miércoles, 2 de mayo de 2012

Ocultándose Al Amor cp7


Intentó mostrar toda la calma posible y no ponerse a correr en ningún momento. Caminó por los pasillos del enorme hotel, como si no hubiera ocurrido nada. No echándole tampoco mucha cuenta a las personas que se cruzaba y la miraban, sin comprender de su apariencia. Afuera brillaba el sol y el termómetro apuntaba alto. ¿Qué hacía completamente empapada? De aquello, es de lo que no quería pararse hablar. Porque si lo hacía, pensaría en él. Y no quería hacerlo. No resultaba adecuado, dado que no dejaría de pensar en aquella sonrisa, aquellos ojos… ¡No, no y no! Se regañó así misma, cerrando por fin la puerta de su habitación tras ella y sin provocar ningún accidente más. Allí estaría a salvo de Santino. Necesitaba estar sola y hacer un estudio de los acontecimientos ocurridos.



-¡Ah! –Chilló asustada dando un bote en el suelo, cuando sonó el teléfono de la habitación. No se esperaba que en medio de aquella calma, de repente el estridente sonido de aquel dichoso aparato la despertara de su desesperación. Miró un tanto exaltada y desconfiada, como el aparato seguía emitiendo su incordioso zumbido. ¿Quién podía llamarla a su habitación? No creía viable la posibilidad de que fuera Santino, pensó horrorizada. Aquello era imposible y descabellado, no tenía motivo alguno para ello. Y había que recalcar, que el hombre no sabía siquiera su nombre. Por fin cesó el ruido, volviendo a sumergir la estancia en silencio. Dándole paso a dirigirse al baño para poder quitarse toda aquella ropa empapada que tenía adherida al cuerpo. Pero solo pudo desprenderse de la camiseta, que el ruido volvió hacerse realidad como una pesadilla. Lo miró con rabia, para acercársele con cierta resignación. No debía ignorar una llamada, nunca se sabía si podía ser importante. Cuatro pasos más y alzó el auricular.-. ¿Diga? –Pronunció con cierto miedo.

-¿Se puede saber por qué tienes el móvil apagado? –Inquirió su madre desde el otro lado de la línea.
¡Mierda! Pensó con gran fastidio al ver que había sido pillada por su madre, en un momento ciertamente débil de atención para lo que tuviera que decirle. Y lo malo, que veía difícil el quitársela de encima…  Y rezaba, porque no la llamara por lo que ella había descubierto aquella mañana.

-Hola mamá –Saludó con cierto pesar, dirigiéndose al baño y acabando de quitarse los pantalones mojados para dejarlos en el suelo en un rincón.

-No te hagas la lista –Siguió regañando-. No me hace gracia, el no poder ponerme en contacto contigo.

-Mamá, que no tengo quince años… -Suspiró con cierta frustración-. Y comprende que si me hallo ocupada con el tío, habrá veces que no podré atenderte de forma inmediata.

-Pero no por ello, debes tener el teléfono móvil apagado –Siguió con tono de riña.

-Yo no tengo mi móvil apagado –Protestó segura, saliendo del baño y yendo al dormitorio donde al agarrar el pequeño bolso, comprendió el por que de la queja de su madre. Mojado… -. Mierda… -Gruñó con enfado, al comprender que por culpa de Santino se había tirado al agua con sus pertenencias. Las tarjetas del banco, dinero, carnet de identidad, etc…  Además de su móvil, que ahora rezaba completamente apagado y no encendía por más que le daba al botón de encendido.

-¡Jaimie! –Volvió a reñirla su madre por sus palabras.

-¡Ni Jaimie, ni ostias! –Gimió irritada lanzando el bolso a la cama con mal humor-. Acabo de descubrir que se me estropeó el teléfono y posiblemente las tarjetas y no se que más…

-¡OH! –Exclamó su madre-. ¿Y ahora qué?

-Nada, a tirarme toda la tarde de un sitio a otro para arreglarlo.

-¿Pero qué hiciste? ¿Y ya dispones de suficiente tiempo libre para ello?

-Se me resbaló… En una fuente… -Mintió cruzando los dedos por que su madre la creyera-. Me acerqué a fotografiarla y se me soltó la cinta.

-¿Y no te has acordado hasta ahora? –Siguió preguntando la mujer.

¿Acaso su madre sospechaba algo? Sabría ya lo ocurrido con Santino. Y solo estaba esperando que fuera ella quien lo dijera.  Pues no iba a decir nada, por el momento mejor se hacia la despistada, como si aún no supiera que él se hallaba en Alemania.

-Es que como estoy aprovechando los primeros días en recorrer toda la ciudad, antes de ponerme a trabajar… Habló empleando un tono desenfadado.

-¿Aún no habéis comenzado?

-No, aún van llegando pilotos –Explicó rebuscando en el armario que ponerse-. Por lo visto, quieren abrir las pistas cuando estén todos. Creo que será mañana a más tardar…  -Extrajo otro pantalón corto y una camiseta de tirantes color naranja.

-¿Has hablado con tu padre? –Preguntó su madre.

-Lo llamé antes, pero no me respondió –Dijo sentándose en la cama con la ropa a un lado-. Supongo que debe estar un poco liado.

-Sí –Respondió un poco seria-. ¿Estás bien con tu tío? Yo…

-Mamá –Suspiró-. Por favor… Solo te pido…

-Esta bien tesoro –Desistió con cierta resignación-. Yo solo quiero que sepas, que solo quiero tu felicidad.

-Lo sé.

-Más o menos, eh apoyado lo que nos has pedido –Sonrió la mujer-. Bueno, tus padres siempre han sido más de tú opinión…

-Mamá… -Cogió aire-. ¿Qué quieres decirme?

-Nada hija –Volvió a reír con suavidad-. Yo simplemente quería saber si estabas bien. Se que te hubiera encantado ir con tu padre…

-Pero éste campeonato, también resulta bueno para mí curriculum –Intentó tranquilizarla, al comprobar que ella aún no sabía que el piloto italiano no se hallaba con su padre, sino allí, en Alemania con ella y su tío-. Y tío Henri es bueno como papá…

-Y él, está extasiado de poder presumir de ti… -Aquella vez su risa mostraba más seguridad-. Perdóname por molestarte cariño. Pero comprende que mi punto de vista es muy diferente al tuyo. Soy tu madre y no puedo evitar querer asegurarme que a pesar de todo, las cosas marchan bien, según como tú esperas.
-
No te preocupes mamá –Sonrió-. Y no me molestas. Pero todo va bien. Sabes que si no fuera así, te habría llamado.

-Bien, te dejo tranquila –Suspiró-. Pero llámame en cuanto tengas solucionado el asunto del teléfono.

-Claro –Prometió.

-Supongo que lo estas logrando… -Comentó con voz débil.

-¿El qué? –Frunció el ceño.

-Engañar a la carta y alejarte de tu destino. Solo espero que sea lo correcto. Un beso hija, te quiero.

No lo sabía. No sabía si estaba haciendo lo correcto con aquel comportamiento. Pero sí sabía, que no lo había engañado. Y sabía que nunca lo iba  a poder averiguar. ¿Realmente había logrado despistarlo alguna vez? ¿Oh era el destino, quien la había engañado a ella? Tal vez, después de todos aquellos años pasados, simplemente había jugado un poco con ella por revelarse en contra de él. Y ahora, solo quería mostrarle cuan cobarde era. Pero después de aquella llamada, había comprendido una cosa. Lo mejor, era no pararse a pensar. Vivir minuto a minuto, claro estaba bajo sus ideas. Tenía que seguir luchando por lo que creía y no, por lo que intentaban infundirte como punto normal en la vida cotidiana de uno. Se puso la ropa y volvió a trenzarse el cabello. Iba a seguir en adelante, como le decía siempre su padre. Problemas siempre se tenían, pero no por ello el mundo dejaba de girar. De modo, que salió de su habitación sin pensar en nada más, que no fuera ir a buscar a su tío para comer.

Tras quince minutos dando vueltas, por fin lo halló en una de las tres terrazas sentado con otros hombres que no formaban parte del equipo. Pero al menos conocía al que tenía al lado suyo. Se acercó hasta allí un poco tímida. No sabía como iban a reaccionar aquellos chicos cuando se enteraran que parte tenía ella allí. Aún había hombres que renegaban al saber que una mujer iba a tocar su coche.

-¡Hola tesoro! –Se puso en pie Henri al verla llegar-. Te eh estado llamando al móvil, pero salía apagado. De modo, que le pedí a los chicos que si te veían te comunicaran que estaba aquí con Jeremy Durnöe.

-Hola –Se acercó a besarlo en la mejilla, para después saludar al resto con un gesto de cabeza-. Verás, resulta que tuve un pequeño problema con mi bolso y el agua –Hizo una mueca de fastidio, mientras su tío lanzaba un gemido de horror-. Así que me quedé sin móvil y varias cosas más. Ésta tarde me dedicaré a buscar un nuevo teléfono y acercarme al banco…

-Menudo fastidio tesoro –Sonrió su tío con cariño para infundirle ánimos-. Pero procura no tardar mucho.

-¿Por qué?

-Abren las pistas ésta noche sobre las nueve –Se frotó las manos animado-. Pero solo para que escojamos los boxes y todo lo demás a nuestro gusto –Volvió a reírse, pero mirando  aquella vez a Jeremy un segundo-. Y me han dicho, que se acostumbra a que algunos pilotos corran por la pista con diferentes coches para animarse y estrenar.

-Vaya, suena divertido…

-Por eso te buscaba –Le guiñó un ojo-. Quedamos allí o te espero aquí y vamos juntos.

-Mejor allí, no se como puede complicarse la tarde –Señaló más animada.

-Bien –volvió a sentarse en la silla-, cógete una silla y pica algo.

-Mejor me voy ya –Sonrió ansiosa-. Si no os importa, comeré por ahí cualquier cosa. Quiero aprovechar el tiempo al máximo.

-Claro preciosa –Rió Jeremy-. Vamos a vernos durante varios días por aquí. Nos vemos luego.

-Sí –Sonrió-. Hasta luego –Se despidió de todos volviendo a dirigirse a recepción.

Eran las nueve y media, cuando llegaba a la puerta del circuito. Por culpa de un pinchazo en la rueda de la moto, había tenido que volver a pie hasta el hotel. Comprobando que llegaba tarde. El hotel estaba prácticamente vacío. Todos habían ido hacia el circuito. Tuvo que perder tiempo rellenando el informe de lo ocurrido con la moto, y después volver alquilar otra. Y ahora, allí estaba delante del dichoso intercomunicador que le pitaba escupiéndole la tarjeta de acceso al recinto. ¡Genial! Eso era una de las cosas que no había caído en reemplazar aún. Era más que obvio, que el agua con cloro había dañado el chip que ésta llevaba en un lateral. ¿Y ahora qué? De tener, tenía en su poder un móvil nuevo. Pero lo entregaban con una batería justa para una llamada de emergencia. En conclusión, maldecía una y mil veces a Santino. Si no hubiera ido por la piscina, no se encontraría tirada en la calle en plena oscuridad. ¡Es más! Nada de aquello estaría ocurriendo, si no participara en aquel campeonato de GT de Alemania.

Completamente frustrada, observó que tras la valla no había nadie. Nadie que pudiera echarle una mano o lo que fuera…  ¿Cuánto había de altura? ¿Tres metros, cuatro? No significaba obstáculo alguno, podía subirla perfectamente y para al otro lado sin daño alguno. Sí, es lo que iba  atener que hacer. Es más, era su deber el estar junto a su equipo. Y si por ello, tenía que subir aquella valla como un ladronzuelo, pues lo hacía. Ninguno de sus padres se hallaba allí, para alentarla de aquella estupidez. Quienes le dirían, que primero esperase de forma sensata afuera un rato. Pero ya tenía más que comprobado, que la vida te sorprendía a cada momento.

Dio un paso, paró a cuarenta centímetros de la valla y alargando un dedo tapado con un pañuelo, tocó el alambre comprobando que no era impulsada unos metros atrás a causa de la electricidad. Aún, al no haber coche alguno no estaba conectado. Aquello  la hizo sonreír de forma ancha, dándose cierto impulso y empezar a subir aquella barrera que la separaba de su deber.

-Primero te saltas el semáforo, luego pretendes ahogarte en la piscina y ahora… ¡Acaso quieres hacerte la permanente en el cabello! –Señaló una voz masculina que no esperaba escuchar en aquel momento, logrando que por el susto se soltara y cayera atrás golpeándose el trasero con la acera.

-¡Auch! –Protestó en un aullido, quedándose por un segundo sin respiración al sentir aquel pinchazo recorrerle la espalda.

-¡Dios mío! –Exclamó Santino-. ¿Estás bien? –Preguntó tras correr a su lado y ponerle las manos alrededor de su mejilla.

-¡No me toques! –Explotó de inmediato al notar su tacto en su rostro, encendiendo un fuego interno que le recorrió todo el cuerpo en apenas unos segundos-. ¡Hay! –Volvió a gemir, mordiéndose el labio inferior por no comenzar a llorar. 

3 comentarios:

  1. Que horror siempre la hagarra en sus peores momentos jajaja, queremos massssss!!!!

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  2. jajajajajaja... no se puede ocultar al amor!!!

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  3. Me encanta esta historia!! jaja primero lo de la moto, el agua y ahora esto...en serio si aún así la quiere que se quedé con él...Esta chica me hace recordar a mí...QUIERO MÁS y no vengas con eso de que has cumplido y no sé que cuanto...Cuidate así no tienes excusas!!!

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