Era una princesa pero también un botín que iba a ser
entregado al mejor postor por meras cuestiones políticas.
Regresaba a su reino luego de visitar a sus familiares
maternos y allí había escuchado rumores de su próximo casamiento, rumores de
los que ella no sabía nada. Seguramente al regresar, su padre le informaría
quien sería su marido, su dueño y a qué lugar la enviarían como forma de
acrecentar el poder o afianzar lazos con algún otro reino.
Hubiera querido rebelarse, pero no podía, porque
después de todo siempre había sido su destino, había sido educada para eso y
para hacer lo que su Rey le ordenara, lo que fuera necesario para el bien de su
nación.
Después de todo, le habían concedido mucho tiempo,
tenía diecinueve años y aún era soltera, cosa extraña, mucho más si era la
única princesa, la encargada de continuar el linaje y procrear un heredero.
Sintió que las lágrimas se le acumulaban en los ojos,
se los limpió con la mano e inspiró fuerte.
En ese momento golpearon al costado del carruaje y
ella abrió el postigo de la ventanilla.
-Estamos por llegar, Su Alteza…-dijo el hombre
encargado de su seguridad, el comandante de las tropas reales.
-Gracias – dijo ella brevemente y cerró la ventanilla
intentando ocultar de aquel hombre sus ojos llorosos de, los ojos de él eran
demasiado perspicaces y no quería que percibiera su debilidad ni que le
informara a su padre. No podía olvidar que además de ser el encargado de
custodiarla, era un leal súbdito para quien la obediencia estaba primero que
todo.
Suspiró y cerró los ojos, iba sola en el carruaje así
que se medio adormeció hasta que
llegaron.
Al llegar a su hogar tuvo un sentimiento ambiguo, era
su lugar en el mundo, no podía imaginar que la enviaran lejos de allí, pero
también tenía la sensación de ser un pájaro que volvía a su jaula.
Tal vez, los
rumores de un posible casamiento la habían alterado demasiado, se sentía
agotada y cuando fue hacia sus aposentos, su cuerpo le pesaba, ni siquiera pudo
disfrutar de la belleza del Palacio, de los lujosos pisos de piedras de
colores, de las columnas labradas, de los ricos tapices y coloridas pinturas
que decoraban las paredes.
El aroma de las flores que provenía de los jardines ni
el que provenía de los aceites perfumados lograron distraerla porque apenas
había entrado, un sirviente le había informado que tan pronto se arreglara, su
padre deseaba verla.
Ya en sus aposentos , varias sirvientas llegaron para
ayudarla a bañarse y cambiarse de ropa.
Mientras le ponían delicadas prendas de seda y gasa
,la chica se preguntó cuál era la vestimenta adecuada para escuchar las
noticias que iban a darle, aquellos colores vivos, las telas delicadas, le resultaban parte de una farsa en la que era
una participe involuntaria.
Hubiera deseado
huir, pero se dejó vestir, peinar, adornar el cabello con joyas . Dejó que la
maquillaran suavemente y que le pusieran gotas de agua de rosas en el cuerpo.
Una vez que estuvo lista, se encaminó hacia la sala de
audiencias mientras un pequeño séquito la acompañaba.
La anunciaron y entró al Salón, su padre estaba allí y
por un segundo tuvo ganas de correr a él y abrazarlo, pero hacía años que eso
no le estaba permitido. En cambio se acercó e hizo una leve inclinación como
saludo.
-Su Majestad…
-Princesa, ¿has tenido un buen viaje de regreso? – le
preguntó él y ella creyó percibir la calidez en su voz. Le dolió el corazón por
no poder ser pequeña de nuevo y comportarse libremente como una hija con su padre,
en lugar de ser una princesa y su Rey.
-Sí, ha sido un buen viaje.
-¿Tus tíos y primos están bien?
-Sí, lo están y envían sus saludos – respondió y pensó
que ahora entendía aquel viaje, había sido su última oportunidad para visitar a
su primas despreocupadamente, para charlar, reír y pasear en libertad. Una vez
casada ya no podría hacerlo.
-Me alegra que estén bien, ven conmigo, tenemos que
hablar…- dijo su padre y la guió hacia el lugar donde mantenía las audiencias
reales.
Azize se sentó frente a su padre y se sintió como uno
de los súbditos que se entrevistaban con él, como alguien a quien iba a pedírsele
que llevara a cabo una importante misión por el bien del reino. Aunque justamente
se trataba de eso, su padre iba a pedirle que se casara con alguien que no amaba
y cumpliera su deber de princesa.
Su padre comenzó a hablar, usando el tono de Rey, el
tono de voz que ella más odiaba.
-Han llegado varios pedidos de mano para ti, nuestro
poder está creciendo y muchos reinos buscan una alianza a través del matrimonio.
Ya no hay más excusas, tienes edad suficiente y negarnos sin una razón sólo
daría lugar a que lo usen como justificación para atacarnos…
-Padre ..- dijo Azize olvidando el protocolo pero en
ese momento golpearon a la puerta, un guardia se asomó y le hizo un gesto al
rey.
-Dile que pase – señaló éste y el hombre asintió
sumisamente. Para sorpresa de la joven, entró
Cian, el Comandante de las tropas Reales, el hombre que además de cuidar
el reino era el encargado de
custodiarla en sus viajes fuera de palacio y cada vez que su padre lo considerara necesario. Imaginó que él sería quien la llevara a la tierra de su futuro
marido. Una vez más sintió que la debilidad se apoderaba de su cuerpo ,pero lo ocultó
con presteza.
-Su Majestad , estoy aquí como me ordenó– saludó el
hombre inclinándose ante su Rey.
-Bien, justo estaba explicándole la situación a Azize.
Le hablaba de las ofertas de matrimonio que nos han llegado y la posible disputa que puede causar un mal
movimiento.
-Puedo regresar más tarde, Su Majestad, imagino que es algo que deben
hablar a solas…- señaló el hombre y retrocedió.
-No quiero que te quedes y escuches lo que tengo que
decir. He tomado una decisión, nuestro Reino ha crecido y prosperado, somos más
fuertes y poderosos así como también tenemos más enemigos. Pero siempre he
deseado que mi pueblo pueda ser autosuficiente, he tomado una decisión, sin
dudas la mejor forma de evitar que el matrimonio de la Princesa se vuelva una guerra.
Tú te casarás con ella – dijo el Rey y tanto el
Comandante como la Princesa lo miraron sorprendidos.
-¿Su Majestad…?
-¿Padre..? – preguntaron al unísono.
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aahh!! Que buena historia, me a dejado enganchada, me encanta este tipo de historia espero continue
ResponderEliminarGracias, me alegra que te guste. Subiré más en la semana
EliminarOHHHH KE DECIR???' QUIERO MAS???? SIIIIIIIIIIII, GENIAL SIS...
ResponderEliminarMe encantó!!! Aaaaah una buena manera de casi terminar el día... gracias Nata y esperando con ansiedad más. Me encanta como escribes!!
ResponderEliminarDios mio!!!! Me encanta!! Tanto que lo confieso, hice trampa.... jejeje ya leí el segundo capitulo. me encanta poder tener esa ventaja!!!! jejeje
ResponderEliminarEso sí, yo ya reclamo el tercero plis!!!!!!!!!!!!!!