Los dos Leones
Elady estaba muy satisfecha consigo misma. Había tenido un gran éxito en su último baile, de hecho era una de las jóvenes de la nobleza más admirada. Su rubio cabello y sus ojos similares al color de la plata le habían valido que un famoso trovador le dedicara inspirados versos .
Además , a su satisfacción se agregaba la expectación por el próximo baile en el castillo invernal de los Duques Radore, su madre ya había encargado dos piezas de terciopelo y seda para un vestido nuevo.
Era una joven muy inteligente pero sabía que no se esperaba demasiado de ella, sólo que se comportara con corrección y luciera la belleza que le había sido dada por la naturaleza. Y Elady cumplía a la perfección con las expectativas de sus padres.
Era una muchacha sosegada que disfrutaba de la música , la literatura y la pintura. Agradecía tener la suerte de que le permitieran estudiar guiada por su hermano Landros, él era un erudito. El menor de sus hermanos era un joven fino y culto, Elady sabía que el día que eligiera esposo sería alguien parecido a su sereno hermano. Alguien con quien compartir los mismos intereses, incluso parecido físicamente no demasiado alto ni corpulento, ya que ella era bastante menuda.
Al mayor de sus hermanos, primogénito de los Silverest, le gustaba la aventura, siempre estaba embarcado explorando nuevas tierras, pero más allá de lo mucho que lo quería la joven sentía poca afinidad con él. No le agradaban los hombres de acción.
Ella despreciaba las luchas y los guerreros, amaba el arte y el conocimiento y los hombres toscos, que valoraban su espada más que cualquier otra cosa, le producían inmediato rechazo. De hecho eran muchos los fornidos guerreros que cortejaban sin resultado a la bella muchacha.
Elady esperaba con impaciencia el día del baile, era un gran acontecimiento social y además para una joven de diecisiete años era un suceso que podía cambiar la vida.
Ella no podía imaginar cuanto estaba por cambiar la suya.
Estaba parada en el centro del salón rodeada por un par de amigas y pretendientes cuando sintió el ruido y vio el movimiento que se producía cerca de la entrada.
-¿Lo has visto? – preguntó Delia encantada señalando al hombre que entraba
-¿Cómo podría no hacerlo? – respondió Elady con disgusto pero no pudo apartar la vista.
Era un joven muy alto, debía medir cerca de un metro noventa ya que su cabeza morena sobresalía por sobre las demás. Llevaba ricas vestimentas que le sentaban a la perfección. Cuando él se abrió camino, la joven percibió con irritación la espada que colgaba de la cintura masculina. Aunque no la hubiera visto el porte del hombre evidenciaba que era un guerrero y uno noble si había sido invitado aquella fiesta.
Pero más allá de todo le llamaron la atención los ojos azules del hombre, ojos que se cruzaron con los de ella por un instante y la conmocionaron.
-¿Has visto algo más hermoso? – preguntó Kyrios a su amigo Dominick.
Cuando éste siguió la mirada de Kyrios para detectar el objeto de la admiración de su amigo tuvo que admitir que estaba en lo cierto. Era una joven de largo y ondulado cabello rubio muy claro con algunos mechones más oscuros entremezclados, tenía ojos plateados y el vestido de terciopelo azul moldeaba con exquisitez su menudo cuerpo.
-Háblale – dijo el pelirrojo a su amigo y por primera vez en mucho tiempo lo vio dudar- ¡Oh cielos , Kyrios! – agregó divertido.
-¿ Qué?-preguntó el aludido.
-Nunca antes te había visto dudar ante una muchacha.
-Es diferente .
-¿Por qué?
-No lo sé – contestó Kyrios pero la presencia de la joven lo atraía como un imán y a la vez lo mantenía petrificado en su lugar.
Trató de abrirse paso hasta ella, pero la cantidad de gente y los desconocidos sentimientos que lo embargaban lo hicieron moverse con torpeza e incluso chocarse contra un par de personas. Su elegancia habitual estaba totalmente ausente en sus movimientos.
-Señorita – dijo él con una deslumbrante sonrisa- me ha costado llegar hasta usted...
-Y debo decir que lo ha hecho usted con la gracia de un elefante - dijo Elady borrándole la sonrisa con sus palabras y dejándolo gélido frente a ella.
Usualmente Elady era un modelo de cortesía y dulzura, jamás se le ocurriría agredir a alguien en la forma que lo había hecho con aquel hombre, sin embargo había algo en él que la volvía agresiva. No podía explicarse por qué pero se sentía amenazada por la presencia masculina y cuando le habló con su voz profunda mientras le sonreía, ella se vio urgida a atacarlo. Tenía la extraña sensación de que debía atacarlo para defenderse, pero ¿defenderse de qué?.Necesitaba atacarlo antes de que él la atacara...aquel pensamiento era irracional pero no podía controlarlo.
Cuando ella contestó de aquella manera se produjo un silencio tenso y un brillo de ira relumbró en lo ojos azules de él pero cuando iba a responderle a Elady alguien los interrumpió.
-¡Kyrios querido!...aquí estás – dijo la Condesa Radore, anfitriona de la fiesta, mientras saludaba efusivamente al joven- ¿Ya los han presentado? – preguntó mirando alternativamente al hombre y a Elady.
-Aún no, la señorita estaba haciendo una encantadora descripción de mis talentos pero no nos hemos presentado– respondió fríamente Kyrios mientras ella se sonrojaba...
-Oh bueno, entonces será un placer – anunció la Condesa ignorando la tensión- Kyrios Blackdalion te presento a Elady Silverest.
-Es un placer encontrarme con una “dama” tan encantadora – dijo él haciendo una reverencia y resaltando irónicamente la palabra dama.
“Blackdalion” ...El nombre resonó en la mente de Elady y recordó todas las historias que había escuchado recientemente. El joven que estaba frente a ella era un afamado guerrero, “El León Negro” le llamaban. Además era el único heredero de los Blackdalion, dueño de los títulos y tierras de su ancestral familia desde la temprana muerte de sus padres. De hecho hasta se habían escrito historias épicas de aquel hombre.
Él había luchado en el ejército del Rey y lo habían nombrado capitán a una edad precoz, luego de un año de servicio había vuelto a su hogar para encargarse de la administración de sus tierras y, si le daba crédito a los rumores, de enamorar a cada joven que se cruzaba en su camino.
Elady volvió a mirarlo y creyó que todo lo que se decía sobre él era verdad, al menos parecía un hombre capaz de cualquier cosa. Podía matar dragones, conquistar princesas y hacer que ella perdiera su compostura y se comportase como una maleducada.
El hombre se inclinó y le pidió a Delia que bailara con él, su amiga aceptó deleitada la invitación y acompañó a Kyrios a la pista.Antes de que se alejaran Elady creyó percibir una sombra de desdén en los ojos azules cuando la miró furtivamente
-Es un excelente bailarín – comentó la Condesa al verlos irse y Elady pudo observarlo moverse con suprema gracia.
A ella no le faltaron compañeros de baile, sin embargo en la pista todo el tiempo fue conciente de la presencia de Blackdalion que bailó con cada joven invitada, excepto con ella.
Aquella noche Elady pensó que ese hombre era un sol oscuro que atraía a todos, ella buscaba alejarse pero él estaba en todos lados, incluso su madre cayó en las redes de Blackdalion y mucho más tarde le habló de lo encantador que era.
Por primera vez en su vida la joven estuvo contenta de marcharse de un baile. Cuando llegó a su hogar se sintió aliviada y segura. Allí entre las personas que conocía, sus pertenencias, su rutina, se sentía a salvo.
Sin embargo la temporada de bailes siguió y en la siguiente fiesta a la que asistió se sintió ansiosa sin saber a qué atribuir su nerviosismo. Pero cuando vio una cabeza morena que sobresalía, una amplia sonrisa y los inquietantes ojos azules supo que Blackdalion la había trastornado más de lo que imaginaba.
Intercambiaron palabras corteses aunque ella no podía evitar ser brusca con Kyrios y nuevamente se repitió lo de la última ocasión : el joven bailó con todas las muchachas ignorando a la orgullosa Elady. Aunque la joven fingió no notarlo y esa velada brilló más de lo acostumbrado deslumbrando a todos sus jóvenes pretendientes.
Dominick se acercó a su amigo que estaba apoyado descuidadamente en una columna observando atentamente a una joven rubia que era admirada por un numeroso grupo de jóvenes. .
-¿Se puede saber desde cuando te interesan los eventos sociales? – preguntó Dominick intencionadamente- Durante tu estadía en la Corte hubo que arrastrarte y sólo asististe a un par de bailes, sin embargo ahora hemos asistido a cada recepción de la temporada.
-Es bueno socializar – dijo Kyrios aunque ni siquiera se convencía a sí mismo.
-Sí, con damas rubias...-contestó Dom y se río ante la expresión de los ojos azules de su amigo-Te pegó fuerte ¿eh?
Kyrios no contestó pero su mirada atenta , pendiente de cada movimiento de Elady era demasiado elocuente.
Se llamaba Rog Tonan y era un noble muy cercano al rey. Tenía cabello castaño ondulado y ojos pardos. Era el epítome de la elegancia y caballerosidad ,sin embargo cuando tomó la mano de Elady para saludarla ella se estremeció. Sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo y al mirar los ojos de él sintió rechazo y miedo, quería escapar pero estaba inmovilizada. De pronto otra mano arrebató la suya de la presión de Tonan , Kyrios estaba allí y ella se sintió segura , protegida, como si un gran escudo la rodeara. Blackdalion apoyó la delicada mano de ella en su fuerte brazo en una clara actitud protectora y cuando se dirigió a Rog, su voz sonó cargada de desprecio.
-Tonan, no sabía que estabas aquí
- Blackdalion , también me da gusto verte – contestó el hombre con un tono de voz que delataba el odio que sentía por Kyrios- aunque eres muy inoportuno, interrumpes mi charla con la encantadora dama.
-Lo lamento Rog, pero la madre de la señorita Silverest la está buscando y me pidió que la llevara hasta ella – mintió con descaro el joven guerrero.
-Otra vez será ...-repuso Tonan mientras dirigía una elocuente mirada a la joven.
Sin contestar Kyrios la alejó de allí con prisa y resolución
-Me asusta , es malo– murmuró la joven más para sí misma que para él pero Kyrios le apretó la mano para trasmitirle seguridad y le dijo con seriedad.
-No se preocupe , nunca dejaré que se le acerque –al escuchar la solemnidad de sus palabras Elady levantó su mirada para reflejarse en los ojos azules de él.
-¿Bailaría conmigo? –preguntó Kyrios y aunque estuvo tentada a contestarle mordazmente sólo extendió su mano para aceptar la invitación.Él la tomó con firmeza sin darle tiempo a arrepentirse.
Bailaron en silencio porque los dos estaban demasiado confundidos para expresarse. Sólo se movieron al unísono siguiendo el compás de la música como si estuvieran solos en el mundo. Solos y dueños del tiempo.
Cuando la música terminó , él la soltó y sin decir palabra la joven se marchó.
Ese día algo cambió en su relación y como todo cambio trascendente fue muy sutil, casi imperceptible.
Elady sentía que se había librado a tiempo, debía alejarse de Kyrios Blackdalion sin mirar a atrás y si seguir asistiendo a los bailes significaba volver a verlo, encontraría la manera de quedarse recluida en su casa.
Durante un par de meses Elady logró cumplir su objetivo y fingiendo malestar o inventando ocupaciones urgentes e indelegables pudo eludir asistir a las fiestas a las que era invitada. Su madre se desilusionó un poco, ya que la joven estaba teniendo mucho éxito en sus presentaciones pero acató los deseos de la muchacha.
Ely aprovechó para dedicarse a los libros junto con Landros, cuidar los rosales de su jardín , y realizar actividades cotidianas que siempre evitaba. Trataba de mantenerse ocupada ya que no quería dejar que sus pensamientos divagaran , porque indefectiblemente terminaban centrándose en un hombre.
Pero tras esos dos meses de tranquilidad, su vida volvió a verse alterada.
Su madre le pidió que le alcanzara una bandeja con el servicio de té porque habían recibido visitas. Ely estaba encaminándose al salón de su madre cuando a través de la puerta entornada sintió los ecos de la conversación y reconoció la voz.
Sin querer dejó caer la bandeja y se sobresaltó por su propia torpeza.
Su hermano que venía tras ella se acercó para ver si estaba bien.
- ¿Qué sucede Elady?
-Él... -murmuró ella señalando hacia la puerta
-¿Blackdalion? – preguntó su hermano que estaba enterado de la identidad de su visitante-,¿Te ha hecho algo ?
-No...lo conocí en el baile de Radore...sólo eso
-Elady, has tirado todo ...tú no reaccionas así..y definitivamente no por alguien que sólo has visto en un baile, menos aún si es un guerrero. ¿Qué pasa con ese hombre?
-No lo sé...-dijo ella apesadumbrada por su propia confusión mientras Landros la miraba preocupado.
En ese momento aparecieron su madre y Kyrios atraídos por el ruido.
-¿Estás bien cariño? – preguntó su madre mirando el desastre a los pies de la muchacha
-Sí ...- atinó a contestar ella pero sólo podía contemplar turbada al hombre alto -Lo siento...-agregó ella sin tener muy en claro porque se disculpaba.
-¿Necesita ayuda? – preguntó Blackdalion en un tono suave.
-No gracias...
La joven iba retirarse cuando su madre le pidió que se quedara junto a Kyrios mientras ella iba a buscar a alguien que limpiara y trajera otra bandeja.
Landros intentó quedarse junto a su hermana pero su madre se las arregló para arrastrarlo con ella .
-¿Qué hace aquí? – preguntó la joven sin mucha ceremonia
- Dominick y yo estamos de viaje , pasamos a saludar y su madre nos invitó a quedarnos....
-¿Acaso usted no tiene casa? – dijo ella, que aunque no pretendía ser ofensiva resultó bastante mordaz.
Él se limitó a sonreír como si ya se hubiese acostumbrado a sus ataques y contestó con paciencia , tal como lo haría con una niña pequeña.
-Sí tengo una, el Castillo Negro de los Blackdalion pero un descanso me viene bien y no pienso ser descortés con su madre.
Ella iba a replicar cuando su madre volvió acompañada por Dominick, cuya sonrisa se amplió al ver las caras de Kyrios y Elady, le divertía sumamente que la jovencita estuviera siempre en pie de guerra desconcertando a su arrogante amigo.
Dominick siempre estaba dispuesto la risa pero sabía que su amigo no. Desde la temprana muerte de sus padres el joven Blackdalion se había visto sobrepasado por las responsabilidades, además el estar a cargo de gente y luchar en batallas no aligeraba su carácter. Ciertamente las jovencitas lo perseguían pero Dom no había visto que ninguna significara nada especial para su amigo, hasta ahora.
Elady Silverest significaba mucho para Kyrios y a su amigo le alegraba que ella fuera capaz de conmover el sombrío mundo del muchacho.
El joven pelirrojo saludó a la joven y se unió a ellos para tomar el refrigerio que la señora Silverest les había ofrecido.
Kyrios y Dominick se instalaron en la casa Silverest y Elady los eludió tanto como pudo. Aún así Blackdalion había invadido su hogar, sólo Landros se mostraba tan reservado como ella y seguía suspicazmente cada movimiento del guerrero.
Mara, la madre de Elady, estaba encantada con la presencia del joven. También su padre lo trataba bien. La fama que precedía a Kyrios, su relación con el rey y su nobleza de cuna le habían ganado el respeto del patriarca de los Silverest.
A veces Elady pensaba que él estaba en todos lados, en la cocina probando las deliciosas galletas de May, en los establos con los purasangre, en el salón con su padre, en el jardín, en la biblioteca de Landros...no había lugar donde pudiera esconderse de él. Aunque Kyrios no se dirigía directamente a ella, el tenerlo tan cerca la irritaba.
Sabiendo que el joven se encontraba en el salón Ely se había escabullido al jardín para cuidar sus rosales. La joven le dedicaba mucho tiempo y pacientes cuidados a las plantas, le gustaba verlas crecer y florecer sabiendo que ella había contribuido al proceso.
Vio a Dominick dirigirse hacia ella , el joven pelirrojo le caía bien si no hubiera sido amigo del fastidiosos Kyrios a Elady le hubiera gustado ser su amiga. Se veía que era un hombre alegre y honorable, a Elady le resultaba difícil atribuir estas mismas virtudes al joven moreno .
-Es un hermoso lugar señorita, ¿usted cuida de los rosales? – preguntó llegando hasta ella.
-Sí he cuidado de este jardín desde que era niña, es mi refugio, ¿le gustan las plantas?.
-Bueno en realidad no soy muy apegado a ellas pero admiro la belleza y además es obvio que usted tiene facultades para cuidarlas.
En ese momento Ely vio aparecer a Kyrios, Dom percibió la mueca de disgusto de la muchacha y trató de aligerar la tensión.
-Kyrios la señorita admira los jardines y las flores , deberías llevarla a conocer el Castillo de los Cerezos .
-¿El Castillo de los Cerezos? - preguntó vencida por la curiosidad
-El Castillo de los Blackdalion , por supuesto – aclaró Dominick haciendo caso omiso a la desesperada mirada de su amigo.
-Conque Castillo de los Cerezos, pensé que se llamaba Castillo Negro –dijo ella mirando acusadoramente a Kyrios.
-Claro que no, ¿qué clase de nombre es ése? – preguntó Dom callando repentinamente al ver la expresión retadora que había adquirido la cara de su amigo.
-Dom, creo que preguntaban por ti en el salón – dijo Kyrios y su amigo entendió la indirecta dejándolos solos.
Elady miró al hombre que tenía frente a ella y la expresión de él le dio ganas de provocarlo un poco.
-Yo también me pregunto qué clase de nombre es ese. ¿Castillo Negro?, ¿a quién se le ocurriría ?
-Bueno sin lugar a dudas es mejor que Castillo de los Cerezos – dijo él sonriendo inocentemente- No es un nombre muy apropiado para el hogar de una casta de guerreros, yo he tratado de cambiarlo, pero ya ve, no puedo con tantos años de tradición.
-¿Y por qué se llama Castillo de los Cerezos ?
-Es culpa de uno de mis antepasados, según parece tenía aires de poeta y estaba completamente enamorado. Cuentan que a su esposa le gustaban las delicadas flores de cerezo y como él la amaba locamente plantó docenas alrededor del Castillo, cuando florecían eran un espectáculo tan hermoso que la gente empezó a hablar del Castillo Blackdalion como del Castillo de los Cerezos.
-Debió ser un espectáculo bellísimo – dijo ella soñadora con los ojos grises perdidos en paisajes lejanos.
-Aún lo es, los árboles siguen allí y florecen cada año. Me temo que de tanto en tanto nace algún romántico en la familia que los renueva y los cuida.
-Me gustaría verlos florecer – dijo ella sin pensar.
Por un instante Kyrios tuvo la fugaz visión de Elady caminando por los campos florecidos mientras la brisa arrojaba una lluvia de pétalos sobre ella. Era tan hermoso que sus ojos se velaron por la visión.
-Lo verá algún día- le dijo a la joven, pensando que alguna vez su visión se concretaría y que él estaría junto a ella recorriendo las tierras de los Blackdalion.
Ella lo miró como si pudiera adivinar su pensamiento y sonrió , por un momento cesaron las hostilidades entre ellos y se quedaron en silencio, compartiendo la belleza que los rodeaba, con los sentidos embriagados por el aroma y color de las flores del jardín y por la presencia del otro.
Elady no tuvo mucho tiempo para reflexionar sobre la presencia de Kyrios en su casa porque llegaron más invitados que atender y su atención fue requerida por ellos.
Parecía ser época de visitas porque un par de trovadores, dos jóvenes pretendientes y su hermano mayor se instalaron en la casa Silverest.
Su hermano Xander llegó cargado de exóticos regalos y magnificas historias de sus viajes. Sólo entonces Ely se dio cuenta de cuanto lo había extrañado y también percibió el cariño que la unía a él, era una relación diferente a la que tenía con Landros pero también se sentía cercana a su hermano mayor .Tal vez , ella había madurado o tal vez estaba cambiando .
Kyrios había planeado estar cerca de Elady con el mismo cuidado que habría preparado un asedio durante una batalla. Sin embargo se le había complicado, no sólo estaba la cuestión de que ella no soportara su compañía, sino también la vigilancia acechante de su hermano menor al que ahora suponía se uniría el recién llegado Silverest. Como si fuera poco había un par de jovencitos almidonados rondándola como abejas a las flores y varios trovadores almibarados que alababan sus ojos de luna, su pelo de plata, etc. Pero ninguno de ellos la conocía, a ninguno le importaba Elady tan verdaderamente como a él. Y si algo le sobraba a Kyrios Blackdalion era tenacidad, no iba a abandonar la pelea tan fácilmente.
Alen Haron había invitado a Elady a dar un paseo y a tomar el té , la joven se abstuvo de mencionar lo ridículo de su invitación ya que era su propia casa, aún así no quiso ser maleducada y aceptó . Sin embargo después de tres horas de cháchara insípida, estaba más que arrepentida y preguntándose por qué su mal genio sólo brotaba frente a Kyrios, con mucho gusto le hubiera dicho un par de verdades a Haron pero no lo hizo, en cambio fue una adorable damisela, un encantador adorno.
Cuando finalmente pudo desprenderse de su acompañante salió disparada a refugiarse en la biblioteca de Landros, pero en su apuro no alcanzó a ver a Kyrios y casi se lo chocó.
-¿Te aburriste con “el señorito”? – preguntó Kyrios intencionadamente cuando Elady pasó junto a él, en los días que llevaban conviviendo habían empezado a tutearse.
Ella lo miró furibunda e ignoró su comentario , pero lo cierto es que se había aburrido mortalmente. Alen era un caballero, culto, gentil y muy superficial, por un instante Elady había imaginado que si entraba una manada de caballos salvajes en el salón, él no se hubiera inmutado y sólo le hubiera preocupado su atuendo. Mientras estaba charlando se imaginó su vida junto a un hombre así, era una pesadilla, aquella sola idea la hizo sentirse atrapada.
Ella necesitaba intensidad, sentirse viva y lamentablemente sólo el molesto Blackdalion le despertaba algo parecido, aunque más no fuera irritándola con su presencia.
-Es insoportable ¿verdad? , tan preocupado por su traje y su cabello... y diciendo lo bien educada que eres – prosiguió Kyrios sin importarle dejar al descubierto que había estado espiando.
-¡Claro que no ! - contestó ella poniendo en la defensa de Alen una pasión que no sentía.- es gentil y agradable y no anda por ahí matando gente como tú
- Y para alguien como él sólo serías una hermosa ave en una jaula de oro – sentenció con desprecio antes de alejarse
Elady se quedó inmóvil con las palabras de Kyrios resonando en su mente y por un segundo sintió la tentación de preguntarle qué sería ella para él.
Landros se cruzó a su hermana, estaba turbada y con lágrimas asomando en sus ojos. Él había visto a Blackdalion retirarse antes, así que no tuvo que preguntarle a la joven cuál era el motivo de su estado.
El joven Silverest sabía que sus padres veían con muy buenos ojos un posible compromiso entre el guerrero y Ely, pero él no estaba de acuerdo. Además a su hermana le desagradaba aquel hombre, Blackdalion no se asemejaba al hombre ideal que su hermana había construido en sus horas de ensueños románticos y no iba a permitir que nadie la dañara.
Cuando Kyrios vio al rubio joven encaminarse hacia él, supo que venía dispuesto a la pelea, los ojos grises iguales a los de su hermana echaban chispas.
-¿Qué quieres de ella? – preguntó Landros antes de llegar hasta él.
-La quiero a ella.
-Pero mi hermana no te quiere cerca y yo tampoco
-Sólo quiero una oportunidad para que me conozca, mis intenciones son honorables- afirmó Kyrios ya que no quería ningún tipo de malentendido
Sin embargo sus palabras no fueron suficientes para aplacar a Landros que se puso ante él para hablarle en tono calmo y amenazante.
-Eso espero .Sé que no puedo luchar contigo Blackdalion porque estoy en desventaja. – comentó obviamente superado en estatura y fuerza por Kyrios - Las espadas no se me dan
muy bien pero hay otras formas de matar ..- dijo Landros alejándose- los venenos ,por ejemplo ,y no dudaré si dañas a Elady. También tengo buena puntería – aclaró y lanzó una daga que extrajo de su chaqueta , ésta pasó rozando a Kyrios- estás advertido Blackdalion...
Kyrios observó a Landros marcharse y tuvo ganas de reírse. Ningún hombre que lo hubiera amenazado antes había salido ileso, Landros Silverest era el primero en gozar de ese privilegio y no sólo eso , sino que Kyrios estaba decidido a ganar su apoyo. Elady adoraba a su hermano y él quería hacerla feliz, aunque debiera servirle de blanco a Landros.
Sin embargo ,cuando la historia se repitió con el otro hermano de la joven, le resultó difícil encontrarle la gracia.
En un principio Kyrios había congeniado con Xander Silverest, tenían intereses comunes, habían cruzado espadas para pasar el tiempo y habían hablado sobre batallas y la vida en la corte. En realidad se habían caído bien, pero cuando Xander ,que a pesar de ser más bajo era bastante musculoso ,lo tomó de improviso por el cuello, acorralándolo contra una pared, Kyrios supo que los hermanos Silverest habían tenido una conversación sobre él.
Cuando Dom se acercó a su amigo que estaba sentado con expresión de niño desencantado tuvo la sensación de que volvía a los días de la infancia.
-¿Problemas? – preguntó el pelirrojo sentándose junto a él.
-Hermanos... –contestó Kyrios con un gruñido.
-¿Sabes? deberías asegurarte que la chica que te gusta no tenga hermanos...o al menos que ellos no quieran deshacerse de ti.
-Lamentablemente uno no tiene tiempo de evaluar ese tipo de información antes, los sentimientos llegan primero y después es tarde...
-Bueno yo voy a asegurarme de fijarme en una chica con muchas hermanas, así nadie me amenazará y los padres de mi amada estarán tan ansiosos por conseguir maridos a sus hijas que la arrojaran en mis brazos dándome su bendición. Los hermanos mayores son una molestia...– explicó Dominick con aires de superioridad
Kyrios estuvo a punto de preguntarle a su amigo que haría cuando sus hermanitas alcanzaran la edad casadera pero ya había hecho demasiados enemigos en un día y Dominick era muy sensible respecto a ese tema , por lo tanto se limitó a asentir.
-Kyrios...¿Vale la pena? – lo interrogó su amigo al verlo silencioso- Es bonita , pero...
-Es mucho más que eso. Ella es la luz que disipa todas mis sombras , Dom.
-¿Te enamoraste?
-Sí – dijo escuetamente y su mirada azul adquirió una intensidad inusitada.
Dominick se detuvo a mirar a su amigo, sabía que a veces el recuerdo de los horrores de las batallas, el dolor por las perdidas o la soledad lo atormentaban, por ello entendía cuan trascendente era lo que Kyrios sentía por la joven Silverest. Merecía ser feliz y él haría todo lo posible para ayudarlo, aún así para quitarle solemnidad al momento lo provocó un poco.
-Bien, entonces no te preocupes, ya nos las arreglaremos para que te mire y te lleve al altar.
-¡Ella me mira! – se defendió ofendido y Dominick largó la carcajada.
-Tal vez podamos conseguir un mago que nos ayude – prosiguió Dom- He oído que hacen milagros , tal vez uno talentoso pueda embellecerte un poco
-Ya te llegará tu día – sentenció Kyrios y su amigo le palmeó la espalda para demostrarle su apoyo en la difícil misión que enfrentaban.
Con tanta gente dando vuelta por la casa, la madre de Elady tuvo la idea de realizar una fiesta, después de todo estaban en plena temporada de bailes y el regreso de su primogénito ameritaba tal celebración. Se había asegurado además de convencer al joven Blackdalion de que retrasara su partida hasta después del baile.
A Elady no le hizo mucha gracia la idea de su madre, si bien se las había arreglado para escabullirse de las últimas fiestas era imposible rehuir de una en su propia casa. Tendría que estar allí y representar el papel de perfecta anfitriona
-Ely...-insistió su madre al ver que la muchacha no la escuchaba- qué te parece un vestido de seda gris y el collar de diamantes
La joven volvió de su ensueño y le dijo a su madre que le parecía bien , sin embargo no se mostró entusiasmada como otras veces. Lo cierto era que aquella discusión sobre vestidos y joyas le parecía superficial como todo últimamente. Los versos que sus pretendientes le dedicaban le resultaban insulsos y las conversaciones con sus amigas intrascendentes.
En realidad aquel estado era culpa de Blackdalion. Era como si sólo él pudiera darle profundidad a las cosas, sólo cuando él estaba cerca el mundo parecía real.
Incluso cuando no estaba , el recuerdo de su presencia parecía contagiarlo todo y entonces Elady se sentía vana y perdida sin él.
Como le pasaba con frecuencia en los últimos días la joven trató de no profundizar en sus sentimientos y se concentró en los preparativos como su madre deseaba.
Podría decirse que la fiesta era perfecta, los invitados habían llegado desde distintos lugares, la música era magnifica, su hermano era el centro de atención y ella estaba rodeada de jóvenes apuestos que la invitaban a bailar.
Bueno, era casi perfecta en realidad. Las atenciones de los jóvenes le resultaban desagradables, Landros se mantenía al margen como siempre y su madre había invitado a Nedra . Elady no soportaba a Nedra, se conocían desde chicas y eran, podría decirse, rivales. A Ely no le caía bien porque era muy frívola y además la belleza morena de la otra joven siempre amenazaba con ensombrecerla y aunque no lo quisiera admitir también influía que Nedra se pegara a Kyrios como un imán ,sin mencionar que éste le respondía con deslumbrantes sonrisas.
Como en otras ocasiones Blackdalion no bailó con ella , lo cual era demasiado llamativo ya que la joven era una de las anfitrionas. Pero nadie pareció notar eso. Elady brilló más que nunca esa noche, se rió alegre , danzó grácilmente , fue exageradamente amable con Alen y con cada caballero que se le acercó.
Tampoco nadie pareció notar aquella representación exagerada de la muchacha, sólo ella misma y un hombre de ojos azules que disimuladamente seguía cada movimiento de ella tan atentamente como si escuchara los latidos de su corazón.
No era ella misma, algo en su interior se lo gritaba furiosamente cada vez que quería dar una opinión y callaba, cada vez que sonreía afectadamente o bailaba en brazos de un extraño, algo no estaba bien y Elady sentía deseos de rebelarse.
Cuando la sensación de ahogo se le hizo insoportable se escapó furtivamente. Fue hacia una pequeña terraza que solamente la familia conocía, la fiesta estaba en su mejor momento y no notarían su ausencia , necesitaba respirar aire fresco y un poco de soledad.
Presintió la presencia de él antes de verlo, antes de que su alta figura atravesara las sombras que lo ocultaban y se acercara a ella.
Tal vez había huido de la fiesta con la secreta esperanza de que la siguiera.
-¿Puedo acompañarte? –Le preguntó Kyrios evidenciando cierta inseguridad en su voz- Me falta el aire allí adentro.
-Pensé que te gustaban los bailes...
-Sólo a veces – respondió él enigmático- pero no me has contestado , ¿me permites compartir tu refugio?
-Puedes quedarte...-respondió ella con más énfasis del que deseaba.
Él se apoyó en la barandilla descuidadamente y la observó en silencio
-¿Sucede algo?- preguntó ella demasiado consiente del escrutinio
-No, sólo me preguntaba por qué huiste, pensé que te gustaban estas reuniones y ser el centro de atención ...
-Sólo a veces – respondió ella remedando la respuesta anterior de él, Kyrios le sonrió divertido.
-¿Cuál es tu mayor anhelo? – preguntó repentinamente Elady a Kyrios. Estaba intrigada por aquel hombre, quería saber más de él, quería saber qué deseaba ¿acaso la gloria, el poder?.
-Un hogar – le respondió él dejándola sorprendida
-Creí que poseías un castillo ...-comentó confusa.
-Sí ,tengo un castillo y tierras, un pueblo que es parte de mi Señorío y depende mí, un ejército que me respeta y obedece mis órdenes ciegamente , buenos amigos; pero quiero un hogar. Sentir que pertenezco a un lugar donde reine la seguridad y el amor, donde sea siempre bienvenido pase lo que pase.
Mis padres se amaron mucho pero murieron jóvenes y yo no pude compartir la felicidad con ellos, tampoco tuve hermanos .Mi única familia es Dominick, así que lo que quiero es una familia propia...incluyendo varios niños.
-Ya veo.-comentó Elady conmovida por lo que él le había dicho , por un momento le había parecido vulnerable , había vislumbrado una sombra en la mirada de él y había deseado confortarlo.
-¿Y tú? – le preguntó Kyrios que había omitido deliberadamente decirle que ella era parte esencial del hogar que anhelaba.
-Deseo que me amen por mí misma, por quien soy verdaderamente – aseguró convencida –Lo único que todos ven es mi exterior como si yo no fuera nada más que eso. Una joven bella y con buenos modales...no ven nada más en mí.
Él la observó detenidamente, ella resplandecía en la oscuridad. Sus ojos plateados , su cabello rubio, era realmente hermosa , pero él había conocido otras mujeres hermosas y ninguna le había provocado lo que ella. Kyrios podía ver más allá de su aspecto, veía su dulzura, su inteligencia, su fuerza , incluso veía cosas que Elady aún no descubría sobre sí misma.
La muchacha se sintió inmovilizada por la escrutadora mirada de él.¿Qué veía Kyrios en ella ? ¿y por qué le importaba tanto la opinión de aquel hombre?.
Él se le acercó lentamente y cuando llegó junto a ella bajó su cabeza morena para susurrarle al oído.
-Deseo concedido –dijo y sin darle tiempo a reaccionar la besó suavemente y luego en silencio se alejó con presteza.
Después de besarla Kyrios pudo ver como se formaba la tormenta en aquellos magníficos ojos grises , así que pensó que lo mejor era irse antes de que ella empezara la pelea.
No quería que una discusión arruinara aquel momento, la dulzura del recuerdo.
Elady se quedó confundida por las emociones contradictorias que sentía, la furia por el atrevimiento de él y al mismo tiempo una calidez desconocida que le inundaba el corazón.
Al principio ,allí en medio de la oscuridad, la joven quedó con la mente en blanco, no podía pensar, sólo sentir. Sus latidos eran precipitados y aún percibía la tibieza de los labios de Kyrios en los suyos.
Sin embargo, minutos después , cuando pudo pensar con claridad sobre lo sucedido sintió un dolor agudo en el pecho, como si le faltara el aire , la terrible verdad la había alcanzado. Amaba a Kyrios Blackdalion y sin embargo nunca pasaría nada entre ellos.
No había impedimento familiar o social, en cierta forma el joven Blackdalion era el candidato perfecto, excepto que iba en contra de lo que ella había creído toda su vida. Simplemente no podía aceptar a un guerrero por marido y Kyrios lo era. Él era muchas cosas además de un soldado pero los principios que Ely había defendido siempre le impedían pasar por alto que Kyrios había matado gente. Él tenía sentido del humor, podía ser cálido y atento pero también era feroz, la joven podía percibirlo en las sombras de sus extraordinarios ojos azules.
Además él era demasiado para ella, más de lo que podía manejar, lo había sabido desde el primer momento demasiado alto, demasiado fuerte , demasiado intenso...era una amenaza para su tranquilidad.
La joven apenas pudo dormir aquella noche y el día siguiente fue una tortura, el reconocimiento de sus sentimientos y el recuerdo del beso la atormentaban. Además había sido la primera vez que la besaban, así que no sabía como proceder, qué se suponía que debía hacer cuando se encontrara con Kyrios.
¿Tenía que mostrarse ofendida o encantada?, porque para ser sincera no tenía ganas de abofetearlo , más bien lo contrario. Aunque sabía que no volvería a dejar que la besara, no sería correcto ya que había decidido que no se involucraría con Kyrios Blackdalion. Después de todo era una muchacha sensata y honorable.
Durante un par de días Elady logró evitar a Kyrios, se había vuelto una escapista experta pero no lo podía hacer por siempre , el destino tenía otros planes.
Su madre le informó que Kyrios estaba por partir porque le habían llegado noticias de su casa donde requerían su presencia. Ely sintió una mezcla de alivio y pesar, aunque decidió que era lo mejor , si él partía no tendría que enfrentarlo.
Sin embargo subestimaba a Kyrios .
Cuando le había confesado a su amigo que la amaba había sido sincero , se había enamorado de Elady al verla y se había vuelto a enamorar cada minuto que había pasado con ella.
Era fuerte y frágil, dulce y luchadora , inteligente y bella ,pero nada de eso servía para explicar lo que sentía por ella. Sólo lo sentía como algo que no podía ni quería evitar y al haberla besado había tomado una decisión, porque simplemente sabía que él ya no podría vivir sin aquella muchacha. No concebía su futuro sin que los bellos ojos grises de ella lo iluminaran.
Así que aún sabiendo que arriesgaba todo al apresurarse siguió con su plan. Con sus habilidades de guerrero calculó cada paso. Se despidió de todos y esperó que la joven estuviera sola, entonces se acercó a ella con el corazón en la mano.
Los padres habían salido, Dom se había retirado y los hermanos Silverest no estaban a la vista. Sólo estaba ella en la terraza, sumida en sus pensamientos , tan al alcance de sus manos y tan distante.
-¿Elady, podemos hablar?
-Claro ...- aceptó ella que había sido tomada por sorpresa, imaginaba que él había partido ya y que había logrado eludirlo. Verlo allí tan solemne parado frente a ella, la perturbaba.
-Quiero que me escuches primero...
-Está bien...-asintió con cautela.
-Te amo – dijo sencillamente y la joven sintió que el corazón se le detenía- Yo sé que tal vez no sientas lo mismo por mi, de hecho me lo has dejado en claro , pero yo podría hacerte feliz. Dijiste que quería que te amaran por ti misma ,yo puedo darte eso y todo lo que quieras. Puedo darte todo el tiempo que necesites , sé que eres joven y no me importa esperar – dijo él sintiéndose totalmente torpe- tal vez si nos conocemos mejor puedas llegar a enamorarte de mí...
-Kyrios...-trató de intervenir ella pero no se sentía mucho más elocuente que él, la batalla que se libraba entre su mente y su corazón la desgarraba por dentro.
-¿ Te casarás conmigo? – atacó él sin darle tregua.
Luego los dos quedaron en silencio, Kyrios sintió que el tiempo se detenía.
-Nunca – contestó finalmente ella y vio como el brillo en los ojos de él se apagaba – Yo no puedo casarme con un guerrero...
-¿Hay alguna posibilidad de que cambies de idea?- preguntó suavemente, como si le costara hablar
-No Kyrios, no voy a casarme contigo . No puedo.
- Entonces no hay más que decir .Adiós Elady – dijo sin más y se retiró sin mirar atrás, si ella no hubiese visto el dolor relampaguear en su mirada hubiera creído que su rechazo no lo afectaba. Aún así sabía que él hablaba en serio y que era el adiós. Era lo que ella quería , sin embargo se sentía tan débil que se dejó caer lentamente en el suelo y sólo más tarde descubrió que lloraba.
Al entrar en su casa los padres de Elady se cruzaron con un frío Kyrios que salía, la señora Silverest no tardó mucho en encontrar a su hija.
-¿Elady qué sucedió? –preguntó a la joven que aún estaba en el suelo de la terraza con las huellas de lágrimas en sus ojos.
-Le dije que no puedo casarme con él ...-respondió como una autómata.
-¿Es que has perdido el buen juicio?
Elady pensó que en realidad estaba tratando de mantenerlo porque un hombre como Kyrios no podía ser bueno para ella. No cuando le nublaba el pensamiento con su sola presencia, no cuando sus ojos parecían mirar dentro de su alma y cuando las opiniones de él se habían vuelto tan importantes . Él no era bueno para ella, se repitió a sí misma, y había hecho bien. Aún así, su madre obviamente no pensaba lo mismo y le dejó muy en claro lo decepcionada que estaban tanto ella como su padre.
-Te hemos dado demasiada libertad – dijo la mujer – y sólo ha servido para que tomes malas decisiones. Blackdalion hubiera sido un esposo adecuado para ti, pero lo has arruinado, ese hombre no aceptará el desprecio tan fácilmente. Pasado un tiempo prudencial te escogeremos un marido ya que tú no puedes hacerlo – finalizó ofuscada y salió de la terraza junto a su esposo.
-Ely ...-llamó su hermano Landros que acababa de entrar junto con Xander.
-Vamos , necesitas descansar – dijo su hermano mayor y sin más preámbulo la levantó y la llevó a sus aposentos.
-Ahora dinos qué pasó...-la interrogó Landros cuando la acomodaron en la amplia cama.
-Kyrios Blackdalion me pidió casamiento y le dije que no...
-Pero está bien, quiero decir si tú no lo quieres ...- la consoló Xander pero cuando la joven levantó su mirada los dos supieron la verdad.
-¡Lo quieres! – exclamó sorprendido Landros
-Yo...-trató de explicarse ella pero no pudo porque no era capaz de entenderse a sí misma.
Su hermano mayor sólo la abrazó tiernamente.
-Te dejaremos sola cariño ...- dijo el menor de los Silverest y ella asintió.
-¡Voy a matarlo! – gruñó Xander apenas salieron de la habitación mientras reforzaba su afirmación golpeando la pared- O tal vez deba traerlo a la rastra para que arregle esto.
-Esa no es la solución ...
-Pero Landros...
-Si eso hiciera sentir mejor a Elady yo mismo lo mataría – dijo Landros y Xander se quedó estupefacto por la mirada feroz de su hermano menor.
-¿Qué vamos a hacer entonces?
-Dejar que las cosas sigan su curso y cuidar de ella, nuestros padres la van a atosigar estos días...
-He estado fuera mucho tiempo, no he sido un buen hermano mayor ¿ verdad? – preguntó Xander pesaroso- Creo que ni siquiera conozco muy bien a Elady o a ti.
-No te preocupes , ahora tenemos tiempo – le contestó Landros con una cálida sonrisa.
-Sí - respondió él y se sentaron frente a la puerta de Elady, custodiándola.
-¿ Cómo te fue? – había preguntado Dominick cuando Kyrios se reunió con él
-Me rechazó. No me quiere . Vamos a casa – contestó cortante
-¿Vas a darte por vencido?, dices amarla y simplemente te vas a ir sin luchar por ella.
Kyrios le dirigió tal mirada que Dominick agradeció que tuviera la espada envainada y que lo quisiera como a un hermano. Porque en ese momento su amigo tenía la expresión que hacía huir a sus enemigos en el campo de batalla.
Sin más y en silencio partieron hacia el Señorío de los Blackdalion.
Los días pasaron, Elady retomó sus rutinas y hubiera podido creer que nada había sucedido pero su madre se mostraba un poco fría con ella, recordándole lo mucho que censuraba su decisión.
Por otra parte sus hermanos se mostraban sobreprotectores y había podido forjar lazos más estrechos con Xander. A veces incluso le pedía que le hablara de sus aventuras y batallas, pensaba que si podía comprender a su hermano tal vez pudiera entender a otro hombre, uno que la perseguía en sueños .
Aún recordaba las palabras de su madre sobre buscarle un marido y aunque ella pretendía restarle importancia cuando pensaba en casarse con alguien que no amaba se estremecía. A pesar de que había sido su propia decisión, solía pensar que por protegerse de Kyrios se había condenado a un destino peor.
Para aligerar su ánimo solía salir a cabalgar o daba paseos por el pueblo, en una de esas incursiones conoció a una mujer cuya breve intervención le daría un nuevo rumbo a su vida.
Era una señora mayor que estaba cargando bolsas varias en una carreta, parecían víveres aunque Elady no estaba segura. De pronto una de las ruedas traseras se soltó y cayeron algunas bolsas, Ely se acercó presurosa a ayudarla.
La mujer era hermosa de un manera indefinible, pero lo que conmocionó a la joven fueron los ojos, dorados e intensos.
Entre las dos lograron reparar la carreta y volver a cargarla, cuando terminaron estaban cansadas y sucias pero ambas tenían sonrisas satisfechas.
-Gracias muchacha - expresó la mujer con un tono de voz que delataba que era mucho más que una simple campesina.
--Fue un placer – respondió la joven ampliando su sonrisa , entonces la mujer extendió su mano para estrechar la de Elady.
Al rozar la mano de la extraña Elady sintió una inexplicable corriente de energía, incluso el aire parecía diferente.
Notó que los ojos dorados de la mujer miraban a través de ella, a través de sus palabras, miraban más allá. Aquella mujer podía ver cosas que aún no sucedían, que todavía no tenían nombre.
Cuando la mujer habló , Elady tuvo la sensación de que era una voz diferente que venía desde lugares distantes y ajenos al mundo que ella habitaba, sintió también que todas sus defensas se habían desvanecido.
-Lo amas pero no lo aceptas – dijo.
Elady sólo asintió embargada por lo que sucedía, no podía mentirle a aquella mujer como tampoco podía mentirse a sí misma. La mujer prosiguió como si pudiera leer en su corazón.
-No será amor verdadero hasta que puedas comprenderlo y aceptarlo, todo lo que él es.
-Estoy en un dilema- dijo la joven – lo amo, pero ha matado gente...
- Sí y matará a muchas más, es un guerrero, pero también ha salvado y salvará a muchos. No es un asesino, es un protector. Yo también quisiera un mundo de paz, donde la justicia se imponga por la ley de los sabios y no la espada, pero aún no llega ese día. Y en estos tiempos oscuros necesitamos gente como él. Es justo y noble, no veo tu dilema. Lo entendería si hubiera mal en su corazón pero no lo hay, jamás dañaría a propósito ni lastimaría a un inocente. Él desea lo mismo que nosotras y si llegaran esos tiempos de paz tu león sería el primero en deponer sus armas y se retiraría a vivir tranquilo.
Pero debes saber que siempre defenderá lo que cree justo y protegerá a los inocentes, es capaz de dar su vida por los demás. Debes aceptarlo porque no puedes cambiarlo.
-Yo...- dudó Elady y la mujer apretó con ternura su mano y habló con una voz que hizo estremecer a la joven.
-Debes tomar una decisión pequeña, pero debes saber que no habrá nadie como él. Le temes porque es el único que reconoce lo que hay en ti, no es que él te cambie sino que sólo con él puedes ser tú misma. ..Tú decides.
Yo también negué el amor una vez, le temía. Temía que no aceptara lo que yo era, pero más aún temía a lo que sentía por él .
-¿Qué sucedió?
-Me rendí, querida porque le temía mucho más a vivir sin su amor .
-¿Qué ve en mi futuro ?
-Decisiones ...y de la que tomes depende todo. Puedes tener lo que anhelas y mucho más – dijo sonriendo – pero deberás aprender que amar es aceptar al otro tal como es . Incluso con tus hijos...
-¿Hijos? – preguntó la joven
-Sí, hijos - dijo la mujer con una extraña mueca.
-¿Qué sucede? – cuestionó preocupada.
-A veces vemos en los destinos de los otros hebras del nuestro...curioso, muy curioso. Pero él me agrada. –contestó enigmática y Elady supo que no le daría más respuestas.
-Todo saldrá bien – comentó la mujer y la joven sintió que el hechizo que las envolvía se había roto-Bueno, debo volver a casa, mi esposo y mi hijo me deben estar esperando.
Se despidió y se separaron.
Pasarían muchos años hasta que Elady volviera a ver ojos semejantes y descubriera el significado del cruce de hebras al que aludía la misteriosa mujer.
La joven se quedó observándola partir, en su carreta vieja y con el aura de poder que la rodeaba. Luego volvió a su casa con el alma en paz y el corazón ligero.
Durante su regreso Elady imaginó distintas maneras de reencontrarse con Kyrios. Tal vez su madre estuviera errada y él no le guardara rencor por el desplante, había dicho amarla y eso significaba que tenía que perdonarla y entenderla.
Habían pasado tres semanas desde aquel fatídico día y un rato con aquella extraña mujer le había bastado para tomar la decisión más importante de su vida.
Encontraría a Kyrios Blackdalion, o permitiría que él la encontrase –una dama tenía que hacerse valer- y aceptaría casarse con él. Le daría una explicación y él la entendería porque ,más allá de todo ,Elady sabía que podía confiar en él.
Tenía ganas de cantar , se sentía alegre porque por fin se permitía amar.
Amar y ser amada por Kyrios iba a ser magnífico.
Al llegar a su casa ya estaba imaginando niños de cabello oscuro y ojos azules correteando a su alrededor. Un hogar y una familia, ella también le concedería su deseo al joven guerrero.
Sin embargo al entrar al salón y escuchar la conversación entre sus padres , los sueños se le quebraron, incluso creyó sentir que el corazón se le partía.
--Me encontré con el joven Blackdalion – dijo su padre.
-¿Y no lo invitaste? - contrarrestó la señora Silverest.
-Está acampando con algunos de sus hombres a poca distancia , además después de lo que oí no me pareció apropiado.
-¿Lo que oíste? , cuéntame todo...
-Los rumores que escuché dicen que está comprometido con Nedra Vendriel , van a casarse dentro de poco...
-¿Y no le preguntaste a él?
-Algo así. Traté de averiguar algo, pero sólo dijo que es probable que se case pronto.
Luego de oír esta última frase Ely, no escuchó más. Él iba a casarse y nada menos que con Nedra.
Sin lugar a dudas Kyrios Blackdalion tenía un efecto nocivo en ella y no sólo porque acababa de arreglárselas para romperle el corazón sin estar presente, sino también porque , una vez más, había hecho brotar su mal genio. ¡Por todos los cielos! Ni siquiera sabía que tenía mal genio hasta que el muy arrogante había aparecido en su vida.
“Estaba cerca “ había dicho su padre, entonces no tenía por qué dilatar su encuentro con él. Y sobre la tumba de todos sus antepasados Elady Silverest juró que Kyrios iba a arrepentirse.
Salió presurosa del salón, buscó su caballo y cabalgó como si su vida dependiera de ello.
Conformaban un grupo numeroso junto al bosque, reconoció el cabello rojizo de Dominick pero más que nada el cabello oscuro y la figura imponente de Kyrios. Allí estaba bromeando y riendo con sus amigos, sin siquiera percatarse de su presencia, aquella actitud fue suficiente para enardecer a Ely.
-¡Tú , embustero! ¡Traidor! – gritó Elady desmontando y lanzándose contra Kyrios. Dominick que estaba junto a él casi se atraganta por la impresión.- Te llenas la boca hablando del honor de los Blackdalion y un par de días después de pedirme matrimonio, te comprometes con otra...
-Me rechazaste...-se defendió él entre asombrado y divertido por la sorpresiva irrupción de ella.
-Eso no importa – continuó implacable la joven mientras resaltaba sus palabras señalándolo en forma acusadora- ¡Dices amarme y vas a casarte con esa arpía!. ¡Tres semanas! ¿Eso te dura el amor? ¿Eso es todo lo que puedes esperarme?¿Dónde está tu palabra? Me la vas a pagar, voy a asegurarme de que te descuarticen por mentiroso .Te voy a quitar esa mirada presumida y vas a arrepentirte de haberte reído de mí.- lo amenazó furiosa.
-No voy a casarme con nadie...-dijo él desconcertándola repentinamente.
-¿No?, ...pero me dijeron..escuché – dijo confusa y totalmente desarmada , de pronto había recuperado la sensatez y se había percatado del espectáculo lamentable que estaba dando.
-No. Son rumores – dijo él acercándosele lentamente, se veía más amenazante que de costumbre- En realidad sólo hay una mujer con la que me casaría. Es la única que amo y amaré. Sin importar qué pueda pasar la llevo en mi alma. Es como de esta altura – explicó poniendo una mano al nivel de su cintura – No más bien así – aclaró aproximándose y poniendo la mano a la medida de la altura de ella – es delicada como una flor, pero también tiene pasión y puede comportarse como una fiera a veces.
Tal vez la conozcas , su cabello es una extraña mezcla de oro y plata , y sus ojos ...son dos estrellas grises...y...
-Kyrios... – exclamó ella conmovida elevando sus brazos en un mudo pedido.
Kyrios la levantó por la cintura para acercarla a él y que pudiera abrazar su cuello como ella deseaba, Elady enredó sus manos en el cabello oscuro y acercándolo a sí lo besó.
-¿Eso es un sí? – preguntó él con voz susurrante separándose un poco
-Sí – respondió ella sonriendo
-Entonces tenemos que hablar a solas - aclaró en voz alta y sus hombres se dispersaron con muecas de diversión y risas sofocadas.
Kyrios la llevó en brazos lejos de los demás. Se sentó junto a un árbol apartado , llevándola con él hasta tenerla en su regazo.
-¿Entonces me amas? – preguntó él con el alma en la voz mirándola detenidamente.
-¿Acaso no lo sabes? – preguntó ella enfrentando su mirada indagadora.
-No me lo has dicho aún y teniendo en cuenta que no has hecho otra cosa más que pelearme desde el día en que nos conocimos, que rechazaste fríamente mi propuesta de matrimonio y que acabas de amenazarme frente a mis amigos...– comentó con tono pesaroso aunque con la esperanza pintada en sus ojos azules.
-Te amo Kyrios Blackdalion. Te amo desde el primer día en que entraste al baile y te paraste junto a Rem Winterday y nuestras miradas se cruzaron –se alegró al saber que ella recordaba tan bien aquel primer encuentro- . Amo todo lo que eres, tu gentileza y tu testarudez , tu fuerza y tu bondad, la forma en que me miras...Traté de escaparme Kyrios, Dios es testigo , luché contra ti pero es imposible porque somos uno para siempre ...y durante todas las primaveras de mi vida pienso pasear contigo bajo tus cerezos en flor...y voy a darte un hogar...
-Tengo un Castillo ¿ recuerdas? – le recordó burlón pero evidentemente emocionado
-Tienes un montón de piedras que seguramente voy a tener que redecorar - dijo divertida- pero yo voy a convertirlo en tu hogar de verdad...con amor, risas, hijos...- prometió con una solemnidad inusual.
Kyrios sintió tanta dicha que la acercó más así y la besó largamente
-Y yo voy a hacerte muy feliz Elady Silverest , voy a amarte cada día de nuestras vidas . Voy a amar todo lo que eres y lo que serás- le dijo apartándose momentáneamente .
Esta vez fue ella quien lo calló con un beso, abrazándose a él como si no lo fuese a soltar nunca.
-Elady...-la llamó dubitativo después de unos minutos.
-¿Mmm? –contestó ella desde el cálido refugio de sus brazos.
-Yo inicié los rumores de mi matrimonio con Nedra – confesó avergonzado.
-¡¿Qué?! – preguntó incrédula incorporándose.
- Bueno , pensé que tal vez te haría entrar en razón...-trató de justificarse.
-¡Eres un..!
-No iba a darme por vencido...tenía que luchar por ti, con cualquier arma a mi alcance. Además –dijo atrayéndola nuevamente hacia él – no deberías hablarle así a quien será el padre de tus hijos.
Ella lo miró furiosa, sólo pensar en lo que había pasado creyendo que lo perdería le hacía hervir la sangre, pero también recordó la herida que le había causado al rechazarlo y se sintió feliz de que él nunca hubiera renunciado a ella.
Los malos momentos eran parte del pasado. El presente y el futuro eran el amor que los envolvía y la sensación de pertenencia que tenía. Ella era de él como él de ella.
-Supongo que debo perdonarte , aunque si fuera tú no dormiría tranquilo , la venganza puede llegar en formas inesperadas- le dijo entrecerrando los ojos grises.
-Si te casas conmigo puedo soportar cualquier cosa – le contestó con dulzura y Elady apoyó la cabeza en su pecho sabiendo que había tomado la decisión correcta, la única posible.
El matrimonio se celebró un día de primavera , al aire libre bajo los cerezos en flor de los jardines del Castillo Blackdalion.
Los testigos de aquel día pensaron que nunca habían visto dos personas más diferentes: Elady delicada y resplandeciente con su largo cabello claro brillando con la luz del sol, sus ojos plateados y el hermoso vestido blanco con flores bordadas en oro ; Kyrios alto e imponente , su cabello oscuro y su actitud feroz, su vestimenta azul profundo haciendo juego con sus ojos. Así también los testigos pensaron que no habían visto jamás dos personas que se amaran tanto, que se pertenecieran como ellos, porque fue evidente que cuando sus miradas se encontraron para pronunciar sus votos matrimoniales los dos jóvenes pusieron sus almas en sus palabras y en sus ojos.
Cuando Kyrios deslizó la delicada sortija de oro blanco y amarillo en el dedo de Elady declaró al mundo lo que significaba para él y cuando las palmas de sus manos se tocaron para ser enlazadas como marcaba la tradición ,todos supieron que estaban presenciando un momento sublime, legendario.
Durante años los trovadores cantarían sobre aquel día.
Todos habían asistido a la celebración, familia y amigos, y cada vez que Kyrios pasaba cerca de sus cuñados sentía una secreta satisfacción como si les hubiera ganado una pequeña batalla demostrando que era digno de Elady. Bueno , tal vez todavía no la mereciera completamente , pero haría todo lo posible por hacerla feliz y ser merecedor del amor de su esposa. No les daría la oportunidad de que cumplieran con sus “advertencias”.
Sus suegros lo habían aceptado encantados pero Landros y Xander seguían mostrándose reservados , aunque lo único que verdaderamente importaba era la mujer que tenía en brazos mientras bailaban .
-¿Kyrios?
-¿Mmm?
-¿Por qué bailabas con todas menos conmigo? – preguntó ella aludiendo a sus primeros encuentros.
Él rió antes de contestar.
-Vaya que te demoraste en preguntar.
-Kyrios....
-La verdad es que no me sentía capaz de aceptar otro rechazo tuyo amor. Mientras bailaba con cada dama solo pensaba en ti. Y la única vez que bailamos tuve que hacer un gran esfuerzo para soltarte, pero ahora nunca voy a dejarte ir...
-Eso espero – contestó ella y le sonrió cálidamente .
Elady quiso al Castillo Blackdalion casi como a su dueño, era un lugar diferente a lo que había imaginado. Tenía mucha luz y estaba decorado con bellos tapices, elaboradas alfombras y delicados vitrales que habían sido elegidos por la madre de Kyrios, incluso había una magnifica biblioteca con ventanales hacia el jardín. Sentía que había un legado de amor entre aquellas paredes, era un lugar cálido y le agradó que fuese su nuevo hogar. Era el hogar de ella y Kyrios , eso bastó para que se adaptara con facilidad .
Aunque había existido una profunda conexión entre ellos desde el primer momento , en aquellos primeros días de matrimonio aprendieron a conocerse de verdad.
Elady supo que más allá de ser guerrero Kyrios no era un hombre violento , todo lo contrario era muy tierno, aunque se escandalizaba de que ella se lo dijera. “Tengo una reputación que mantener “ decía él con fingida severidad y la hacía reír. Risas, eso era lo que sobraba en aquel lugar y era muy gratificante.
Kyrios descubrió en Elady cosas que antes sólo adivinaba, le encantaba verla en el pueblo con un vestido sencillo y el pelo trenzado con descuido. La gente que amaba a su joven señor había extendido inmediatamente aquel cariño a su esposa y ella les correspondía con creces, interesándose en sus problemas y necesidades, jugando con los niños o bailando en la fiesta de la cosecha como si siempre lo hubiera hecho. Él tenía la sensación de que por primera vez en su vida ella era libre , y esa nueva libertad que significaba ser ella misma la hacía feliz y ese era el objetivo principal de Kyrios.
Estaban enamorados y la felicidad los envolvió generosamente. Pasaban horas charlando ,hablando como nunca lo habían hecho con nadie; saqueaban la cocina y se escapaban a comer en el bosque , montaban a caballo como si fueran el viento mismo, recorrían el pueblo , se acurrucaban junto al fuego mientras Kyrios contaba historias con su voz profunda o Ely cantaba antiguas baladas mientras acariciaba el cabello de su esposo desparramado en su regazo.
Kyrios la hacía sentir amada y Elady lo hacía reír disipando con besos cualquier dolor pasado.
En fin , vivían su amor como si tuvieran toda la eternidad y como si fuera el último día , con el secreto conocimiento de que su verdadero hogar estaba en brazos del otro.
El suspiro que emitió al divisar el Castillo de los Cerezos fue una mezcla de lamento y quejido, incluso su mirada tenía una tristeza que era muy inusual en el pelirrojo caballero.
Al llegar Dominick deseó no ser él el mensajero, no quería ser quien trajera noticias que perturbaran el mundo feliz que habían construido sus amigos, sin embargo no podía evitarlo.
Azuzó su caballo y avanzó resignado.
Kyrios y Elady salieron a recibirlo y los años de profunda amistad hicieron que el joven Blackdalion supiera que algo sucedía sin necesidad de palabras.
Dom sonrió a Ely pero era un gesto vacío que no llegaba a sus ojos, cosa extraña en el risueño pelirrojo pero Elady no lo percibió, tampoco notó la tensión en su esposo.
-¡Dom, nos tenías olvidados! – dijo la joven acercándose a saludarlo
-Claro que no mi dama, sólo que mi madre me dijo que me alejara de las lunas de miel, ajenas y propias...
-¡Dominick! Haré que te preparen una habitación y comida, debes estar hambriento – dijo tratando de ocultar su rubor y marchándose de prisa.
Kyrios se acercó y lo abrazó.
-Vamos a la biblioteca Dominick, no quiero que ella escuche lo que has venido a decir.
-Me parece bien...
Ely fue a llevarle un refrigerio a los dos hombres pero se encontró con la puerta de la biblioteca cerrada, eso era muy extraño hasta el momento Kyrios no había tenido secretos para ella. ¿Qué estaría hablando con Dom, qué sería tan importante como para mantenerla alejada cerrando la puerta.? claro que seguramente lo habían hecho para que no los molestaran y no para apartarla .
La joven se sentó junto a la ventana que estaba frente a las puertas de la biblioteca a esperar, se quedó observando el emblema familiar que adornaba el umbral del salón. Dos leones rampantes opuestos , uno blanco y uno negro, Elady nunca sabía si se enfrentaban o sólo eran dos caras de lo mismo, tenía que preguntarle a Kyrios.
Estaba pensando en ello cuando las puertas se abrieron y los ojos azules se clavaron en ella, había algo distinto en la mirada de Kyrios pero no pudo adivinar qué era y se acercó confiada.
-¿Sucede algo?
-Bueno, me temo que tengo que ir a atender unos asuntos en Winterday, el Conde quiere hablar conmigo...
-Pero...-empezó Elady, no iba a pedirle que no fuera pero no quería apartarse de él, le dolía que los días que compartían llegaran a su fin tan pronto
-Quiero que vengas conmigo, te gustará – dijo él y ella sonrió lanzándose a sus brazos. La mirada que los amigos intercambiaron pasó desapercibida a la joven.
-¿Vendrás con nosotros? – pregunto Elady a Dominick mientras se ocupaba de los preparativos para el inminente viaje.
-No, preferiría quedarme aquí a descansar. Eso siempre y cuando la Señora del Castillo me lo permita
-Ella seguramente.. – comenzó Ely y luego se dio que cuenta de que se refería a ella. Él notó su confusión y le sonrió divertido.
-Creo que todavía no me acostumbro – se disculpó la joven – además como hemos estado solos éste tiempo me temo que olvidé mis deberes como Señora del Castillo, pero estaría encantada de que se quedara aquí milord – expresó con un exagerada reverencia -. Nuestra gente se encargará de atenderte...
-Y tú tendrás un tiempo más para estar sola con nuestro adorable Blackdalion – le dijo él
-Supongo que eso no estaría mal – respondió ella y los dos rieron.
Antes de que la joven pareja partiera hacia Winterday, Dominick se acercó a su amigo fingiendo que le ayudaba con la montura del caballo.
-¿Estas seguro de lo qué vas a hacer?
-Tanto como puedo estarlo, es lo mejor...
-Sí tú lo dices...
-Nos vemos en un par de días Dom, ¿recuerdas lo que te dije?
-¡Cómo si pudiera olvidarme!
-Y mientras estés en casa no te comas todos mis víveres –bromeó Kyrios tratando de aligerar la tensión que los rodeaba.
-El glotón eres tú, así que no tienes por qué advertirme. Cuídense – le dijo más serio palmeándole la espalda para despedirse.
Kyrios sólo asintió.
Durante el viaje Elady le hablaba entusiasmada y él trataba de fingir la misma alegría de ella.
-He escuchado que Winterday es el Castillo mejor fortificado .¿Es cierto?
-Sí – contestó con una sombría sonrisa y al ver la mirada indagadora de ella trató de sonar más despreocupado- Y es un lugar hermoso, tienen jardines interiores espectaculares y la vista desde la almena es incomparable. Además los Condes son muy agradables , conocieron a mis padres, ¿sabes?
-¿En serio?
-Sí, así que supongo que tendrán algunas historias para contarte.
-Me encantará oírlas. ¿Kyrios qué te preocupa?- preguntó ella y lo tomó desprevenido.
- Nada- respondió de prisa y supo que eso no la conformaría-.En realidad me molesta que hayamos tenido que interrumpir tan repentinamente nuestro idilio , me gustaba estar en el Castillo contigo...
-Bueno, también aquí estaremos juntos ...-dijo ella para reanimarlo.
-Sí , pero no es lo mismo. No te preocupes , supongo que después del banquete de bienvenida recuperaré mi buen humor.
-Una buena comida hace milagros –comentó mordaz la joven y Kyrios tomó las riendas de su caballo para detenerlo. Luego con un rápido movimiento de su brazo la acercó a sí para besarla. Y al hacerlo deseó que el tiempo pudiera detenerse.
La primera visión de Winterday dejó a Elady sin aliento, una muralla altísima se alzaba para defender el castillo y unas torres más altas aún sobresalían contra el firmamento.
El lugar era enorme. Kyrios le había contado que incluso la aldea estaba rodeada por la muralla exterior y que había otra interior que protegía al castillo.
En realidad la bienvenida que les dieron estaba acorde a lo que Kyrios le había comentado previamente, los condes eran una pareja mayor y muy agradable. La Condesa Winterday se mostró sumamente gentil con ella, y antes de que la joven pudiera protestar la llevó de gira por el Castillo. Elady trató de resistirse, pero Kyrios le guiñó un ojo con un cómico gesto de resignación y se alejó con el Conde.
El lugar era en verdad hermoso pero sorprendida notó que no podía compararse con su Castillo de los Cerezos, tal vez porque ella había aprendido a amar su nuevo hogar.
Sin embargo ya que estaban allí disfrutaría aquellas pequeñas vacaciones aunque , tenía una extraña sensación que la aguijoneaba, se sentía inquieta como si algo fuera a pasar.
La belleza de los jardines y las historias que la Condesa le contaba, algunas sobre el lugar otras sobre los Blackdalion lograron distraerla, sin embargo necesitaba ver a Kyrios para asegurarse de que todo estaba bien. Pero no pudo verlo hasta la hora de la cena.
Más tarde pensó que en verdad una buena comida hacía milagros porque el banquete que habían ofrecido en su honor era delicioso y había desvanecido sus sospechas. Tal vez el vino dulce y bailar con Kyrios hubiese contribuido bastante. Al llegar la noche estaba tan cansada que se hubiera dejado caer en cualquier parte, sin embargo les habían asignado una habitación hermosa. Estaba alejada y le llamaban la habitación de la Torre, era un espacio muy amplio y acogedor. Lo único malo es que tenía pequeñas ventanas muy altas, suponía que era porque la habitación estaba en lo más alto del Castillo.
Arribar hasta allí le había costado un gran esfuerzo, pero Kyrios la había cargado en brazos el último tramo tal como había hecho su noche de bodas .
Al menos que la habitación, que les habían asignado estuviera tan aislada, tenía sus ventajas, podían imaginar que estaban solos en su Castillo.
Más tarde abrazada a Kyrios, Elady pensó en cómo era posible amar tanto a alguien, porque aquel guerrero de cabello oscuro se había vuelto el centro de su vida. Se veía tan indefenso allí con el cabello cayendo en su frente que Elady no pudo resistir la tentación de acariciarlo. Él estaba despierto aún y mirándola con intensidad la acercó más a sí.
-Duerme mi amor...- susurró y Elady se sintió incapaz de desobedecer.
Era todavía de noche cuando Kyrios se levantó. Elady aún dormía a su lado y él le dio un beso fugaz en la frente antes de levantarse. Se movió con mucho sigilo pues no quería despertarla, dejó sobre la mesa de la entrada la carta que había preparado anteriormente y, apenas vestido , salió de la habitación cerrándola con llave. Llevaba grabada en el alma la última imagen de Elady, vulnerable en el sueño, con los rayos de luna iluminando su piel clara y sus cabellos dorados .
Al salir se encontró con el dueño de casa ,el Conde de Winterday, a quien le entregó la llave de la habitación, fue un alivio porque sentía que el pequeño objeto le pesaba más que cien espadas.
-No te preocupes muchacho, ella estará a salvo aquí , la cuidaremos bien. Además a las mujeres le encantan estos gestos románticos...-le dijo el hombre para confortarlo y Kyrios esbozó una sonrisa forzada como respuesta.
“A todas menos a Elady” pensó Kyrios porque interiormente sabía que la estaba traicionando y la convertía en lo único que él mismo despreciaba “un pájaro enjaulado”.
“Perdón mi amor” murmuró y se apresuró para hacer los preparativos que lo llevaban lejos ,hacia una batalla incierta.
Al despertar se sintió incómoda y apenas abrió los ojos supo que se debía a que estaba sola.
Buscó a Kyrios con la mirada pero no lo encontró, como el aposento de la torre era muy grande y tenía varias habitaciones se levantó para buscarlo. Lo llamó pero sólo le respondió el silencio, la joven sintió que la inquietud crecía dentro de ella, algo había sucedido. Llegó hasta la puerta y al intentar abrirla se dio cuenta de que estaba cerrada, iba a forcejear o gritar cuando algo sobre la pequeña mesa de la entrada llamó su atención.
Una carta. Elady la tomó y leyó:
Amor mío :
Parece que finalmente tú tenías razón y que yo era un peligro del que debías mantenerte alejada. Soy un guerrero Elady y eso no va a cambiar jamás, lamento hacerte pasar por esto. Yo sabía que esto podía suceder pero fui egoísta y quise amarte sin importar el futuro y soy feliz de que tú también me amaras ,a pesar de todo.
Rog Tonan ha mostrado su verdadera cara y se ha vuelto contra el Rey como yo siempre pensé que lo haría. Ha reclutado un ejército y está atacando el norte, pero su ambición no tiene límites. Una vez dijiste que era un hombre malo, no te imaginas cuánto, está sembrando la destrucción a su paso y es mi deber detenerlo. Dominick, yo y otros más estamos a cargo de detenerlo, por eso me marché.
Debí hablar contigo personalmente pero no pude hacerlo, sólo tus ojos pueden asustarme Ely, no soportaría ver la desilusión en ellos. También sé que estás enfadada porque te engañé para encerrarte, pero debía protegerte. No quiero que corras el más mínimo peligro. Nuestro hogar no es seguro y no sé que tan resguardado sea el de tu familia, por eso no te devolví a ellos.
Winterday es el lugar más protegido que conozco, es una fortaleza inexpugnable y allí cuidarán de ti hasta mi regreso.
Espero poder volver Ely y que puedas perdonarme. Quiero que sepas que siempre soy y seré tuyo.
Te amo
Kyrios Blackdalion
“¡Perdonarlo!. El muy estúpido la había dejado encerrada y se había marchado a luchar y todavía esperaba que ella lo esperara devotamente para correr a su brazos”
Elady furiosa arrugó la carta y la arrojó contra la pared.
Lo encontraría y se encargaría de él, probablemente hasta incursionara en el uso de la espada para clavarle una hoja afilada a su endemoniado marido. Sin embargo pensar en una espada hiriendo a Kyrios le dio escalofríos porque lo amaba y era posible que él no regresara nunca, que muriera lejos sin que ella pudiera despedirse. Sin siquiera un último beso. No era posible que no tuvieran un futuro juntos, ella tenía dieciocho años y Kyrios sólo veintitrés , eran demasiado jóvenes y al mismo tiempo Elady pensó que acababa de envejecer repentinamente .
La joven fue hasta donde estaba el papel abollado y lo planchó con sus manos . Besó la carta y la sostuvo contra su corazón , deseando fervientemente que Kyrios volviera pronto. Se acurrucó en la amplia cama y lloró hasta quedarse dormida.
- Cuando salió de Winterday pudo ver a un hombre alto montado a caballo que lo esperaba. Siempre podía contar con Dominick
-¿Trajiste todo lo que te pedí?- le preguntó al pelirrojo
-Sí ,tu armadura, las armas y tus hombres te están esperando...
-Bien. Winterday nos cedió doscientos hombres de su propio ejército. Vamos...
-Debiste hablar con ella, no engañarla así. Va a odiarte – dijo su amigo cambiando el rumbo de la conversación.
-Lo sé, pero si ese es el precio por mantenerla a salvo, que así sea.
-Kyrios...
-Basta Dominick, no tenemos tiempo que perder, debemos frenar a Tonan – dijo bruscamente y azuzó a su caballo.
Dominick calló y lo siguió , sabía que era el guerrero quien dominaba ahora a su amigo. El León Negro estaba al mando y su objetivo era destruir a Rog Tonan.Aún así , Dominick sabía que el corazón de Kyrios quedaba en Winterday junto a Elady.
Al llegar la tarde Elady había llegado a un par de conclusiones .En primer lugar llorar y maldecir – acciones que habían intercalado hábilmente durante las últimas horas- no le servía para nada. No servía para traer a Kyrios de regreso , ni para abrir la cerradura. En segundo lugar, ella no pensaba quedarse allí, tal vez la antigua Elady hubiera esperado a que alguien la rescatara pero ,desde que había aceptado a Kyrios en su vida, había cambiado. Había llegado el momento de utilizar su inteligencia. Sabía que Kyrios se había asegurado de que la atendieran y cuidaran bien, no podía esperar otra cosa de él. Pero aunque la trataran como a una princesa , ella no iba a dejarse encerrar, sus ojos grises resplandecieron, tenía un plan.
Durante unos días Elady se comportó como “una prisionera modelo”, incluso se mostró encantada con las visitas de la Condesa, agradeció la comida que le llevaban y juró convincentemente estar agradecida a los cielos por tener un marido tan protector Fue el perfecto ejemplo de débil damisela y todos lo creyeron.
Sólo Kyrios hubiera adivinado por el brillo de sus ojos que se traía algo entre manos, pero él no estaba allí.
Él , como antiguo capitán del Rey y afamado guerrero, estaba al mando del batallón principal que perseguía a Tonan . Junto a sus hombres habían acampado cerca del lugar del combate, tanto las tropas aliadas como las de Tonan estaban estancadas, ninguna avanzaba más que la otra, ninguna retrocedía.
Eran horas de intensas luchas sin llegar a un resultado y los tiempos de descanso Kyrios los dedicaba a planear su estrategia , debía encontrar la forma de tomar ventaja para inclinar la victoria a su favor. Con frecuencia un dulce rostro aparecía en su mente, pero lo conjuraba tratando de mantenerse frío para enfrentar lo que le esperaba
Elady recordó que su esposo había dicho que el Castillo era inexpugnable , tal vez fuera cierto que los enemigos no podían entrar pero salir de él era mucho más sencillo. La joven sólo tuvo que invitar a la Condesa a bordar con ella, se sentaron a trabajar en una de las estancias interiores de la habitación de la Torre. En los últimos días la Condesa había dejado de cerrar la puerta con llave y eso bastó para que Ely se pusiera en marcha. Cuando la Condesa estaba totalmente concentrada en su labor , la joven dijo que había olvidado algo, salió presurosa y antes de que la mujer reaccionara la encerró en el pequeño cuarto trabando la puerta con un mueble, tomó la gruesa capa bordó que la condesa había dejado sobre el diván y salió por la puerta abierta tan pronto como pudo.
Sabía que era cuestión de tiempo que descubrieran lo sucedido, contaba con muy poca ventaja, aunque parecía que la suerte estaba de su lado. Circulaba tanta gente en el Castillo que a nadie le llamó la atención su presencia, igualmente la joven se había envuelto en la capa y se había cubierto con la capucha. El recorrido que había hecho el primer día le fue de gran ayuda y cuando vio al Conde salir de su despacho dejándolo abierto, Ely estuvo convencida de que había sido bendecida.
Le bastaron unos pocos minutos para encontrar un pergamino, escribirlo y sellarlo con la insignia del Conde. Estaba falsificando documentos pero se arrepentiría en otra ocasión, la causa que la alentaba bien valía la pena.
Salió furtivamente y escapó hacia las caballerizas...sólo necesitaba un poco más de suerte.
Sin embargo cuando un joven guardia la descubrió., ella vaciló por un momento. Luego la visión de un Kyrios en peligro le devolvió el coraje.
-¿Qué hace aquí? – la increpó el joven
-¡Oh! Yo estoy en una misión secreta – dijo ella con su voz más dulce y descubriendo su rostro
-Milady Blackdalion – se asombró el joven-
Afortunadamente Elady lo había conocido al llegar y recordaba su nombre.
-En realidad Sir Fredec lo estaba buscando.
-Yo creí...que estaba en la habitación de la Torre – balbuceó él.
-Así era, pero surgió un imprevisto. El Conde recibió información confidencial , de suma importancia para la batalla que estamos librando contra Tonan , estas noticias deben llegar a mi esposo. Pero dado la importancia y el secreto deben ser transportadas por alguien de confianza, y el Conde decidió que yo las lleve, de esa forma El León Negro podrá estar seguro de su veracidad.
-Pero eso es muy peligroso...podría hacerlo alguien más.
-Es que hay muy poca gente de confianza, los espías nos rodean, descubrieron a tres ayer – inventó sobre la marcha
-No puedo dejarla marchar – afirmó con severidad y Elady gruñó interiormente.
-De hecho , el Conde me aconsejó que lo buscará a usted para que me escoltara. Sabe que es digno de confianza y valiente. Tenemos que pasar desapercibidos y por eso pensó que viajemos solos – dijo ella y remató con un tono compungido y un revoleo de pestañas – Estoy muy asustada, pero la causa es noble y justa y necesito un escolta fuerte y valiente que me proteja. Si esto da resultado el Rey lo compensará , aunque la victoria ha de ser nuestra mejor recompensa. Pero si lo duda, puede leer aquí las instrucciones el Conde ...claro que debemos partir ya sin poner a nadie sobre aviso Como verá el Conde ha dado esas órdenes
Él joven tomó el manuscrito y lo leyó concentrado , antes de que terminará de leer Elady supo que tenía un guía para salir de los dominios de Winterday.
Kyrios había identificado a su enemigo en el campo de batalla y se había lanzado tras él sin contemplar que se alejaba de sus propios hombres para internarse en territorio enemigo.
Elady se hubiera sorprendido de verlo en aquellos momentos, la mezcla de ferocidad y fría determinación, su gesto sombrío y la tensión en su cuerpo. La precisión de sus estocadas para abrirse camino, la resolución letal de encontrar a Tonan y acabar con él, todo eso se reflejaba en Kyrios y dejaban en claro por qué tantos temían la furia del León Negro.
Muchos enemigos cayeron a su paso mientras se acercaba a su presa. Rog Tonan lo eludió tanto como pudo, asegurándose de que Kyrios se alejara de los suyos tanto como fuera posible, asegurándose de llevarlo hasta donde él quería.
Llegaron hasta un pequeño páramo y desmontando se lanzaron a la lucha, había pocos hombres cerca y estaban tan ocupados como ellos luchando.
Las espadas se cruzaron, los insultos y provocaciones también.
Tonan siempre había odiado al heroico Kyrios y éste le había correspondido el sentimiento . Ahora tenían la oportunidad de desquitarse con fuertes golpes, estocadas peligrosas y cualquier forma que tuvieran de dejar al otro fuera de combate. Lo de cualquier forma Kyrios lo comprendió cuando una flecha clavada en su hombro lo distrajo. Sólo entonces supo que Tonan le había tendido una trampa, pero al voltearse para ver al arquero que lo había herido se descuidó un segundo y fue suficiente para que a traición Rog Tonan le clavara la espada en la espalda. Sintió que el aire lo abandonaba
-¡Maldito! – siseó y luego un fuerte golpe lo hizo caer al suelo .
Usualmente Kyrios hubiera tenido más resistencia pero la persecución , los combates previos habían minado sus fuerzas y el inesperado ataque había sido demasiado . El guerrero sintió que se desvanecía y maldijo su suerte.
No podía morir así, derrotado por un cobarde que no había podido atacarlo mirándolo a los ojos.
Tonan llegó hasta él y tomándolo de los cabellos levantó mínimamente su cabeza para que lo oyera. No estaba seguro de que Kyrios pudiera escuchar sus palabras pero siempre cabía la posibilidad y eso agregaría un dolor extra a su agonía.
- No debes preocuparte Blackdalion, porque cuando todo esto acabe yo personalmente me encargaré de consolar a tu hermosa viuda.- después dejó caer la cabeza morena en el suelo y se alejó contento de haber destilado su veneno y haberle dado muerte al León Negro, pero en su arrogancia no hizo nada para rematarlo, lo dejó para que muriera lentamente.
Kyrios alcanzó a escuchar sus palabras y el miedo lo recorrió , miedo no por su destino, sino por el de Elady porque él ya no podría defenderla. Luego sintió que las fuerzas lo abandonaban al tiempo que la sangre se le escurría del cuerpo.
“Sí , definitivamente estaba bendecida, tal vez porque el amor fuera una forma de bendición” pensó Elady mientras escapaba de Winterday. El joven Fredec había creído su loca historia y se había comportado como un verdadero caballero andante. Habían viajado rápido y seguros, el joven se las había ingeniado para averiguar la ubicación exacta de Kyrios y hacia allí se habían dirigido. En época de guerras y desastres nadie los había atacado, no habían encontrado ningún obstáculo a su paso .Elady creía que era porque ella debía estar junto a Kyrios, así de simple, sin importar qué , ella llegaría hasta él.
Estaba muriendo, podía sentirlo. En realidad no tenía temor, era un guerrero y no estaba preocupado por la muerte en sí. Siempre había creído que era sólo cerrar los ojos y dormir, dejarse ir y no despertar.
Estaba preparado pero no quería morir, perdía la conciencia pero una imagen persistía en su mente y lo retenía. Una delicada princesa de cuentos, con ojos de plata, encerrada en un castillo esperaba por él. Y Kyrios aunque no temía a la muerte luchaba con todas sus fuerzas por sobrevivir , ya que lo que verdaderamente temía era no volver a ver a aquella mujer.
Una persona se agachó junto a la cama del guerrero, cuando la capucha de la capa cayó quedó al descubierto una rubia cabellera y los delicados rasgos de Elady marcados por la angustia.
Al llegar Elady, un sorprendido Dominick la había puesto al tanto de lo sucedido y la había guiado hasta el agonizante Kyrios. Le habían dicho que no la reconocería, que ya no podía escucharla. Sin embargo se inclinó hacia él y acarició su rostro, mientras le hablaba.
-No vas a irte , ¿me escuchas Blackdalion?. Yo no quería amarte pero no pude evitarlo y ahora no vas a dejarme. Kyrios te amo, te necesito – le susurró ella – Además vamos a tener un hijo y tiene que conocerte, tienes que cumplir tus promesas León Negro – Elady no había tenido ningún síntoma que le hiciera pensar que estaba embarazada pero cuando las palabras acudieron a su boca, tuvo la certeza de que esperaba un hijo- Kyrios vas a vivir, aunque tenga que obligarte – insistió enojada y lo besó suavemente tratando de contener sus lágrimas.
Cuando Elady salió de la tienda se encontró con Dominick. No necesitó que éste le dijera nada para saber que compartían el mismo dolor y que había algo más , además del estado de Kyrios , que lo preocupaba.
-¿Qué sucede? – preguntó ella
-Los hombres no obedecen las órdenes, han escuchado las noticias sobre el estado de Kyrios y están desmoralizados. Él es una leyenda Elady y si está muriendo...Si han abatido al León Negro no creen que valga la pena seguir peleando, sólo son capaces de enfrentar la muerte si un Blackdalion los guía. Estamos perdidos.
-Él no va a morir , es fuerte y testarudo– dijo ella controlando el temblor de su voz.
-Esos malditos médicos han esparcido las malas noticias por todos lados...
-Tráelos Dom, quiero hablar con ellos y reúne a los hombres...
-Elady ...
-Yo soy Blackdalion ahora y no vamos a dejar que lo que él hizo sea por nada, vamos a ganar Dominick.-contestó ella y él no la cuestionó, los ojos grises de ella expresaban su determinación, por un momento el pelirrojo caballero pensó que aquella mirada parecía una tormenta a punto de desatarse. Ella tenía razón , ya fuera que Kyrios muriera o se salvara su sacrificio no podía ser en vano.
-Bien .Ely..¿qué hago con tu Sir Fredec? – preguntó con una mirada acusadora
- Supongo que puedes encontrar algo para él, es valiente y estará dispuesto a ayudar en lo que sea necesario . Pero por favor no me delates...
– Está bien , luego hablaremos y me contarás cada detalle - respondió y salió con presteza a cumplir sus órdenes.
Poco tiempo después la joven se paseaba frente al comité de galenos que atendía a Kyrios.
-Mi marido no va a morir – afirmó inapelable Elady a los médicos reunidos.
-Señora ...-trató de hablar uno de ellos.
-Él va a recuperarse , eso es lo que quiero que digan a sus hombres y si alguno dice otra cosa o duda de la recuperación de Kyrios , yo misma me voy a encargar de que lleguen al otro mundo antes que él – expresó con fría crueldad y la voz calmada de aquella muchacha menuda fue una amenaza certera que los hizo estremecer.- Harán todo lo que esté a su alcance y más para salvarlo, él es fuerte y sobrevivirá - sentenció ella como si sus palabras pudieran salvarlo.Los tres hombres se retiraron prometiendo hacer lo mejor por el enfermo , mientras se disculpaban por su comportamiento anterior y hacían exageradas reverencias a la joven señora.
-Bueno , uno menos ... –dijo Elady como si evaluara la situación a la que se enfrentaba y le sonrió al asombrado Dominick – ahora los soldados, - suspiró - voy a necesitar la espada de Kyrios .
-¿Su espada? ¿qué planeas Elady? – preguntó Dominick con un gesto de preocupación.
-Ya lo verás...su espada sí, me temo que su armadura es muy grande para mi, aunque su capa me servirá. – dijo pensativa
-Cielos niña, ustedes son tal para cual – añadió el pelirrojo y no pudo evitar sonreír.
Un rato más tarde, envuelta en la capa negra de Kyrios y con la pesada espada atada a su cintura la joven se enfrentó a los descontentos y asustados hombres que componían el ejército de su esposo. Les dio un discurso como jamás habían oído y la visión de aquella mujer, que era apenas una niña, con los ojos febriles por la pasión y el cabello rubio revuelto por el viento los hipnotizó .Sus palabras de justicia y lealtad les llegaron al corazón, “Si han de seguir a un Blackdalion, yo lo soy “ dijo la joven y cuando terminó su arenga aquellos hombres estaban dispuestos a dar su vida por ella.
-Dominick , enséñame lo que hay que hacer ,cuál es nuestra estrategia -le pidió luego a su amigo y durante horas él le explicó la tácticas militares. Casi al anochecer ella trasmitió las órdenes a “su ejército “ y pasó revista a las tropas para trasmitirles confianza.
Era muy tarde cuando se fue a dormir exhausta , le habían armado una litera junto a la de Kyrios. Sin ánimo para desvestirse, se acostó vestida y se abrazó a él , tenía ganas de llorar pero no podía darse el lujo de hacerlo. Debía ser fuerte , le pareció inverosímil su forma de actuar, no parecía ella misma, pensó con nostalgia en el pasado, en la joven despreocupada que había ido a los bailes. Recordó también el día que su mirada se cruzó con la de Kyrios.
-Sabía que eras un peligro para mí .. - susurró mientras acariciaba con ternura el rostro del hombre inconsciente -Todo va a estar bien , mi amor...pero tienes que pelear por quedarte, tienes que volver a mí, ¿escuchas?. Gana esta batalla León Negro...
Estaba tan cansada que no pudo decir más y pegada al cuerpo convaleciente de Kyrios se durmió.
Dominick había hecho instalar una mesa fuera de la tienda de Kyrios, allí Elady tenía extendidos un par de mapas mientras Dom le explicaba la formación de ataque y le contaba las noticias que habían traído las tropas de avanzada. Las fuerzas aliadas habían logrado contener a Tonan después del ataque al León Negro, tal vez aquella tremenda ofensa les había dado fuerzas para resistir, pero aún la así la batalla decisiva era inminente.
El hombre observó a la esposa de su amigo, tenía el cansancio reflejado en la cara y pensó que debería obligarla a descansar, Kyrios se enfadaría con él por dejar que Elady se pusiera en peligro.
Días atrás cuando hirieron a su amigo Dominick había creído que era el fin, pero ya no estaba tan seguro, la joven que estaba junto a él le había contagiado su esperanza.
La madrugada que ella llegó a ver a su esposo agonizante, Dominick había pensado que el dolor la destruiría, sin embargo estaba allí más entera que nunca. A veces, tenía la impresión de que ella iba a rescatar a Kyrios de la muerte por fuerza de voluntad...y de amor. A él le había dolido que aquel matrimonio fuera tan breve, que las horas felices de sus amigos fueran tan pocas...pero ahora estaba dispuesto a creer en los finales felices.
- ¿Dominick, crees que podremos detenerlos? – preguntó la joven sacándolo de sus pensamientos.
-Eso espero Elady, al menos te prometo que lo vamos a intentar . Tú deberías descansar y cuidarte un poco más.
-Tú también debes cuidarte – le aconsejó preocupada. Sabía que él estaría a cargo del ataque y no quería que nada le sucediera, no era capaz de resistir más dolor. El carácter alegre y la confianza que le infundía Dominick habían sido un gran apoyo en sus horas oscuras. No quería perder a su amigo , además era el único familiar de su esposo, él lo consideraba su hermano y cuando se recuperara necesitaría la presencia del pelirrojo caballero.
“Cuando se recuperara...” Elady se llevó la mano al vientre y en silencio rogó fervientemente que el bien triunfara, que la justicia prevaleciera por sobre el mal que amenazaba al mundo.
Sintió los ruidos propios de un ejército en campaña y también el eco de voces conocidas. Al principio apenas las podía distinguir , era como si le llegaran desde muy lejos, luego los sonidos se fueron definiendo.
Le dolía la cabeza y los párpados le pesaban , aún así los abrió. Trató de incorporarse pero el dolor le llegó como un ramalazo y recordó.
La pelea con Tonan, la herida , el fantasma de la muerte ,vinieron a su mente. Y también la comprensión de que estaba vivo.
No sabía qué había pasado, suponía que Dominick lo había encontrado y lo había hecho curar. Tenía que averiguar más, así que con mucho cuidado se incorporó, se cubrió con una manta y caminó hacia el exterior de la tienda con pasos vacilantes.
Al escuchar las voces había creído que alucinaba, había reconocido el sonido ronco y potente de la voz de su amigo pero también había distinguido otra , clara y melodiosa. Había pensado que era una quimera producto de su convalecencia pero ella estaba allí. A pesar de ser imposible, de que debería estar a kilómetros de distancia, Elady estaba parada delante de él. Y en el mismo momento que él la miró, ella se volvió y mil emociones se reflejaron en sus ojos grises.
Había temido tanto no volver a ver la mirada de él que creyó que era mentira, pero Kyrios estaba parado, apoyado en la salida de la tienda, se lo veía frágil y demacrado pero estaba vivo. Elady corrió hacia él y al verla moverse Dominick se percató de la presencia de su amigo.
Tanto Kyrios como Elady tenían preguntas y reclamos que hacerse pero lo primero era el milagro de volver a estar juntos cuando habían creído que nunca volverían a verse.
-Mi amor, mi amor...-repitió ella como si fuera una de las tantas plegarias que había pronunciado aquellos días.
-Elady ..- alcanzó a decir él saboreando el nombre, tenía la sensación de que era la primera palabra que pronunciaba en una eternidad .
Se fundieron en un abrazo , él gimió cuando ella rozó la herida con su brazo y la joven lo sintió tambalear contra su cuerpo .Dom llegó a tiempo para sostenerlo y hacerlo entrar.
Entre los dos guiaron a Kyrios al interior y lo acomodaron lo mejor posible. El corazón de Elady se encogía cada vez que sentía los roncos gemidos de dolor que su esposo no podía evitar, aunque se esforzara por ocultarlos.
-¿Duele mucho? – preguntó Dominick
-Lo suficiente para darme sangrientas ideas de lo que voy a hacerle a Tonan cuando lo encuentre.
-Será mejor que llamemos a un médico que te atienda ...-sugirió Dominick
-No todavía, hay cosas más urgentes – dijo clavando sus ojos azules en su silenciosa esposa-¿Qué haces aquí Elady?. Te dejé segura en Winterday -dijo él cuando recuperó un poco de fuerzas.
-Estoy demasiado contenta de que vivas como para que me recuerdes que debería matarte por lo que me hiciste...- le retrucó dispuesta a no darle ventaja.
-Quería que estuvieras a salvo...-se defendió él al tiempo que Dom lo ayudaba a acomodarse.
-¿Acaso te parece buena idea ir a que te maten sin decirme nada?¿ No se te ocurrió pensar que parte de mantenerme a salvo a mi consiste en que tú estés seguro? – casi gritó ella, dando rienda suelta a sus sentimientos.
-Los dejo solos ...– dijo Dominick apartándose .
-No.Quiero que me cuentes lo que ha sucedido...Luego arreglaré todo con ella.-trató de detenerlo Kyrios
-Tengo algunas cosas que hacer , igualmente nuestro capitán puede darte los detalles –dijo Dom señalando a Elady que se había sentado junto a su esposo y luego se retiró
-¡Elady! –gruñó Kyrios. Estaba dispuesto a empezar un tremendo discurso cuando la miró.
Había tanto amor en sus ojos grises y ,desde el día que la había dejado en Winterday ,Kyrios había temido que ella no volviera a mirarlo así nunca. Y la necesitaba tanto. Ella pareció adivinar su rendición pues recostó su cabeza en el hombro de él y le habló suavemente.
-Tuve tanto miedo...-confesó la joven y él le acarició el cabello
-Yo también ...-contestó y la abrazó contra sí , agradeciendo el milagroso regalo de estar vivo y junto a ella.
Luego de un día de descanso y el dictamen de los médicos , se había librado una gran batalla en el campamento.
Había sido una lucha feroz y encarnizada, todos los soldados se apartaron prudentemente de los contendientes y sólo el temerario Dominick se animó a intervenir.
La batalla se había iniciado porque una jovencita rubia quería permanecer allí y un caballero moreno insistía en enviarla lejos. Luego había tomado otro rumbo cuando la joven trató de impedir que el guerrero se levantara para reincorporarse a la batalla contra Tonan.
Tras horas de gritos, reclamos y amenazas varias, los enamorados no habían llegado a una definición.
Por el bien de la alianza Dom utilizó todas sus artes diplomáticas.
-Kyrios sabes muy bien que hagas lo que hagas ella encontrará la manera de escaparse y meterse en problemas. Es mejor que se quede aquí, estará más segura bajo nuestro cuidado.
El aludido sólo gruñó y el hecho de que ella lo mirara desafiante no fue de gran ayuda.
-Ely, sabes que él va a ir a pelear , no podemos detenerlo...
-Pero aún no está bien, sus heridas van a abrirse...-protestó ella.
-Es fuerte como un buey y yo cuidaré de él, lo prometo. Pero sabes que no podemos evitar que pelee ...- dijo conciliador y la joven asintió a regañadientes- . Bien ahora que tenemos algunas cosas en claro, ustedes dos van a hablar como gente civilizada, porque si no voy a entregarlos a nuestros enemigos. Lo que sea por un poco de paz...
Los dos miraron al pelirrojo con gesto de sorpresa y éste los dejó solos.
-Bueno. ¿Qué te parece una tregua? – le preguntó Kyrios a su esposa
-¿Vas a pelear? – preguntó ella y su angustia fue evidente.
-No puedo evitarlo Ely. Alguien tiene que detenerlo , sin olvidar que trató de matarme .Quiero hacerle pagar su cobardía y cada una de tus lágrimas amor...
-Pero si te pasa algo...
-Te prometo que nada va a pasarme, será sólo esta vez. Después me alejaré de las batallas y podrás buscarme cualquier ocupación que quieras. Estaré bajo tus órdenes .
-¿Plantar flores y hacer pasteles ...?- sugirió al borde del llanto.
-Bueno , tal vez no cualquier ocupación – dijo él con una sonrisa.
Finalmente habían llegado a un acuerdo, después de todo los dos habían jurado amarse tal como eran y eso implicaba respetar ciertas decisiones.
Kyrios estaba un poco repuesto y planeaba el ataque junto a Dom.
Elady lo observó y rezó porque todo saliera bien. Él solo llevaba una ligera cota de malla , ya que aún no era capaz de soportar su armadura , estaba concentrado en su tarea. Era la primera vez que lo veía en medio de una batalla y aún a su pesar tuvo que reconocer que él estaba en su ambiente.
Mientras decidía como acorralar a su enemigo, Kyrios no podía dejar de pensar en su esposa. A pesar de todo, le agradaba saber que estaba cerca.
Ahora estaba sentada muy serena a pocos pasos de él y uno de los soldados le había alcanzado un ramo de flores. Él no tenía idea cómo el muchacho había conseguido flores en medio de aquella tierra devastada, pero allí estaban en manos de Elady. Sus hombres la adoraban, si hasta la llamaban “Nuestra Leona” , nombre que debía admitir iba de acuerdo con el espíritu de su esposa.
Con un gesto ausente ella posó la mano en su vientre como lo hacía con frecuencia y Kyrios lo supo. Sería mejor decir que lo recordó porque estaba seguro de que en algún momento había escuchado a Ely decirle que tendrían un hijo. ¡Cielos! , la alegría y el miedo se desbordaron en su interior. Lamentablemente ganó el miedo y se dirigió furioso hacia ella.
-¡¿Cómo pudiste hacer algo tan peligroso cuando estás esperando un bebé?!
Ely lo miró sorprendida , no esperaba que fuera así, pero si él pensaba convertirlo en una nueva pelea ella no iba a rehusar.
-Bueno no lo sabía hasta que llegué aquí, además no me puse en peligro a propósito.
Kyrios desorientado se volvió hacia su amigo
-¡¿Cómo la dejaste?! Debiste enviarla a casa...
-¿Un bebé? –preguntó Dominick , que al igual que todo el campamento había escuchado los gritos del León Negro- Te juro que no lo sabía, si lo hubiera sabido habría actuado diferente– dijo serio recordando el esfuerzo que había hecho ella en los últimos días.
-Eso cambia todo .No puedes quedarte aquí...- le dijo Kyrios a la joven
-No voy a irme...
-Pero el bebé...
-Es fuerte como el padre ..
-Ely...
-Este es nuestro lugar , a tu lado. Somos tu familia...-dijo ella con suavidad y tomó una mano de él para apoyarla en su vientre.
-Voy a ser papá – dijo él reflexionando mientras una luminosa sonrisa se dibujaba en su rostro.
Ella sólo asintió con dulzura conmovida por lo que veía en la mirada de Kyrios y él la levantó en el aire para besarla.
El galope de los caballos levantaba una nube de polvo, las espadas y las armaduras en movimiento hacían un ruido original y los estandartes daban un insólito toque al panorama que se desarrollaba frente a ella.
Era muy extraño ver partir a los hombres hacia la batalla, aquella visión despertaba sentimientos intensos y contradictorios .
Su pecho estaba atenazado por un miedo indecible , pero también había amor y orgullo. Había despreciado a los soldados toda su vida, pero aquellos hombres que marchaban a desafiar la muerte mirándola de frente por defender una causa justa, la enorgullecían. Había pasado con ellos suficiente tiempo para conocer sus corazones, eran buenas personas, sobre todo quien los lideraba. Una melancólica sonrisa cruzó su rostro al pensar en él, guiaba a los suyos con firmeza y honor. Su cuerpo podía estar herido pero el espíritu de Kyrios Blackdalion permanecía intacto y ella había aprendido a admirar a su guerrero además de amarlo. Había una belleza increíble en aquel hombre moviéndose, al mando de sus hombres, a pesar de sus heridas desplegaba una energía que le hacía creer que todo era posible.
Tal vez Kyrios pudiera vivir una apacible vida hogareña pero sin lugar a dudas había nacido para la acción. Elady deseó que volviera salvo y entonces lo mantendría ocupado encargándose de administrar el Castillo y la aldea, y también cuidando de sus hijos, varios pequeños Blackdalion, tan inquietos como él, que lo mantuvieran alejado de los peligros del campo de batalla.
A Kyrios no le gustaba matar, pero a veces era inevitable. Algunas guerras debían pelearse.
Era un guerrero y muchas veces la única decisión era matar o morir y a veces se trataba de defender una causa que valía la pena. Ahora también se trataba de algo personal, tenía que detener a Tonan para defender al Rey y un orden en el que creía pero además tenía una cuenta personal.
Rog Tonan había tratado de matarlo y era una amenaza para sus seres amados, sabía que Tonan no dudaría en destruir todo lo que él amaba. Y por primera vez Kyrios Blackdalion tenía algo que amaba más que a su propia vida : a Elady y al hijo que esperaba. Defenderlos a ellos, asegurase de que estuvieran seguros era su prioridad y con el amor ardiendo en su interior fue al campo de batalla.
Sintió la musculatura de su caballo moverse bajo sus propios músculos, el peso de su espada en la mano y sintió también una leve molestia en las heridas que llevaba firmemente vendadas. Pero sobre todo sintió la energía de toda una estirpe de guerreros fundiéndose en su sangre, recorriéndole el cuerpo, inflamándole el alma.
Y supo que custodiada por un selecto grupo de hombres había una joven de cabellos claros y ojos grises que entonaba rezos que lo envolvían como un invisible escudo.
Tenía que regresar a ella, no podía perder.
Las fuerzas aliadas rodearon al ejército enemigo mientras Kyrios encabezaba el ataque principal hacia la columna que dirigía Rog Tonan en persona.
El León Negro se abrió camino con minuciosas estocadas que destruían a cualquiera que se interpusiera en su camino. Desplegó toda su fuerza y su pericia como espadachín, ninguno pudo oponérsele, pero lo único que él deseaba era darle alcance a un hombre.
Estaba ganando y su enemigo no tenía donde escapar , sin embargo cuando Kyrios se alzó con la victoria su adversario había desaparecido.
“¿Dónde está?” se preguntó y cuando un soldado le informó que lo habían visto rumbo al sur ,Kyrios sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.
Había ido a su propio campamento, donde estaba Elady con una mínima guardia.
Sólo atinó a orientar a su caballo y salir al galope, Dominick que aún estaba luchando no pudo seguirlo.
Alguna vez había prometido a su esposa que no dejaría que Tonan se le acercara, “¿es que estaba condenado a no cumplir su palabra?”. Cada segundo se le hacía eterno y sentía que nunca llegaría a tiempo.
Al llegar vio que la mayoría de sus hombres estaban muertos o reducidos por gente de Tonan y éste estaba parado despreocupadamente , esperándolo.
-¡Voy a matarte ! - dijo Kyrios con una frialdad sobrehumana.
-Yo que tú lo pensaría- contestó el otro y señaló detrás suyo.
Al levantar la vista Kyrios sintió que el aire se le acababa. Uno de los hombres de Tonan tenía firmemente sujeta a Elady , mientras apoyaba una filosa espada en su cuello.
Kyrios nunca había sentido tanto miedo, ni tanta furia, ni tanto orgullo.
Ella estaba allí, con la cabeza levantada valientemente y la mirada firme. No temblaba aunque creía que él lo estaba haciendo, no lloraba , ni suplicaba. De hecho su esposa miraba a Tonan con desprecio y desafío.
Él sabía que ella estaba aterrada , incluso la había visto contenerse para no llevarse las manos a la panza donde crecía su hijo, no quería delatar su estado. Sin embargo parecía una dama de hielo, capaz de salir de aquella peligrosa situación en cualquier momento y Kyrios admiró su valor y su confianza.
Deseó atravesar al maldito con su espada, incluso lanzar una daga para liberar a Elady pero sabía que al más mínimo movimiento perdería lo que más amaba.
-¿Qué quieres ? -increpó a Rog.
-Mi libertad. Tú ganaste y sé que no te detendrás hasta matarme . Quiero que me dejes ir y que nadie me siga, es poco a cambio de la vida de tu esposa.
-Si le haces algo...
-Si me das lo que pido , ella estará bien .Te doy mi palabra.
-Tu palabra no me sirve.
-Es lo único que tienes.
-Tengo mi espada.
-¿Pero será más rápida que la que está apoyada en su garganta?.Vamos Blackdalion el tiempo se agota, tus hombres se acercan y quiero partir rápido.
-Libérala.
-Cuando me haya alejado lo suficiente él la soltará. Si me haces el favor de soltar tu espada podríamos terminar más rápido.
Kyrios vio en los ojos grises de Elady un brillo de advertencia, él tampoco confiaba en Rog Tonan pero no podía arriesgarla .
Ella era más importante que cualquier cosa. Soltó su espada arrojándola a los pies de Tonan.
-Bien, es un trato entonces Blackdalion. Tal vez algún día volvamos a vernos...
-Si vuelves te mataré...
-O yo a ti... – Dijo Tonan y le hizo señas a su gente para partir, montó a su caballo y el hombre que sostenía a Elady hizo lo mismo llevando a la muchacha con él.
-¿Qué diablos haces? – gritó Kyrios.
-Cuando me adelante la liberará. Veo a tu gente llegar y no quiero tener ningún tipo de accidente .
Kyrios lo vio partir e increíblemente observó como al alejarse liberaban a Elady.
Corrió hacia ella y entonces advirtió la última trampa de Rog Tonan. Uno de los hombres había quedado rezagado y con su ballesta apuntó a la espalda de la joven.
-¡Al suelo ! - gritó Kyrios
Entonces varias cosas se superpusieron. Elady alertada por su propio instinto se había arrojado al suelo antes de escuchar a su esposo. El hombre que iba a dispararle se derrumbó atravesado por una saeta justo cuando Kyrios llegó hasta ella. Entonces los dos vieron que detrás de ellos se erguía Dominick con su propia ballesta y la mirada más asesina que le hubieran visto alguna vez, el pelirrojo había llegado a tiempo.
Kyrios sólo abrazó a su esposa hasta que ésta lo empujó para poder respirar con comodidad.
-Lo siento amor, lo siento...¿Estás bien?
-Sí Kyrios ¿y tú?
-¿Están bien los dos ? - preguntó Dominick llegando hasta ellos e interrumpiéndolos.
-Sí. Voy a buscarlo – dijo Kyrios incorporándose.
-Ya envié gente tras él - le informó su amigo.
-Tengo que acabar con esto - murmuró él pero en ese momento su esposa se desvaneció en sus brazos y el joven Blackdalion supo que la venganza tendría que esperar.
La levantó y la llevó hasta la tienda mientras Dominick se encargaba de poner todo en orden.
“Sólo fue un desmayo por los nervios “ le habían dicho los sanadores pero hasta que Elady no abrió los ojos él no pudo tranquilizarse.
-Hola ...-dijo ella con una fugaz sonrisa al despertar y encontrarse con los ojos azules de él mirándola.
-Hola Elady...- contestó con un hilo de voz- ¿Cómo te sientes?
-Bien. ¿Escapó?
-Me temo que sí.
-Lo lamento, si yo no me hubiera desmayado....
-Claro que no, no es tu culpa. Fuiste muy valiente
- Sabía que tú no dejarías que me pasara nada. Te amo Kyrios...- dijo ella y él gimió.
-Elady Blackdalion , ¿te he dicho alguna vez cuánto te amo ?– preguntó Kyrios sosteniendo el rostro femenino entre sus fuertes manos- porque es cierto, te amo desde el primer momento que te vi. Y tú eres el León Blanco del estandarte Ely, eres la luz en la oscuridad. Eres mi otra parte, mi fuerza.
Sólo lamento que Tonan escapara, será una amenaza para nuestras vidas siempre...
-No ,no vamos a dejar que eso pase, no le daremos ese poder sobre nuestras vidas- dijo ella con vehemencia y convicción-. Si algún día vuelve lo enfrentaremos, juntos, pero mientras tanto olvidaremos su existencia y seremos felices. Vamos a vivir muchos años y tendremos hijos y nietos que veremos crecer , porque no voy a aceptar otro destino que ese. Tu amor cada día, mi amor cada día...
-Ely, mi Ely...-murmuró él acercándose para besarla.
A pesar de sus deseos de regresar a las tierras Blackdalion no pudieron eludir la visita al Rey. Este los llamó a su presencia para agradecer la labor de Kyrios, Dominick y sus hombres ,porque aunque Tonan había escapado ellos habían salvado al reino.
Los guerreros fueron honrados y agasajados en la Corte pero el momento más feliz de Elady fue cuando su esposo le dijo que ya estaban libres para volver a su casa.
-Vamos a casa Elady – le dijo él y fue el sonido más dulce
-¡Oh Kyrios! nada me haría más feliz...
-Bien porque esto será sólo el principio. Soy capaz de plantar tu flor favorita por todos lo alrededores del Castillo si eso es lo que deseas...
-¿Así que eras un romántico después de todo? .
-¿No te habías dado cuenta? – preguntó levantando una ceja, ella sonrió.
-No quiero que plantes nada, amo nuestros cerezos. Me gusta nuestro hogar tal como es...-respondió enlazando sus brazos en la cintura de él.
Él sonrió con calidez... porque la amaba y lo único que él necesitaba era que ella estuviera junto a él.
-¿Así que vuelves a tu casa? – preguntó Kyrios a Dominick mientras paseaban por los jardines del Rey.
-Sí. Tengo que ver a mi madre y a mis hermanas. Las he extrañado bastante, aunque no pienso decírselos, sino van a estar insoportables.
-¿Crees que vuelva? – preguntó Kyrios frunciendo el ceño y su amigo supo que se refería a Tonan.
-No creo. Las últimas noticias son que cruzó las fronteras. Sabe que si vuelve morirá. No creo que sea tan tonto.
-Pero es ambicioso...
-Al menos creo que no tendremos noticias de él por un tiempo. Deja de preocuparte por algo que podría no suceder nunca y vive tu vida feliz como lo sugirió Elady.
- Sí , es lo que haré ¿Ya te despediste de ella?
-Sí y me dio más recomendaciones que mi propia madre – contestó Dominick quejumbroso
-Debe ser por su estado.
-Yo creo que es tu nefasta influencia . Aunque no está mal que se preocupe por mi. Cuídala bien Kyrios , es lo mejor que te pasó en la vida
-Lo sé.¿Vendrás cuando nazca tu sobrino? ¿Verdad? – le preguntó Kyrios a su amigo
-Por supuesto, necesitaras que alguien evite que te desmayes...
Kyrios río y abrazó al pelirrojo
-Buen viaje Dom
-Buen viaje hermano.
La mujer de ojos dorados le había dicho que su león disfrutaría de los tiempos de paz. Y así era . Desde que habían vuelto a su hogar , Kyrios había dejado descansar al guerrero, aunque seguía practicando con la espada ya que no quería perder sus habilidades y además tenía una reputación que mantener. Sin embargo dedicaba gran parte su tiempo a refaccionar la aldea y ayudar con las cosechas , pero más que nada se ocupaba de mimar a su esposa.
Había plantado varios árboles de cerezos más , ignorando los provocadores comentarios de Ely, y había mejorado el jardín, donde pasaban horas holgazaneando.
No había cocinado pasteles pero se las ingeniaba para que la cocinera los tuviera bien provistos de dulces, después de todo era su deber satisfacer los antojos de su señora.
En esos días Elady descubrió que era posible enamorarse cada vez más , cada segundo y todos los días agradecía no haber dejado ir a Kyrios.
No imaginaba su vida sin él.
En ese momento estaba sentado muy cerca de ella, observándola amorosamente. Elady sabía que nunca olvidaría la cara de él cuando había sentido al bebé moverse contra su mano. Dentro de poco habría un nuevo Blackdalion y Elady sabía que su guerrero sería un gran padre.
-¿En que piensas? – le preguntó él acercándosele.
-¿Qué crees que será? –preguntó Elady soñadora mientras acariciaba su abultado vientre.
-Un varón – aseveró Kyrios posando cariñosamente sus manos sobre ella.
-¿Y si es una niña?
-¡Claro que no! – respondió tajante y, mientras ella lo miraba dispuesta a iniciar una nueva guerra, él continuó conciliador- porque, si nuestra hija se parece un poco a ti amor ,voy a asegurarme que antes de llegar al mundo tenga un batallón de fuertes hermanos que la protejan.
Elady río y lo abrazó efusivamente
-¿Y se puede saber cómo harás eso?...Amor mío hay cosas que tú no puedes decidir .
-Espera y verás .Los Blackdalion siempre nos salimos con la nuestra, deberías saberlo.– sentenció jactancioso antes de envolverla en sus brazos y besarla con ternura infinita
Elady se convenció de que era cierto y agradeció al cielo por ello.
Q hermosa historia!!!
ResponderEliminarQ hermosa historia!!!
ResponderEliminarMuy linda!!
ResponderEliminarJajajaja pobre Dom, hasta que le colmaron la paciencia :P
Pensaba que al final llegarían los hermanos de Elady para apoyar a Kyrios je
Gracias Nata por un rato muy agradable!!
Lu
Gracias Lu, me alegra quete gustara y volver a leerte por aquí. Por allí también está la historia de Dom por si te interesa( Y la del resto de la familia). Besos
EliminarLes dije que por aquí me tendrían por un bueeeeeen rato y hay material para quedarse.
EliminarAhora tengo unas cositas que hacer pero si acabo antes de media noche... cita con historia asegurada (E.J... no me mandes a la cama, la culpa no es mía jejeje)
Y claro que si Nata ya tengo en lista toda la saga, me gustó mucho la de Dom, de hecho creo que ya la comenté.
Lu
Lu a la cama pero ya!!!!!!!!
EliminarQue puñetas haces aún despierta! !!! Venga ,que sino le digo al coco de bajo la cama que salga jijijiji
Saludos
jajajajajajaja E.J q genial eres
EliminarPero de verdad no es mi culpa, esas historias están ahí... y yo con antojo de leer... nop, no es mi culpa :D Y estoy segura que si sale el coco se queda leyendo conmigo jajajajaja
Un abrazo a las tres apasionadas, "renegadas pero románticas" esto ultimo excepto E.J según palabras de Jey jejeje
Lu
No definitivamente esto es encantador nata me encanta esta saga (¿ya te había comentado que amo las historias tipo medieval con castillos y eso?), enserio ahora arme con una amiga y Lu (mi prima) un club de lectura donde leemos exclusivamente las historias de creando pasiones y es algo fascinante!!!!!!!..... me encantan estas historias enserio que si!!!.... no paren por fissss no paren!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarATT: Lari
Gracis a ustedes por leernos y WOWWW!! Un club de lectoras de nosotras, esperamos sus comentarios entonces y gracias porque eso nos alienta mucho para escribir!
EliminarOrale que sensacional!
ResponderEliminarAtte. J.J