No
tenía ganas de fiesta, se hallaba muy enfadada y encima, sus remordimientos
comenzaban aflorar al hecho de haberle tirado la bebida a la cara.
Se
había pasado.
Nuevamente
su carácter había ganado a su razonamiento.
Y
ahora, solo por fastidiar había aceptado salir a la pista de baile con aquel
tipo, idóneo para un anuncio de dentífricos.
Sabía,
que sus amigos la vigilarían por un rato y quería darles a entender, que se
sentía bien consigo misma.
Y
gracias, que en aquel preciso momento por los altavoces empezó a sonar la
canción de Happy, de Williams Pharrell. Una, que conseguía subirle la
autoestima a velocidad descomunal. Así, que sin prestar mucha atención a su
acompañante rubio, comenzó a mover sus caderas al son de la música, notando
como éste posicionaba sus delgadas manos en ellas con sumo respeto por el
momento.
Tras
bajar las escaleras, le llevó solo unos segundos encontrar el cartel luminoso
de los baños y en varias zancadas llegó a ellos, para asearse bien el licor de
su rostro. La servilleta húmeda que le había prestado el camarero, no había
servido de mucha ayuda.
Y
cinco minutos después, con mal humor por el agobio de toda la gente que había
allí bailando, que quería salirse pitando. Pero las palabras de la joven, no le
dejaban hacerlo. Aún le burbujeaba por su cuerpo, manteniendo un pequeño enfado
en brasas.
No
lo conocía de nada, para decirle que no tenía corazón. Se merecía que le
revocaran aquellas acusaciones.
Dirigió
su mirada a la zona por donde debía estar con el rubio, no viéndola en un
primer momento. Pero después, un pequeño grupo se desplazó a la barra y la pudo
ver allí…
Ella
bailaba, mientras que el inútil solo la sujetaba con ojos de deseo por la
cintura sin atreverse a dar el paso. Obvio, que ella dominaba el momento.
Lo
sabía, por como movía su cuerpo.
Ella,
se hallaba bailando a su aire y provocando el subir las chispas de deseo al
sujeto, sin importarle tal vez que después lo dejara tirado como un perro.
¿Sino
le atraía, por qué diantres lo incitaba?
Achicó
su mirada y cerró los puños, comprendiendo que iba a ser él, quien le diera a
probar su propia medicina a aquella desvergonzada y despreocupada joven.
Dio
la orden a sus piernas de caminar hacia ellos, con mirada glacial. Esperando no
tener que pelear y que éste, captara perfectamente quien mandaba allí.
Justo
cuando se posicionaba al lado del individuo enclenque, que había cambio de
canción pasando a una, con ciertos toques de salsa.
Perfecta,
para sujetarla como él quería.
Tal
vez fuera por su altura, su mirada o su porte ancho de hombros, que el rubio
trajeado creyó que ella era suya, y sin plantar cara desapareció de allí,
dejándole libre el poder llevar sus manos a las caderas de ella sin que notara
que era él.
Esa
sensación de la suave caricia de una mariposa, es lo que sintió recorrerle por
todo el cuerpo, cuando de pronto el agarre en sus caderas se tornó más
demandante, llevándola a juntar su espalda con el torso masculino del individuo.
Y
así sentir e anhelar, el roce de los labios masculinos en su cuello, al notar
que tenía la cabeza allí.
Pero
sabía que no se trataba del rubio trajeado. Aquella fuerza, demanda y posesión…
Solo podía venir de alguien que se creía poderoso.
Como
el amigo ruso de Ralph.
Pero
sonaba una canción de salsa, no se creía que… ¡Vaya!
Cerró
los ojos y sonrió, cuando se vio volteada sobre su mismo eje unos ciento ochenta grados, para
quedar frente a frente con él. Sus ojos estaban llenos de pasión, como los
siguientes pasos que le obligó hacer con ejecución perfecta. Y como en todas
las películas, la reclinó hacia atrás con la mirada variando de sus ojos a los
labios de ella.
Sus
labios soltaron un suspiro, justo antes de verle guiñarle un ojo y como se
acercaba a su oído para hablarle con tono ronco.
-Fue
suficiente voltaje el que me inyecté o aún me ves, muerto de corazón –Soltó satírico
poco antes de apresar sus labios con gran fuerza, en un beso arrollador pero
lleno de rabia.
Y
aún así, se sintió tocada de varias formas, cuando la soltó y se marchó por el
mismo lugar que vino.
Acababa
de volver a sentarse en el suelo junto a Hada, tras haber ido a buscar una
nueva botella de champan, cuando su móvil comenzó a sonar logrando que soltara
un quejido de protesta de su garganta.
-No
te preocupes –Sonrió Hada, llevándose otro trozo de fruta a la boca-, puedes
contestar que no me voy a enfadar.
-Es
que es muy raro que me llamen un viernes a ésta hora –Señaló volviendo a
ponerse en pie y acercarse al estante, en donde había dejado el móvil-. Espero
no sea que tenga que acudir al laboratorio –Gruñó con rabia-. Es Ivan –dijo frunciendo
el ceño extrañado -, un compañero del laboratorio. Es muy raro que me llame, él
es muy bueno…
-Cógeselo
–Indicó despreocupada, dando un nuevo sorbo a su copa.
-Dime
compañero –Lo saludó de forma amigable, volviendo al suelo junto a su preciosa
chica-. ¿Cómo? –Hizo una mueca con la boca-. Espera, espera… -Le habló con
calma, para apartarse el móvil de la oreja y accionar el manos libres, no sin
comunicar a la mujer que no dijera nada-. ¿Qué me has preguntado de mi hermana?
Hada,
frunció el ceño pero sí que adelantó su cuerpo hacia el aparato, para no
perderse detalle de la conversación al escuchar el nombre de su amiga.
-¿La
vas a llevar como acompañante a la gala de mañana? –Soltó con tono ronco-. Como
siempre me has dicho que te acompaña a esos eventos. Es que Matt, me ha
obligado a ir también mañana y…
-Ya
te lo dije yo –Rió Colt interrumpiendo la charla del hombre-. Es imposible
escaparte. ¿Pero me estas pidiendo si esta libre ella para ti?
-¡No,
no! –Soltó veloz y alarmado, llamando aún más la atención de su compañero-.
Solo quiero saber si me voy a topar con la rubia de tu hermana.
Allí,
aumentó aún más el interés de Colt.
-Ivan
–trató de sonar serio-, yo nunca te he mencionado que sea rubia , ni te mostré
fotografía alguna, como tampoco te has tropezado con ella en el trabajo… ¿Qué
me estas ocultando amigo, para que rehúyas de ella?
Por
unos segundos, al lado de la otra línea no se escuchaba sonido alguno, hasta
que decidió confesar con un profundo suspiro.
-Digamos
que nos conocimos hoy y no fue muy…
-¡En
serio! –Abrió los ojos Colt-. ¿Pero cómo has sabido que era ella?
-Mi
amigo Ralph, tenía una cita con un tal Ángel…
-¡Joder,
conoces a Raplh! –Exclamó de sopetón Hada, dando a conocer que no estaba Colt
solo y no era una conversación privada.
-¡Tienes
el manos libres y con una mujer al lado! –Soltó enfadado el ruso-. Colt, mañana
no pienso ir a la gala. Que le siente como sea a Matt, como si me despide… Pero
no voy –Soltó iracundo antes de cortar la comunicación.
Tanto
Hada como Colt, se miraron por unos segundos antes de romper en fuertes
carcajadas.
-Llama
a tu hermana –Ordenó ella, mientras se volteaba a coger su móvil del bolso.-
Que yo llamo a Ralph.
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