- Caro… eres demasiado joven para estar tan
segura… Tenemos apenas 13 años
- No, Danny yo lo he sabido desde que era una
niña. Fernando siempre ha estado ahí… no
imagino mi vida sin él.
- Espero que todo vaya bien
–finalmente cedió Danna al ver tan feliz a su amiga y le abrazó con fuerza-
Sino ese jovencito se las verá conmigo…
Eso provocó las risas de las
dos muchachas. En realidad Fernando era
el mejor amigo de su hermano, por eso lo conocía de toda la vida. Él le llevaba 2 años y siempre estaba
protegiéndola y cuidándola… cosa que su verdadero hermano no había hecho
nunca. Por eso se sentía tan cercana a
Fernando… él era tan maduro, tan serio… tan único.
- Ay, Danny
-suspiró románticamente Caro- estoy tan enamorada.
-
¿Carolina? ¿Te ha gustado? -Flavio la
miraba divertido mientras Lauren continuaba hablando.
-
¿Ah? –ella lo miró interrogante- ¿quién?
-
No, no quien… -Lauren sonrió enigmática- sino ¿te ha gustado el colegio?
-
Ah, sí claro. Muy… -Caro agitó su mano como buscando un adjetivo- profesional…
-terminó sin dar importancia a lo que decía… la verdad es que se sentía una
completa tonta. Si no captó mal… Lauren
y Flavio habían captado su desafortunado error.
Su gran gusto por su guapo colega… esperaba que… ¡Dios! No esperaba nada
más que el intenso carmesí de sus mejillas no provocaran suspicacias que no
tenían razón de ser.
-
¿Carolina? ¿Te sientes bien? -Lauren
estaba conteniendo la risa apenas.
-
Si, es que hace un poco de calor aquí
-dijo abanicándose con la mano-
¿No te parece?
- Hummm…
-Lauren la miraba sonriendo guasona.
- Si, tal vez hace calor -Flavio pronunció rescatándola de la incómoda
situación- ¿Puedo llamarte Caro?
- Claro Flavio, de hecho es así como me dice mi
mejor amiga…
- ¿Tu mejor amiga? ¿Vive aquí?
- De hecho, si.
Ella es de Ecuador también. Pero
se casó con un italiano y se radicó aquí.
- Ah… ¿entonces ella vino antes?
- Si, es increíble… pero ya han pasado 5 años
desde que vino a Italia. Yo viajé a este
país para su boda y mira… que me ha gustado tanto que decidí venirme a trabajar
por aquí indefinidamente…
- Esa idea me gusta –dijo Flavio sonriendo-
¿dónde vives?
Caro
empezó a explicar la ubicación de su departamento y el tiempo voló mientras
charlaban animadamente. Flavio era todo
un caballero y un hombre sumamente encantador.
Después de todo, tal vez Danna no estaba tan equivocada.
Al
terminar la clase, Caro atendió la
última consulta de uno de sus estudiantes y se dirigió al portón de
salida. Sonrió al ver que hacía un día
estupendo, y animada, empezó a caminar hasta la estación del metro.
-
¿Cómo va todo Caro? -Danna preguntó
mientras miraba detenidamente uno de los arreglos florales exhibidos en el
centro comercial- ¿Qué tal las clases?
- Sé por dónde vienes Danna… así que mejor
déjalo -Caro zanjó.
-
¿Disculpa? -Danna la miró claramente
desconcertada- No sé a qué te
refieres. Yo solo…
- Si, como no –Caro resoplo irónica- Ya querías
sacar el tema de mis compañeros de trabajo… -Danna iba a replicar pero ella no
se lo permitió- Y si hay uno muy guapo pero no existe absolutamente nada…
ninguna atracción y no empieces a inventar castillos en el aire, que es lo que
haces mejor… porque Flavio no significa nada… no me afectó y… -tomó aliento.
-
Ya veo… -dijo Danna aprovechando la
pausa de Caro- ¿Así que, Flavio no?
- ¿Qué?
¿Cómo has sabido…? -Caro la miró
interrogante.
- Me lo has dicho en medio de tu retahíla de
palabras… Y sí, es evidente que no te ha afectado en lo más mínimo -Danna replicó sarcástica.
- Danna, por supuesto… -Caro se apresuró a negar pero se detuvo- si…
Danny me ha afectado… -dijo mirándola
confundida- Me siento tan extraña… ningún otro hombre… después de Fernando… ha
logrado… ha despertado algo en mí… pero Flavio, él es distinto…
- Caro, querida… -Danna la miró orgullosa- Creo que estás empezando a enamorarte
nuevamente -sentenció firmemente.
Carolina
negó y cerró fuertemente los ojos. Esto
no podía estar sucediendo. Si, había
deseado que este viaje le llevara a un renacer en su vida… pero no tan
pronto. Era demasiado… era, no estaba
lista para enfrentarse a sentimientos enterrados. Porque si de verdad iba a enamorarse de
nuevo, primero tenía unas cuentas pendientes por saldar con su corazón. ¿Estaba preparada para la avalancha que se le
vendría encima?
- Caro, es tiempo de continuar -Danna le pasó un brazo por los hombros en
claro gesto protector- el pasado solo te afecta mientras tú lo permites. Sé que puedes… estás lista -culminó sonriéndole.
- Espero que tengas razón… -murmuró Caro mientras se enjugaba una
traicionera lágrima que estaba a punto de escapar de sus ojos- Vamos Danna, creo que he visto unos arreglos
florales estupendos en esta tienda
-dibujó una sonrisa y caminó junto a su amiga que se había puesto
pensativa.
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