Se encontraba por uno de los pasillos de las aulas, para ir abriendo las puertas y que los alumnos pudieran acceder cuando llegara el momento. Cuando se topó con un director con el ceño fruncido y las manos apoyadas en sus estrechas caderas. ¡Tan pronto se tenía que topar con él! Maldita sea, con lo respondona que se había puesto ayer noche… ¡Menuda vergüenza!
-¿Se puede saber qué estás haciendo?
-Abrir las clases ¿OH quieres que se sienten en los pasillos?
-Te dije que no te quería ver caminar por aquí –Le recordó.
-Y no lo harías -Le sonrió-. Pero las escobas voladoras, se las han quedado para grabar la última parte de Harry Potter –Volvió a burlarse de él, sacándolo de quicio.
-Veo que aún estas graciosa. Deberías de estar descansando.
-Ves que estoy graciosa –Soltó con sarcasmo-. Y no puedes ver, que estoy bien…
-Ya –La miró fijamente-, pero uno no se desvanece así como así. Tiene que haber algún motivo…
-Ahora que lo dices, creo que ya se cual fue… -Lo miró con cierta burla-. El pasillo estaba impregnado de tu perfume. ¡Te pones demasiado! –Movió su mano delante de su nariz a modo de abanico.
-Muy bien… -Intentó ponerse serio-. Oh, vuelves a tu dormitorio en menos que canta un gallo, oh…
-¿OH, qué? –Se hizo la valiente.
-Te despido –Soltó directamente como amenaza.
¿En serio? Aquello sería una manera de alejarse de él y de aquella energía, que solo hacía que robarle la suya propia. De aquel modo volvería a lo que era su habitual rutina. Sin ningún hombre sexy, que le distrajera de sus obligaciones.
-Muy bien, pues despídeme… Porque esa sería la única manera para que me vieras en mi dormitorio, empaquetando mis cosas.
-¡Maldita sea, niña! El doctor dijo que tenías que hacer reposo.
¿Niña? Pensó indignada. La acababa de llamar niña… El muy cretino ¿Qué significaba, que no la veía como una mujer? Ni era fea, ni parecía más pequeña de la edad que tenía. Y se consideraba una mujer femenina. Maquillaje lo justo, para resaltar sus ojos y labios. Ropa moderna, ni muy sexy ni muy puritana… Y no llevaba ni moño, ni coleta como una colegiala. Le gustaba sentir su preciosa y larga melena al aire… ¡De manera que nada de niña!
-Vamos Drake, no creo que tú seas un ejemplo para mí.
-¿Cómo? –Alzó una ceja sin comprender.
-Que no me creo, que tú seas una persona que le guste recibir órdenes y menos acatarlas.
-Pues bien, que tú me has dado alguna –Le reprochó soltando el aire.
-Me encuentro perfectamente, de verdad -Sonrió dulce-. Supongo que a lo mejor, los nervios me hicieron una pequeña trastada.
-Muy bien -acabó por aceptar con gran resignación-. Te estaré vigilando.
-¿Eso no es acoso? –Volvió a molestarlo.
-Ya te gustaría que te acosara sexualmente –Se burló de ella.
-Mejor me callo –Dijo viendo que surgía el Casanova que llevaba éste dentro.
-Cobarde -Trató de provocarla.
-No, simplemente no tengo ganas de comenzar una discusión, la cual se que yo acabaría ganando. Tengo trabajo, adiós –Y se fue.
Cuando los alumnos se encontraban en lo que era su primer descanso del día, para poder almorzar al aire libre del pequeño bosque. Es cuando los profesores, tenían su tiempo para su café y su cigarro.
-¿Ya te encuentras mejor? –Preguntó Rini, apareciendo por secretaría.
-Sí, y te pido disculpas por lo de ayer.
-Jamás me había reído tanto –Le confesó-. Desde luego, no había quien te callara.
-¡Oh, por favor no me lo recuerdes! –Gimió con gran horror.
-Drake dice que…
-Drake es un pesado –La interrumpió Ziria.
-Pero un pesado muy atractivo y soltero –Soltó ésta divertida.
-Pues felicidades para las mujeres solteras de Nottingham –Soltó con cierta sorna en sus palabras.
-Tú también eres una de ellas, Ziria –Le señaló.
-No… -Respondió, mientras fotocopiaba unas hojas-. Cierto soy una chica soltera, pero provengo de la ciudad de Brujas.
-Pero ahora te hallas aquí, en Nottingham… -Señaló con picardía su amiga.
-Pero volveré a Brujas –Le dijo ella-. Solo estoy aquí, por vivir una experiencia más en mi vida.
-Pues incluye a Drake, en esa lista de experiencias –Soltó en una especie de orden la otra chica.
-¡No! Jamás metería a Drake en esa lista…. –Soltó con gran horror.
-¿En qué lista es en la que no participo? –Preguntó el aludido, apareciendo de repente en la habitación y provocando, que dieran las dos chicas un pequeño salto por la sorpresa.
-En ninguna -Lo miró Ziria con enfado-. No sabes llamar antes, en vez de escuchar tras la puerta.
-¿Perdona? –Se rió este-. La puerta está siempre abierta. Además, de la ventanilla… Lo malo de esta habitación, es que se escucha todo aunque no quieras. Y secretaría, es territorio de todo aquel que trabaje en la escuela.
-Cierto, pero tiene una coordinadora que casualmente soy yo… Y no me gusta que me asusten de esa forma –Soltó con cierto enfado.
-Muy bien -Le sonrió de manera sexy-. Prometo hacer el suficiente ruido, cada vez que tenga que venir aquí… ¿Satisfecha? –Volteó los ojos al techo.
-Mucho… -Soltó ella orgullosa.
-Genial, ahora dime qué lista es esa -Le pidió en tono divertido.
-Ves como es un pesado –Le indicó ella a Rini, provocando que riera la otra.
-Así que hablabais de mí, mujeres malvadas…
-Sí, Rini me sugería que te incluyera en mi lista de cosas a vivir en Nottingham, durante mi estancia en este curso…
-¡Ziria! –La riñó Rini muy sorprendida porque le fuera a contar todo a él.
-Ya veo -Comentó divertido-. Y escuché que le decías que no…
-Sí, ni tú me interesas… Ni yo te intereso ¿A que ha sido fácil?
-Eres increíble chica -Se rió Rini-. Me voy, te dejo con doña replicona… -Le indicó a su jefe.
-Muy bien Rini. Por cierto, por casualidad sabes algo de Miriam, la profesora de arte.
-No mucho, creo que al final sí que operan a su marido.
-Intentaré localizarla.
Mientras que ellos dos hablaban de aquella mujer, Ziria seguía haciendo su trabajo eh intentando ignorar la fuerza atrayente, que sentía hacia Drake. ¡No quería mirarlo! Ya se sabía todo su cuerpo de memoria. Bueno, vestido… Claro estaba que desnudo no… ¿Cómo sería pintarlo? Nunca lo había hecho. Es decir, jamás había pintado un cuerpo desnudo. Que se sentiría el trazar todos aquellos músculos y…
-¿Te encuentras bien? –Preguntó Drake, sacándola de sus pensamientos-. Te veo las mejillas un poco sonrojadas…
-¿Qué? Oh, sí… Tranquilo, me suele pasar -Carraspeó un poco, por el apuro de la situación.
-Me da igual si pasas el día en la cama –Soltó acompañado de un suspiro-. Es normal caer enfermo.
-Me encuentro muy bien, de verdad –Le dijo con sinceridad.
-De todos modos, quiero que a la tarde te pases por enfermería. El doctor, ya se encontrará allí.
-Si con eso me vas a dejar más tranquila, lo haré… -Lo miró como si estuviera agobiada por su preocupación.
-Ziria –Sonrió con travesura-. Vas a pasar los siguientes nueve meses aquí. No creo que nunca te deje tranquila.
-¿Eso es una amenaza? –Alzó una ceja.
-Simplemente es un hecho -Se alzó de hombros-. Vamos a vivir bajo el mismo techo.
-¿Y por ello, me tienes que perseguir como si fueras mi propia sombra? –Soltó quisquillosa.
-¿Por qué no confiesas que te gusta? –Sonrió éste de forma arrolladora.
-¿Tenerte como mi sombra? –Preguntó frunciendo el ceño.
-Sí.
-Tú, estás un poco majareta -Se rió un poco, y empezó a grapar lo que había fotocopiado.
-A lo mejor, lo que estoy es un poco confuso -Le indicó, sin dejar de mirarla.
-¿Confuso?
-De ti -Le respondió sin más, haciendo que ella grapara dos veces el mismo documento-. ¿No quieres saber nada más de mi confusión?
-No me interesan tus problemas personales –Le respondió con un poco de estupidez-. Ya eres bastante grandecito, para resolverlos tú solo.
-¿Cuántos años tienes Ziria?
-Lo pone en mi curriculum vitae –Dijo de forma grosera.
-Ziria, no seas borde ¿No entiendo porque te caigo mal?
-Oh, está bien -Soltó con cierto tono de exasperación-. Tengo veinte y tres años. Y no te calientes la cabeza, no me cae bien ningún hombre de veinticinco hasta cuarenta años.
-Así que es por eso -Soltó pensativo.
-El que tú resultes ser adivino, no significa que yo lo sea -Gruñó un poco.
-Tuviste una relación, que no te salió bien. Por eso, eres una vieja renegona con todo hombre que entre en esa edad non grata para ti.
-Vaya, eres muy perspicaz… ¿Por eso eres director? –Se burló.
-Y profesor de química –Le señaló.
-Vaya, así que además de ser un pelmazo pesado como jefe –Se metió con él-. Eres una rata loca de laboratorio. Mira que bien…
-Y tú eres así de borde conmigo, por que digamos que has descubierto que te gusta un poco esa rata de laboratorio.
Ziria, lo miró por un momento con el ceño fruncido, para después sonreír un poco de manera malévola.
-Vamos a ver jefe -Recalcó esa última palabra-. Creo que hace un momento, dijiste que era así con los hombres por un daño que me hicieron.
-Sí.
-Entonces, por qué dices ahora esa estupidez tan grande.
-Por que es la verdad –Soltó sin más-. Te gusto como hombre, pero como no quieres salir dañada eres de ese carácter conmigo.
-Sabes que te digo… Qué suerte tienen estos alumnos de que fueras graduado en química y no en psicología… -Se mofó divertida.
-Puedes decir todas las réplicas que quieras.
-Que se supone que estoy enamorada de ti ¿Verdad? –Soltó risueña.
-No, aún no… -Soltó seguro de símismo.
-Vaya aún no… -Volvió a reírse-. ¿Y cuándo ocurrirá eso?
-Cuando yo empiece a seducirte Ziria –Soltó sin más y con toda la seriedad del mundo, provocando que ella lo mirara en ese momento sin reírse.
-Eso, no ha tenido ninguna gracia.
-Tómatelo como quieras -Se dirigió hacia la puerta-. Pero mi consejo, es que lo mires como un hecho.
-Búscate a otra a quien seducir… -Le ordenó con gran furia.
-No, te quiero a ti –Le dijo antes de salir de secretaría.
-Soy virgen. Una inepta, en temas que ocurran bajo unas sábanas –Comenzó a protestar.
-Eso a mí no me importa, mientras seas tú quien te entregues… Ya te enseñaré yo como se utiliza la química… -Sonrió malicioso.
-Entonces… -Le sacó la chica la lengua como insulto-. Siéntate y espera…
-Es lo que voy hacer –Le respondió con mirada divertida-. Y lo haré con mi mejor whisky, para celebrar que vendrás a mí.
-¡Oh, te crees muy seguro de ti! Pues déjame decirte, que te llevaras una gran decepción.
-Me creo seguro de mí mismo, porque se leer las señales Ziria… ¿Cuándo lo harás tú?
-¿Señales? –Preguntó sin saber a qué se refería.
-Ya lo verás… Me voy a dar una clase, adiós.
-Idiota –Lo insultó quedándose allí sola y enfadada por la discusión que habían mantenido.
¿Qué se traera entre manos Drake?¿sera sincero?. Quiero mas!!! Solo una duda ¿por qué cada rato tien que decirle que es virgen?, en mi opinion queda como tonta cuando dice eso.
ResponderEliminarPues ahora que lo dices es cierto, jejeje, puse bastante eso. Pero supongo que en el momento de escribirlo, es como un escudo que utiliza ella para alejarlo. Pensando que mujer inexperta no es nada atractiva.
EliminarY cierto, que querrá Drake? jejeje
Pronto te subo otro capi Ashes!!!! Muchas gracias!!!!