Un año y 3 meses después
- ¡No vas a huir! -gritaba Danna y Caro revoleaba los ojos
preguntándose por qué le había contado a Danna-
¡No lo hiciste hace un año y menos ahora!
- Era distinto…
-se justificó- era la boda de él.
Ahora no quiero saber más de eso… ¡y no estoy huyendo!
- ¿Ah no?
Y por qué decides regresar a estas alturas… ¿es por el divorcio verdad?
- ¿Qué divorcio? -Caro hizo como si no supiera de que hablaba
Danna- No sé a qué te refieres…
- ¡A qué me
refiero! -Danna la miró con
impaciencia- tú escuchaste perfectamente
ayer, mientras cenábamos, que Leonardo y Stefano comentaban sobre el divorcio
de Fernando.
- ¿Yo?
¿por qué habría de interesarme eso?
- Carolina ¡te conozco! ¿Temes recaer verdad?
- ¡Cómo puedes imaginar algo así! Lo que Fernando hizo fue humillante e
imperdonable. No quiero volver a verlo
en mi vida.
- Bien…
como tú digas.
- No hace falta el sarcasmo Danny -Caro dijo intencionalmente y ella arrugó la
frente- ¡Fernando es pasado!
- Yo no estaría tan segura…
- ¡Pues yo si lo estoy! ¡Nunca amaré de nuevo a Fernando!
- Carolina…
-Danna señaló escéptica hacia la puerta.
Carolina había pensado en cualquier persona… cualquiera menos el
mismísimo Fernando ahí, parado… ¡irreconocible!
Danna y Carolina
cruzaron miradas de incredulidad.
Fernando era un desastre. Parecía
no haber dormido en varios días y estaba muy delgado. Enseguida se alarmaron, su presencia ahí no
era normal.
- ¿Fernando?
-preguntó Danna ya que él no había pronunciado ni una palabra- ¿Te encuentras bien? ¿Pasó algo?
- Danna, yo…
-cuando miró hacia ellas, pasó rápidamente su mirada por la habitación y
se detuvo tan solo un segundo más sobre Carolina, pero enseguida la
ignoró- Disculpen mi falta de educación
e interrumpir así…
- No importa Fernando. Imagino que es grave… ¿qué sucede?
-Danna seguía sin entender nada.
- Busco a Stefano pero me dicen que está de
viaje. ¿Sabes cuando regresa?
- No tengo la menor idea. Fue con Mandy y los gemelos, seguramente
Leonardo sabe algo, pero tuvo que ir a la oficina por un asunto urgente
hoy. ¿Quieres ir a verlo?
- Si, yo voy.
Gracias Danna.
- ¡Espera!
-se oyó la voz de Caro y él se detuvo-
no puedes conducir en ese estado.
- ¿En cuál estado? -preguntó a la defensiva- He venido conduciendo y…
- Carolina tiene razón -interrumpió Danna- Yo te llevaré.
- Gracias…
-accedió fácilmente Fernando ya que se sentía mental y físicamente
exhausto.
Mientras iban en el
auto, Danna le preguntó:
- ¿Qué es lo que te ha sucedido Fernando?
- Es algo complicado -empezó-
Estos días… -Fernando cerró los ojos como si le costara hablar- no han
sido nada buenos. Yo le plantee la
demanda de divorcio a Deborah. En un principio
se negó, pero como… el plazo se había cumplido, yo no estaba dispuesto a
ceder. Ella aceptó finalmente, pidiendo
a cambio una cantidad sustancial de dinero.
Esto sucedió hace poco más de 2 meses.
Unas semanas después, Christopher tuvo un accidente -su voz se quebró y carraspeó- estuvo muy mal
pero a principios de este mes pensamos que se había estabilizado. No entiendo… tuvo una especie de recaída y
ahora… volvió a estar internado.
Necesita una transfusión de sangre y pensé que Stefano podía ayudarme
con eso. No sé a quién recurrir en estos
casos. Pero me informan que no está, no
lo sabía porque me alejé de él por esta situación. Me arrepiento de haber dejado pasar tanto
tiempo solo…
Nadie hablaba. La situación relatada por Fernando era impactante. Pero… había dicho solo. ¿Dónde estaba su esposa?
- ¿Y tu esposa?
-Danna preguntó y se corrigió- tu ex – esposa…
- Como lo relaté, luego de aceptar el divorcio
y el dinero, desapareció.
- ¿Qué?
-preguntó estupefacta- Entonces…
¿no sabe de su hijo?
- No lo sé.
Le he enviado varias cartas que no ha contestado y he estado intentando
localizarla… evidentemente, no desea saber nada.
- Pero no lo entiendo… -murmuró Caro que hasta ese momento había
estado en silencio- es su hijo.
Fernando la miró
detenidamente y esbozó una irónica sonrisa.
- Ella nunca entendió el significado de hijo. Christopher ahora es mi hijo.
Todos bajaron del
auto al llegar a la oficina de las empresas Ferraz. Leonardo recibió a tres caras de preocupación
y se dijo que eso era muy extraño.
Carolina y Fernando en una misma habitación, su esposa Danna con
Fernando y no había ningún muerto. Eso
era demasiado inusual.
- ¿Qué está sucediendo? -preguntó ante el silencio de los recién
llegados.
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