Al mediodía, Kate se sentía mucho mejor, al menos la fiebre había bajado y la garganta ya no le dolía tanto, aunque se sentía totalmente débil.
La Sra. Bliss le llevó un caldo.
-Coma un poco, debe recuperar fuerzas.- le aconsejó y ella aceptó la comida.
-¿Thery?- preguntó
-Está en el colegio aún, en un rato iré por ella. ¿Quiere que le traiga unas revistas o algo para entretenerse?
-No , gracias.
-Bueno, coma tranquila, luego vengo a buscar el tazón y le traigo el remedio- dijo la mujer pero quien apareció un rato más tarde a buscar las cosas, fue Nicholas.
-¿Cómo te sientes? – preguntó mientras retiraba el tazón Y ella trató de controlar su reacción.
-Mejor – respondió intimidada, no podía acostumbrarse a aquella amabilidad. La remontaba al pasado.
-Me alegra. Debes tomar esto, es la hora – dijo y le extendió la medicina. Ella la tomó en silencio.
-¿La Sra. Bliss?
-Fue a buscar a Thery al colegio.
-Ahhhhh
-Bueno, descansa.
-Sí.- respondió pero fueron interrumpidos por Thery que entró corriendo y de un salto trepó a la cama.
-¡Mamá!- exclamó y le echó los brazos al cuello para besarle la mejilla- ¿Te duele?
-No cariño, pero mantente lejos, no quiero enfermarte – dijo preocupada y luego miró a Nick – Por favor...- le pidió a él. De verdad estaba preocupada por contagiar a la niña.
-¿No vas a saludarme a mí? – preguntó él y la levantó.
-Hola, papi – contestó ella.
-Thery, vamos, hay que dejar que tu mamá descanse, y es hora de almorzar también.
-Está bien, pero vendré luego – dijo ella y Kate le sonrió débilmente.
-Gracias – dijo dirigiéndose a Nick.
Tal como había prometido, su hija volvió después del almuerzo aunque vino a informar que iría a pasar la tarde a casa de una amiga.
-Ana me llamó, pero no quiero ir. – dijo desde la puerta
-¿Por qué? ¿No es tu amiga?
-Sí, mi mejor amiga. Pero estás enferma, ¿quién te cuidará?
-Yo la cuidaré – dijo Nick acercándose y su hija lo miro seria.
-¿Promesa? – preguntó
-Lo prometo, Thery. Ve a jugar a casa de Ana, yo cuidaré de ella.
-Ve, cariño, yo estoy bien – insistió Kate.
-De acuerdo – aceptó la niña no muy convencida.
-Vamos Thery, te llevaré a casa de Ana – dijo la Sra. Bliss tomándola de la mano.
La niña saludó a sus padres y se fue con su niñera.
-¿Ana es su mejor amiga?- preguntó Kate.
-Sí, se conocen desde hace mucho, van juntas a la escuela y sus padres son muy buena gente, no tienes que preocuparte. Les pedí que la invitaran, así estarás tranquila.
-Hay tanto que no sé...-susurró casi para sí misma, pero Nick no pudo evitar recordar lo que había leído en el diario y lo que ella había mencionado sobre desconocer todo de su hija.
Cualquier dato sobre la pequeña lo absorbía como sedienta, necesitaba contactarse con esa hija que acababa de reencontrar.
Nicholas se sentó en el sillón junto a la cama y para sorpresa de Katherine, empezó a contarle cosas de Thery.
-Su comida favorita son las pastas, y le encantan los postres de chocolate ,como a ti.No le gustan las cebollas en la comida. No es alérgica a nada, al menos no que yo sepa, tuvo las enfermedades típicas de los niños, el sarampión lo tuvo el año pasado, pero es una niña muy sana.
Le gusta que le lea antes de ir a dormir, y ama las películas de Disney. Las hemos visto muchas veces, muchas en verdad...60 veces “La princesa y el sapo”, 30 veces “ La Sirenita”, 42 “La Bella y la Bestia” y 27 “Enredados” y no estoy mintiendo, llevo la cuenta – dijo él y ella se rió.
-¿Algo que le de miedo?- preguntó Kate, una madre debía saber eso si quería cuidar a su bebé.
-Sólo a los truenos cuando hay tormenta, aunque de a poco se le ha pasado. Igualmente se va a dormir conmigo cuando llueve fuerte. Le gusta pintar, una vez garabateó todo el pasillo con flores azules...
-¿Te enojaste con ella?
-No, terminé ayudándole a dibujarle hojas, luego pintamos nuevamente la pared. Fue un tiempo a ballet, pero se cansó, así que decidimos que lo pensara y en todo caso fuera al ser mayor. En general se despierta temprano, prefiere el mar a la montaña, aunque le gusta jugar con nieve. Sus muñecos favoritos se llaman Tafi, Elo, Chocolate y el que tú le diste que se llama Dulce.
¿Qué más? Ah, le encanta la ropa, es muy coqueta aunque no tiene mucha paciencia para que la peinen. Caminó por primera vez a los diez meses y a los nueve dijo su primera palabra que fue pato, nunca supe si quiso decir plato, si se refería a los animales que habíamos visto en el zoológico o si era otra cosa.- dijo él y se dio cuenta que llevaba un buen rato hablando sin parar, miró a Kate y ella estaba escuchándolo atenta y emocionada.
-Es preciosa...-musitó ella.
-Lo es, ¿qué más quieres saber?. Tengo una idea mejor ...-dijo repentinamente y se fue.
Volvió unos minutos después cargando una caja, la dejó a un lado sobre la cama se Kate y le alcanzó también una filmadora.
-¿Qué es?- preguntó Kate abriendo la caja.
-Thery, fotos y filmaciones de Thery.- contestó él y ella sacó ansiosa el primer álbum de fotos.
-¡Oh! – exclamó al ver la primera foto de Thery bebé en brazos de su padre.
-Creo que será mejor que lo mires a solas, las cintas de video están etiquetadas y las fotos fechadas, así que podrás verlas tranquilas.- dijo y se retiró.
A Katherine no le alcanzaba la mirada para atrapar cada detalle de las fotos, para observar las imágenes filmadas y ver como había crecido su hija.
Allí estaban conservados fragmentos de los cinco años que no había podido compartir, cumpleaños, festejos, días del colegio...momentos únicos.
Nick se asomó una vez y la escuchó llorar, no se animó a entrar hasta unas horas después que la encontró dormida mientras aún sostenía uno de los álbumes en la mano.
Lo guardó en la caja, la arropó y salió de la habitación. Había querido darle algo, pero tal vez se había equivocado y la hubiera lastimado.
No sabía como actuar, esperaba que el detective consiguiera información pronto porque cada día se sentía más perdido.
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