Cuando llegaron al hospital, vieron como afuera de éste había formado un gran revuelo de gente. Todos querían saber de Janna. Era obvio que estaban tristes por las muertes de los dos hombres. Y ahora, querían asegurarse que ella iba a salvarse. Por precaución, el jefe de los federales decidió ir por la parte de atrás. De aquel modo, no los frenarían por el camino.
Todos corrieron por los pasillos en dirección a urgencias, en donde la enfermera de guardia se puso en pie para atenderlos al saber quienes eran.
-¿Dónde está? –Preguntó Paul-. ¿Cómo se encuentra? –La agarró por los hombros al tiempo que la miraba a los ojos desesperado.
-Ha llegado hace diez minutos –Comenzó a explicar-. Tenéis que tener calma, ahora la están reconociendo.
-¿No puedo ir a verla? –Volvió a preguntar.
-Paul –Lo miró con cierta lástima-, han tenido que suministrarle calmantes. No nos dejaba acercarnos a ella… -Miró a todos-. Está muy asustada. Es como si se creyera que aún sigue retenida y todo esto es un sueño. Ha pasado por mucho… Hay que darle tiempo.
-¿Qué me estas intentando explicar? –Inquirió con mirada entrecerrada.
-Que por el momento, solo vais a obtener información –Cogió aire para seguir hablando-. Esta en estado de shock. En cuanto la veamos estable, probablemente que podáis pasar.
-Somos su familia –Comenzó a gruñir-. No creo que de nosotros tenga miedo. Nos conoce, somos rostros de cada día… Seremos un bien para ella –Suplicó al final.
-Por el momento son órdenes del jefe de médicos –Negó con la cabeza-. No puedo hacer nada más. Deberán esperar en la sala de espera.
-¡Demonios! –Vociferó Paul, dando media vuelta y saliendo a la calle para fumarse un cigarro ante tanta frustración.
A los dos minutos, el resto de ellos estaban junto a él con el ansia reflejados en los rostros. Ninguno hablaba, solo se hacían compañía tras recibir aquel nuevo golpe. El nuevo enemigo ya les había presentado batalla. La chica se hallaba en completo descontrol mental a causa del terror que había vivido. No podía ver a nadie, sin sentir la necesidad de salir huyendo… Si no hubiera sido tan idiota, él estaría para ella allí protegiéndola. Y tal vez, solo tal vez puede que aquel horrendo episodio, jamás hubiera tenido lugar. Pero aquello, era pensar a ciegas.
-Espero que no digan de ingresarla en ningún hospital mental –Gimió Thelma rota de dolor por toda aquella tragedia.
-¡Eso ni lo pienses! –La riñó con tono duro Paul-. Sabes que ella es muy fuerte. Lo superará, aunque tarde un poco.
-Sí –Sonrió débil, con lágrimas rebozando en los cansados ojos-. Tienes mucha razón.
De repente, un pequeño alboroto de gritos provenientes en la puerta principal del hospital, provocó que callaran y miraran hacia allí extrañados. Encontrándose como entraba un coche patrulla escoltado por dos motos. Al momento, el jefe de los federales aparecía por la puerta que ellos habían salido, con cierta sombra en el rostro. Aquello hizo que Paul y Robin se miraran por un momento con cierta sospecha, para empezar acercarse lo dos en dirección al vehículo patrulla.
-No –Los miró con tensión el federal-. Os quiero en donde estabais –Soltó un suspiro profundo-. Os comprendo, yo también haría lo mismo. ¿Pero qué vas ha conseguir con ello? ¿Ir a la cárcel, mientras él se libra de su pena de muerte?
-¿Entonces es uno de ellos? –Cerró Paul los puños.
-Abatieron a tiros a todos, menos al cabeza… -Confesó con pesar-. Le dieron en una mano y en una pierna… ¡No, ya os estáis alejando! –Gruñó al ver que iban al coche aún con más determinación-. Joder Paul… -Exclamó, provocando que todos se pusieran en tensión al ver lo que podía originarse allí.
-No me obliguéis a deteneros chicos –Pidió el jefe de policía de allí, apareciendo y desenfundando la pistola para apuntarles-. Pensad bien lo que estáis haciendo. No compliquéis más las cosas… Y si os detengo, no podréis ir al funeral ni estar con Janna.
-¡Pero esto es injusto! –Exclamó rabioso Paul, conteniéndose de no ir allí y matar aquel salvaje con sus puños.
-Lo se… Pero deja que la justicia se encargue de él –Suplicó con paciencia.
Paul dirigió un momento su mirada hacia el coche, sin lograr ver el rostro de aquel asesino. Sabía que tenía razón, no iba a lograr nada. Solo empeoraría todo y lo alejarían de su pequeña. Empleando mucha fuerza de voluntad, dio la vuelta para volver junto con sus amigos y tapando la visión a las mujeres. Quienes lucharon con Robin y él, por querer ver el rostro de aquel monstruo que les había hecho tanto daño. Llamando la atención de toda la gente agrupada en la entrada principal, que saltaron a los policías y corrieron allí para intentar hostigar aquel hombre. Toda la ciudad estaba con ellos.
Siguieron allí fuera, en calma con toda la gente que les apoyaba. Todos querían saber del estado de ella. Y ayudarles en lo que necesitaran. El murmullo de voces se calló de golpe, cuando las puertas correderas se abrieron para dar paso a la enfermera que les había atendido. Con la mirada buscó a Paul, indicándole que pasara adentro. En aquel momento, su corazón se detuvo a causa del miedo. ¿Qué noticias le comunicarían? ¿Podría verla ya? Rezaba porque no hubieran surgido más complicaciones… Con el paso acorde a sus aceleradas pulsaciones, se acercó hasta la joven.
-Acompáñame, el doctor quiere hablar contigo –Le pidió con tono serio, no mostrando ningún sentimiento.
-¿Son malas noticias? –Preguntó en un susurro y sujetándola del brazo con suavidad.
-Paul –Sonrió apenas-. Ella esta viva. Es lo único que debe preocuparte por el momento… Ahora, te contaran.
Quince minutos después, de haber conocido al doctor y este comentarle que curas le estaban haciéndole a la chica, se pusieron los dos en pie. ¿Iba a poder verla al fin?
-A pesar de lo que te acabo de informar. Quiero que te mentalices, que no podemos determinar su estado mental del todo. Aún es muy pronto, para poder darte un diagnostico acertado. Es ver como evoluciona sobre la marcha. Ahora la tenemos sedada, porque nos era imposible el acercarnos a ella. Se halla completamente atemorizada… Aún cree que está allí. Que nosotros somos personajes que ha creado su mente para evadirse del dolor que le estaban enfundando.
-Veo que aún tardaré mucho en poder llevármela a casa –Estaba impaciente por poder tenerla todos los días en sus brazos.
-No lo sabemos concretamente señor Keer –Negó con la cabeza el doctor-. Antes, hay que ver como evoluciona. Y contando los golpes y quemaduras, es preferible que éstos primeros días los pase aquí.
-Comprendo. ¿Cuándo me dejareis verla? –Suplicó apagado.
-Ahora –Dijo devolviéndole luz a la mirada del hombre-. Pero solo dos minutos –Alzó un dedo en amenaza-. Recuerda que se halla sedada.
-Sí –Aceptó con el corazón bombeando a toda velocidad por la ansiedad al saber que iba a verla.
***
Parecía un ángel durmiendo. Pero los moretones que tenía en el rostro y brazos, te decían la verdad. Era una pobre chica, que había bajado al infierno. No se dio cuenta que estaba llorando mientras se hallaba allí de pie observándola. Hasta que notó el sabor salado de las lágrimas en sus labios. Se llevó un dedo allí para comprobar si era verdad. Y al retirarlo, vio la yema húmeda… Su cuerpo ya estaba expresando antes que su mente, la tristeza que le inundaba al verla allí tan quieta.
Amaba con locura aquella mujer. Sí, era una mujer… El huir de sus sentimientos se había terminado. Con paso decidido se acercó a ella, para inclinarse sobre su cuerpo y acariciar sus labios en un leve beso.
-Recupérate –Susurró-. Te necesito conmigo –Pudo decirle antes de que la enfermera entrara y le sacara de allí.
Al día siguiente, se celebró una misa para los dos hombres en la que acudieron muchísimas personas. Era mejor que Janna estuviera en el hospital. Habría sido muy difícil para ella presenciar todo aquello, contando con los medios de televisión pendientes de todos sus gestos. Todo el mundo estaba triste y con ganas de verla. Y puede que aquello también pudiera suponer un problema. El verse colmada de tanta atención, observada y siendo el blanco de habladurías… Todo aquello podía superarla. Tendrían que arreglar algunas cosas para cuando saliera y que no se viera bordada por la gente.
En cuanto finalizara el entierro, volverían acercarse al hospital. Con la esperanza de que se hallara despierta y con ganas de verlos a todos. Pero antes, iría hablar con el padre Thomas. Se había pasado toda la noche con una idea rondando por la cabeza.
pobre janna por lo que esta pasando y cual sera la idea de paul para ayudar a janna ya quiero saberlo sera un largo camino que tendran que recorrer.
ResponderEliminarSí, largo puede que sea nu poquito!!!! jejeje Y no, no te digo la idea ahora. Sino en el siguiente caì puede que la veas.
EliminarDecir pobre, es quedarse corta, ¿que va a pasar con ella ahora?¿que va a hacer Paul para ayudarla?. Dime que no se va a volver loca. Se que tomara tiempo, para que este mejor, eso no se supera de la noche a la mañana.
ResponderEliminarAquí esperando el siguiente cap.
Ashes, creo que conmigo loka ya hay mas que suficiente y mis sises me apoyaran en ello. jejejej
EliminarY espero poder subir pornto!!!!
AYYYYYYYYYYYYYYYYYY!! pobrecitos míos, quiero más, quiero más que empezará a mejorar!!!
ResponderEliminarMe encanta la historia, quiero saber como sigue.
ResponderEliminarMe gustaría saber como Janna reaccionará al despertar
Somos muchos los que queremos saber, habrá que insistirle e insistirle a EJ para que suba más...QUEREMOS MÁSSSSSSSSSSSSSSS!!!
EliminarLo se lo se!!!!!
ResponderEliminarIntentaré ver si la semana que viene subo uno. Pero entenderme!!!!! ME cuesta un poco cuando es un punto serio grrrr soy más de comedia plis perdonarme!!!!