Sean estaba demorando
demasiado así que Ana golpeó la puerta del baño.
-¡Sean llegarás
tarde!
-Ya voy, ya
voy...-dijo saliendo y la mujer notó que el chico se había esmerado mucho en
peinarse, así como también estaba mucho mejor vestido que de costumbre.
-¿Sucede algo
hoy?
-No, nada
especial. ¿Me veo bien?- preguntó él con un deje de inseguridad
-Sí, muy bien.
Pero...¿ a qué se debe tanto arreglo?
-Nada – dijo él
con una sonrisa y luego de darle un beso, salió de prisa para la escuela.
-Espera que te llevo
con el auto...
-No, está bien,
me voy en el autobús, ya me acostumbré...-le dijo y se marchó.
Ana suspiró, era
madre, lo conocía bien y aquello le olía a romance en el aire. Confiaba en
Sean, pero no podía dejar de preocuparse, no sólo no quería que él saliera herido
sino que imaginaba que en esa etapa de su vida el chico necesitaría más que nunca
un padre.
“Tiene uno”
susurró su propia voz en la mente y ella la ignoró.
Ana había ido a
un invernadero a comprar unas flores para su jardín y tal vez la ciudad fuera más
chica de lo que parecía o tal vez el destino le estuviera jugando una
malapasada, pero se volvió a encontrar con Finn.
Él estaba
contratando los servicios de ellos para que se encargaran de la parquización
del Resort.
-Hola Ana de las
Rosas...- la saludó haciendo referencia al rosal que ella cargaba.
-Hola – saludó ella.
-¿También te
encargas de los jardines? – le preguntó.
-No, vine a
escoger plantas para mi propio jardín.
-Es una suerte,
necesito ayuda.
-Yo no...-trató
de excusarse.
-Por favor, no
tengo mucha idea de flores y quisiera tu opinión para ver cuales puedo elegir para
el Resort. Prometo no quitarte mucho tiempo...
-Estoy segura
que hay paisajistas que harán ese trabajo mejor que yo.
-Probablemente ,
pero yo quiero tu opinión, quiero decir si fueras a ir al Resort como huésped,
qué tipo de flores te gustaría ver...sólo eso.
-Rosas...y también
liliums
-¿Me enseñas?
Por los nombres sólo distingo a las rosas- dijo él y entonces ella accedió e
hicieron un breve recorrido por el invernadero donde Ana le mostró sus flores
favoritas.
- ¿Entonces éstas
son azaleas?- preguntó señalando la planta de flores fucsia.
-Sí y se dan muy
bien para decorar jardines – comentó ella.
-¿También eso lo
aprendiste trabajando en el negocio inmobiliario?
-No, siempre me
gustaron las plantas, las flores y eso...-contestó haciendo un movimiento de
hombros.
-Ya
veo...¿Quisiste hacer otra cosa? Digo aparte del trabajo que haces
actualmente..
-Sí, hay muchas
cosas que me hubiera gustado hacer, si las cosas hubieran sido distintas, peor
no es algo en lo que piense mucho. Me gusta lo que hago ahora.¿Y tú?
-Creo que cuando
era joven no pensaba mucho en eso, luego tuve que salir a trabajar y me empezó
a interesar la construcción. Ser capaz de crear algo con tus manos, ver como va
tomando forma...me gustó. Ahora pienso que era para lo que estaba hecho, sólo
que no lo sabía –contó sonriendo.
-Entiendo -asintió
ella.
-¿Necesitas
ayuda para llevar las plantas?
-No, gracias. Ya
las cargaron en mi auto.
-Sólo quería
devolverte el favor, darte las gracias por lo que me enseñaste hoy.
-Está bien, no
esperaba nada a cambio, de eso se trata un favor – contestó con una sonrisa y Finn
creyó percibir cierto cansancio en la mujer.
Su idea se
reafirmó cuando al salir del invernadero, ella tropezó. Él alcanzó a
sostenerla, Ana quedó apretada contra su cuerpo mientras la rodeaba con su
brazo.
La joven levantó
la mirada y sumergido en aquellos ojos que expresaban cosas que no alcanzaba a
comprender, Finn bajó la cabeza y la besó.
Era dulce, una
dulzura que creaba adicción, no hubiera querido soltarla nunca pero ella se
soltó y posó sus manos sobre su pecho para apartarlo.
-No..no...-dijo
Ana con voz temblorosa y se marchó.
Finn no quiso
seguirla, tampoco él acaba de recobrarse del beso porque por un instante Ana
había respondido a su caricia como si algo en ella también quisiera aferrarse a
él. Y eso había sido un regalo inesperado.
Cuando Ana llegó
a su trabajo aún tenía el corazón acelerado, aquel beso había sido inesperado
pero también había sentido como si fuera justo lo que necesitaba, como si
llevara mucho tiempo esperándolo y quizá
eso fuera verdad.
Eso la aterraba
más que cualquier otra cosa, la posibilidad de que llevara años esperando por
Finn O’ Connell
siiiiiiiiii!!!!! por fin Ana esta cediendo ya era hora, y Finn tiene q aplicarse jajaja
ResponderEliminarDonde están las rosas que atizo a esta mujer!!!! pero quieres lanzarte a sus brazos de una vez por todas!!! Que hombre se ofrece a estar contigo y siendo madre soltera!!!!!
ResponderEliminarFin, aquí!!! Aquí!!!!
jejejeje
En espera de más.....