- Hemos salido en las noticias. – Entró como una tromba Nat en su oficina horas después. - ¡Dios! Se que somos un éxito, pero ahora… ¡Ahora! ¡Lo seremos más!
- ¿Tú crees?
- Y han llamado de una televisora, quieren hacernos un reportaje, ¡Es por cadena nacional!
- Wau, si que suena bien.
- No pareces precisamente alegre.
- No es eso, es sólo que ¿estamos preparadas?
- Claro que sí, la cuestión es contratar más gente si llueven más pedidos y…
- No es fácil contratar gente, el proceso de selección es largo y difícil, sabes que no contratamos a cualquiera. Tienen que ser hombres o mujeres con un alto sentido del romanticismo y de…
- Sí, sí…. Ya se todo eso, pero podremos Kris, yo sé que sí.
- Dios quiera que tengas razón.- Y Kris por fin sonrió.
Días después….
- Entonces, díganos Señorita Love ¿Cual es el secreto para hacer la propuesta ideal? – Estaba siendo entrevistada en televisión nacional, por un guapo periodista que dirigía el noticiero de la mañana, un noticiero popular en todo el país por su estilo fresco y ameno.
- Bueno, en realidad temo desilusionarle pero no hay secreto alguno.
- ¿Cómo es eso?
- Cuando una mujer está realmente enamorada y sueña con pasar el resto de sus días al lado del hombre que ama, no le importa tanto como es que le pidan matrimonio, si es de forma sencilla o elaborada, no importa, siempre y cuando el novio no lo haga estando borracho.
Lo último hizo reír al conductor del noticiero.
- Quizás no sea lo idóneo, pero ¿Y si se embriagó para armarse de valor?
- ¿Armarse de valor? Ni que fuera a tratar con tigres de la India encerrado en una jaula, el amor mismo debe dar valor suficiente, la embriaguez solo produce pésimas declaraciones de amor, créame. – Al decir lo último deseó haberse mordido la lengua.
- ¿Deduzco que habla por experiencia propia? – A ella no le quedó de otra que sonreír abiertamente.
- Lo dejaré con la duda.
- Eso es cruel.
- Soy Krista Love, soy todo menos cruel.
Luke estaba tranquilamente con una taza de café en la mano, en el área de dibujo supervisando unos planos, la política de la empresa era relajada y por ello había un enorme televisor en el área de descanso que quedaba justo al lado del área de dibujo, escuchó silbidos de algunos de los que degustaban un café antes de iniciar las labores del día que provenían de dicho lugar. Dio algunas instrucciones y fue hacia allá. Todos veían el televisor, y en cuanto él enfocó su mirada hacia allí, se quedó en blanco. Era ella, era Krista, tranquila y relajada mientras era entrevistada por ese famoso periodista que la miraba con apreciación masculina, ella contestaba sus preguntas y sonreía, apretó la taza de café con fuerza. Estaba tan bella. Iba vestida de color malva, no tenía ni idea de que hablaban, comprendía que hubieran silbado los chicos, ella en realidad lucía espléndida. Algo que ella dijo logró colarse en su mente y hacerlo escuchar lo que decía: Siempre y cuando el novio no lo haga estando borracho.
¿De que rayos hablaba? Siguió el resto de la entrevista con avidez. ¿Habla por experiencia propia? Le preguntaron. Ella sonrió ampliamente y él tragó saliva. Lo dejaré con la duda, fue su enigmática respuesta. Finalizó diciendo que era Krista Love y no podía ser cruel. ¿Krista Love? No sabía que había formulado la pregunta en voz alta y le fue contestado por uno de los presentes.
- Ella hace propuestas matrimoniales, es decir, ella las prepara a pedido del novio o novia. Es toda una empresaria por lo visto.
- Y muy guapa por cierto. – Añadió otro. Pero él seguía como en shock ¿propuestas matrimoniales?
- Creo que la contrataré. – Dijo Julio.
- ¡Que! – Fue la respuesta a coro de varios. - ¡Julio va a casarse! ¿Ya lo pensaste bien amigo? ¡Estás loco! – Y así siguieron diversos comentarios bromistas de todos, eso le permitió a él retomar el control. Krista…
No la veía desde aquella fatídica noche, pero no la había olvidado. Ella nunca aceptó escuchar explicación alguna, de hecho se había ido al siguiente día y no le quisieron dar su nueva dirección, hacía dos años después de vanos intentos personales por localizarla se había decidido a contratar un detective, el cual le informó de su paradero. Vivía en la mismísima capital, en la misma ciudad que él y tenía novio. Un novio que la adoraba y con quien se casaría pronto, cosa que parecía no había pasado. ¿Y ahora se dedicaba a preparar propuestas matrimoniales para los demás? ¡Sí que lo odiaba, a él y a su horrorosa proposición de aquella vez! Pero, ¡que demonios! ¡Tenía que verla!
No hay comentarios:
Publicar un comentario