En el festival, Emma no podía
quitarles los ojos de encima a sus amigos y sabía que al resto del público le
sucedía lo mismo.
Presenciar la actuación de Tristán
era como ver al sol de frente, brillaba demasiado, aunque también sacaba a
relucir lo mejor de quienes lo acompañaban. Escudo Azul brillaba y sacudía a
quien los escuchaba, la música era electrizante, hacía vibrar y revivía algo
innombrable en el interior de quien los oía. Aquella música hacía sentir que se
estaba vivo.
Ella no sabía cuánto tiempo pasaría,
pero estaba segura que iban a triunfar, que iban a ser muy famosos, no podía
ser de otra forma, estaban destinados al éxito. Y al verlos en el escenario,
estuvo segura que ese camino acababa de iniciarse.
Los días posteriores al festival,
los chicos anduvieron caminando sobre nubes , sus sueños estaban más vivos que
nunca, las presentaciones aumentaban y les pagaban mucho mejor. Atrás habían
quedado los días en que la gente los menospreciaba por ser “unos vagos que se
dedican a la música”. Tristan solía reírse de aquello, ahora ya no lo miraban
como a un chico problemático, gente que antes lo había tratado mal, ahora lo
miraba diferente. Y en cierta forma, él los despreciaba más por eso, siempre
había sabido quien era y no necesitaba la aprobación de quienes antes lo habían
hecho a un lado. Sólo le importaba la opinión de sus amigos que lo conocían, y
que a la gente le gustara la música que hacía. Con eso le bastaba.
En aquel momento estaba solo en la
casa, tanto Emma como Leandro estaban trabajando, así que Tristan se dispuso a
ordenar un poco y a cocinar algo sencillo para cuando llegaran.
Recogió ropa y papeles, y cuando
tomó uno de los cuadernos de Emma que había quedado sobre la mesa se le cayeron
unos papeles.
Los levantó y vio que eran panfletos
informativos sobre Berklee, la mejor Universidad de Música. Allí se estudiaban
diversas carreras relacionadas con la música, incluyendo la de compositor, por
lo visto Emma había encontrado su sueño,
pero no se los había dicho. Tal vez porque a pesar de tener el talento y la
inteligencia, Emma no contaba con el dinero.
Se sintió muy frustrado, ella con
sus palabras había hecho posible que Escudo Azul creciera, también Emma merecía
la oportunidad de crecer, de hacer lo que deseara, de desplegar sus alas y convertirse en quien
quisiera ser.
Mientras pensaba en ello, hojeó el
cuadernillo y se detuvo en uno de sus
poemas.
Quiero
cruzar a la otra orilla
Ser
la Alicia que atraviesa el espejo
Hacia
un nuevo mundo de maravillas
Quiero
dejarme para ser yo misma
Y
al fin mirarme
Y
saludar a la que me espera
Con
la mirada creyente
con
un espíritu fuerte
Como
mis sueños desplegados
Quiero
volver a volar
Tristán suspiró, quería poder darles
alas, pero no sabía cómo hacerlo. Llamó a Cameron porque necesitaba hablarlo
con alguien y Cam era el más adecuado para pensar soluciones.
El chico tardó unos quince minutos
en llegar.
-¿Qué pasa? – preguntó preocupado,
Tris no solía pedir ayuda.
-Mira esto…- dijo y le dio los
papeles.
-¿Quieres ir a Berklee? – preguntó
asombrado.
-No yo, Emma.
-¿Emma quiere ir a Berklee?
-Sí, ¿qué haremos?- preguntó Tristán
y Cam medio sonrió , su rebelde amigo parecía un padre preocupado por no
poder comprarle algo a un hijo.
-Tendremos que ganar dinero y
enviarla…-contestó
-¿Qué?
-Si es lo que ella quiere…con su
talento incluso podría ganar una beca, y no podemos dejar que desperdicie su
vida con trabajos de medio tiempo. No si ya ha encontrado algo que quiere
hacer.
-¿Deberíamos hablar con ella? No ha
dicho nada…
-Aún no, además ¿le dirás que
anduviste husmeando en sus cosas?
-¡Fue un accidente! No husmeé nada .-
se defendió preocupado.
-Mejor le damos tiempo, y si no lo
menciona, lo hacemos nosotros.
-Cam…
-¿Sí?
-Ella está bien aquí, ¿verdad?
-¿De qué hablas?
-Bueno, Emma no es como nosotros…Tal
vez no debimos dejar que se quedara aquí, que se involucrara con nosotros..
-¿Qué te preocupa?
-Que ella no sea feliz…
-Tris, Emma está bien, pensando en
cómo era cuando la conocimos y cómo es ahora, ella ha mejorado mucho. Aunque
siento que pronto tendremos que dejarla ir..
-¿ A Berklee?
-Sí y a donde eso la lleve…-
contestó Cameron y Tristan sintió que eso no le gustaba nada.
-¿Te quedas a cenar? – preguntó para
cambiar de tema.
-¿Qué cocinaste?
-Fideos…bueno, en realidad no los
hice aún, pero si te quedas puedes ayudarme a cocinarlos. Emma y Leandro deben
estar por llegar, él iba a pasar a buscarla .
- Diablos, sabía que había trampa…quieres
que cocine yo.
-Si insistes….-respondió con una
sonrisa y encogiéndose de hombros.
-Está bien, está bien. –acordó Cameron
¡¡¡que cooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooorto!!!
ResponderEliminar¡¡NO VAAAAAAALE!!
Tantas ganas tengo de leer algo suyo, y me dejastes a media
Omo! Cierto, es cortito pero sustancioso.. :)
ResponderEliminarMe gustó muchísimo Nata!!! Muy bonito y esperando con ansiedad el siguiente! :D
ResponderEliminarJajaj, siento lo corto pero es que me está costando escribir. Besos y gracias a las tres!
ResponderEliminarBueno, pues te doy muuuuuuuuuuuuuuchos aaaaaaaaaanimos para seguir escribiendo. Muy buena la historia.
EliminarMuchos besos