Silk dio un par de vueltas antes de animarse a entrar a la exposición, tal como decía Candy tenía muchas ganas de ir, pero no deseaba encontrarse con Rheet. Lo mejor sería actuar como si nada, pero no podía.
Tras mucho dudar, entró. Le dieron un programa con información de los distintos stands y ella lo usó como pantalla para ocultarse, con un poco de suerte podría esquivar a Velvet. Media hora después estaba tan fascinada mirando las telas que se olvidó del asunto.
A poca distancia había un grupo de hombres y uno de ellos no le quitaba la mirada de encima.
-¿Rheet por qué estás tan distraído? – preguntó un hombre al joven empresario.
-No es nada. Sólo me preguntaba la mejor manera de atrapar a un cervatillo, pero creo que me mantendré alejado…
-¿Qué?
-Nada, nada. ¿Qué me decías? – preguntó volviendo a concentrase en la conversación pero sin perder conciencia de la presencia de Silk Aimes.
La joven recorrió todo el lugar y cuando se disponía a marcharse sintió una mano en su hombro.
-¿Ya se va? – preguntó Rheet reteniéndola con suavidad.
-Yo, sí…-balbuceó ella sorprendida.
-¿Le gustó la exposición?
-Sí, muchas gracias por invitarme.
-Ha sido un placer ver su entusiasmo.
-¿Me vio? – preguntó ella y aquella frase le recordó lo mucho que él había visto de ella. Se puso totalmente colorada. Rheet sonrió levemente al darse cuenta, pero decidió no aprovechar la situación.
-Sí, la crucé un par de veces, pero estaba demasiado concentrada en las telas.
-Ahhhh. No lo vi…
-Eso hiere mi orgullo.
-Sr.Velvet…-empezó a reprenderlo. Él seguía flirteando con ella, o al menos esa era la sensación de Silk. Tampoco podía acusarlo porque podría negarlo, a lo mejor se portaba así con todas las mujeres. Pero estaba el beso y el hecho de que ella siempre terminaba medio desnuda frente a él.
-Vamos a cenar – dijo cortando lo que ella iba a decir.
-No me parece…
-Sólo quiero saber su impresión sobre algunos de los materiales que hemos visto. Si espero a otro día se le olvidará. No piense en nada más, sólo una cena para discutir intereses comunes.
-Aún así…-empezó Silk y en aquel momento su inoportuno estómago hizo ruido demostrando que estaba hambrienta. Ella levantó la mirada hacia Rheet y él levantó una ceja como invitándola a negarse.
-De acuerdo, tengo hambre.- aceptó ella.
Fueron a un restaurante italiano a comer pasta y pasaron un momento agradable, hablaron sobre la exposición, las telas, los avances textiles. Por unas horas Silk no se sintió amenazada , ni irritada con él y eso era más peligroso aún. Porque aunque odiara reconocerlo, Rheet Velvet la cautivaba.
Él se ofreció a llevarla a su casa, pero la joven no aceptó, así que finalmente Rheet la acompañó a tomar un taxi y se despidieron.
Silk se despertó sobresaltada, acababa de tener un sueño donde iba vestida con ropa de chocolate y Rheet Velvet se acercaba a ella, con los ojos verdes cargados de hambre. Aunque era evidente que su deseo no tenía que ver con comida. Maldita fuera Candy y sus ideas. Y maldito fuera su subconsciente que empezaba a jugarle trucos.
Estaba totalmente decidida a alejarse de aquel hombre, después de todo él iba a casarse.
Durante los días siguientes se mantuvo ocupada con la preparación de un desfile de su ropa, las ventas estaban yendo muy bien y sus amigas la habían convencido de hacer una muestra de sus diseños.
Había hecho varios modelos nuevos pero necesitaba confeccionarlos para tenerlos listos para la fecha indicada, así que la mayor parte de su tiempo la pasaba en el taller de la tienda mientras Anna se encargaba de atender a los clientes.
Ni siquiera tenía mucho tiempo para ir a Creaciones Apasionadas, por suerte Candy tenía un servicio de delivery. De hecho en ese momento tenía una caja repleta de dulces hechos de naranjas bañadas en chocolate, una delicia.Y no sólo tenían buen sabor sino que la habían inspirado para hacer un conjunto de seda color chocolate con tul naranja, esperaba que las prendas fueran tan tentadoras como las exquisiteces de su amiga.
Los problemas de Silk surgieron un par de días después, cuando tuvo acabados los diseños y se dio cuenta que le faltaban materiales. No tenía más opción que recurrir a Rheet Velvet, porque necesitaba que las telas fueran de la mejor calidad posible.
Acorralada por las circunstancias , se armó de valor, y le hizo una llamada. Le explicó lo que necesitaba y él muy amablemente prometió enviarle los materiales inmediatamente.
La joven agradeció que existieran los teléfonos, de esa forma podía evitar encontrarse con él. Necesitaba recuperar sus sentidos, últimamente todo parecía relacionarse con Velvet.
Un par de horas después de la llamada, le entregaron los rollos de tela que había solicitado, así que decidió cerrar el negocio durante la tarde y dedicarse a la confección.
Sólo le faltaban algunas cintas y encajes que Candy había prometido comprarle, pues le quedaba de paso cuando fuera a comprar los ingredientes que necesitaba para su nueva creación. Su amiga había quedado en enviárselos a la noche junto con algunos bocadillos.
Era bastante tarde cuando Silk intentaba mover unos rollos de seda y recibió el llamado de su amiga.
-Cariño, acabo de enviarte lo que necesitas, disfrútalo.
-Gracias – respondió Silk y sólo después de cortar la comunicación tuvo la sensación de que Candy tenía un tono extraño.
En ese momento sintió que alguien golpeaba y fue a abrir, el servicio de delivery acababa de llegar.
-¡¡Tú!!- exclamó al ver a Rheet Velvet en la puerta sosteniendo un par de paquetes, uno de los cuales obviamente era una caja de Creaciones Apasionadas.
-Pasé por Creaciones Apasionadas y me enviaron esto para ti- respondió él levantando los paquetes e ingresando , aun cuando no había sido invitado.
-¿Qué tiene en la cabeza? – preguntó ella en voz alta refiriéndose a su amiga y sólo entonces se dio cuenta que él seguía allí.
-Esto es tuyo…-dijo él extendiéndole los paquetes.
- Gracias…ya puedes irte – le soltó ella sin mucha consideración, pero él no mostró señal alguna de moverse.
- ¿Sólo eso? – le preguntó esbozando una sonrisa de esas que le hacían un nudo en el estómago.
-¿Quieres propina? – le preguntó ella y fue vagamente consciente de que estaban hablándose en forma informal.
-Tal vez pueda ayudarte…- comentó señalando los rollos de tela que estaban a medio camino entre la tienda y el taller.
-Realmente Velvet, ¿qué haces aquí?
-Acompañé a un amigo hasta la pastelería y Candy me pidió que te trajera esto. Así que aquí estoy.
- Ya puedes irte…
-Está bien, primero demuéstrame que puedes mover eso sin ayuda y me voy.
Ella aceptó el desafío y se dirigió hacia uno de los rollos de seda, intentó moverlo, pero no pudo, luego lo empujó y logró moverlo exitosamente unos centímetros hacia la puerta del taller, pero a último momento se tropezó y hubiera caído de no ser por Rheet, aunque el rollo de seda rodó por el suelo y fue desparramándose como una alfombra por todo el taller..
-¿Tan difícil es aceptar mi ayuda? – le preguntó él aún sosteniéndola.
-Sí- contestó ella totalmente fuera de combate. Era complicado seguir peleando cuando sentía los brazos masculinos rodeándola, cuando su propio cuerpo parecía responder a un llamado no explicitado en palabras. Y estaban aquellos ojos verdes que parecían oscurecerse mientras la contemplaban. Finalmente intentó apartarlo, pero cuando apoyó sus manos en él para separarse fue como empujar un muro, un muro cálido y tentador. Además la respuesta de él fue acercarla más ..
-Deja de escapar …-dijo con voz medio enronquecida y la besó.
Si el primer beso había sido impactante, éste simplemente era demoledor. Y cuando ella recobró el control , notó que Rheet la había llevado hasta el interior del taller y que estaban apoyados contra la mesa de trabajo. En aquel momento usó toda su fuerza y logró apartarlo, al menos lo suficiente como para hablar.
-¡Qué diablos haces! ¡Te olvidas de tu prometida!
- No pienses en ello ..no ahora – le dijo y volvió a besarla mientras sus manos iban debajo de su blusa.
-¡RHEET!
-Sólo di que sí, sólo eso , Silk y no habrá prometida ni nada más que deba preocuparte..-dijo él con una voz entrecortada por el deseo.
Era totalmente irracional, había otra mujer en su vida, lo conocía desde muy poco tiempo atrás, o era mejor decir que apenas lo conocía. Sin embargo, estaba respondiendo a él con todo su ser, lo necesitaba y peor aún, se había enamorado de aquel hombre. Era totalmente irracional, no se reconocía a sí misma, no iba con su forma de pensar y aun así sólo musitó una palabra.
-Sí- dijo y lo vio sonreír antes de recomenzar el ataque erótico al que la estaba sometiendo. Entonces simplemente la alzó en sus brazos y unos minutos después estaban los dos acostados en la seda que había en el suelo. Se fueron desnudando entre besos y caricias, luego los sentidos de cada uno fueron inundados por el otro. Era la extrañeza del primer encuentro pero al mismo tiempo sentían una cómoda familiaridad , una pertenencia que realzaba el placer.
Mientras lo recibía en su interior, Silk recordó aquella compatibilidad de seda y terciopelo que habían mencionado alguna vez, después ya no pudo pensar en nada más.
Sólo cuando se encontró agotada y saciada, abrazada al fuerte cuerpo de él y apenas cubiertos por la seda roja que les había servido de improvisado lecho, fue plenamente consciente de lo que había sucedido.
Se trató de incorporar, pero antes de poder hacerlo, Rheet se cernió sobre ella, aprisionándola bajo su cuerpo.
-¿Dónde vas?
-Esto..no…déjame.
-No hasta que me escuches, ya no voy a dejarte ir- le respondió mirándola con fiereza.
-Por favor…no es algo cómodo.
-Silk…quiero que me escuches y me temo que si no es así, no lo harás.
-No es la mejor posición para hablar, ¿no te parece?
-No me molesta – dijo él.
-No estoy jugando Rheet.
-Ni yo.- respondió él.
-Rheet…
-Bien, pero promete que me escucharás.
-Lo haré – dijo ella aunque se sentía totalmente incapaz de hacerlo. Quería salir corriendo.
-Confiaré en ti –dijo y se apartó de ella, luego ,así desnudo como estaba, se sentó cerca de ella. Después le alcanzó su camisa a Silk y él se cubrió un poco con uno de los extremos de la seda.
-Escucho. Háblame de tu prometida.- lo urgió .
-Todo comenzó con mi madre - inició él y ella levantó una ceja en forma burlona, no pensaba escuchar alguna ridícula historia sacada de una novela de la tarde, donde la madre obligaba al hijo a comprometerse.
-¿Qué hizo, te obligó a casarte y perpetuar el linaje?
-No, compró un conjunto de ropa interior- respondió él.
-¿Qué?
-Mi madre compró un conjunto de ropa interior en seda y encaje dorados y me dijo que debía conocer a la diseñadora. Mi madre es una mujer muy seria, me tuvo muy joven y luchó mucho en su vida. No suele preocuparse por ella misma, sin embargo aquel día estaba radiante de felicidad, así que cuando me dijo eso, me intrigó. Y antes de que pudiera entenderlo me dirigí a conocer a la diseñadora de ropa interior que tanto la había impactado…. Iba hacia allí cuando me choqué con una damisela.
-¿Conmigo? ¿Ibas a mi tienda?
-Sí, y de pronto me encontré en la calle con una mujer que estaba totalmente seria y preocupada mientras llevaba un sostén por sombrero y yo mismo estaba rodeado por distintas prendas femeninas. Fue amor a primera vista.
-¿De qué hablas?
-¿Todavía no lo entiendes?. La segunda vez que te vi, estabas asfixiándote con un corsé, y más que aprovechar para acariciarte, cosa que me tentaba, estaba totalmente asustado. Sólo me preocupaba que volvieras a respirar con normalidad, y luego cuando estuviste envuelta en aquella seda roja…pensé que eras el regalo que quería para la navidad de mis próximos cincuenta años, por lo menos.
-¿Me quieres? – preguntó totalmente sorprendida.
-Con todo mi ser. No hay otra que pueda quedarse casi desnuda en un ascensor y lanzarme miradas asesinas mientras intenta cubrirse con sus manos. Ni alguien que pueda hacerme ver el cielo, como lo haces tú. No hay nadie que se sonroje y al mismo tiempo diseñe las prendas más atrevidas del mundo, tampoco alguien que se ilumine con sólo ver un trozo de tela o un pastel de chocolate.
-¿Y tu prometida…?
-Te lo dije si decías sí, no había de que preocuparse. Dijiste sí, tú eres mi prometida . Silk.
-¿Yo? ¿Todo este tiempo jugabas conmigo…? - preguntó la chica y luego le dio un golpe en un brazo.
-¡Auch! He dicho que te amo.¿Qué clase de respuesta es esa?
-Eso significa que eres estúpido, insufrible, cruel, manipulador…y te amo.- le dijo repentinamente y entonces él la besó.
-Te dije que era mejor que no te fueras de esta cama…- le dijo sonriendo.
-No es una cama, y hemos arruinado la tela.- se quejó ella no muy en serio.
-Suerte que sé cómo conseguir más – le dijo Rheet. Antes de tenerla de nuevo bajo su cuerpo.
-Es una suerte…- confirmó ella y luego le devolvió el beso .
Un año después…
Silk se levantó con desgana, envuelta sólo en una sábana, se habían ido con Rheet a celebrar su primer año de matrimonio a una a isla paradisíaca buscando que nada los interrumpiera..
Por suerte la empresa y su tienda funcionaban a la perfección, así que no tenían ninguna preocupación, sólo disfrutar juntos.
Era extraño que alguien llamara a la puerta cuando habían pedido que no los molestaran. Al abrir se encontró con un repartidor que luego de dirigirle una rápida mirada, le entregó un paquete.
La joven cerró la puerta y leyó la tarjeta que acompañaba el envío.
“Feliz aniversario” era todo lo que decía, con curiosidad abrió el paquete y sonrió.
-¿Quién era? – preguntó Rheet acercándose a ella, estaba recién levantado, con el cabello revuelto y una tentadora sonrisa que abarcaba tanto su boca como sus ojos.
-Un regalo, menos mal que te gusta el chocolate como a mi- dijo ella y él la miró sin comprender.
La joven entonces extrajo el contenido y lo expuso a la vista de su marido.
Era un sostén confeccionado en chocolate. Los dos se miraron sorprendidos, luego rieron e inmediatamente la mirada de ambos se cargó de deseo.
-¡Bendita sea tu amiga!- dijo él y se movió deprisa para atrapar a su esposa entre sus brazos
FIN
Creo que me animaría a ponerme uno de esos.
ResponderEliminarMe gusto volver a leer esta novela.
Pero le sigo encontrando el mismo fallo.
Muy cortaaaa
Es que se me habían acabado las ideas para los accidentes con ropa interior, lo sabes!!!!!! Gracias por releerla me alegra te gustara entonces y te siga gustando aún!!
EliminarLO que me he reido con esta. Jajaja. Lo del ascensor ha sido como: por dios, otra vez! jajaja.
ResponderEliminarMe gustó. Segurié con otra XD
Uyyyyyy no!!!! no entiendo como pudo sobrevivir a esto la pobre Silk, yo habria muerto de verguenza minimo al tercer encuentro jajajaja... Nata me desvelaste con esta entretenida anecdota, pero valio la pena.... me encanta como escribes..... Quiero mas por fissssss!!!!!
ResponderEliminarATT: Lari
Muchas gracias Lari , me alegra qu ete gustara como para desvelarte y bienvenida....!!!
Eliminar