Una hora después, Bastian se armó de coraje y
llamó a Leonora a su oficina.
-¿Necesita algo? – preguntó ella con
seriedad.
-Muchas cosas…-susurró él.
-Si va a..-empezó a decir la chica pero
Bastian la cortó.
-Vamos a trabajar , Leonora, dijiste que
querías ayudar y que esta vez debías saber todo. Eso vamos a hacer, te
explicaré la situación actual de la compañía y mis planes para el día de la
junta. Así que siéntate y presta atención…- dijo él mientras buscaba carpetas ,
luego se sentó en el sillón, desparramó papeles sobre la mesa y la llamó- Ven
aquí , Leoncito, tal como siempre ha sido tu deseo, vamos a trabajar hasta el
agotamiento.
Cuando se hizo la hora de salida, Leo
pensó que ciertamente Bastian Cavendish estaba acostumbrado a un ritmo
endemoniado de trabajo, no había parado, su cabeza bullía con toda la nueva
información que le había dado.
-¿Hora de irnos, verdad? – pregunto él
levantando la vista de unos documentos.
-¿Cómo hizo?- le preguntó asombrada.
-¿Cómo hice qué?
-Disimular y fingir que era un
vago…¿cómo se contuvo?
-Hice horas extras de noche para
compensar lo otro , casi me sentía como Bruce Wayne y Batman…-dio bromeando y ella recordó la vez
que lo había pillado trabajando de noche en las oficinas.
-¿Se supone que soy Robin o el
mayordomo? – preguntó malhumorada.
- Había pensado en Batichica o Gatubela,
con traje de cuero ajustado…- le respondió provocador, sabiendo que la haría
enfadar.
-Créame, estoy más cerca de ser el
Comisionado Gordon, así que no moleste…y hora de irse a su Baticueva. Y después
me dice que la con complejo de heroína soy yo…- terminó mascullando mientras ordenaba
sus cosas. Bastian sonrió, aquello era más familiar y propio de ella.
-Leonora..- dijo con suavidad mientras
salían y ella se giró hacia él.
-No se preocupe por llevarme a casa,
pediré un taxi – dijo ella imaginando lo que propondría su jefe.
-De acuerdo, entonces llévame.
-¿Qué? – preguntó confundida.
-No traje el auto, así que nos vamos en
el mismo taxi.
-Nuestras casas están en distintas
direcciones…
-Vamos Leonora, es difícil conseguir
taxis a esta hora. Sólo usaremos el mismo, te deja en tu casa y sigue hacia la
mía. No le des vuelta. ¿No vienes? – preguntó con su tono más inocente.
-¿Por qué no trajo su auto? ¿Fue a
propósito?
-No puedes obligarme a declarar contra
mí mismo.-dijo él encogiéndose de hombros.
Unos minutos después llegó el taxi y
Bastian le abrió la puerta a Leonora que a disgusto se subió, luego entró él indicándole
la dirección de ella al conductor. Leonora se alejó y e sentó muy cerca de la
puerta, agarrada con fuerza a su bolso, él en cambio, se estiró todo lo que
pudo ocupando más espacio del necesario. Ella intentaba mantener las distancias
pero no era fácil lidiar con aquel hombre.
Al llegar, él bajó a abrirle la puerta
-¡Buenas noches, Leoncito! – le gritó
mientras ella se alejaba de prisa pensando en cuál era la verdadera identidad
de Bastian Cavendish.
Al día siguiente, Bastian volvió a llegar
tarde, se apoyó en el escritorio de Leonora
y le anunció que se iría temprano porque tenía que asistir a una fiesta.
-Pero.. dijo ella y él le hizo señas de que
lo siguiera al interior de su oficina.
-Sospecharán si de repente nos la pasamos
trabajando hasta tarde, Leoncito.
-¿Entonces esto de retirarse en una
treta?
-Sí, seguiré trabajando desde casa. En
un par de horas también te retirarás.
-No pienso ir a su casa.
-No te invité, Leoncito. ¿Existen las cámaras
web, sabías? Podemos seguir trabajando desde nuestras casas y comunicarnos on
line. Ese es el plan del día.
La otra opción es seguir trabajando
hasta tarde todas las noches y hacerles creer que estamos teniendo noches
apasionadas aquí dentro…¿qué opción prefieres?
-Usted en su casa, yo en la mía – dijo ella
levemente sonrojada y se retiró.
Un par de horas después, estaban
comunicados por medio de cámaras web.
-Un, dos, tres, probando – dijo Bastian
mientras le sonreía desde la pantalla - ¿Sabes Leoncito? Esto me da algunas
ideas…
-No quiero saberlas, sólo vaya
diciéndome las cifras así puedo armar el cuadro.-dijo ella seriamente.
-No eres divertida.
-Ni pretendo serla.
-De acuerdo, a trabajar – dijo él y así
lo hicieron durante varias horas hasta que él decreto que era hora de
descansar.
-Pero aún falta mucho.- se quejó.
-Ve a despejarte un rato Leonora, ambos lo necesitamos, mañana
seguiremos.
-De
acuerdo, pero no se quede trabajando solo
-¿Quieres venir?
-No me refería a eso, sólo que deje de jugar a Batman y descanse también y cene comida decente.
-¿Quieres venir?
-No me refería a eso, sólo que deje de jugar a Batman y descanse también y cene comida decente.
-¿Te
estás preocupando por mí Leoncito?
-Sólo
digo que coma bien , no tiene sentido que se enferme y desperdiciar todo el
esfuerzo y que tanto teatro no sirva para nada…
-Tienes
razón, tenemos que logarlo, tenemos que hacer que valga la pena, más si el
precio es que me odies.
-No
lo odio.
-Leoncito…
-Vaya
a despejarse o lo que sea, voy a apagar esta cosa…- dijo ella.
-Nos
vemos luego, en carne y hueso…- dijo él sonriendo y Leonora apagó la
computadora.
Los
días siguientes no variaron mucho de aquella rutina, trabajaban preparando los
documentos, las pruebas de la corrupción en la empresa y la nueva propuesta de
Bastian para sacarla adelante, al tiempo que mantenían su relación de tire y
afloje.
Él
intentaba acortar las distancias y ella
hacía lo posible por mantenerlas, aún así, mantenían una especie de tregua.
Ambos sabían que tendrían que tomar decisiones luego de la reunión de la junta,
pero hasta entonces podían estar juntos, aunque más no fuera como jefe y
secretaria.
Finalmente
llegó la víspera del gran día, la última noche de trabajo, Bastian insistió en
llevarla y Leo aceptó.
-¿Está
nervioso?
-
Sólo un poco, probablemente me expulsen definitivamente de la familia, algún directivo
ofendido me inicie acciones legales o alguien se me lance a la yugular…
-No
bromee.
-No
es broma, Leoncito. ¿Leonora?
-¿Sí?
-Mañana
quédate a mi lado…
-No
creo que me permitan estar en la reunión.
-Eres
mi secretaria, puedes estar presente y, lo más importante, es que necesito que estés
allí. No creo poder hacerlo sin ti.- dijo sinceramente y ella intentó contener
los latidos de su corazón.
-De
acuerdo, estaré allí.
-Y
lleva tu bolso bien cargado, por las dudas….
-Creí
que le molestaba mi bolso.
-Me
molesta más pensar en que alguien me estrangule.
-
Lo defenderé si eso pasa, sigo estando primera en la lista para estrangularlo.
-Eso
no suena tranquilizador, pero contaré
con la parte en que me defiendes.
-¿Está
seguro?
-¿De
qué me defenderás?
-No,
me refiero a si está seguro de querer hacer esto. Después no habrá vuelta atrás
y es probable que su familia no lo perdone.
-Sí,
estoy seguro – dijo él y ella suspiró. Estaba preocupada por lo que les
esperaba al día siguiente, ella había comprendido que él lo hacía con una buena
intención, pero no estaba segura que los demás lo vieran así. Probablemente lo
de salir en defensa de Bastian Cavendish no fuera una broma, y lo haría, aunque
fuera una última vez, estaba dispuesta a
hacerlo. Aunque incluso a ella le resultaba ridículo imaginarse dándole un
golpe con su bolso al mayor de los Cavendish o al mismo patriarca. Y lo más ridículo
era que se sentía capaz de ello.
Al
día siguiente , Leo se esmeró mucho en su apariencia, aquel día su jefe dejaría
de ser el chico irresponsable para mostrar su verdadera cara, así que quería
estar a la altura de las circunstancias. Se puso la nueva falda negra que había
comprado tras el asesinato de su falda anterior, un sweater fino y se recogió
su indomable melena. Luego salió dispuesta
a dar batalla.
Espero con ansia el siguiente capítulo y que se descubra todo
ResponderEliminarMe estoy comiendo las uñas!!!! No veo la hora de leer el siguiente capítulo.
ResponderEliminarMuchas gracias Nata
Se acerca el desenlace... que nerviossssss
ResponderEliminarEres muy mala, me tienes en completa ascuas con el final. No me estas dando ninguna miguita de pan... buuuuu
ResponderEliminarYo quiero saber ya que ocurre, dios mio estoy mordiéndome las uñas malandra!!!!!!