sábado, 15 de diciembre de 2012

Desde las sombras 1°



Cuando ella levantó la mirada hacia él y le sonrió tuvo la completa certeza de que la amaría siempre.
Deseaba que fuera un siempre lleno de felicidad, sin dificultades ni dolores, pero eso no lo sabía, era simplemente un ser humano y el futuro no estaba en sus manos.
La única verdad que tenía en su corazón es que amaba a aquella mujer y que la seguiría amando sin importar lo que sucediera.
Estaban a punto de hacer el amor y si bien era un momento trascendental, ya estaban unidos antes de unir sus cuerpos, porque la tenía metida en su alma.

Podrían ser jóvenes, pero se amaban, se habían encontrado y sabían que se pertenecían.
-¿Estás segura? – le preguntó Lucian a Claire y ella asintió tímidamente.
-Te amo...-respondió como si fuera lo único que importaba.
-Y yo...-respondió él enmarcándole el rostro con las manos, luego la besó y deslizó su mano a los botones de la blusa que llevaba para empezar a desnudarla.
Habían terminado de hacer el amor y yacían abrazados, había sido la primera vez de ella, así que Lucian estaba preocupado, pero Claire había afirmado estar bien.
-Soy feliz…-le dijo mientras él le acariciaba el cabello.
-También soy muy feliz, cásate conmigo, Claire – le dijo mirándola.
-No podemos…
-¿Por qué?
-Tengo que ir a la Universidad, debo cuidar de mi madre y mi hermana…tu padre…
-Yo cuidaré de tu familia, puedes ir a la Universidad como has planeado y no tienes que preocuparte por nada más.
-Sí- dijo ella acomodándose en sus brazos para mirarlo bien.
-¿Sí?- preguntó emocionado.
-Sí, juntos, para siempre- le sonrió y Lucian la besó.
- ¿Y cuántos hijos tendremos?
-Mmm..cinco – dijo Claire mostrándole con los dedos de la mano.
-Sí, y todos parecidos a ti. Y haciendo ruido como yo, tendremos una casa donde pondrás tu consultorio cuando seas médica y yo jugaré con los niños y el perro en el jardín.
-¿No vas a trabajar?
-No, porque no quiero dejar de verte ni un segundo.
-Eso va a ser difícil – le contestó ella sonriendo.
-Voy a asegurarme de estar cerca de ti, para verte,  no quiero perderme nada, estar cuando despiertes, cuando sonrías, cuando te duermas , abrazarte si lloras, hacerte bromas si estás preocupada, voy a estar allí amándote cada segundo.
-¿Lo prometes?
-Prometido…-le dijo y le besó la frente. Claire se acomodó mejor contra su pecho y se durmieron llenos de sueños y promesas felices.


A la mañana,  Claire se despertó por los ruidos que venían de la cocina y fue descalza a ver qué sucedía,  Lucian estaba preparando el desayuno. Se movía torpemente y hacía mucho ruido aunque intentaba ser silencioso. La chica lo amó más por eso, pensó que era afortunada con su primer amor, aunque también sería su último amor, él era el único para ella.
Por eso había aceptado pasar el fin de semana con él en aquella casa de campo, por eso había mentido a su madre, por eso se había entregado sin dudarlo y había aceptado casarse con él  a pesar de tener sólo dieciocho años.
-Hola – dijo con suavidad para que él volteara a verla.
-Buenos días, ¿dormiste bien? – preguntó Lucian acercándose para besarla.
-Sí, muy bien –contestó y enredó los brazos alrededor del cuello de él. Después de besarla, la levantó en brazos sorpresivamente y la llevó hacia la silla que había junto al desayunador.
-A desayunar, luego te llevaré a tu casa...
-Nooo, quedémonos aquí – protestó ella mientras el chico le servía el café y la comida.
-Tenemos que regresar.
-No quiero, no quiero despertarme- se quejó haciendo muecas y él rió.
- Nuestra realidad será mucho mejor, estos dos días serán aburridos y grises comparados con los que vendrán.
-Nunca, estos días serán los más brillantes siempre, aunque haya días mejores, estos han sido muy especiales – comentó ella y se sonrojó levemente.
-Vamos, Claire, come o juro que no nos iremos nunca más de aquí...- insistió divertido y le pasó un sándwich para que ella diera un mordisco.
Cuando terminaron de desayunar, se marcharon de prisa a tomar el autobús para regresar a la ciudad, Lucian acompañó a Claire hasta su casa. Allí se despidieron una y otra vez, se negaban a dejarse , él incluso caminó hacia atrás un buen trecho para seguir viendo como ella lo saludaba con la mano hasta que  desapareció de su vista.

Llegó a su casa lleno de energía, incluso entró tarareando una de sus canciones favoritas. Estaba atravesando el salón hacia la escalera cuando la voz de su padre lo detuvo.
-Deja de verla – dijo el hombre y Lucian giró para ver que su padre estaba sentado en el sillón, esperándolo.
-¿De qué hablas?
-Deja de ver a esa chica...
-Nunca, voy a casarme con ella, la amo.
-O te alejas de ella o la destruyo – dijo su padre y Lucian se estremeció, aunque las palabras estaban dichas tan casualmente tenían un tono de amenaza y sabía que su padre no amenazaba en vano.
- Esta vez no me importa lo que digas, no voy a dejarla, Claire es lo mejor que me pasó en la vida.
-Tienes veintiún años, ¿dijiste que vas a casarte?
-Sí, me casaré y me iré con ella, lejos de esta casa, lejos de ti – dijo enfrentándolo valientemente y su padre sonrió.
-No hay lugar donde puedas ir lejos de mí, maldito mocoso. ¿Crees que te crié para que te  escapes con una chica como ésa?
-No hay nada de malo con  Claire, de hecho es demasiado buena para mí.
-¿Demasiado buena? Su padre está preso , su madre es borracha , tiene una hermana menor que cuidar y es pobre como una rata...
-Mis antecedentes son peores, tú deberías estar preso por cosas peores que el padre de ella, mi madre se suicidó y tenemos dinero que está demasiado sucio, ¿verdad? – contestó y su padre se levantó para darle una bofetada.
-Sí, tienes razón, me ensucié las manos para crear un imperio y tú lo heredaras, serás mi sucesor, tengo planes para ti y no incluyen a esa chiquilla. De hecho desde que estás con ella tienes la cabeza llena de ideas extraña, reniegas de quien eres y me miras con desprecio. Yo te enseñaré a bajar la cabeza...
-Ojala pudiera renegar de ti, quisiera ser alguien mejor por ella...estar a la altura de sus ideales. Odio tu mundo, no quiero nada de él.
-Es tu mundo, y hablo en serio Lucian, déjala o la destruiré. No es tan difícil, puedo hacer que le quiten esa beca que le dieron para la Universidad...
-Es inteligente, estará bien.
-Prueba, vete con ella, no tendrán trabajo en ningún lado, ella no podrá estudiar medicina como quiere, los echarán de cualquier casa que alquilen, ni siquiera podrán vivir en una pocilga...y si me obligas puede ser peor. Una orden mía a un par de mis hombres y le arruinarán la vida en cualquier forma que puedas imaginar...
-Si le tocas un pelo, te mato...- reaccionó con furia ante aquella amenaza.
-No puedes defenderla de mí, no tienes poder alguno para hacerlo, eres un cachorro que ni siquiera tiene colmillos para morder. Y aún así te rebelas, te crees un hombre..
-Entonces me mataré yo, te quedarás sin heredero...- le dijo y estaba muy asustado porque sabía la clase de hombre que era su padre. Si quería dañar a Claire lo haría.
-Si te sucede algo a ti, haré que ella lo pague, no la quiero en tu vida Lucian. ¿La sacas tú o me encargo yo?- preguntó y el chico apretó los puños con fuerza.
No había nada que pudiera hacer, su padre era un hombre con un pasado oscuro al que le gustaba salirse con la suya y manejar a todos, incluso a él. Nunca le había importado mucho, era la vida que le había tocado, hasta la llegada de Claire, ella lo había cambiado todo.
Pero su padre tenía razón, no podría ayudarla si estaba decidido a dañarla, ni aún cuidándola veinticuatro horas podría defenderla.
Sólo tenía una salida, sólo había una forma de mantenerla a salvo.
-Tú ganas...-dijo y vio la sonrisa satisfecha de su padre, sintió odio .Se alejó de prisa hacia su cuarto, allí gritó y golpeó las paredes, no quería perderla, la amaba, no quería dejarla.
Sintió que la vista se le nublaba y el estómago se le revolvió, tuvo que ir a vomitar porque el asco que sentía por su padre se había vuelto algo físico.
Dejaría ir a Claire porque no tenía opción, pero  él iba a crecer, iba a tener poder y ser más fuerte que su padre y que cualquiera, nunca más tendría que ceder ante nadie.

Lucian llevaba dos días sin ir al colegio, iba al último año como Claire a pesar de que él estaba atrasado y le llevaba tres años, y tampoco había respondido el teléfono aunque ella lo había llamado insistentemente.
Acostado en la cama volvió a escuchar el  último mensaje que ella le había dejado.
“Lucian , ¿estás bien? Estoy preocupada por ti. Llámame, por favor. Me hablaron de la Universidad diciendo que mi beca no es algo seguro, necesito abrazos. Te extraño.”
Aquello claramente era obra de su padre, le quería demostrar que hablaba en serio y él no podía retrasar  más lo inevitable. Tenía que dejarla, lo difícil sería que Claire le creyera, ¿cómo iba a convencerla de que no la amaba si era su vida?

Claire se acercó a la mesa donde estaba Lucian con unos amigos, no podía creer que él estuviera allí, llevaba cinco días tratando de contactarlo sin tener respuesta. Había creído que iba a volverse loca de preocupación, incluso había rondado su casa para saber de él, aunque el valor no le había alcanzado para llamar a la puerta.
Pero ahora estaba allí, bebiendo y riendo con sus amigos.
-Lucian...-lo llamó acercándose.
-Ah, hola...-contestó casi ignorándola. Se veía extraño, incluso tenía ojeras como si no hubiera estado durmiendo bien.
-¿Estás bien? ¿Podemos hablar? – insistió y le tiró del brazo para llamar su atención, cada vez estaba más confundida.
-Estoy ocupado ahora – contestó él.
-¿Qué te pasó? – preguntó inquieta, sentía que algo iba mal.
-¡Ya basta, deja de molestarme! – dijo parándose y ella retrocedió. Nunca se comportaba así.
- Lucian...dime qué sucede – casi rogó asustada. Pero no temía por ella, sino por él, parecía que estaba sufriendo.
-Nada, parece que no entiendes. Eres demasiado tonta, ¿tengo que explicártelo?
-De qué hablas...
-Ya está Claire, ya terminó entre nosotros, deja de buscarme.
-¿Terminó, qué quieres decir?
-Ya me acosté contigo, es todo lo que quería, nena. –dijo con una sonrisa ladina y ella automáticamente le dio una bofetada. Había quedado helada con aquellas palabras.
-Es mentira...-le dijo sin poder creerlo, las risitas de los amigos de él lo hacían aún peor. Pero Lucian siguió hablando.
-¿No me digas que te creíste el cuento? Bueno, supongo que fui convincente...la casita, el perro los hijitos, era la única manera de que una virgencita como tú cayera, ¿verdad?
-No sé qué te pasa, pero es mentira, nos amamos, Lucian...-dijo ella con voz temblorosa. Aquello no era cierto, tenía que ser una pesadilla. La última vez que lo había visto eran felices, estaban en su propio paraíso y ahora sentía que caía en el infierno, no podía ser verdad.
- Eres más tonta de lo que pensé, por eso con una vez me alcanzó, eres muy aburrida para mí...-le dijo .
-¡Basura! – le gritó al darse en cuenta que hablaba en serio. No quería creerlo pero él estaba diciendo aquellas palabras. Le costaba respirar y sentía que no podía tenerse en pie.
De repente, Lucian la tomó de la muñeca y la arrastró  fuera del local.
-Suéltame...
-No quiero que busques más, ya me cansé de jugar al noviecito, nos acostamos y listo. Ya supéralo y sigue con tu vida...Fue divertido pero me aburrí.
-No te creo...
- Podemos acostarnos de vez en cuando si es lo que quieres, aunque no eres tan buena en la cama, puedo hacerte ese favor...-le dijo y a ella se le llenaron los ojos de lágrimas.
-No te preocupes, ya me desperté. Tampoco quiero volver a verte- le dijo dolida y se marchó.
Lucian volvió a entrar y se sentó mientras pedía que le trajeran una botella de cerveza.
-Oye, creí que habías dicho que estabas enamorado de ella- dijo uno de sus amigos.
-Cállate – contestó él.
-¿En serio te acostaste con ella? ¿ Y no estuvo bien? – preguntó otro.
- Eso te pasa por meterte con una nena buena, son aburridas...-comentó otro.
-¡Ya cállense! – gritó Lucian golpeando el vaso contra la mesa , el cristal se rompió lastimándole la mano.
-Estás sangrando...
-Déjenme en paz- dijo y se marchó. Anduvo vagando por las calles algunas horas y sin siquiera pensarlo fue hasta la biblioteca central donde Claire iba a estudiar  al atardecer para preparar su ingreso a Medicina. Él solía ir a buscarla y acompañarla a su casa si se hacía tarde.  
Tal como había imaginado ella había ido a refugiarse allí, la vio salir y la siguió sin que lo viera. Aunque dudaba que la chica lo notara, iba caminando como ausente, como si estuviera ajena al mundo que la rodeaba.
Caminó detrás de ella, la chica caminaba cada vez más despacio y casi cuando iban llegando al barrio donde vivía,  Lucian observó los espasmos en los músculos de la espalda de Claire y supo que estaba llorando. De pronto, la chica se dejó caer al suelo apoyándose contra una pared y  el sonido de sus sollozos le llegó al alma.
Quiso correr hacia ella, levantarla, acunarla en sus brazos y consolarla. Pero no podía hacerlo.
Ella lo olvidaría, su corazón roto sanaría, pero si él se le acercaba la pondría en peligro.
Su padre estaba demasiado enfermo como para enfrentarlo, algún día Claire dejaría aquel primer amor atrás, conocería a alguien digno de ella y sería feliz. Tendría la familia que deseaba y todo lo que merecía.
Ni siquiera iba a acordarse de él.
Él podía vivir sin ella si sabía que estaba a salvo. Pensó que con el tiempo ambos estarían bien, y se escondió en las sombras de una esquina para esperar que ella dejase de llorar y luego seguirla hasta su casa, para asegurarse que llegara a salvo.
Se dijo a sí mismo que saldrían adelante, aunque sabía que él se había convertido en una cáscara vacía, que al perderla había perdido su corazón.

8 comentarios:

  1. Ah!! me hiciste llorar!! Quiero mas y pronto, por favor, ¿que va a pasar con ellos?

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  2. Por cierto,¿esta es la historia del concurso?

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    Respuestas
    1. Gracias, sí es esta la del concurso, y pronto sub o más...está casi terminada. Me alegra que te gustara

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  3. Muy muy hermoso me encanto*-*
    me encantan estas historias .. los habeis escrito vos? si es asi pues te felicito me ha encantado :D

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    Respuestas
    1. Sí la he escrito yo, gracias por tus palabras, me alegra que te gustara. Te cuento que las tres administradoras del lugar escribimos y subimos nuestras historias aquí ( ese fue el propósito original del blog pero como nos gsuta desvariar) Así que las historias que subimos son nuestras...Hay historias de las tres de JJ, Ej y mías.

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  4. Joder!!!! Que rabia!!! Puede que si no nos hubieramos entretenido hablar el otro día, la hubieses acabado. Solo 24 hojas!!! 24!!! maldita sea!!!! Con lo emocionante que es esta novela. Y eres una maquina, en pocos días la has tenido lista. Eso yo ni pensarlo!!!!

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  5. Lo bueno que ya casi la terminas y lo mejor que la he leído casi toda wiiiiiiiiiiiiii jaja

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  6. ¡¡Que linda la historia!! Pero triste para los protas. Sigue escribiendo, me encanta.
    Besos

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