Y seguimos con las películas, pasamos por las románticas, las de acción y ahora escribiré sobre una que vi de niña y que fue una de mis favoritas. Es un drama, pero tiene risas, amor, amistad y deja huella…
En mi país se llamó Flores de acero, pero su nombre original es Magnolias de acero…y habla de mujeres que son tan hermosas como esa flor y con la fuerza del metal.
Es una película de 1989 basada en la obra de teatro homónima de Robert Harling y adaptada al cine por él mismo. Dirigida por Herbert Ross, cuenta con un gran reparto.
Es la historia de seis mujeres muy diferentes y especiales, que viven en un pequeño pueblo de Luisiana ( de allí las magnolias, flor típica del Sur).
Seis mujeres con sus miedos y sus esperanzas; incisivas, irónicas o ingenuas; pero eternamente amigas.
Cuenta con un gran elenco femenino Sally Field, Dolly Parton, Julia Roberts, Shirley MacLaine, Daryl Hannah.
La historia gira en torno a estas amigas, y dos sucesos fundamentales que las unirá y pondrá a prueba, una boda y una tragedia.
Es para llorar, no lo niego pero también terminamos amando a sus protagonistas y la amistad que tienen, las protagonistas son personajes muy diferentes pero cada una es maravillosa, tenemos a la dama dura, a la joven tímida, a la que ama a pesar de todo ,a la viuda medio loca, etc…
Tenemos una historia de madre e hija , pero principalmente de esas hermanas que a veces nos regala la vida, las amigas.
Ese es el mayor atractivo de la película, esa hermandad femenina, que no sólo consiste en aquellas que lloran contigo, sino que también dicen la verdad aunque hiera, porque te aman, y con las que puedes llegar a pelear como si de Furia de titanes se tratase, pero que son incondicionales. Y sobre todo son las que tienen la capacidad de arrastrarte a la superficie cuando sientes que te hundes.
Puede parecer una historia más de mujeres, puede parecer simple o melodramática pero las actuaciones son deslumbrantes y la hacen inolvidable.
A mí me gustan mucho esta clase de pelis, tal vez porque mis amigas son muy importantes.
Y en algunos días, como hoy, son indispensables. Salir a almorzar con un grupo de ellas me distrae de aquello que me inquieta, y mis sis que están tan lejos están muy cerca con sus buenos deseos, y otra “hermana” querida vino al rescate y me hizo reír con sus ocurrencias y sentí alivio y agradecimiento por tener a estas mujeres en mi vida.
Les recomiendo que vean a estas “Magnolias de acero” y que recuerden la belleza y la fuerza que llevamos dentro
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