Hablando de pestañitas...

Las pestañas enmarcan los ojos y ¿qué mujer no desea tenerlas largas, espesas y rizadas? Las de la foto despiertan mi envidia nada sana...

Los comerciales de cosméticos nos aseguran hacer las mil y un maravillas con sus rimels o máscaras de pestañas o como se diga en cada País. Que si más largas, que si más espesas, que si te las rizan al instante. Hay quienes la madre naturaleza les ha dado en abundancia, en lo particular he visto chicas con pestañas preciosas, pero curiosamente las he visto más en los hombres, tengo un primo que las tiene realmente divinas y me pregunto yo ¿¿por qué?? ¿Por qué él y no yo? En mi caso el asunto está así: las tengo largas pero de aguacero (como se suele decir aquí) ¿por qué de aguacero? por así como el agua cae hacia abajo, mis pestañas también tienden a ir hacia abajo, no se rizan preciosamente ni inspirarán poemas donde se les alabe. No se ven fatales, puedo andar tranquilamente sin rimel y no genero risas al menos... Si bien, cuando las rizo y les aplico la máscara, ahí la cosa cambia, se ven lindas y me encanta el efecto.



Aquí es donde entra en juego ese condenado aparatejo llamado rizador de pestañas, enchinador, etc pero que yo ya le puse artilugio del demonio. Lo he usado por años por supuesto,  no diariamente pero si por lo menos dos veces a la semana y el muy... nunca me había dado problemas.

Erase una vez una chica dulce e inocente... medianamente inocente que se preparaba para asistir al baile y casi se lo impide el enviado del mal... bueno, ya saliéndome del cuento procedo a decirles mi auténtica historia de terror.

Una tarde acudiría a un evento formal con mi familia, y cuando digo formal es de llevar vestidito, maquillaje y zapatillas (sandalias, tacones, etc) procedí a maquillarme y todo iba bien, apliqué las capas de magia que desaparecerían gracias al hechizo del desmaquillante horas después pero que por lo pronto bastarían para dar la falsa realidad de que así me veo todos los días incluso al levantarme.

Llegó el momento de rizar las pestañas, lo hice y cuando estaba aplicando el rimel mi mano se congeló y mi cara quedó con expresión de horror, lo sé perfectamente pues estaba frente al espejo. Me susurré a mí misma: NO GRITES.

¿Que como quedaron? Estuve a punto de tomarme una foto cuando ya se me había pasado el shock (como dos semanas después) y es que con la ansiedad y con el tiempo algo encima, había rizado ambas pestañas para después aplicar el rimel, el rizador estaba por cambiarlo pues ya estaba algo viejo, cuando estaba poniendo el rimel vi que me había cortado secciones de pestañas, en una casi al final estaban cortitas y después largas, en otra era casi peor (ya no sé si hay algo peor antes de ir a un evento) el problema era más notorio aun, ¿que hacer? nunca he usado las postizas, se me hace innecesario pues al rizar las mías y aplicando generosas capas de máscara obtenía las pestañas idóneas. Con manos temblorosas y algo de risa histérica intenté ocultarlo, que ilusa ¿verdad? ¿como ocultas que secciones de tus pestañas están ridiculamente cortas? Si hubiera tenido diez años menos de los que tengo, les juro que nada ni nadie me mueve de casa, me hubiera encerrado en mi habitación a cal y canto y ni Hulk me hubiera arrastrado fuera.

Gracias a Dios por la edad, sí, agradezco los años que llevo encima, no podía faltar por algo así, apliqué más rimel y traté de mezclarlas, me convencí a mí misma que nadie se daría cuenta o al menos lo disimularía. 

Me mentalicé a más no poder y me repetí todo el camino de ida que todo saldría bien. ¿Y saben qué? Todo salió bien y si alguien se dio cuenta (que no lo dudo) al menos tuvo la amabilidad de no hacerlo notar. El problema de hecho es más notorio sin rimel. Han pasado dos meses y estas ingratas no crecen tan rápido como me gustaría por mucho que diario al verlas en el espejo les ruego que se apuren.

Mientras tanto suspiro y pienso el por que algunos hombres las tienen mucho mejor que muchas de nosotras, ¿ejemplos? El papacito de My Princess Song Seung Hun. Quiero sus pestañas y lo quiero a ÉL.