sábado, 14 de enero de 2012

El Dulce sabor del Amor 14


Inclinó la cabeza lentamente ¿iba a besarla? ¡Iba a besarla! Y ella no planeaba impedirlo aunque, ¿sería buena idea? Hace un momento le reclamaba y le increpaba y ahora, solo porque  sí ¿Le dejaba besarla? ¿En que la convertía eso? En una… ¡Que importaba! Iba a besar al hombre de sus sueños, luego pensaría las consecuencias.
-          Huevos. – dijo una voz demasiado familiar y ella maldijo interiormente, se separó de un salto de Drake quien aún parecía confundido.
-          ¿Cómo dices? – Le preguntó  ella a una divertida Silk, quien estaba en la puerta con una enorme sonrisa de oreja a oreja.
-          Hola Drake. – La ignoró la muy canalla.
-          Hola Silk.

-          Algo me dice que se te da muy bien la repostería.
-          ¿Tú crees? Al menos lo intento. – Le sonrió.
-          No tengo la menor duda de que lo intentas. – Le dijo Silk controlando la risa y más aún al ver a una furiosa Candy que a todas luces quería matarla, no sabía si quería su vida por haber interrumpido lo que iba a pasar o por que como buena amiga iba a ponerlos en aprietos y Candy la conocía tan bien…
-          ¿En qué puedo ayudarte? – Le dijo Candy. - ¿Querías huevos?
-          No. ¿Por qué? –Preguntó inocente.
-          En cuanto entraste mencionaste huevos. – Si apretaba un poco más los dientes podría rompérselos.
-          Ah, lo que pasa que tú dijiste harina y Drake dijo chocolate, me imaginé que hablaban de los ingredientes de un pastel, así que quise aportar algo también.
-          Que amable, gracias. – Le dijo Candy a punto de rechinar toda la dentadura.
-          En realidad ella dijo chocolate. – Dijo Drake con sonrisa pícara.
-          Cierto, y tú dijiste harina, siempre está salpicada de ella ¿verdad? A veces al grado de parecer un fantasma, sobre todo si tuvo un mal día, eso me recuerda aquella vez que estabas enfadada y viste los sacos de harina y entonces…
-          ¿Quieres un trozo de pasión oscura?- Intervino Candy apresuradamente.
-          ¡Claro! – Sin embargo después Silk se  detuvo pensativa - ¿Sólo  un trozo?  
-          Te doy todo el pastel si te callas, por el amor de Dios.
-          Yo te compro ese pastel si gustas, pero sigue contando la historia.

-          Gracias Drake pero deseo conservar la vida. – Respondió Silk mientras miraba la cara de Candy a punto de estallar. – Es más, creo que saldré ahora mismo. Adiós. – Dijo y desapareció con la misma rapidez que había llegado. Pero Silk era mucha Silk y no podía irse sin antes rematar la faena. - ¿Sabes? – Dijo de pronto asomando la cabeza por la puerta - Creo que no estaban hablando de pasteles cuando llegué ¿verdad? – Preguntó con tanta fingida inocencia que Drake se echó a reír.
-          Has atinado. – Le dijo él.
-          Termina de  irte. – Siseó Candy.
-          Solo un segundo. – Insistió dirigiéndose a Drake - ¿No te dice nada el hecho de que veas atrayente la harina? Digo, es solo polvo blanco ya sabes, nada amigable con la ropa, ensucia todo y…
-          Ya cállate y ve por tu pastel por favor. – Pidió esta vez Candy casi rogándole.
-          Lo que si entiendo es que ella al verte piense en chocolate.
-          ¿Ah sí? ¿Qué deduces de ello? – Preguntó un bastante interesado Drake.
-         -  ¿En serio necesito decírtelo? Bueno,  a Candy le encanta el chocolate, le  fascina comerlo, degustarlo, probarlo… DE-VO-RAR-LO. – Con cada palabra Candy abría más  y más los ojos no pudiendo creer que estuviera diciendo todo aquello, iba a morir de eso estaba segura, pero lo haría feliz y satisfecha, había interrumpido el beso pero la verdad es que no había sido por maldad, Drake necesitaba llegar al punto sin retorno, en el cual supiera sin lugar a dudas lo única que era Candy y es que ella tan enamorada con solo verlo perdía la noción de todo, aunque en honor de la verdad  el hombre estaba buenísimo y si ella no estuviera casada  y súper enamorada de su marido…el caso era que tampoco estaba mal que el hombre supiera que era del agrado de Candy y es que aunque ella de pronto se quedara estática mirándole con arrobo, seguro que momentos antes había estado buscándole pelea conociéndola como la conocía y pelear no es precisamente un buen método de seducción. – Ahora sí, adiós.
-        -   Quizás esta noche duerma en la cárcel. –Sentenció Candy con seriedad arrancando una carcajada de Drake. – Por favor ignórala.
-          -Imposible hacerlo. – Respondió con voz sedosa.
-          -Tengo que ir a darle su pastel. – Caminó hacia la puerta.
-         - Ya es  una niña grande puede tomarlo solita. – La detuvo agarrándole una mano y girándola hacia él.
-         - Es que si no voy, es capaz de comérselo entero y luego me recriminará por no haberla detenido. – Insistió tratando de liberarse sin resultados. – Le encanta ese postre, deberías probarlo es delicioso, se llama pasión oscura… - Siguió hablando sin parar tratando de ocultar sus nervios.
-          -Ahora mismo prefiero probar otra cosa. – Dijo dirigiendo su mirada hacia sus labios, logrando que Candy tragara saliva.
-         - No creo que sea buena idea.
-          -Ah, ¿pero es que sabes que es lo que quiero probar?
-          -Yo…
-          -¡Jefa! – Oyó a Murray por el pasillo, en cuanto entró Drake la soltó sin muchas ganas.
-          -No tenías que gritar Murray.
-         - Silk me dijo que lo hiciera si venía a la cocina y desde el pasillo, no entiendo porque. – Candy sintió sonrojarse.
-          -Que amiga tan lista tienes. – Murmuró Drake.
-         - Necesito que vengas, es un pedido grande.
-          -Está bien. – Y escapó al mostrador.
-          -Murray – Llamó Drake al chico antes de que saliera. - ¿Podrías darme un pedazo de ese postre que se llama pasión oscura?
-          -En el refrigerador del fondo lo encontrarás, es el que tiene encima trozos de canela.
-          -Gracias.
Drake tenía curiosidad sobre el postre, más que nada por el nombre “Pasión Oscura” se sirvió un trozo y en cuanto lo probó, lo reconoció de inmediato era el que ella le había enviado y con ello ganado la apuesta. Pero de pronto le entró una duda y al ver a Sally entrar le preguntó.

-          Sally ¿desde cuándo está “pasión oscura” en el menú?
-          Mmm, varios meses ya. Es el favorito de muchos.
-          ¿Meses?
-          Sí… meses…

¿Ósea que la inocente Candy había hecho trampa? Él había pedido algo diferente, único y el postre lo era, sin embargo quería algo hecho con los chocolates que le había mandado, algo que surgiera a partir de ellos y no meses antes, así que técnicamente era trampa, oh sí...

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