martes, 25 de septiembre de 2012

Audrey Hepburn


De niña recuerdo quedarme en las noches mirando películas “viejas” de esas en blanco y negro, así fue como alguna madrugada vi Desayuno en Tiffanys , Sabrina, Mi bella dama y la Princesa que quería vivir y quedé fascinada por esta mujer.
Han pasado años y aun sigo creyendo que es una de las mujeres más bellas y elegantes que existió y existirá. Además fue tan bella por dentro como por fuera y dedicó gran parte de su vida a  la beneficencia.
Una extraña mezcla de fragilidad y fortaleza que supo brillar con la intensidad de las verdaderas estrellas.


Era muy delgada y de niña había estudiado ballet, tal vez de ahí le viene esa elegancia y gracia, o tal vez fuera algo nato en ella.
Pero más allá de eso, sus ojos siempre me parecieron maravillosos, una mirada increíble, con un algo de fragilidad que la hacía muy querible. Además carisma, lo que se dice ángel, es de esas personas que dejan huella…
Nació en 1948 como Audrey Kathleen Ruston en Ixelles/Elsene, un municipio de Bruselas, Bélgica. Era la única hija del inglés Joseph Victor Anthony Ruston y de su segunda esposa, la baronesa Ella Van Heemstra, una aristócrata holandesa que era hija del ex gobernador de la Guayana Holandesa (Surinam), el barón Aarnoud van Heemstra. El padre de la futura actriz añadió más adelante el apellido de su abuela materna que era española, Catherina, a la familia; y su apellido se convirtió en Hepburn-Ruston.
Durante su juventud Audrey sufrió la Segunda Guerra Mundial, primero en Bélgica y luego en Holanda, de donde era originaria su madre. Para evitar que sus orígenes ingleses se revelaran, la madre de Audrey la llamaba Edda Van Heemstra, como ella, y la obligó a hablar holandés. Audrey hablaba perfectamente inglés, francés, holandés e italiano, se defendía con el alemán y también un poco en español. Estudió para ser bailarina, pero la guerra hizo estragos en su constitución, así que, pese a seguir estudiando y practicando, Audrey se vio en la disyuntiva de elegir una nueva profesión, que fue la de actriz.
Su carrera como actriz comenzó con el  film educativo Holandés en siete lecciones. Después actuó en producciones musicales Su primer papel en una película fue en el film inglés One Wild Oat en el cual actuaba como recepcionista de un hotel. También actuó en papeles más pequeños . Durante el rodaje de Monte Carlo Baby fue elegida para protagonizar el musical de Broadway Gigi
Su primer papel de importancia fue en el film Secret People, en el cual realizaba el papel de una bailarina prodigio. Naturalmente, Audrey hizo todas las escenas de baile. Pero el papel que la catapultó a la fama, además de ser su primer papel en Hollywood, fue, junto a Gregory Peck, en Vacaciones en Roma, de William Wyler. Es llamativo que para el papel quisieran a Elizabeth Taylor…pero afortunadamente Audrey capturó al director con su encanto, y allí cambió la historia.
Luego vendría Sabrina y de allí surgió la relación de Audrey con la moda. Para la película la enviaron con el diseñador Hubert de Givenchy para que decidiera su vestuario en la película. Cuando le dijeron a Givenchy que «Miss Hepburn» venía a verlo, pensó en Katharine Hepburn, no en Audrey. En un primer momento, rechazó vestirla, pero al final rectificó. Audrey y Givenchy mantuvieron una fuerte amistad durante el resto de sus vidas y ella fue su musa para  sus creaciones.
A mediados de los 50, Audrey no solo era una de las mayores estrellas de Hollywood, sino un icono de la moda. Su estilo, tan personal y elegante, era admirado e imitado. Además, era muy admirada por el público, como lo demuestra su Globo de Oro a la actriz más querida en todo el mundo en 1955.
Luego llegaría Desayuno en Tiffanys que la convirtió en un ícono del cine, y Mi bella dama.
Hepburn estuvo casada en dos ocasiones, la primera con el actor Mel Ferrer, con el que tuvo un hijo, Sean, que actualmente gestiona la fundación Audrey Hepburn Childhood, y la segunda con Andrea Dotti, un médico italiano con quien tuvo su segundo hijo.
En los últimos años estuvo unida a Robert, un holandés con el que compartían labores humanitarias y su gusto por cosas sencillas.
Una de las cosas que más destacaron en sus últimos años fue la dedicación, por encima de su salud, a las causas del sida o la malnutrición de los niños en todo el mundo. En 1992, tres meses antes de su muerte y ya desahuciada, Audrey hizo su último viaje a Somalia, un acto que siempre fue muy agradecido por UNICEF y que engrandecía aún más su ya sencilla y humana forma de entender la vida. A través de esta organización, Hepburn dedicó el resto de su vida a ayudar a los niños necesitados en los países más pobres. En UNICEF todavía recuerdan su dedicación y entrega a la causa, que databa desde el año 1955 y que, poco a poco, fue ganando peso en su vida. Cabe destacar su estatua en la sede UNICEF de Nueva York, inaugurada en el año 2000.
Falleció en 1993, a los 63 años…paradójicamente sería cerca de esa época cuando yo la descubriría en sus películas y me volvería en su admiradora.
Por suerte la magia del cine la inmortalizó y nos permite reencontrarnos con ella para disfrutar de esos personajes increíbles a los que le dio vida esta maravillosa mujer.

Les dejo su poema favorito, el que leyó su amigo Gregory Peck cuando ella murió. Es del poeta  Rabindranath Tagore

Unending Love – Amor eterno

Te amé de tantas maneras y de tantas formas,
de vida en vida, de época en época,
Siempre…
Mi corazón hechizado,
hizo una y otra vez un collar de canciones
que tomaste como un regalo
y usaste alrededor de tu cuello,
a tu modo y de tantas formas,
de vida en vida, de época en época,
Siempre…
Donde quiera que escucho
las viejas historias de amor,
su antiguo dolor y ese viejo cuento
de estar juntos o separados,
me detengo y una y otra vez
miro al pasado y al final de todo,
emerges tú
revestida con la luz de una estrella polar,
traspasando la oscuridad del tiempo,
y te conviertes en una imagen
que recordaré por siempre.
Tú y yo flotamos aquí,
en la corriente de un corazón lleno de amor
de uno por el otro.
Jugamos al amor
al lado de millones de amantes,
hemos compartido la tímida dulzura
del primer encuentro,
las mismas lágrimas de angustia
en cada despedida.
El viejo amor,
el que se renueva una y otra vez,
Siempre…
Hoy, este amor está a tus pies,
encontró su morada en tí.
Ese amor,
el amor cotidiano de todos los hombres,
el amor del pasado, el amor de siempre,
el regocijo universal, la pena universal,
la Vida misma,
la memoria de todos los hombres,
las canciones de todos los poetas
del pasado y de siempre,
se funden en este Amor,
que es el Nuestro.



1 comentario:

  1. Audrey siempre será un icono en la vida, de pequeña no vi nada de ella, mi familia no solía poner películas antiguas. Ha sido cuando comencé el instituto más o menos cuando comencé a interesarme y me fascinó totalmente. Me parece que fue una gran persona y con un gran talento.
    Buena entrada!
    Besitos<3

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