Una hora después estaba sentada en una banca en un parque cercano. Por lo que sabía la propuesta de matrimonio con post-it había salido bien, la pareja había regresado del teatro justo después de que ellos habían salido de la casa. Y ahora ella estaba comiendo un delicioso helado de café como postre, punto final a una deliciosa cena que Luke le había llevado, al resto de su equipo les había dado café y sándwiches ganándoselos a todos, Callum nunca había hecho tal cosa, varias de sus empleadas la habían felicitado por tener un novio tan guapo y atento, ella contestaba cosas ininteligibles y Natalia seguían en plan traidor, si los había acompañado al parque pero había desaparecido después de engullir con prisa, no estaba segura de si había masticado la comida.
- Gracias Luke, pero dime ¿Qué pretendes?
- Te has vuelto directa, eso es bueno.
- ¿No lo era antes?
- No en todo. Si te hacía enojar eras sumamente directa en decir que tenías toda la intención de arrancarme la cabeza. Pero había ocasiones en que callabas y veía la lucha que tenías por no decir absolutamente nada, te aislabas y odiaba eso.
- Que curioso, puedo decir lo mismo de ti.
- En ese caso seré directo. No estoy aquí con la finalidad de que seamos amigos.
- ¿Es una cena del adiós entonces? – Se sintió supremamente triste.
- No. Quiero que lo intentemos de nuevo Krista, merecemos saber si realmente lo nuestro…
- ¿Funcionaría? – le interrumpió ella. – Funcionó por dos años, por que ninguno de los dos se planteó nada más. Por que éramos muy jóvenes, por que éramos algo ingenuos, sobre todo yo. Pero todo hubiera acabado de una u otra forma Luke y lo sabes.
- Te iba a pedir que te casaras conmigo yo…
- No sigas por allí – Le interrumpió de nuevo, esta vez se levantó de la banca casi de un salto. – Y por si te olvidaste, me lo pediste. De la peor manera posible por cierto.
- Fui un idiota lo sé. Pero Krista, ¿realmente crees que de todas formas hubiéramos terminado? Teníamos algo realmente único, no podía dejar de pensar en ti. ¿crees que volvía al pueblo tan seguido solo por que si? Lo hacía por ti y por nadie más.
- De eso tiene cinco años.
- ¿Por qué no aceptas que puede todo volver a ser igual?
- Por que ya nada es lo mismo, por que no se puede regresar el tiempo ¡por que mi corazón esta bien así como está! No tengo la menor intención de volver a sentirlo hecho cachitos. – Él se levantó y ella retrocedió un paso.
- ¿Crees que el mío quedó intacto?
- Tengo que hacer muchas cosas en tan solo unas horas, debo irme.
- Te llevaré a casa. – le dijo él después de suspirar con lo más parecido a la frustración.
- Traje mi auto.
- Pues te acompañaré hasta allí. Nada de protestas.
- Gracias. – Le dijo ella en cuanto abrió la puerta del auto, sin la menor idea de lo que él haría, dio un respingo en cuanto él la sujetó por la cintura y poniendo la otra mano en su nuca la acercó a él y la besó dejándola sin respiración con un beso breve pero intenso. La soltó, abrió la puerta y ella como zombi se acomodó en el asiento.
- Que duermas bien Krista. – Fue lo ultimo que le dijo antes de cerrar la puerta del auto. No supo cuanto tardó en encender el auto e irse. Pero fue mucho después de ver la silueta de Luke alejarse. Estaba en un lío, uno realmente grande.
- Pareces muerta en vida. – le dijo Natalia al día siguiente en la galería donde preparaban una falsa exposición de arte, el novio llevaría a su chica esa noche con la excusa de ver las esculturas y pinturas, estarían los amigos y familiares de ambos y muchos empleados de Miss. Love irían para hacer de público también y no hacer sospechar a la chica. En una parte de la galería que estaría cubierta por una manta estaría una pintura hecha especialmente por un pintor de moda, uno caro, pero para el novio el dinero parecía no ser un problema. Habría una pintura de la pareja y un anillo colgando del cuadro. En cuanto llegaran a esa parte de la galería la pintura sería descubierta y bueno, el resto dependía del novio.
- No dormí bien.
- ¿Pasaste la noche con él? – Natalia empezó a bailar como loca.
- No. – El baile cesó.
- En serio no se que hacer contigo.
- Quiere que lo intentemos de nuevo. – Confesó.
- ¿Qué te detiene entonces?
- Se que es tonto y cobarde, pero, no quiero sufrir de nuevo.
- Es normal querida que te sientas así, pero el que no arriesga no gana.
- Tus consejos distan de ser los mejores ¿Por qué te cuento todo?
- Por que mis consejos si que son los mejores, no es lo que quieres oír, pero si es lo que debes hacer. Lanza las dudas al viento, ya es tiempo. No lo pienses demasiado, Luke es todo un partido y las mujeres pululan a su alrededor…
Ella era una tortura que lo seguía a todas partes, una tortura dolorosa y cruel. Tratando de no acordarse de nada relacionada con Krista, había tomado su taza de café e ido con los demás a la zona de descanso de la oficina, solo para toparse con Krista en televisión, viendo como sonreía con dulzura al idiota del conductor que parecía realmente encantado por tenerla así de cerca ¿por él le habría dicho que no? Dejó la taza en una mesita y lo hizo con más fuerza de la necesaria. Varias cabezas voltearon a verle con precaución. Solo uno se le acercó.
- Esto realmente está acabando contigo ¿verdad?
- Si quieres seguir con vida, te aconsejo que cierres la boca Julio.
- No se lo propondré a Emily. – Dijo el aludido pero sin la menor intención de dejar de incordiarlo puesto que añadió. – No creo ser del tipo de hombre que muera por una sola mujer… Así como tú. – Se ganó una mirada asesina por parte de Luke. – Pero creo que te envidio, ella es bella y aunque al parecer es una mujer difícil, a todas luces se ve que vale la pena, así que déjate de estupideces y ve a conquistarla.
- Tú lo has dicho, ella no es fácil.
- Tú no eres de los que se rinden.
- Cierto. – Se levantó. El noticiero terminaba ya y él quiso borrarle de un puñetazo la sonrisa al tipo ese que tan pegado estaba de Krista. No podía ir inmediatamente a verla, tenía una junta muy importante en donde podría ganar o perder un contrato enorme. Estaba impaciente, pero tenía que esperar. Recordó de pronto algo de todo lo que le dijo Julio. - ¿Cómo esta eso de que no te casarás con Emily?
- Bueno, es que desde que vi a Natalia no pude pensar en nadie más.
- ¡¿Qué?! Ella te comerá vivo ¿lo sabes, verdad?
- Es lo que lo hace interesante. Ser devorado, nunca me ha pasado. Aunque me acaba de dar calabazas.
- Pero, ¿Y que hay de tu novia? Estabas pensando en casarte y todo.
- Fue solo algo pasajero, con Emily no llevo mas de seis meses saliendo y Pedro de contabilidad me ha dicho que la ha visto con otro tipo en varias ocasiones, en cuanto lo compruebe que será pronto le mando a freír espárragos. Una vez libre, espero que mi devoradora me haga caso.
- Estás loco.
- Sí y por una mujer igual que tú. – No podía negarlo.
Estaba decidida, iba a intentarlo. Su corazón ya se había recuperado antes, podría hacerlo de nuevo y esta vez no se quedaría con la pregunta de como hubiera sido todo entre ellos dos, sin tener encima la sombra de la duda. Salió deprisa del set de grabaciones después de rechazar la invitación a comer de Carlos.
Y enfiló hacia el edificio de oficinas que albergaba la firma en la que según sabía ya era socio Luke. El corazón casi se le salía del pecho y estaba hiperventilándose. Tuvo que parar en dos ocasiones para intentar calmarse. ¿Qué se supone que iba a decirle? ¿Aquí estoy quiero intentarlo, esa noche no pensaba con cordura? Aunque en realidad lo que no veía cuerdo era lo que iba hacer en ese momento. Por fin llegó y tomó el ascensor desde el estacionamiento, gracias a Natalia sabía en que piso parar, en cuanto llegó y caminó hacia la elegante joven que estaba en recepción sintió varias miradas en su espalda, la sensación se intensificó, parecía que todo el mundo la miraba.
- Hola, ¿podría ver a Luke?
- ¿Se refiere al Arquitecto Evans?
- Exacto.
- Lo siento, está en una reunión importante, no puedo interrumpirle.
- Entiendo. – Krista se desinfló. – Gracias. – Impotente regresó al ascensor, antes que las puertas se cerraran una mano masculina lo impidió y la sacó sin contemplaciones.
- Ven conmigo ¿te acuerdas de mi? Soy Julio, haré que veas a Luke.
- Gracias. – Le dijo sorprendida. La llevó a una pequeña sala privada y en menos de cinco minutos la puerta se abrió, ella que sentía que había pasado una eternidad brincó de su asiento y enseguida se levantó, era él, tan guapo con traje, ¡Dios! Él era increíble por fuera y por dentro aún con sus defectos, con sus errores… Ella seguía estando idiotamente enamorada de él.
- Krista… - Fue lo único que le dijo, no necesito más corrió hacia él y casi lanzándose a sus brazos le besó con todo el amor y la desesperación que sentía por dentro. Él no la decepcionó, la recibió en sus brazos y le devolvió el beso con la misma ansia y ella se permitió pensar que quizás él también la amaba. Después de un rato, él rompió el beso y con clara agitación le dijo: ¿Acaso quieres matarme?
- También quiero intentarlo. – Fue la respuesta.
- Me gusta tu forma para decir que sí.
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