martes, 17 de julio de 2012

Una canción para ti 10°


Emma se soltó del abrazo de Tristan porque si seguía refugiada contra él, se iba a echar a llorar.
-Vamos a casa ...-dijo él sonriendo y ella asintió. Los tres empezaron a caminar y se encontraron con los otros cuatro miembros de Escudo Azul que venían hacia ellos.
-¿Qué hacen aquí? – preguntó Leandro.
-Emma nos avisó que los soltaban...que ni allí los aguantan – dijo Cameron con una sonrisa y les dio un abrazo a sus amigos.
-¿De verdad no tienes que regresar a tu casa? – preguntó Dani a la chica y ella sacudió la cabeza.
-¿No trajiste más cosas? – le preguntó Bim mirando que no llevaba nada.
-No, lo que saqué la otra vez  es todo que necesito, aunque debo conseguir un trabajo...
-Ya tienes uno, eres nuestra compositora – dijo Tristan.
-No, uno de verdad.
-Hablaremos de eso luego, vamos a casa...-contestó él y se marcharon.

Caminaron en silencio porque todos tenían muchas cosas en su mente y también porque habían quedado agotados como si hubiesen sobrevivido a un huracán. Emma tenía la sensación de haber madurado, de que una etapa de su vida había quedado detrás para siempre, y sentía alivio. Ya no vivía en un sueño ni en una pesadilla, por fin podía sentir que aquello era la realidad y aunque la asustaba un poco no la agobiaba.
Al llegar a la casa de Tristán y Leandro, los demás se despidieron y los dejaron a los tres.
-¿Qué hacemos primero? ¿Comer, ducharnos o dormir? – preguntó Leandro.
-Creo que lo primero sería hacer pautas de convivencia, ahora tenemos a una chica aquí…-dijo Tristan medio en broma medio en serio.
-No tienen que preocuparse por mí, no quiero molestar, conseguiré un trabajo y un lugar para quedarme, yo…-dijo Emma.
-¡Hey compositora de Escudo Azul, deja de decir tontería! Vas a quedarte aquí, somos tu familia ahora- dijo Tristán.
-Sí, así es, lo que Tris quería decir es sólo que tendremos que organizarnos mejor, no podremos pasearnos desnudos por allí y esas cosas…- dijo Leandro Y Emma se sonrojó por la broma pero se sintió más tranquila, odiaba ser una carga, pero no tenía donde más ir.
Tristan había dicho que eran una familia ahora y le gustaba porque hacía mucho tiempo que ella no tenía a nadie, le gustaba ser parte de aquel grupo de amigos, aunque sentía cierto recelo al pensar que él la pudiera ver como una hermana o una amiga más, porque para ella era mucho más que eso, sin embargo quería tenerlos en su vida, como fuera.
-Gracias, por todo – dijo Emma y los dos chicos le sonrieron, aún así se los veía cansados y a ella no le resultaba tan fácil olvidar lo que había sucedido en los últimos días
-Ve a darte un baño, Leandro y yo iremos a buscar algo para comer, me temo que no tenemos nada…
-De acuerdo- dijo ella sintiéndose tentada por un baño caliente.

Luego del baño, Emma se sintió con más fuerzas para enfrentar su nueva vida, no tuvo mucho tiempo para pensar porque los chicos regresaron rápido con pollo frito. Comieron sin hablar mucho y luego se fueron a dormir, para los tres había sido un día duro.
Estaba oscuro, muy oscuro y Emma sentía miedo, una puerta se entreabría y podía ver un haz de luz que s e filtraba, empezó a correr hacia allí y a medida que se acercaba pudo distinguir un fragmento de cielo azul, sintió que su corazón se aligeraba pero cuando llegó a pasos de la puerta una silueta oscura tapó la luz. Emma sabía quién era aquella persona, había estado a punto de escapar pero una vez más era imposible…tenía mucho miedo, sentía que se ahogaba.
Gritó y se despertó. Había sido una pesadilla, pero aún el corazón le latía con fuerza debido a la angustia y el miedo.
-¿Emma? ¿Estás bien…?- preguntó Tristan  prendiéndola luz y la chica vio que estaba en la puerta de la habitación mirándola preocupado.
-Un sueño…sólo un sueño …- dijo ella pero la voz le temblaba.
-Gritaste…-le dijo él y caminó hacia ella.
-Yo…-trató de decir pero estaba agitada
-Shhh, ya pasó, estás a salvo – dijo Tristán y sentándose a su lado la abrazó hasta que se tranquilizó, se quedó a su lado hasta que volvió a dormir y finalmente él mismo se durmió allí mientras la custodiaba.
A la mañana siguiente se sorprendió a sí mismo al despertar junto a Ema, se marchó antes que ella despertara.

Al mediodía llegaron los demás chicos de Escudo Azul con comida para almorzar todos juntos.
-¿Esto es un picnic? – preguntó Leandro.
-Algo así nos preocupaba que Emma no comiera bien –aclaró Cameron.
-Nunca nos han traído tanta comida a nosotros – se quejó en broma Tristan.
-Ya deja de llorar, estás grande para eso y arruinas tu imagen de chico duro – le contestó Luc palmeándole la espalda.
Al principio a Emma le costó relajarse, temía que su padrastro apareciera en cualquier momento, pero la charla y las bromas mientras comía con los chicos la hicieron relajarse.
-¿Alguien sabe de algún trabajo para mí?- preguntó la chica y Tristan la miró ceñudo.
-Ya te dije que no es necesario…
-No puedo dejar que me mantengan –
-No sería así, de hecho te corresponde una parte de nuestros ingresos con la banda, después de todo eres la compositora de nuestras canciones – dijo Leandro.
-Quiero trabajar – dijo ella.
-A mí me parece bien, Emma necesita ser independiente…-intervino Cameron y se llevó un par de miradas asesinas.
-Y conozco una confitería que busca gente, puedes ir mañana.- le informó Dani.
-No creo que sea adecuado para ella, no es buena tratando con la gente – dijo Bim.
-¡Bim! – lo reprendió Luc.
-Es la verdad – se defendió el chico.
-Bim tiene razón pero me gustaría probar, no puedo ocultarme siempre – dijo la chica y los demás la miraron, finalmente asintieron, entendían que ella necesitaba dar aquel paso..
-¿Es un lugar serio, verdad? No es un antro ni nada por el estilo, ¿verdad? – preguntó Tristan no del todo convencido.
-Es un lugar decente, ¿crees que dejaría ir a Emma a un mal lugar?- protestó Dani y se ofreció a acompañarla al día siguiente.
Finalmente , Emma obtuvo el trabajo como mesera y fue contenta a decirle a los chicos que ensayaban en el depósito.
La felicitaron sinceramente y se alegraron con ella, sobre todo porque nunca la habían visto tan entusiasmada. Querían que  ella dejara a tras los malos recuerdos.

El primer día de trabajo de Emma fue bueno, aunque cometió algunos errores, jamás había atendido gente y todo aquello era nuevo para ella, por suerte su buena memoria le fue útil para los pedidos. Aunque superar su timidez habitual le resultó un enorme desafío. Sin embargo, al salir se sentía feliz, cansada pero  orgullosa de sí misma.
Iba a salir adelante, iba a dar lo mejor de sí .
Se despidió de su jefe y sus compañeros y apenas cruzó la puerta vio que Tristan estaba apoyado en la pared frente a la tienda esperándola.
-¿Qué haces aquí?
-¿Qué tal estuvo tu primer día?
-Todo bien, creo que sobreviviremos tanto la cafetería como yo, pero no me respondiste.
-Vine a buscarte, es muy tarde.
-Tristan, puedo ir sola, tomo el autobús y me deja a una cuadra de casa.
-Lo sé, pero sólo hasta que estés acostumbrada. No protestes y ahora escucha la nueva melodía que se me ocurrió…- le dijo evitando que Emma se siguiera quejando. Tatareó la nueva canción mientras iban en el autobús y la chica se sintió feliz, con él a su lado y aquella música naciente podía sentir que estaba nuevamente cobijada por el cielo azul.

Aquella noche, Tristán se levantó y se asomó la habitación de la chica para ver si estaba bien o si tenía pesadillas nuevamente.
Emma dormía plácidamente, por lo visto el sueño la había vencido mientras escribía porque aún tenía el cuadernillo abierto entre sus manos.
Tris se acercó, tomó el cuaderno y la tapó bien con la manta, no pudo aguantar la curiosidad y leyó lo que ella había estado escribiendo momentos antes.
No estaba seguro si se convertiría en una canción para la banda, pero le dio paz que ella pudiera escribir algo así, que las nubes oscuras se alejaran.


La felicidad
era una palabra rota y vacía
hasta que miré el cielo
y me desperté.
Bajo ese azul, yo existía

 Ahora sé que la felicidad baila en el agua de un río
Mientras soles se encienden de  noche
Mientras el mundo es música y colores

La felicidad son las voces de amigos
Que dicen mi nombre
Que saben quién soy

La felicidad es una promesa que me fue regalada.
ser parte de un sueño soñado en tu voz

Es la primera vez que me miraste
Es cambiar el destino que quiso enterrarme
Descubrir que de las ruinas se eleva la fuerza
Y que las lágrimas un día se acaban

La felicidad es revivir mi corazón cristalizado
Descubrir que las alas no están rotas
Seguir un camino apenas imaginado
Es despertarme en el brillo de las notas
Es empezar a ser yo.




5 comentarios:

  1. Estuvo genial. Gracias. Sin ser grosera ¡¡por fin!!
    Saludos

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    Respuestas
    1. Sin ser grosera???? ¡Por fin!!!! No comprendo!!!! ... ashes!!! jejeje

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    2. Creo que ni yo jajajaja. Mas haya sido sin ser desesperada.

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  2. Nata!!!! Miles de gracias, que algria entrar y enocntrarme con el capitulo de Emma. Que calladito te lo tenias bandarrita!!!

    Me ha gustado mucho!!!! Y sobre todo, ya me monté mi historia a parte en cuanto tristan se despertó al lado de ella y se sorprendió al verse allí.. jejejeje

    Muchos besos

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  3. Me ha encantado Nata!!!! Es hermosa y no puedo esperar para más capítulos. Espero que pronto!! Besotes :)

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