viernes, 18 de abril de 2014

Pequeña Leona 31°


 Una hora después, Bastian se armó de coraje y llamó a Leonora a su oficina.
-¿Necesita algo? – preguntó ella con seriedad.
-Muchas cosas…-susurró él.
-Si va a..-empezó a decir la chica pero Bastian la cortó.
-Vamos a trabajar , Leonora, dijiste que querías ayudar y que esta vez debías saber todo. Eso vamos a hacer, te explicaré la situación actual de la compañía y mis planes para el día de la junta. Así que siéntate y presta atención…- dijo él mientras buscaba carpetas , luego se sentó en el sillón, desparramó papeles sobre la mesa y la llamó- Ven aquí , Leoncito, tal como siempre ha sido tu deseo, vamos a trabajar hasta el agotamiento.

Cuando se hizo la hora de salida, Leo pensó que ciertamente Bastian Cavendish estaba acostumbrado a un ritmo endemoniado de trabajo, no había parado, su cabeza bullía con toda la nueva información que le había dado.
-¿Hora de irnos, verdad? – pregunto él levantando la vista de unos documentos.
-¿Cómo hizo?- le preguntó asombrada.
-¿Cómo hice qué?
-Disimular y fingir que era un vago…¿cómo se contuvo?
-Hice horas extras de noche para compensar lo otro , casi me sentía como Bruce Wayne  y Batman…-dio bromeando y ella recordó la vez que lo había pillado trabajando de noche en las oficinas.
-¿Se supone que soy Robin o el mayordomo? – preguntó malhumorada.
- Había pensado en Batichica o Gatubela, con traje de cuero ajustado…- le respondió provocador, sabiendo que la haría enfadar.
-Créame, estoy más cerca de ser el Comisionado Gordon, así que no moleste…y hora de irse a su Baticueva. Y después me dice que la con complejo de heroína soy yo…- terminó mascullando mientras ordenaba sus cosas. Bastian sonrió, aquello era más familiar y propio de ella.
-Leonora..- dijo con suavidad mientras salían y ella se giró hacia él.
-No se preocupe por llevarme a casa, pediré un taxi – dijo ella imaginando lo que propondría su jefe.
-De acuerdo, entonces llévame.
-¿Qué? – preguntó confundida.
-No traje el auto, así que nos vamos en el mismo taxi.
-Nuestras casas están en distintas direcciones…
-Vamos Leonora, es difícil conseguir taxis a esta hora. Sólo usaremos el mismo, te deja en tu casa y sigue hacia la mía. No le des vuelta. ¿No vienes? – preguntó con su tono más inocente.
-¿Por qué no trajo su auto? ¿Fue a propósito?
-No puedes obligarme a declarar contra mí mismo.-dijo él encogiéndose de hombros.
Unos minutos después llegó el taxi y Bastian le abrió la puerta a Leonora que a disgusto se subió, luego entró él indicándole la dirección de ella al conductor. Leonora se alejó y e sentó muy cerca de la puerta, agarrada con fuerza a su bolso, él en cambio, se estiró todo lo que pudo ocupando más espacio del necesario. Ella intentaba mantener las distancias pero no era fácil lidiar con aquel hombre.
Al llegar, él bajó a abrirle la puerta
-¡Buenas noches, Leoncito! – le gritó mientras ella se alejaba de prisa pensando en cuál era la verdadera identidad de Bastian Cavendish.

Al día siguiente, Bastian volvió a llegar tarde, se apoyó en el escritorio de Leonora  y le anunció que se iría temprano porque tenía que asistir a una fiesta.
-Pero.. dijo ella y él le hizo señas de que lo siguiera al interior de su oficina.
-Sospecharán si de repente nos la pasamos trabajando hasta tarde, Leoncito.
-¿Entonces esto de retirarse en una treta?
-Sí, seguiré trabajando desde casa. En un par de horas también te retirarás.
-No pienso ir a su casa.
-No te invité, Leoncito. ¿Existen las cámaras web, sabías? Podemos seguir trabajando desde nuestras casas y comunicarnos on line. Ese es el plan del día.
La otra opción es seguir trabajando hasta tarde todas las noches y hacerles creer que estamos teniendo noches apasionadas aquí dentro…¿qué opción prefieres?
-Usted en su casa, yo en la mía – dijo ella levemente sonrojada y se retiró.
Un par de horas después, estaban comunicados  por medio de cámaras web.
-Un, dos, tres, probando – dijo Bastian mientras le sonreía desde la pantalla - ¿Sabes Leoncito? Esto me da algunas ideas…
-No quiero saberlas, sólo vaya diciéndome las cifras así puedo armar el cuadro.-dijo ella seriamente.
-No eres divertida.
-Ni pretendo serla.
-De acuerdo, a trabajar – dijo él y así lo hicieron durante varias horas hasta que él decreto que era hora de descansar.
-Pero aún falta mucho.- se quejó.
-Ve a despejarte un  rato Leonora, ambos lo necesitamos, mañana seguiremos.
-De acuerdo, pero no se quede trabajando solo
-¿Quieres venir?              
-No me refería a eso, sólo que deje de jugar a Batman y descanse también y cene comida decente.
-¿Te estás preocupando por mí Leoncito?
-Sólo digo que coma bien , no tiene sentido que se enferme y desperdiciar todo el esfuerzo y que tanto teatro no sirva para nada…
-Tienes razón, tenemos que logarlo, tenemos que hacer que valga la pena, más si el precio es que me odies.
-No lo odio.
-Leoncito…
-Vaya a despejarse o lo que sea, voy a apagar esta cosa…- dijo ella.
-Nos vemos luego, en carne y hueso…- dijo él sonriendo y Leonora apagó la computadora.

Los días siguientes no variaron mucho de aquella rutina, trabajaban preparando los documentos, las pruebas de la corrupción en la empresa y la nueva propuesta de Bastian para sacarla adelante, al tiempo que mantenían su relación de tire y afloje.
Él intentaba acortar las distancias y ella  hacía lo posible por mantenerlas, aún así, mantenían una especie de tregua. Ambos sabían que tendrían que tomar decisiones luego de la reunión de la junta, pero hasta entonces podían estar juntos, aunque más no fuera como jefe y secretaria.

Finalmente llegó la víspera del gran día, la última noche de trabajo, Bastian insistió en llevarla y Leo aceptó.
-¿Está nervioso?
- Sólo un poco, probablemente me expulsen definitivamente de la familia, algún directivo ofendido me inicie acciones legales o alguien se me lance a la yugular…
-No bromee.
-No es broma, Leoncito. ¿Leonora?
-¿Sí?
-Mañana quédate a mi lado…
-No creo que me permitan estar en la reunión.
-Eres mi secretaria, puedes estar presente y, lo más importante, es que necesito que estés allí. No creo poder hacerlo sin ti.- dijo sinceramente y ella intentó contener los latidos de su corazón.
-De acuerdo, estaré allí.
-Y lleva tu bolso bien cargado, por las dudas….
-Creí que le molestaba mi bolso.
-Me molesta más pensar en que alguien me estrangule.
- Lo defenderé si eso pasa, sigo estando primera en la lista para estrangularlo.
-Eso no suena tranquilizador, pero  contaré con la parte en que me defiendes.
-¿Está seguro?
-¿De qué me defenderás?
-No, me refiero a si está seguro de querer hacer esto. Después no habrá vuelta atrás y es probable que su familia no lo perdone.
-Sí, estoy seguro – dijo él y ella suspiró. Estaba preocupada por lo que les esperaba al día siguiente, ella había comprendido que él lo hacía con una buena intención, pero no estaba segura que los demás lo vieran así. Probablemente lo de salir en defensa de Bastian Cavendish no fuera una broma, y lo haría, aunque fuera una última vez, estaba dispuesta  a hacerlo. Aunque incluso a ella le resultaba ridículo imaginarse dándole un golpe con su bolso al mayor de los Cavendish o al mismo patriarca. Y lo más ridículo era que se sentía capaz de ello.

Al día siguiente , Leo se esmeró mucho en su apariencia, aquel día su jefe dejaría de ser el chico irresponsable para mostrar su verdadera cara, así que quería estar a la altura de las circunstancias. Se puso la nueva falda negra que había comprado tras el asesinato de su falda anterior, un sweater fino y se recogió su indomable melena. Luego salió dispuesta  a dar batalla.


4 comentarios:

  1. Espero con ansia el siguiente capítulo y que se descubra todo

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  2. Me estoy comiendo las uñas!!!! No veo la hora de leer el siguiente capítulo.
    Muchas gracias Nata

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  3. Se acerca el desenlace... que nerviossssss

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  4. Eres muy mala, me tienes en completa ascuas con el final. No me estas dando ninguna miguita de pan... buuuuu

    Yo quiero saber ya que ocurre, dios mio estoy mordiéndome las uñas malandra!!!!!!

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