aquí. No importa lo que tu padre hizo para castigar al culpable,
el hecho de que fuera alguien con el don quien mató al heredero de Winterday no
ha sido olvidado ni perdonado. Lo siento Kyrian, me temo que aunque nos traten
con toda la cortesía del mundo aún así será incomodo para los mellizos y para
ti.
-Sí , lo sé. No quiero que nadie
lastime a mis hermanos como lo hicieron hoy y creo que la mejor forma de
protegerlos es irnos. Conrad y Lys estuvieron muy controlados pero no sé como
reaccionaran ante otro incidente.
-Me preocupa más tu reacción,
parecías una tigresa y atacando a sus anfitriones -comentó con una sonrisa
tratando de aligerar el clima
-Lo siento pero tenía que defenderlo – se justificó ella
con seriedad
-Kyrian, no conozco a otros hombres
con más capacidad para defenderse por sus propios medios que tus hermanos. Son
peligrosos ¿sabes?, no son corderitos indefensos como pareces creer, así que
por qué no dejas que ellos se encarguen de sus propias vidas
-Porque no saben hacerlo, Lys no es
un problema ya porque Aly lo cuidará bien pero Conrad…
-Amor, no importa lo que yo diga,
vas a volver a meternos en problemas ¿verdad?
-Yo nunca he sido problemática
–protestó ella
-Eres la persona más sensata que
conozco excepto cuando te conviertes en
hermana mayor de los mellizos.- comentó el príncipe con ligera diversión
Sin
embargo Kyrian estaba realmente preocupada, porque ella siempre había tenido dudas
sobre el poder pero Conrad nunca había demostrado que le
importara lo que los demás pudieran decir . Tanto Con como Lys siempre habían
estado orgullosos de ser quienes eran, incluso llevaban su don con altanería, la magia les permitía
doblegar leyes que limitaban a la mayoría de las personas y ellos disfrutaban
de poseer esa capacidad.
Jamás negaban su propia naturaleza y tal vez por eso Kyrian siempre había creído que sus hermanos eran inmunes a cualquier ataque, pero ese día ver como atacaban injustamente a Conrad la había hecho replantearse un montón de cosas. Había sido muy impactante presenciar como él se dejaba calumniar sin defenderse y más aún como su carácter alegre y travieso había desaparecido para dar lugar a un muro de hielo que alejaba incluso a su familia. Además la había entristecido mucho, por su hermano, por ella y por los que vendrían en el futuro.
Jamás negaban su propia naturaleza y tal vez por eso Kyrian siempre había creído que sus hermanos eran inmunes a cualquier ataque, pero ese día ver como atacaban injustamente a Conrad la había hecho replantearse un montón de cosas. Había sido muy impactante presenciar como él se dejaba calumniar sin defenderse y más aún como su carácter alegre y travieso había desaparecido para dar lugar a un muro de hielo que alejaba incluso a su familia. Además la había entristecido mucho, por su hermano, por ella y por los que vendrían en el futuro.
Los
ojos de la muchacha se volvieron inexpresivos al tiempo que posaba su mano en el vientre donde abrigaba
un nuevo sueño
-No
tienes que preocuparte Kyrian, no debí traerte conmigo- reflexionó Lombard acercándose más a ella- menos aún en tu estado
-Sabes
que mi lugar esta junto a ti y ahora más
que nunca - aseveró ella acurrucándose
contra el pecho de él
-Todo
estará bien – la tranquilizó él recordando la ardua lucha que su esposa había librado
para aceptar el poder que poseía
-Pero
has visto lo que sucede Lombard, los prejuicios siempre existen, qué pasará si
nuestro bebé tiene el don¿ qué va a pasar con él?
-Nada
va a pasarle, si tiene el poder aprenderá a estar orgulloso de poseerlo y nosotros lo apoyaremos siempre.
-Pero
no podremos defenderlo de todo lo que digan .¿De verdad no te importa que el
bebé herede este poder?
-No
amor, no me importa. Amaré a mi hijo tanto como te amo a ti y prometo que todo va a salir bien.Nadie
le dirá o le hará algo que lo hiera.
Además tu madre y tus abuelos tampoco tienen el don y se las arreglaron
bastante bien con ustedes.
-Excepto
conmigo – dijo ella recordando el tiempo en que renegaba de su herencia mágica
-Eso
es porque tú esperabas que yo llegara -
le contestó él medio en broma, pero Kyrian sabía que el amor de Lombard había sido ciertamente el origen de su cambio
-Aún
así no siempre podremos proteger a nuestro hijo – añadió pesarosa, el futuro de
su bebé le preocupaba mucho
-Yo
lo haré, voy a protegerlo , y además te olvidas que va a ser un principito o
princesita así que si no nos queda otra opción, hacemos un decreto para
deshacernos de cualquiera que miré mal a nuestro niño- explicó él con sus ojos
violetas relampagueantes
-¡¡¡¡¡LOMBARD!!!!!!!-
lo censuró ella y el príncipe sonrió inocentemente
-Kyrian…
Conrad estará bien, Lysander también y te prometo que yo siempre cuidaré de ti y de nuestro bebé.¿Me crees? –
preguntó posando su mano sobre la de ella que aún descansaba protectora sobre
su vientre
-Sí,
mi amor te creo – contestó y aliviada se dejó abrazar por su esposo, aunque en
el fondo de su ser se preguntaba si su hermano alguna vez se arrepentía de ser
quien era aunque nunca lo hubiese demostrado
Lysander observó
detenidamente a su pensativa esposa mientras ella se movía por la
habitación. Alina le provocaba una extraña mezcla de sensaciones, por un lado
era la familiaridad de conocerla de toda la vida y por otro la sensación de descubrirla cada día. Ella
era el amor, siempre el amor , se dijo a
sí mismo y se reprochó haber tardado tanto tiempo en darse cuenta de lo que
sentía por aquella mujer que colmaba su vida.
-¿En qué piensas Aly? – le preguntó
ansioso por sacarla de sus pensamientos y traerla al mundo real con él
-En Conrad…
-Esa no era la respuesta que
esperaba esposa mía. ¿Sabes lo que siente un hombre enamorado cuando su mujer
le dice que está pensando en su hermano?
-Tonto – contestó ella sonriéndole.
-Ven aquí y dame un beso.
Ella se acercó y le rodeó el cuello
con sus brazos.
-Dilo de nuevo Lys…
-¿Qué?
-“Esposa mía” , me gusta como suena
y todavía me parece mentira que seas mi
esposo.
-Esposa mía, amor mío, mía como soy
tuyo – dijo él apasionadamente
-Lys- susurró ella apartándole un mechón de cabello que le caía en la cara.
Había veces en que pensaba que él iba a desvanecerse y todo sería un sueño más,
pero entonces los cálidos brazos de Lysander le
demostraban que era real. Le demostraban que por fin ella tenía derecho
a besarlo o acariciarlo cuando quisiera porque su amor era correspondido.
-Puedo decirlo mil veces Aly, y si
te hace feliz voy a gritarlo a los cuatro vientos para compensar todo el tiempo
que esperaste que lo dijera – le propuso y vio como sus ojos se nublaban con un viejo
dolor.
-Ya no importa Lysander, la espera
terminó- respondió ella con dulzura
-Sí – confirmó él acercándola más a
sí.
-Pero por eso me preocupa Conrad,
una vez me dijo que amaba a alguien sin ser correspondido. Eso duele Lys,
además el ataque de hoy…él no merecía algo así.
Lysander observó los grandes ojos verdes de su esposa
que brillaban con preocupación. También él estaba preocupado por su mellizo,
pero por alguna razón Conrad lo había mantenido al margen, nunca le había
hablado de aquel amor no correspondido y eso que nunca se ocultaban nada. Lo
mejor sería esperar, conocía a Conrad tanto como a sí mismo y en aquel momento
no agradecería ninguna interferencia.
-Tranquila pelirroja . Conny puede
cuidarse a sí mismo…
-Pero…
-En cambio yo necesito de alguien
que me cuide, ¿conoces a alguna voluntaria? .Además me debes un beso – le
recordó haciendo un gesto de decepción.
-No me gusta deber nada Lys, así que
arreglemos cuentas – le respondió ella acercándose para besarlo.
-Promesas, promesas – la provocó él
, cuando finalmente se besaron, ninguno
de los dos por un largo tiempo recordó
las tribulaciones de Conrad.
Conrad caminó lentamente por la
habitación que le habían asignado hasta llegar a la ventana. Respiró profundamente
y tuvo que la certeza de que sus
hermanas, la de sangre y la de corazón, estaban tratando de arreglarle la
vida.Después de la forma en que lo habían defendido horas antes, no tenía dudas
de que aquellas muchachas se autonombrarían como sus protectoras. Sonrió cansinamente,
agradecía su cariño, pero él era el último hombre en el mundo que necesitaba
que lo defendieran. Sin embargo la escena de la tarde cruzó nuevamente por su
mente y la vieja pregunta se instaló en
su corazón, ¿cómo sería su vida de no ser un Likaios?.
Su mirada clara se perdió en el
jardín que se distinguía claramente debajo de su ventana, estaba invadido por las
sombras nocturnas y sin nadie que lo recorriera tenía un aspecto
totalmente solitario. Era un lugar muy especial, estaba apartado de los
jardines principales de Winterday, casi escondido como si fuera un
secreto, de día era muy bello pero
aquella noche a Conrad le resultaba completamente triste. Pensó que efectivamente ese jardín era un
secreto, era uno terriblemente agridulce,
con tanta belleza como dolor. Era curioso que la vista de su habitación diera
justamente a ese lugar en particular.
Su mirada siguió explorando el
exterior, podía ver las luces de la aldea que se extendían más allá de la
muralla del castillo, y también las
teas que iluminaban a los puestos de
guardia en la muralla exterior.
Se sintió atrapado, aquellas
murallas protectoras le resultaban un prisión, deseó que su mirada llegará más lejos…al exterior o
incluso hasta las tierras Blackdalion donde estaba su hogar, donde él nunca se
permitía dudar sobre quien era.
Observó una vez más el jardín ,
luego con un mínimo gesto apagó las antorchas que iluminaban su cuarto y cubrió
las ventanas con los pesados cortinajes que se movieron por sí solos, de esta
forma ocultó el melancólico paisaje, queriendo ocultar también su taciturno estado de ánimo.
Pero Conrad sabía muy bien que no
era tan fácil huir de uno mismo, aún sin ventanas ni paisajes lo más aterrador
era lo que observaba dentro de sí.
Y aquella noche la soledad que lo
agobiaba lo empeoraba todo.
La mañana no fue mucho mejor para el
joven mago, había dormido mal y eso había empeorado , aún más si era posible,
su humor. A esto se sumó el anuncio de Lombard de que partirían de Winterday,
era evidente que se marchaban por lo sucedido con él y eso no le agradaba para
nada a Conrad, él odiaba salir huyendo como si fuera un criminal pero las
miradas que le dirigieron su hermano y su cuñado le recordaron que no debía
hacer nada que perturbara a Kyrian.
Su hermana pequeña esperaba a su
primer hijo y si él hacía algo que la preocupara estaba seguro de que con magia
o sin ella Lombard lo asesinaría.
Así que no le quedó otra opción que
bajar la cabeza y acatar las órdenes, aunque la mirada de preocupación de Alina
fue el tiro de gracia.
Lo último que deseaba era inspirar
lástima …pero parecía que últimamente no estaba causando las mejores
impresiones, sumido en el humor negro
pensó que su mítico encanto estaba
perdiendo efecto entre las mujeres.
Lo odiaban, le tenían lástima o lo
protegían como si fuera un cachorrito indefenso. En algún momento le
encontraría la gracia a aquella situación pero definitivamente ahora no la
encontraba.
Tras una formal y fría despedida el
grupo se fue de Winterday, en tácito
acuerdo durante el viaje de regreso
ninguno mencionó lo sucedido. Los mellizos y Aly acompañaron a Lombard y Kyrian
hasta el Palacio y luego emprendieron el retorno a las tierras Blackdalion.
Kyrian también deseaba ir a ver a sus padres pero dado que estos
habían prometido ir en un mes a visitarla tuvo que resignarse a no hacer el
viaje ya que todos consideraban que sería agotador para ella.
Al arribar a su hogar Conrad apuró su caballo pues sentía que
aquello que lo inquietaba desaparecería al llegar a casa, se sorprendió al
chocarse con una pared invisible que le impidió avanzar y que casi lo tiró de su montura.
-¡Qué diablos! – protestó mientras
Lysander y Alina llegaban hasta él.
Estaba dispuesto a lanzar todo su
poder contra aquel muro mágico hasta que una muchachita de ojos azules se
acercó corriendo seguida de cerca por un alto muchachito de ojos oscuros como
la noche.
-¡Ya están en casa! – exclamó Iolhen
encantada por la llegada de sus hermanos mayores
-¡¿Qué es esto Io?!
-¡Oh, lo siento ! – exclamó la niña
haciendo un gesto con la mano- Estaba aprendiendo a hacer una defensa y como no
había nadie por la zona, pensé que sería un buen lugar - se justificó y aún contra su voluntad
Conrad tuvo que sonreír.
-Has avanzado mucho Iolhen - comentó Lysander con orgullo
-Es que tiene un buen maestro- acotó
Kouros -¿Y por qué han vuelto los
esperábamos hasta dentro de un par de semanas? ¿Hubo algún problema?
-No, sólo se adelantó el regreso –respondió
Alina con rapidez pero los ojos oscuros del niño no dejaron de escrutarlos
buscando una señal que le indicara qué había sucedido.
Conrad pensó que el Likaios más
peligroso de todos sería su pequeño hermano, demasiado sabio para su edad y con
un perfecto equilibrio que le permitía manejar su magia con comodidad como a
una herramienta necesaria sin que le trajera ningún conflicto.
-Vamos a casa – dijo Conrad
finalmente y subió a Iolhen en su
caballo junto a él. La niña le dio un apretado abrazo que demostraba lo mucho
que le había extrañado y cuanto lo quería. Lys montó en su caballo a Kouros y los cinco cabalgaron hacia su amado hogar.
Ningún mal podía durar cuando
existía un lugar donde se era amado y necesitado sin prejuicio alguno.
Tal vez aun pudieran ocultarle cosas a los más
pequeños pero Kalymera y Dionis eran otro
asunto y no pararon hasta obtener un relato pormenorizado de todo lo sucedido.
Sólo la mirada helada de Dio
expresaba su cólera pero por el bien de los suyos mantuvo la compostura y le
siguió el juego a sus hijos que trataban de restarle importancia a los hechos
que narraban.
Kalymera sintió dolor, los mellizos tenían tanta energía que
usualmente olvidaba que podían ser
heridos como cualquier otro. Sin embargo conocía a su hijo y Conrad no quería
consuelo, sólo dejar que todo siguiera su curso normal, así que controló su
instinto protector, después de todo uno no podía obligar a un hombre de más de
metro ochenta a recibir un abrazo maternal.
Aquella noche el silencio
que reinaba en la habitación fue roto por un susurro de Dio.
-Gracias Kalymera – dijo Dionis
envolviendo a su esposa en un inesperado abrazo- Gracias por amarme sin que te
importara mi don.
-Tu don es parte de ti, mi amor,
además si lo recuerdas la primera vez que te vi estabas haciendo magia...-
respondió ella que aún estaba despierta totalmente conciente del hombre que la
abrazaba con todo su cuerpo.
-Pero nunca te importó...
-Me preocupaba más tu encantador
carácter – comentó ella con una leve sonrisa.
-Mi pequeña Kalymera, no alcanzas a
entender lo valioso de tu gesto. No dudaste nunca, no te preocupó que nuestros
hijos lo heredaran...- dijo él mirándola con intensidad.
-Te amo Dionis – dijo ella solemne
percibiendo un rastro de antiguo dolor en él - ¿Crees que Conrad... ?
-Él estará bien..hay gente que lo
dañara pero también algún día alguien que va a amarlo y aceptar lo que él es.
Tú me enseñaste eso...-dijo él y ella lo besó para demostrarle cuan grande era
su aceptación.
Los días pasaron y el recuerdo de lo
sucedido en Winterday pareció desvanecerse derrotado por la vida cotidiana repleta
de pequeñas y grandes aventuras.
Aquella tarde Conrad se dirigió al
Castillo de los Cerezos sin imaginar que una de esas pequeñas aventuras estaba
por chocarse con él.
Brianna corrió hacia su primo agitando ostentosamente sus oscuros rizos
y el gesto preocupado que traía en la
cara hizo sonreír a Conrad.
-Tienes que cambiarme el color del
vestido – anunció apenas llegó hasta él y al muchacho le sorprendió que tanto
autoritarismo cupiera en una figura tan pequeña
-Creo que está confundida señorita Blackdalion,
soy su primo Conrad, no la costurera
-¡Rayos que lo sé! Puedes cambiar el
color de cabello, tus facciones, convertirte en león y cosas por el estilo, así
que seguramente puedes hacer que este vestido sea verde en lugar de azul
-¿”Cosas por el estilo”’?
-Conrad…
-El azul te queda bien
-Sí pero el verde va mejor con mis ojos , ¡Ah! También necesito que
me ayudes a deshacerme de los pretendientes que me esperan en el saloncito del
norte
- ¿Los mismos pretendientes a los
que quieres impresionar con un vestido que hace juego con tus ojos?. No sería
correcto que yo interviniera, además la opinión general es que ya es hora de
que consigas un marido Bri..
- Si no me quieres ni un poquito
entonces puedes estar tranquilo con tu conciencia Conrad Likaios , pero si en tu corazón hay un mínimo de
compasión humana entra al salón, mira a esos tipos y dime si de verdad alguno
de ellos te parece un marido adecuado para mi
- Bri, tengo la certeza de que eres
tú quien no es apropiada para ellos, pero sabe Dios por qué todos los hombres de la
cercanías deciden cortejarlas a ti y a Ariadne.
-¡No menciones a esa traidora que
huyó hace días a Levany, debe haber imaginado lo que vendría!
-Te las arreglarás bien tú sola , yo
confío en ti – dijo él guiñándole un ojo y tuvo la sensación que de haber
poseído la joven una espada, él ya no
sería dueño de su cabeza
- ¡Cobarde! ¿Qué van a pensar tus
antepasados de ti que abandonas a tu
propia sangre en situación de peligro?
-Van a pensar que al fin tengo un
poco de cordura por mantenerme al margen de tus enredos.
-Conrad – dijo ella y lo miró con
sus inmensos ojos verdes cargados de pena, mientras agitaba sus larguísimas
pestañas. Él sabía que era una trampa, pura actuación pero el esfuerzo de ella para convencerlo
ganó la partida
-Está bien monstruo, dime que ideas
tienes en mente para asegurar tu soltería.
-Te quiero – expresó ella con la más
devastadora de sus sonrisas.
-Y yo, pero tú le explicarás a
nuestros abuelos y padres que fue culpa tuya, pase lo que pase.
-Palabra de honor – dijo ella con
seriedad y dado que los Blackdalion siempre cumplían su palabra, Conrad le dio
el brazo a su prima y caminaron juntos hacia el salón, luego , claro está , de
que él hubiese cambiado el color de su vestido.
Los jóvenes enamorados estaban en la
pequeña sala que daba al norte, con vista hacia los árboles de cerezos. Eran un
grupo compuesto por unos ocho muchachos,
nobles la mayoría de ellos, ricos y
apuestos, Brianna y Ariadne se habían convertido en la ansiada meta de esta
clase de hombres. Al verlos,
sinceramente , Conrad pensó que no había ninguno adecuado para su prima, ella
los desarmaría con una mirada, no eran dignos rivales para Bri. Ella necesitaba
alguien con espíritu que no retrocediera ante la fuerza arrolladora de la joven,
alguien que no se cegara por su belleza y amara también su inteligencia. No, no
había nadie así en aquel salón, sólo un puñado de muchachos mirándola embobados
al tiempo que se atiborraban con los aperitivos.
El espíritu caballeresco de su
estirpe y también la travesura se apoderaron
de él.
Se sentó cómodamente en uno de los
sillones extendiendo sus largas piernas al tiempo que se preparaba para
comenzar el espectáculo
Poco importó que en el lugar
estuvieran también su tía Fair y su abuelo, Conrad con una sonrisa
sesgada y sus ojos claros resplandecientes adivinó las diabluras que su prima
tenía pensadas y las realizó con su magia.
Así fue como las botas de un
caballero se encogieron hasta que el dolor de pies fue visible en su rostro, el bocadillo que
otro se llevaba a la boca se volvió tan duro como una piedra justo cuando lo
mordía con todas sus fuerzas. Por el contrario a otro joven se le deshizo la comida en las manos manchando
irremediablemente la elaborada chaqueta que llevaba puesta .Un joven de aspecto
arrogante terminó rompiendo la taza que sostenía, la cual prácticamente se
autodestruyó sola en su mano para consternación de Fair ya que era su juego de
té favorito.
Uno a uno fueron víctima de algún desafortunado accidente
mientras Bri los observaba imperturbable como si ella no fuese la
promotora de aquellos desastres.
Los jóvenes se resignaron comprendiendo que el corazón de la bella joven Blackdalion no
sería para ellos, si la indiferencia de ella no hubiese sido suficiente para
convencerlos la presencia de su
atemorizante primo los había hecho desistir.
En cuanto a Conrad, estaba muy
satisfecho consigo mismo y las miradas censuradoras de su abuelo y tía no lo
amilanaron y sólo cuando el último muchacho se retiró completamente desilusionado él sintió que había completado su tarea.
Luego se retiró excusándose con
rapidez antes de que alguien tuviera tiempo de amonestarlo.
Había sido entretenido usar su poder
con tanto descaro y adivinar la sonrisa en los ojos de Bri.
Ella había sido feliz y eso también
lo alegraba a él, casi había logrado disipar la sombra que se había instalado
en lo profundo de su corazón.
Se detuvo para observar los árboles
de Cerezo que empezaba a brotar, pronto sería primavera y tiempo de que todo
renaciera.
Sumido en sus pensamientos no fue
capaz de percibir la presencia de su abuelo hasta que lo sintió hablar junto a
él.
-¿Qué fue eso del salón? – preguntó
Kyrios clavando sus ojos azules en su nieto
-Sólo un poco de diversión
-No es eso a lo que me refiero Conrad,
hace ya mucho tiempo que dejaste atrás la
tonta exhibición de tu poder, sin embargo lo que sucedió hace un rato
fue más propio de un niño que del hombre que te has convertido.
-Abuelo..
-Parecía que quisieras demostrar
algo y eso es peligroso
-Sólo quería ayudar a Bri, no es
para tanto
-Sabes tan bien como yo que tu prima
no necesita ayuda y que además nadie va a obligarla a comprometerse ni nada por
el estilo.
-Pero esas reuniones…
-Tu tía Fair está preocupada por la
superficialidad con que las gemelas coquetean y se burlan del amor, sabes que
para tu tía los sentimientos son cosa seria ,así que sólo pretende escarmentar
a esos pequeños demonios de ojos verdes.
-Aún así, debía ayudarla.
- Algo está sucediendo contigo
últimamente Conrad – dijo Kyrios y apoyó su mano en el hombro del muchacho, así
como antes le había pasado con sus hijos
ahora le pasaba con sus nietos, le extrañaba verlos tan crecidos.- Yo sé que es
difícil seguir los pasos de otro, es difícil para Blaze seguir los pasos de
Caleb y para Sean los de Connor - aunque
es mejor que no los siga-, así mismo para ti debe ser complicado seguir las
huellas de tu magnifico padre…
-¿Alguna vez le dijiste que era magnífico?
– preguntó Conrad cambiando de tema
-Sí, lo hice el día que ustedes
nacieron. Dionis estaba aterrado y yo le
dije que estaba orgulloso de que fuera mi yerno y que no podría haber pedido un
hombre mejor para Kaly
-¿Aún con el Don?
-Yo lo he visto usar su poder para
proteger a mi hija, así que eso no me parece mal.¿A ti sí, es eso lo que te
sucede?
-No , claro que no- afirmó eludiendo la mirada de su abuelo.
-Te decía – continuó Kyrios
volviendo al tema inicial – que a veces es complicado crecer sin perderse,
además desde que Lys se casó me imagino
que te sientes un poco solo, han estado siempre muy unidos.
-Desde el principio, pero me
alegro de haberme librado de él y Aly es
lo mejor que le sucedió.
-Gran verdad. Sólo que a veces
pagamos precios muy altos por ser quienes somos, yo fui un guerrero toda mi
vida y hace años alguien me rechazó por eso.
-¿Quién?- preguntó Conrad que no
imaginaba que nadie pudiera despreciar a Kyrios Blackdalion.
-Tu abuela.
-¡¿Qué?!
-Elady despreciaba a los guerreros,
así que cuando le declaré mi amor me rechazó.
-¿Y cómo es que terminaron casándose?
-Te dije que era un guerrero, peleé
por ella porque la amé desde el primer día y el amor ganó. Sólo quiero que
pienses bien en lo que haces Conrad, que tus sentimientos no te confundan.
-¿Acaso temes que me pierda en el
camino de la magia oscura? – preguntó el muchacho y su abuelo le palmeó la
espalda.
-¡Cielo santo! No creí que fueras
tan tonto Conrad, claro que no me preocupa que te “pierdas en el camino de la
magia oscura”. Me preocupa terriblemente que no seas feliz…- expresó
sinceramente y luego se alejó.
Las palabras de Kyrios resonaron en
Conrad y mientras lo veía alejarse llamó a su abuelo,
Kyrios se dio vuelta a la distancia
para mirarlo y Conrad gritó con todas
sus fuerzas.
-¡Tus pasos son los más difíciles de
seguir! – expresó deseando que su abuelo
comprendiera sus palabras y con ello lo mucho que significaba para él. El León
Negro lo hizo pues sonrió calidamente y
luego siguió su camino de regreso al Castillo de los Cerezos.
Conrad se sentó en el césped mientras los pensamientos se arremolinaban
en su mente.
Un rato después Bri se acercó hasta
él.
-¿Te retaron? – preguntó Brianna
sentándose en el suelo junto a Conrad
-Algo así – contestó él recordando
la reveladora charla que había tenido
con su abuelo
-Al menos te divertiste un rato ,así
que valió la pena.Además fue bueno verte ser tú mismo de nuevo –expresó la joven y apoyó la barbilla entre sus manos en un
gesto de meditación. Aquello hizo que Conrad se detuviera a mirarla con
atención. “¿Era posible que Bri hubiese hecho todo aquello a propósito con el
fin de distraerlo?”
-Bri..
-Sabes, en los últimos tiempos
Lysander es más feliz que nunca y tú pareces cada día más triste.
-Yo no estoy triste Brianna.
-No por fuera, es cierto, pareces el
mismo tan divertido y problemático como siempre pero eso es sólo la superficie.
Tú y Lys jamás pudieron ocultarnos nada
a nosotras.
-Sí, todavía me acuerdo cuando
interrumpieron nuestra búsqueda del tesoro.
-¿Lo recuerdas?, lo cierto es que sé
que tienes un secreto, no puedo descubrir qué es pero me doy cuenta que algo te está perturbando .
-Brianna, yo creo que el hombre que
ames va a ser muy afortunado.
-Lo sé – dijo ella con altanería
provocándole una sonrisa.
-Y también vas a volverlo loco.No te
preocupes por mí – agregó finalmente mirándola con seriedad.
-Bueno no puedo evitarlo , siempre
has sido mi cómplice. Ya sabes cuento contigo para meternos en problemas y con
Blaze para que nos salve…así que es natural que me preocupe por ti.
-Lo sé monstruo, pero
últimamente las mujeres de mi familia me
están sobreprotegiendo y no sé como lidiar con ello. Creo que sería mejor que
consiguieras un marido para atormentar y varios niños que cuidar…ya te estás
poniendo vieja, has dejado atrás la edad casadera de la familia. La mayoría se
casó a los diecisiete ,sabes– comentó provocándola, la charla había tomado un
rumbo profundo y él no quería seguir ese camino.
-Eres un hombre cruel Conrad y no
pienso volver a preocuparme por ti así te persiga una bandada de dragones.
-Dudo que eso suceda Bri y dudo que
se los denomine como bandadas – le respondió él y ella le contestó sacándole la
lengua, pero antes de retirarse se inclinó hacia él para susurrarle un último mensaje.
“Eres un buen hombre Conrad” – dijo
la joven y su primo descubrió una seriedad inusitada en la mirada jade que lo
contemplaba así que tan sólo pudo responder con otro susurro, sabiendo que sólo
había una frase que expresara lo que sentía por aquella pequeña buscadora de
problemas. Si ella sabía exactamente lo que él necesitaba escuchar , él también
sabía lo que ella necesitaba oír.
“Tú eres única Brianna, no hay nadie
como tú”
Un par de meses después los
habitantes de La Casa Antigua
se desperdigaron para cumplir con las
visitas postergadas.
Así fue como Dionis y Kalymera junto
a sus dos hijos menores partieron a visitar
a Kyrian y Lysander con su esposa viajaron al Castillo de los Navarre, por lo que Conrad quedó
solo en su hogar.
Aunque extrañaba el bullicio
habitual , no era tan malo tener tiempo para él y para aclarar sus pensamientos
y sentimientos.
Era de noche , la gente que
trabajaba allí estaba durmiendo por lo que el joven Likaios vagaba en un reino de quietud y silencio.
Por suerte su abuela, siempre
preocupada por su bienestar, le había
enviado una buena provisión de guisado al mediodía, no eran horas para despertar a la cocinera,
así que Conrad se sirvió un poco y como estaba frío lo calentó. Claro que no lo
puso en el fuego, sino que tomó el
recipiente en sus manos y utilizó su
poder para templar la comida a la temperatura justa, luego se dirigió al salón.
Planeaba cenar junto a la chimenea, sentado cómodamente en uno de los
amplios sillones, cosa que su madre no
hubiera aprobado.
Sin embargo, al llegar al salón vio
una silueta junto a la ventana y sorprendido dejó caer la comida que llevaba .
Avanzó unos pasos y preguntó.
-¿Qué haces aquí?
-Vine a pedirte ayuda – contestó la
suave voz femenina.
-¿Por qué a mi?, nunca has querido
nada mío – comentó él dolido
-Sólo he podido acudir a ti, además
se trata de magia y creo que sólo tú puedes ayudarnos.
-Tú odias la magia.
-Y ahora más que nunca, pero te
necesito. Él tiene hojas de un libro que está buscando y en su búsqueda lo está
destruyendo todo...
-El Grimol..- musitó él y la mujer
asintió -.¿Por qué yo? – volvió a preguntar él y ella supo que le debía una
respuesta si iba a pedirle que arriesgase su vida para salvarlos.
-Porque ella dijo que eras un buen
hombre y porque tú alguna vez dijiste
...- contestó ella sin terminar de hablar. No era necesario que terminara la
frase los dos sabían a que se refería y el recuerdo era demasiado doloroso para
ambos para ponerlo en palabras.
Conrad sólo sonrió pero su gesto
carecía de humor.
-Tanto tiempo esperando que me
necesitaras – musitó amargado por la
ironía de la vida.
-¿Vendrás ? – preguntó ella
ignorando sus palabras.
-Sí – respondió escuetamente y creyó
, si acaso era posible , verla sonreír aliviada.
-Gracias – musitó ella dispuesta a
partir.
Si
los suyos hubiesen visto a Conrad Likaios les hubiese costado
reconocerlo. Era el mismo joven alto, de cabello castaño levemente ondulado y
ojos celestes muy claros y sin embargo
se veía diferente. No había rastro de la usual alegría en él, tampoco la
juvenil impulsividad que lo metía en problemas, su mirada no era cálida ni
juguetona. Sus ojos brillaban con ferocidad y su rostro era una fría máscara,
su cuerpo estaba rígido, casi inmóvil con la comida desparramada a sus pies, y cuando habló su voz sonó cansina.
Esa noche mil años parecieron cernirse sobre su alma y
cubrirlo de sombras.
-Espera....- llamó a la joven y
luego preguntó con dificultad como si
las palabras lastimaran su garganta - ¿Estás muerta?
-No . Todavía no . Pronto Conrad
...- dijo ella y su espectral figura
desapareció.
“Pronto”...la perdería más allá de
toda esperanza, pero él no iba a permitirlo
Conrad vio entrar a su primo Blaze, apenas quince minutos después de
haber enviado un mensajero al Castillo
de los Cerezos.
Seguramente había estado durmiendo
pero no se le notaba, estaba allí totalmente alerta .
-¿Qué sucedió Conrad ?-preguntó sin
preámbulos llegando hasta él y el joven Likaios esbozó una sonrisa. Con Blaze
frente a él, que le sacaba más de cinco centímetros de altura , un par de años
y que tenía aquella actitud que lo distinguía como el futuro Señor Blackdalion,
Conrad volvía a sentir que era un
travieso niño de doce años. Ojala todo fuese tan simple como en los días de la
infancia
Blaze Blackdalion siempre
responsable y confiable estaba allí ,
era un alivio que aquel hombre fuese parte de su familia. Conrad le
contó acerca de la extraña visita que
había recibido y de su decisión de
partir con prontitud.
-Bien, iré a buscar mi espada y nos
vamos – dijo Blaze .
-No, no puedes venir conmigo
-¿Qué dices? , claro que iré contigo
-Blaze sólo complicarías las cosas.
Es magia y tendría que cuidar de ti .Serías un estorbo más que ayuda.
-Sé cuidarme solo – protestó ofendido
-No de lo que sucede allí.
-Entonces enviemos por Lys .
-Ellos volverán en unos días, les
dirás lo que sucede y Lysander irá. Pero
no puedo enviar por él ahora, puede ser
peligroso y él por fin está bien con Alina...- comentó apesadumbrado y Blaze supo que Conrad no quería arriesgar a
ninguno de sus seres queridos
-No puedes pedirme que te deje ir solo Conrad – dijo Blaze
cruzando los brazos frente al pecho y con el ceño hosco. Gesto heredado de
Kyrios y Caleb y que solía amedrentar a todos, excepto a los jóvenes Likaios.
-Ya no soy el niño travieso que
vigilabas Blaze...soy adulto y capaz de cuidarme a mi mismo
-Es verdad, pero también sigues siendo mi primo y me dices que debo dejarte marchar aunque
podrías enfrentar peligros mortales... no puedo hacerlo Conrad.
-Sabes que no me lo puedes impedir.
Necesito tu apoyo y que cuides a los míos...sólo a ti y a Lysander podría
pedirles algo semejante.
-¿Qué te dejemos ser idiota?
-Sí, cuando las circunstancias lo
requieren.
-¡Diablos Conrad, no me lo pones
fácil!
-Lo importante nunca lo es...
-No estás solo, estamos nosotros y
tienes un maldito ejército que puede ir
contigo ¿Por qué insisten en arriesgarte ?
-Soy un Blackdalion también , me
gustan los desafíos y no puedo evitar salir en defensa de los débiles y
necesitados – contestó bromeando .
-No bromees Con.
-Es magia Blaze, nuestros ejércitos
no pueden derrotarla. Ya la enfrenté antes, sólo yo, Lys y mi padre podemos
detenerla
-¿Estás seguro que no puedes esperar que ellos vuelvan?. Tu padre...
-¡No! .No puedo dejarla morir Blaze,
no hay tiempo – interrumpió Conrad
apasionadamente y su primo entendió la
urgencia.
-¿Y debo quedarme aquí rezando por
ti? – preguntó retóricamente.
-Puedes ir por mi cuando todo
acabe...
-Claro y te daré un par de golpes
por lo que me haces pasar, así que más te vale que salgas vivo de ésta.- dijo
sabiendo que Conrad ya era un hombre y que estaba tomando la decisión más
importante de su vida.
-Lysander y mi padre sabrán qué hacer.
No preocupes a los abuelos y a tus padres hasta que debas hacerlo
-Supongo que podré ocultarlo un par
de días, es todo el plazo que puedo darte, luego la intuición les dirá que algo
va mal o las gemelas se enterarán. Nuestra familia no es buena para los
secretos.
-Bien, sólo no dejes que me sigan –
contestó Conrad con una media sonrisa.
-Cuídate – dijo Blaze y sintiéndose impotente abrazó a su primo con
todas sus fuerzas
-Hora de marcharme – dijo y empezó a
transformarse. Como león viajaría mucho más rápido
-¿Vas a viajar así? – preguntó Blaze
que no terminaba de reconciliarse con aquella habilidad de sus primos –
Espantarás a todos , además ¿ cómo llevarás espadas y....?
-No es ese tipo de batalla. Blaze
sólo necesito mi magia para enfrentar a este enemigo y además que recorra nuestras tierras así
sólo sirve para mantener viva la leyenda
del León Negro , me lo agradecerás algún día– dijo divertido y luego se transformó totalmente.
Un poderoso león negro con ojos tan
claros como el cielo invernal salió a la noche
mientras su corazón de hombre luchaba su batalla más difícil.
De haber podido Conrad se hubiera
transformado en pájaro para viajar más rápido pero había fracasado horriblemente al intentarlo cuando niño así
que tuvo que descartar aquella opción.
Corría rápido , pero no era
suficiente para los motivos urgentes que lo guiaban.
Cuando llegó se detuvo bruscamente sobrecogido por el panorama que se extendía
frente a él.
Todo estaba gris, la hierba se había marchitado y daba la
impresión de que hasta la misma tierra
donde se asentaba el lugar se
había muerto.
Parecía que un invierno eterno lo
hubiese invadido todo.
Conrad recuperó su forma y se acercó con cautela, no
percibía la presencia de nadie con poder allí pero podría estar equivocado.
Llegó hasta la muralla exterior y se
detuvo frente a ella, aquel lugar era legendario por sus defensas, nadie podía
atacarlo, nadie podía profanarlo, sin
embargo alguien lo había hecho y él por
el don que esgrimía también era capaz de hacerlo.
Tocó la compacta piedra hasta que
perdió solidez por su tacto, hasta que fue una barrera semejante a la niebla y
entró.
A medida que se internaba en el lugar , pudo sentir la magnitud de lo
que habían hecho allí. Sintió el poder maligno del Grimol y la fuerza de la
condena que pendía sobre los habitantes.
Parecía un lugar deshabitado aunque no lo era, todos estaban como dormidos, muriendo por la
condena de la magia oscura.
Atravesó el poblado , hasta llegar
al Castillo .
El joven hizo ceder
las cerraduras de las gigantes puertas e ingresó a los salones. Caminó
sigiloso y deprisa, buscando a una persona.
Finalmente tras recorrer varios
pasillos y estancias, llegó al lugar buscado
Conrad se acercó despacio,
profundamente impresionado por la imagen que tenía frente a sí.
Ella parecía dormida, pero era mucho peor que
eso, su piel estaba cenicienta y su
cuerpo no mostraba signos vitales.
Él no podía curar, allí estaba el
límite del poder de los Likaios, del poder de todos los magos, podían matar
pero no devolver la vida. Sin embargo , ella no estaba herida, ni enferma, su
estado había sido provocado por la magia y si la magia lo había causado él
podía cambiarlo.
O al menos así lo esperaba.
Llegó junto a ella y apoyó la
mano sobre su pecho, sobre su corazón.
Aún latía, pero muy débilmente . “Pronto” había dicho ella y era verdad, su
vida estaba apagándose ... la oscuridad se cernía sobre ella corroyéndola inexorablemente.
Pero había esperanza, la joven había
logrado ir a él para pedirle ayuda y de la misma manera él llegaría a ella para
salvarla.
La levantó en sus brazos y la
envolvió con su cuerpo, con su magia, con su alma.
De haber podido reflexionar en aquel
instante , Conrad hubiera percibido la ironía que enlazaba sus destinos. Había
pasado los últimos años deseando tenerla en sus brazos, y ahora lo hacía para
sacarla del abismo. La mujer que despreciaba
el don que él poseía , era protegida por el poder que los había alejado.
Pero Conrad no pensó en nada de eso,
sólo sintió, deseando que todo lo que él era fuese suficiente para retenerla,
luchando palmo a palmo con el hechizo
oscuro, usando su amor para revertir el daño.
En un plano intangible los poderes lucharon y la oscuridad retrocedió, la red tejida por el Grimol era demasiado
fuerte para que Conrad la venciera pero el joven pudo detener la sentencia de
muerte que pendía sobre los habitantes de Winterday, y logró más aún porque su magia se había
concentrado en un objetivo, la mujer que sostenía despertó, Tiaren entreabrió
los ojos.
Fue reanimándose poco a poco y
centró su mirada en el joven que la abrazaba.
-Estás aquí...¿No fue un sueño,
aquel encuentro en la sala de tu casa frente al ventanal? –preguntó temblorosa al tiempo que se reincorporaba y
se desasía de los brazos de él .
-Fue real, pediste mi ayuda –
contestó él todavía conmocionado por lo cerca que había estado de perderla
-Gracias- respondió conciente de que
de alguna manera debía su vida a Conrad Likaios y de lo extraño que era aquel íntimo
momento -..¿qué pasó con los demás?
-Están “dormidos”, me temo que no
puedo sacarlos de ese estado. Sólo puedo detener la sentencia a la que fueron
condenados, primero debo derrotar a quien hizo esto para que tengan una esperanza.
-¿Has venido solo?
-Sí , estaba apurado y no había
nadie más. De todas formas ni el mayor ejército sería útil.- comentó él
sabiendo que algunas batallas se libraban entres dos personas. Aquella era una
de esas.
-¿Qué haremos?
-Vas a contarme lo que sucedió y
luego aprovechando que ese hombre no
anda por aquí te irás lejos donde estés a salvo .
-Eso no – dijo ella mirándolo con
firmeza- no me puedes pedir que deje a los míos, no lo haré
-Tu seguridad…
-Mi seguridad no importa si lo único
que puedo hacer es verlos morir, no puedo – dijo ella y él supo que no tenía
caso insistir.
-Bien, cuéntame Tiaren.
-Ese hombre llegó de improviso,
burló todas nuestras defensas y exigió algo llamado el Grimol…como no sabíamos
nada de él nos atacó. Tenía consigo unas hojas y empezó a murmurar
hechizos…luego no sé que sucedió. Intuyó que lo buscaba no estaba aquí, así que
fue a otro lugar a buscar o a confirmar algo. Pero sé que va a volver.
-Sí volverá.
-Conrad no tenemos lo que él busca.
-Lo sé , yo mismo destruí el Grimol.
-¿Qué?
-Hace muchos años, cuando era niño.
Lo encontramos casualmente con mi hermano y al sentir la maldad que emanaba de
él lo destruimos. Faltaban unas hojas pero entonces no le di importancia.
Supongo que en esas hojas faltantes se concentraban los hechizos más peligrosos
-¿Destruiste al Grimol? – preguntó
ella incrédula recordando la ambición desmedida del hombre que los atacó por
poseer los secretos de aquel arcano poder.
-Sí , lo destruí. Pero me temo que
esa no será una buena noticia para quien hizo esto.¿Sabes cuál es su nombre?
-Dijo que se llamaba Azdell
-Nunca lo oí nombrar, tal vez sea
alguno de los seguidores sobrevivientes de Deveró…
-Conrad…
-Haré todo lo que esté a mi alcance
Tiaren , te lo prometo. Ahora quiero explorar un poco para ver cuál es la
situación, me temo que tendrás que acompañarme y no va a ser algo agradable –
dijo él con pesar sabiendo que ver a su hogar y a su gente sumidos en aquel
estado la entristecería. Ella asintió con un breve gesto y lo siguió.
Durante unas horas vagaron por el
lugar y luego buscaron un sitio donde refugiarse y esperar el regreso del
enemigo.
Se habían sentado en uno de los
pasillos, apoyándose contra la pared.
Ciertamente , podrían haber elegido un lugar más cómodo y
lujoso en la Señorial Winterday
pero adondequiera que fueran estaba la gente del lugar detenida por los hechizos y ver aquello
era desgarrador. Así que habían elegido
un lugar aislado, que además no fuera
fácil de hallar y les diera tiempo de
prepararse para el peligro inminente.
Los dos tenían la certeza de que Azdell
regresaría.
Estaban en silencio, uno junto al
otro esperando, pues no había nada más que pudieran hacer.
El joven era totalmente consciente
de la presencia femenina junto a él, trataba de mantenerse alerta pero era como
si Tiaren lo llenara todo.
-Tienes frío – dijo él
repentinamente al rozar el cuerpo helado
de ella y la joven asintió levemente con un gesto. Conrad se quitó la capa de
viaje que había llevado y la cubrió. En ese momento lamentó no haber escuchado
a Blaze, hubiese deseado haber llevado
mantas o algo más con él, incluso extrañaba la presencia de una
espada…necesitaba algo real a lo cual aferrarse en aquel lugar que había sido dominado por el poder del Grimol. Al mirar a
la joven notó que ella aún tenía frío, en aquel lugar parecía que la calidez ya
no existía
-Se levantó inmediatamente
-¿A dónde vas? – preguntó Tiaren
alarmada
-Ya vuelvo, no te muevas de aquí –
dijo él y rápidamente se internó en los pasillos de Winterday.Poco tiempo
después volvió cargando varias mantas
que había tomado de las habitaciones. Cubrió a la joven con ellas y se sentó a
su lado
-Gracias – dijo la muchacha pero al
ver su palidez él supo que no servían para darle calor
-¿No está funcionando, verdad?
-Me temo que no, aún tengo frío. No puedo entrar en calor
-Creo que todo lo que está aquí no
sirve, es como si la magia le hubiese quitado la vida, incluso a las cosas. Por
eso no sirven para dar calor. – explicó él y luego sin pensarlo mucho, acercó a
la joven contra su costado y tomó sus
manos casi congeladas entre las suyas- Tal vez esta sea la única manera, no
puedo encender una fogata porque probablemente nos descubrirían antes de tiempo
- se disculpó mientras sus manos grandes y fuertes sostenían las de ella transmitiéndole
calor.
Era extraño, pensó Tiaren , pero en aquel Winterday
transfigurado por la magia oscura Conrad era lo único real. La calidez que su
cuerpo irradiaba, la tranquilidad que
transmitía la hacían plenamente conciente de
la humanidad de aquel hombre, incluso tenía la sensación de que si él
soltaba sus manos ella se perdería irreversiblemente .De la misma forma en que
la había traído de regreso ,Conrad era la luz que la guiaba en aquella
oscuridad y que la mantenía unida al mundo.
-¿Qué haremos? – preguntó la joven
-Esperaremos a que venga y lo
enfrentaré
-¿Tú solo?
-Sí, nadie más puede hacerlo –
confirmó el muchacho aunque por un momento dudó, tal vez de haber llevado ayuda
con él Tiaren estaría más segura
-¿Lo matarás?
-No si puedo evitarlo – contestó él.
Era cierto que su don le permitía quitar
vidas, a veces era necesario tal como el perverso Deveró le había enseñado a su
familia muchos años antes de que él naciera, pero también era cierto que Conrad
Likaios había sido educado para proteger y defender la vida y no para matar.
Además, de verse obligado a ello, prefería usar una espada y enfrentar a su
enemigo limpiamente, sin trucos, hombre frente a hombre.
-¿Pero puedes matar con tu poder? -
preguntó ella con un brillo extraño en sus ojos grises
-Sí. Pero prefiero no hacerlo –
contestó llanamente
“Prefiero no hacerlo” había dicho
Conrad y Tiaren pensó que en aquellas palabras dichas tan sucintamente escondía un profundo y revelador significado, por primera vez
sentía que el peso que le oprimía el pecho era liberado.
-Yo vi cuando lo mataron – dijo ella
casi en un susurro y Conrad tuvo la certeza de que iba a contarle una historia
que respondía a las preguntas que lo habían acosado durante años.
No dijo nada, sólo le presionó un
poco las manos entre las suyas en un
gesto de apoyo y ella continuó hablando con un tono monocorde, como si
intentara despegarse de aquellos hechos que narraba.
- Tadeus y yo jugábamos a las
escondidas en los jardines cuando ellos
llegaron repentinamente, era un grupo de cuatro hombres. Aún a la distancia,
algo en su apariencia o quizás su sola
presencia en Winterday debió alertar a mi hermano, porque me pidió que me
mantuviera oculta donde estaba y que no saliera, sin importar qué sucediese.
Ellos llegaron hasta él, tenía
quince años entonces y yo siete , lo interrogaron , buscaban algo, luego…,fue
tan repentino que no puede reaccionar,
el hombre se enfureció ante la negativa de mi hermano y lo atacó. Yo vi todo
desde mi escondite. Usó el don y aún sin que lo tocara yo pude ver a mi hermano
retorcerse de dolor mientras el otro lo observaba divertido, lo vi hasta que
murió .
Lo mataron usando magia, sin
siquiera tocarlo, sólo usaron ese poder para destruirlo…yo….Los guardias
advirtieron la presencia de aquellos extraños y se armó una pelea. No recuerdo
mucho más, sé que luego tu padre los detuvo…, yo sólo recuerdo aquel momento.
No puedo olvidarlo, vuelve a mí una y otra vez, lo he visto morir frente a mis
ojos tantas veces y ni siquiera supe por qué lo mataron…-dijo la joven y Conrad
percibió que ya no podía contener el llanto.
-Supongo que buscaban el Grimol como ahora. Este lugar es
el más protegido de todos y creo que alguna vez estuvo escondido aquí…
-Pero mi hermano no lo sabía..era un
niño ..-dijo ella y la voz se le quebró
No podía cambiar los hechos, ni
justificarlos, menos aún quitarle el dolor. Así que sólo la abrazó contra él y
dejó que llorara, tal vez como nunca lo había hecho.
Finalmente la joven se quedó
dormida, vencida por el agotamiento de contar aquella historia y liberar en el
llanto toda su tristeza.
Al menos ahora Conrad la entendía un
poco más, se quedó alerta, cuidando su
sueño y deseando poder protegerla y salvar a la gente que ella amaba para darle
un poco de paz. Tal vez tuviera la oportunidad de demostrarle que la magia
también podía salvar y no sólo matar.
La mañana llegó rápidamente y Conrad
tuvo la oportunidad de ver a Tiaren despertar en sus brazos, aunque por la
mirada de estupor que le dirigió al abrir los ojos y encontrarse abrazada a él,
no creía que fuera del agrado de la joven.
-Lo siento –dijo él sin tener muy en
claro por qué se disculpaba. Ella se
apiadó y le sonrió levemente.
-¿Alguna novedad? – preguntó ella
separándose
-No nada. Además me temo que tampoco
habrá desayuno porque con la comida
sucede lo mismo que con lo demás…
-Está bien, no tengo hambre – dijo
ella y él adivinó que le mentía.
-Debemos prepararnos , estoy seguro
que volverá pronto…
-Sí- asintió ella levantándose
deprisa .
-Me gustaría recorrer un poco el
lugar. Estar esperando aquí sin hacer nada me va a volver loco
-Voy contigo - dijo ella
-Claro – asintió él , aunque nunca
había pensado en dejarla sola. Ya que Tiaren había decidido quedarse en
Winterday , él la mantendría junto a él para protegerla.
-Conrad..
-¿Sí?
-¿Cómo es tener el don? – preguntó Tiaren
repentinamente y a la luz de las
confesiones que le había hecho la noche anterior , él meditó muy bien en la
forma de explicarle lo que él era y lo que significaba.
-Es complicado de entender para
quien no lo posee y también es difícil para mí
imaginar otra forma de existencia, ya que nací con él. No conozco otra
forma de vivir , es una parte de mi ser, una más de mis facultades…así como
puedo ver o moverme, tengo el don y puedo hacer cosas que los demás no pueden.
-¿Qué se siente al doblegar a la
naturaleza con tu poder?
-Es como si aquellos que poseemos el
don pudiéramos comunicarnos de otra forma con las cosas, verlas en forma diferente y eso nos permite
controlarlas. En realidad no sé como explicarlo…
-Entiendo, pero ¿qué garantiza que ese poder no dañe a otros?
-Creo que no hay garantías, sólo
depende de quien lo posea. Sabes , mis abuelos paternos tenían el poder y
fueron asesinados frente a mi padre por
un hombre que también poseía el don. Eran dos caras de lo mismo…Sé que
tú sólo conoces el lado malo, ahora comprendo eso, pero también puede usarse
para proteger y para hacer el bien. Te dije que es como otra facultad más, por
eso depende de la persona. Tanto aquellos que tienen el don como los que no
pueden hacer daño Tiaren y eso depende de sus propios corazones.
Lamento que tú hayas sido dañada,
quisiera cambiar eso , pero no puedo. Tal vez algún día pueda enseñarte el lado
bueno de la magia si no es demasiado tarde.
-Tal vez…-respondió ella pensando
que desearía que así fuera, que los
dolorosos recuerdos del pasado pudieran borrarse, y estaba a punto de agregar
algo más cuando la expresión de Conrad cambió y la tensión se hizo evidente en
todo su cuerpo
-Regresó – exclamó sintiendo la
presencia de otro poder y su mirada se volvió dura y fría-Tienes que esconderte
-No. No me pidas eso porque nunca
jamás volveré a esconderme
-Tiaren no es momento para ….
-Si voy a morir será aquí junto a
ellos…-lo interrumpió la chica
-Yo no voy a dejar que mueras –
aseveró él y Tiaren creyó aquellas palabras como nunca había creído ninguna
otra cosa
-Voy contigo.
-Bien, pero mantente detrás de mí .
Salieron al exterior del Castillo,
dirigiéndose hacia donde Conrad sentía la presencia.
Había un hombre esperando, era
delgado, de cabello oscuro y facciones comunes. Físicamente no era rival para
el joven Likaios pero el poder que estaba utilizando si lo era, Conrad alcanzó
a ver las hojas del Grimol en manos de Azdell.
-Así que eras tú a quien sentí – dijo el hombre
-¿Me conoces?
-Eres un Likaios, vaya ,vaya , el
hijo de Dionis.Todos conocen a tu estirpe , pero no pensé encontrarte, ¿buscas
el Grimol también?
-No , sólo detenerte – dijo el
muchacho y en ese momento la mirada del maligno mago se centró en la chica
-¿Ella…cómo? – preguntó con el
rostro transformado. Y antes de que pudiera hacer algo ,Conrad actuó. Lanzó un
hechizo contra Tiaren envolviéndola en un escudo protector al tiempo que la movía alejándola
de ellos. Escuchó el grito sorprendido
de la chica pero no le importó, lo único que le importaba era
protegerla.
-Esto es entre nosotros – dijo y
logró que el mago se concentrara sólo en él
Desde su prisión invisible Tiaren
podía ver todo. Sabía que Conrad la estaba protegiendo pero el dolor por tener
que volver a presenciar un
enfrentamiento de ese tipo sin poder hacer nada, era muy grande.”Por favor…por
favor…” susurró y sus palabras eran un rezo para que a Conrad no le sucediera
nada. No quería verlo morir frente a ella, no quería perderlo antes de poder
decirle…
Los dos poderes se desataron y se
enfrentaron en una rápida sucesión. Golpes invisibles, fuego, tierra abriéndose...ataques
que eran imperceptibles para las personas comunes, todo se puso en juego en la
batalla.
En un momento decisivo Conrad doblegó
a su enemigo, su fuerza era superior y su determinación también, y algo
inesperado sucedió, el poder del Grimol se volvió contra quien lo esgrimía y destruyó
a Azdell.
Conrad suspiró agotado y al
desconcentrarse liberó a Tiaren que corrió hacia él
-¿Terminó? - preguntó la joven
observando las cenizas que eran lo único que quedaba del enemigo.
-No, aún no. Mantente alejada – dijo
el joven con seriedad y se acercó a las hojas del libro que permanecían sin
daño alguno.
Se aproximó y cuando iba a levantarlas,
comprendió por qué aquel poder se había vuelto contra Azdell matándolo.
Lo quería a él. Reclamaba al vencedor del
duelo.
Sintió que el poder del Grimol lo
llamaba, con fuerza atrayéndolo inexorablemente. El mismo llamado que él y Lysander habían sentido diez años
atrás, Nía no lo había sentido aquella vez , sólo ellos .
Y
junto a la atracción , habían sentido una terrible aversión que los
había hecho destruir los libros. Necesitaba aferrarse a ese sentimiento para
que aquel poder antiguo y oscuro no lo arrastrase consigo, sin embargo en plena
lucha de voluntades los recuerdos lo invadieron.
Lo único que lo había torturado
durante años regresó a su memoria con una fuerza inusitada
“Desprecio a la gente como tú.
Mantente alejado de mí y nunca mientras
vivas vuelvas a repetir lo que me has
dicho hoy. Nunca”
Eso
le había dicho Tiaren aquella vez
Y Conrad había acatado su deseo.
Desde ese día la había tratado
con distante cortesía como a una
extraña, desde ese día había cerrado su corazón
Nunca había vuelto a decirle a una mujer que la amaba.
Nunca había vuelto a amar.
Las muchachas siempre lo rodeaban,
atraídas por su atractivo y su jovial carácter; y siempre había alguna dispuesta a
conquistarlo, pero para el joven Likaios ninguna era más que diversión
pasajera.
Para él la magia ocupaba el lugar
del amor, si había perdido a Tiaren por ella al
menos lograría que valiera la pena.
Centraba toda su atención en mejorar
su don, refinándolo, probando sus límites, incluso más tenazmente que Lysander
Al igual que su hermano, Conrad
agradecía tener poder, no imaginaba vivir sin tenerlo. Disfrutaba ser quien
era.
Muy pocas veces cuando sus defensas
caían, se permitía la duda y pensaba cuan diferente hubiese sido la opinión de
Tiaren de ser él un hombre como cualquier otro. Pero no lo era.
Él era Conrad Likaios, hijo de
Dionis, y eso lo hacía diferente incluso entre los demás que tenían el don, en
él la magia era más fuerte...ni siquiera podía imaginar su propio potencial.
Crecía día a día sin límites , tal como
sucedía con la magia de su padre.
Quizás por eso la llamada del Grimol
también era intensa...aquella magia arcana percibía lo que era Conrad y lo
reclamaba. Ya no era un eco débil como en la infancia, no estaba sondeando los
poderes de un niño, era una fuerza arrolladora
reclamando al hombre que portaba una fuerza inconmensurable.
Y aunque el joven deseaba
resistirse, la tentación era innegable.
“Ve lo que puedes ser”, parecía ser
la invitación y Conrad fue arrastrado por la seductora promesa.
La sensación producida por aquella alianza era indescriptible, no había límites, nada
le estaba prohibido.
Sonrió.
Tiaren vio aquella sonrisa y se
estremeció, los ojos de él se habían vuelto inexpresivos. Se alzaba en forma
imponente frente a ella, incluso parecía
mucho más alto que su metro ochenta y cinco...intocable y temible.
Aquel ser era casi inhumano, era
oscuramente peligroso como un Dios sin piedad. Finalmente se había convertido
en lo que ella siempre había temido, era una imagen capaz de congelar la sangre
en las venas. Y paradójicamente, en ese momento, Tiaren entendió que verdaderamente Conrad no era así. Estaba
perdiendo una batalla pero no había mal en él...nunca lo había habido.
Confiada se le acercó
-Conrad...- dijo suavemente y él
clavó su fría mirada en ella.
Él conocía a aquella mirada gris, recordaba a aquella mujer.
Ella lo odiaba, le temía y, por fin
– pensó Conrad –, sus temores estaban justificados.
-Tenías razón – dijo él ferozmente y
la belleza de su rostro masculino adquirió un matiz cruel.
-No – dijo ella tratando de
mantenerse firme – Tú no eres así, yo sé que no...
-No sabes nada de mi, pero vas a descubrirlo pronto – aseveró acercándose amenazante.
-Conrad yo creo en ti. Lucha – dijo
ella y gimió cuando él la sujetó con fiereza--Conrad , por favor...-susurró la
joven mientras sentía el dolor de su agarre.
Él conocía aquella mirada gris, recordaba a aquella mujer.
Se había enamorado de ella cuando
tenía diecisiete años y la había amado desde entonces. Y aquella mirada suya lo
había seguido a través de los años, aunque nunca lo había mirado como lo hacía
ahora y nunca antes le había dicho que confiaba en él.
Sin embargo ella le había pedido
ayuda y él se la había dado, porque era capaz de cualquier cosa por esa mujer.
Había puesto cada fibra de su ser
para traerla de regreso y librarla de la muerte, había luchado contra el poder
del Grimol para evitarle cualquier daño, aún a costa de su propia seguridad.
Por ella él había arriesgado todo sin pensarlo.
-Tiaren ...- musitó él al tiempo que
suavizaba su agarre y ella asintió en un gesto de comprensión y reconocimiento.
Los ojos claros de él brillaban con
calidez y también con un sentimiento de agonía que la joven reconocía como
culpa.
-Conrad…ya pasó
-Te lastimé – susurró y el tono de
su voz dejaba entrever que ese era el mayor pecado para él , no había nada tan
imperdonable como haber sido capaz de dañarla
-No
lo hiciste – musitó ella a su vez y repentinamente se abrazó a él
dejándolo sin reacción por un instante. Luego , el joven torpemente atinó a
abrazarla contra sí y pudo percibir como el cuerpo de ella aún temblaba por la
tensión de lo acontecido, no supo que decirle y durante un rato se quedaron
allí juntos y en silencio .
-Aún no acaba Tiaren – dijo él –
todavía tengo que vencer este poder , pero esta vez prométeme que te mantendrás
lejos, necesito saber que estás a salvo.
-Pero...- protestó ella manifestando
la preocupación que la atenazaba
-Tranquila, todo estará bien – dijo
Conrad y tomándole la mano la apoyó
sobre su propio corazón para comunicarle lo que las palabras no podían,
luego se llevó los dedos femeninos a los
labios para darle un leve beso. Tiaren se sintió conmovida por el gesto tan
leve y tan intenso al mismo tiempo. Conrad , inexplicablemente, al hacerlo experimentó una sensación de
despedida, de pérdida.
-Está bien – dijo ella y se alejó ,
se quedó junto al muro observando al hombre que la había salvado, al que se
erguía sólo frente al mal. Vio como el poder se hacía visible a su alrededor,
como su cabello se revolvía , percibió
la fuerza que él emanaba y sintió como ponía todo su ser para derrotar al otro
poder que invadía Winterday
Era demasiado para él, estaba
agotado y reparar el daño requería un esfuerzo supremo.
Su don y su cuerpo flaqueaban pero aún
así no se daba por vencido.Poco a poco sentía retroceder el poder del Grimol,
lo había vencido , pero ya no podía resistir y no era capaz de revertir el daño
completamente.
De repente sintió una nueva energía
muy similar a la suya, otro poderes lo reforzaban , lo sostenían.
Al percibir aquello Conrad elevó la
mirada y los vio frente a él. Su padre y su hermano habían llegado al rescate.
Llegaron junto a él y entre los tres
libraron la batalla, hasta que una explosión de poder definió todo.Y su
victoria fue evidente cuando las hojas del libro se destruyeron y el verde se
extendió nuevamente por la tierra de Winterday.
Entonces Conrad levantó la mirada y
vio que Tiaren estaba desvanecida en el suelo, con sus últimas fuerzas corrió
hacia ella.
Por lo visto la liberación final de
los dos poderes en pugna había causado una ola de choque que había alcanzado a
la muchacha. Estaba bien pero inconsciente.
Conrad la levantó en sus brazos pero
se tambaleó, Lysander se acercó a él para cargarla pero Conrad no quiso soltarla.
-Llévenla adentro- dijo Dionis, yo
esperaré a tu madre, a Blaze y Aly
-¿Están aquí?
-¿Qué crees tú? Y luego vas a escucharme Conrad porque esto
fue una estupidez muy grande – dijo Dio con severidad
-Lo sé padre – asintió el muchacho y
caminó cargando a Tiaren aunque apenas
podía sostenerse. De pronto sintió que el peso disminuía y se dio cuenta que la
chica flotaba en sus brazos a unos pocos centímetros de su agarre. Se volvió
ceñudo hacia su hermano que lo seguía de cerca .
-No seas tan tonto, Conrad, lo único
que lograrás es caerte y arrojarla a ella, de esta forma te das el gusto de
cargarla tú y te mantienes ileso- el aludido respondió con un gruñido que no
tenía nada de agradecimiento.
Llegaron al interior y acomodó a la
chica en un sofá mientras se preparaba para dar la bienvenida a su familia y a
los sermones que le darían, sólo esperaba que Blaze hubiese olvidado la parte en que lo autorizaba a golpearlo.
Luego de la reunión familiar, los
abrazos, explicaciones y reproches, los tres Likaios se dedicaron a terminar la
tarea de restauración. Aún debían “despertar” a todos los habitantes del lugar.
-No puedo hacer nada para
ayudarlos.¡Odio sentirme así! – exclamó Blaze y se dejó caer pesadamente en el
asiento
Aunque ver a un hombre grande y poderoso
como el joven Blackdalion tan impotente podía causar gracia, a ninguna de ellas le resulta cómico pues las
mujeres que lo acompañaban comprendían a la perfección su sentimiento.
- Podrás estar allí para cargarlos
cuando el agotamiento los venza – dijo Kalymera a su sobrino y luego, mirando a
Aly , agregó – Y estaremos allí para
curar con nuestro amor cualquier herida
que el mal deje en ellos.
-Sí, para eso somos familia- asintió
Alina y trató de controlar su propia
impaciencia.
Un par de horas después concluyeron la tarea. Poco a poco todo volvía a la normalidad así que Conrad se tomó un descanso para ir junto a Tiaren.
Ella aún estaba inconciente y él
estaba muy preocupado, sin embargo se
sintió aliviado cuando ella movió los párpados.
Estaba despertando. Todo había
acabado ya.
Tiaren abrió los ojos y Conrad supo
que algo estaba mal.
-¡¿Qué haces tú aquí?! – le gritó
ella indignada apartando bruscamente la mano de él que sujetaba la suya y la
mirada que le dirigió era de total desprecio- No me toques.Voy a llamar a los
guardias si no te marchas…
-¿Tiaren?
-No eres bienvenido aquí, no
recuerdo cómo llegué a este lugar,¿qué me has hecho? –preguntó ella ultrajada
-Yo…- intentó explicar Conrad , pero
no pudo . Se levantó y se retiró.
Tiaren había olvidado todo lo
sucedido
Una vez que todos se recuperaron ,
Dionis dio las explicaciones necesarias y los Señores de Winterday que
recordaban el ataque agradecieron la ayuda que les habían dado, pero ni
siquiera ellos pudieron convencer a Tiaren quien seguía rechazando la presencia
de los Likaios en su hogar.
No hubo forma de que la chica
agradeciera a Conrad, incluso manifestaba dudar de la veracidad de dicha ayuda,
si ella hubiese podido hubiese acusado a los Likaios de aquel ataque.
Conrad se había sumido en el
silencio, pues una mirada gris totalmente fría le había quitado cualquier
esperanza.
Al menos la había salvado y eso era
suficiente.
La familia se había quedado
hospedada en el Castillo, pues querían cerciorarse de que todo estuviera bien y
necesitaban un poco de tiempo para recobrarse.
El joven mago se había quedado en su
habitación y ni siquiera había salido para comer.
-Así que era ella – dijo una voz a
sus espaldas y Conrad se volvió hacia la
mujer que había entrado. Era su madre, tan hermosa y menuda como siempre. El
joven pensó en lo extraño que era que siempre olvidara cuan menuda era su
madre, aunque le sacara más de veinte centímetros de diferencia él y sus hermanos, siempre pensaban en Kalymera
como en un gigante tan impresionante como su espíritu.
-¿Lo sabías?- preguntó Conrad
-Soy tu madre... –dijo ella con actitud arrogante
-Suenas como la abuela
-Sí – dijo ella con una sonrisa-
Intuí que algo te había sucedido aquella vez cuando visitaste el castillo de
Winterday, volviste cambiado. Luego imaginé que estabas enamorado y lo confirmé
con tu insistencia en que Lysander
descubriera lo que sentía por Aly.¿ Ha sido difícil verdad hijo?
-Sí, lo ha sido
-¿Y ahora el dolor
es peor?
-Al menos la pude salvar...
-Al menos la pude salvar...
-Aunque ella no lo recuerde
-Aún así mamá. Además no elegimos a
quien amar, sólo sucede.
-¡Ay querido! – exclamó Kalymera
abrazando a su hijo.
Un rato después de que su madre se
marchara apareció su padre. El muchacho sonrió con sarcasmo, sus padres habían
formado un frente común para ayudarlo,
quisiera él o no.
-¿Te pidió que vinieras? –preguntó
Conrad
-Nos preocupamos por ti
-Y tú que pensaste que una vez que
fuésemos adultos ya no te daríamos
problemas...
-Nunca tuve esas ilusiones
Conrad...- respondió Dionis con una sonrisa
-
Estoy bien papá...
-Supongo que si lo sigues repitiendo
te lo creerás
-Es lo mejor – respondió Conrad y
por primera vez Dionis se vio reflejado en la mirada fría de su hijo, estaba
encerrando sus sentimientos
-¿Perder a la mujer que amas?
-No tengo opciones papá. Sabes , he
considerado que teniendo en cuenta que
ella estuvo a punto de morir puedo pagar el precio. La hubiera perdido de todos
modos, prefiero que sea de esta manera
-¿Y eso te alcanza?
-Tendrá que bastar. Yo hubiera
ofrecido mi alma porque ella viviera, así que creo que después de todo esto es
algo parecido
-Conrad...eres joven, hay otras
mujeres...
-No, no hay nadie más.No importa
cuanto viva, nunca habrá nadie más. ¿Si tú perdieras a mamá ..? - empezó a preguntar
-No. Ella es la única – interrumpió
Dionis comprendiendo la profundidad del amor de su hijo
-Arregla nuestra partida, por favor. Quiero volver
rápido a casa
-Está bien hijo, lo haré
inmediatamente.
En los jardines se estaba llevando a cabo un pequeño concilio, pero los tres
asistentes no llegaban a un acuerdo.
-Iré a hablar con él- dijo Blaze
-No, déjalo estar solo – lo detuvo
Lysander
-Ve tú entonces, al menos para que
sepa que estamos aquí – insistió Blaze
-Mi hermano necesita la soledad,
Blaze, sabe que estamos para él y si nos necesita nos lo hará saber – respondió
Lys con seriedad
-¿Entonces ninguno va a ir? –
interrumpió Aly
-No – negó su esposo
-¡Hombres! – exclamó ella y se
marchó
-¿Va con él , verdad? – preguntó el
joven Blackdalion
-Sí, al menos a ella no se va a
animar a gritarle – dijo Lysander con una sonrisa lo que demostraba que había
esperado que su esposa hiciese eso desde un primer momento
Conrad paseaba melancólico por los
jardines cuando vio a su cuñada encaminarse decidida hacia él..
-Hola Conrad, ¿cómo estás ?
-Bien – respondió evasivo
-Mentiroso – dijo ella y lo abrazó
con fuerza mientras le hablaba- voy a
quedarme contigo, no deberías estar solo.
Conrad agradeció que no fuese ni su
hermano, ni su primo porque le hubieran roto las costillas con tremendo abrazo.
-Nada de preguntarme si quiero
compañía...- comentó sarcástico
-No. No me importa lo que quieras,
sólo lo que necesitas...-respondió ella retadora
-Veo que mi hermano está
corrompiendo tu dulce carácter...
-En realidad él me hace muy feliz,
pero no quiero que tú estés herido. Eres
mi amigo, además de mi cuñado y me duele verte mal. Nos duele a todos Conrad.
No me apartes …
-Bien, supongo que tendré que
resignarme a tus cuidados hermanita – dijo él y pasó su brazo sobre los hombros
de la joven –Acompáñame – dijo y caminaron juntos y en silencio
Aquello era el colmo. Ese hombre aún
permanecía en sus tierras y encima estaba dando un escandaloso espectáculo
abrazando de aquella manera a la esposa de su hermano.
Le resultaba muy molesto...en realidad verlos juntos le causaba un profundo desprecio ..aunque si ahondaba en el sentimiento ver que Conrad Likaios abrazaba a la joven pelirroja le causaba dolor. Un intenso dolor
Le resultaba muy molesto...en realidad verlos juntos le causaba un profundo desprecio ..aunque si ahondaba en el sentimiento ver que Conrad Likaios abrazaba a la joven pelirroja le causaba dolor. Un intenso dolor
Tiaren se alejó enojada de la ventana . Su hermano había muerto por
alguien como él…quería a Conrad Likaios lejos de allí. Quería…
Dionis le había dicho que ya podían
marcharse. Así que Conrad hizo una última visita antes de irse.
Caminó hacia el jardín , el jardín
secreto de Winterday, el jardín de Tiaren.
-Sólo quería despedirme, pensé que
te gustaría saber que ya nos vamos –
dijo Conrad tímidamente acercándose a la joven que estaba sentada en un banco.
-Siempre he amado este lugar – dijo
ella pensativa
-Pensé que te sería
desagradable después de lo que
sucedió entre nosotros aquí.– comentó
aprensivo él
-Yo también, pero no fue así .
Siempre he venido cuando necesitaba un refugio. ¿Lo recuerdas entonces? –
preguntó ella de pronto mirándolo fijamente
-Sí. No fue hace tanto
-Seis años... – precisó melancólica
-Además no todos los días le dices a una mujer que la amas y te rechazan...
-Lo siento Conrad. Lamento haberte
herido
-Ya es tiempo de dejarlo ir...- dijo
él
-Te temía, y aún me asustas...-
comentó ella pensativa
-Lo lamento. No era lo que deseaba
pero no puedo cambiarlo – dijo él con el dolor brillando en sus ojos claros
-No , no puedes... – dijo ella
-Ya no tienes que molestarte por
nuestra presencia. – se despidió y comenzó a alejarse
-¿Conrad? – lo llamó ella deteniendo
su partida
-¿Sí?
-No es tu culpa . Tú no puedes cambiarlo,
no debes. Yo sí – dijo ella y él la miró interrogante
-¿Perdón?
-Te lo debo...te hice perder tu cena
– comentó con una sonrisa inesperada
- No es hora de la cena...-murmuró
confuso
-No ahora, aquella noche en que fui
a buscarte
-¿Lo recuerdas? – se sorprendió
-Sí, repentinamente volvió a mi
mente hoy. Recuerdo todo lo que pasó estos días, cómo nos salvaste.
- Tal vez hubiera sido mejor que no
recordarás.-comentó temeroso
-¿Puedes explicarlo, cómo una parte
de mi pudo ir hasta allí a buscarte
aquella noche? – preguntó cambiándole de tema
-No – dijo él sinceramente
-Yo creo que sí puedo , fui a ti
porque mi alma buscó la tuya...
-Necesitabas ayuda...
- A ti, Conrad. Te necesitaba a ti.
Dije que te temía, temía la fuerza de lo que me hacías sentir, temía amarte y
que fueras como ellos. Pero no lo eres...nunca lo fuiste. Y supongo que en mi
interior lo sabía.
-Tiaren....
-Shh – dijo ella acercándosele y
posando sus dedos sobre los labios masculinos para callarlo – Hace seis años me declaraste
tu amor y te rechacé, porque no estaba preparada...pero aún entonces te quería. En este lugar te herí y me herí a
mí misma...¿aceptarás que cure esa herida?. ¿Aceptas mi amor Conrad Likaios?...porque
te amo... te amo más allá de cualquier barrera. Amo todo lo que tú eres. Te amo
tanto que incluso al borde de la muerte necesitaba verte...aunque sólo mi alma
pudiera alcanzarte. ¿Tú aun me amas?
- Sí – contestó él
sencillamente – siempre sí.
Luego el amor guardado durante años
se reveló y la acercó lentamente a sí, la envolvió en sus brazos con delicadeza
como si aún fuese incorpórea y la besó con la misma mezcla de dulzura y pasión que era él mismo.
Jooooo....
ResponderEliminar¡¡Me hiso llorar!!