Justo
cuando crees perdido tu esfuerzo
El
intentarlo una vez más, redunda
En
algo mucho más delicioso de lo
Esperado.
Apasionadamente
rico. K. Candy.
Una enorme carga de
trabajo se le venía encima, pero lo que le ponía nerviosa no eran los cientos
de invitados sino, que tendría que trabajar para los Kensington. La fiesta que
originalmente era para el fin de semana en que había entregado los primeros
pastelillos se había pospuesto y ahora era para el día de mañana, vio los sacos
de harina, las cantidades industriales de huevos, mantequilla, chocolates,
bombones y demás y suspiró sentándose en el suelo.
-
¿Que
pasa con las sillas?- Le dijo Silk sentándose junto a ella.
- Prefiero el suelo.
- Es un poco duro.
- Lo sé.
- Sabes que puedes hacerlo ¿verdad
Candy?
- Son muchos invitados pero si
puedo.
- Me refiero a aparecer frente a
Drake y aparentar indiferencia.
- Supongo que sí. –Suspiró de
nuevo. Tenía una semana en que había arrojado el pastel a la cara de Drake y él
no la había contactado para nada. Todo había acabado se decía una y otra vez
intentando que cada vez fuera menos el dolor.
- Todo sea por Kendall & Wallace,
los mejores editando y vendiendo libros. Tendrás tu libro, lo sé. Al probar tus
postres te contactarán de inmediato.
- Gracias Silk, aunque ya no me
hace tanta ilusión. Solo quiero que el día de mañana llegue y acabe. – El sábado
a las 8 de la noche en el Hotel Hilton tendría más de una prueba de fuego se
recordó y se levantó dándole la mano a su amiga para que hiciera lo mismo.
- Oye… los Callaham estarán allí
¿No sería genial que tus antiguos Jefes se den de topes por haberte dejado ir?
- Yo aun me doy de topes por
haberme quedado tanto tiempo, créeme. Pero, suena bien. –Y esbozó la primera
sonrisa de la semana.
- Además seguro Mark Callaham
estará allí y si bien recuerdo está buenísimo y siempre te trató divino.
- Ya me gustaría que tu marido te
pillara hablando así.
- Él ya sabe que puedo mirar el
menú pero igual lo único que se me antoja sigue siendo él. – Dijo Silk y le
sacó la lengua. - ¿Te ayudo?
- ¡Dios, no! ¿Recuerdas el pasado
desastre?
- Fue solo para divertirme un poco
y hacer que te ayudara después Dra… el innombrable ese. Verás como soy más que
genial como tu ayudante.
-
Ya
veremos. – Dijo Candy haciendo a un lado el latido acelerado de su corazón ante
tan solo la mención de Drake. Esto era grave, muy grave.
Empezaron a llegar
los demás empleados y empezaron a trabajar, poco a poco fue olvidando mientras
daba forma a la masa, mientras horneaba, mientras decoraba, la tarde dio paso a
la noche y a la madrugada, estaban cansados pero todos estaban emocionados por
el mas grande evento del que se habían hecho cargo, los toques finales los
darían el más adentrada la mañana. Cerró casi a las nueve de la mañana y todos se dirigieron a descansar unas horas
antes de volver. Era la primera vez que cerraba en sábado, pero estaban
agotados. Solo quedaba esperar que todo saliera bien, ella había hecho su mejor
esfuerzo.
Fue a casa y despertó
unas cinco horas después. No había tenido un sueño precisamente tranquilo, pero
al menos no se reflejaba tanto en su cara como para no poder ocultarlo con
maquillaje. Esa noche no iría de gala, iría vestida como lo que era y por lo
que le habían pagado, como la creadora de los postres. Su traje de Chef no siempre
lo usaba, solía usar el mas sencillo en la pastelería, pero ese día era
diferente y todos iban con vestidos como profesionales, al fin de cuentas lo
eran. Se maquilló para ocultar los signos de agotamientos y fue a culminar su
obra de esa noche. Ella podía se dijo con firmeza. Silk estaría en el evento en
calidad de invitada, tanto ella como su esposo habían sido invitados y eso era
beneficioso para ella, sabría de primera mano la reacción de los comensales.
Faltando tres horas
para el inicio, ella y su equipo estaban ya instalados en el Hilton, colocando,
preparando y casi peleando espacio en la cocina, pues todos daba prioridad a
los platillos principales. Justo cuando estaba por iniciar una discusión con el
Master Chef del sitio, un hombre trajeado que parecía guardaespaldas se le
acercó al tipo y le dijo algo al oído.
El Chef refunfuñó en
lo que le pareció italiano y al poco rato vio como daba ordenes a varios de sus
ayudantes y estos le indicaban que sería trasladad en una zona completamente
para ella. Candy parpadeó confundida por el cambio de actitud y dio las gracias
educadamente mientras veía como le ayudaban a mover todo de lugar. Caminó sin
llevar nada pues no le permitieron.
-
Usted
es la Chef principal de los postres ¿no?- Le dijo un guapo joven vestido de
blanco impecable y a todas luces un aprendiz. – No debe rebajarse a hacer esto,
ya lo hacemos nosotros. – Y le sonrió coqueto.
- Gracias.
- Todo luce delicioso. – Siguió diciendo
el joven.
- Apresúrese. – Le dijo una voz conocida al chico y ella volteó y
sorprendida se dio cuenta que era el hermano de Drake, el timbre de voz era
algo similar y sintió un escalofrío recorrer su espalda. Se le acercó y le
sonrió. - ¿Todo bien?
- Sí… claro. – Era un alivio ver
que no era Drake el que estaba allí, sino, su hermano. – Gracias.
- Siempre hay quien se olvida de su
sitio. – Dijo refiriéndose al joven que ya se alejaba. Tal afirmación se le
hizo algo arrogante a Candy por lo que no tardó en replicar.
- Él no estaba haciendo nada malo,
solo era amable.
- Y puede serlo con quien quiera,
pero dudo de que a mi hermano le agradara que lo fuera contigo.
- No me menciones a tu hermano, por
favor. –Pidió Candy seria.
- ¿Sabías que por más que lo
intentamos nunca pudo ninguna de mis hermanas y yo hacer lo que tú hiciste?
- ¿Y eso es? – Preguntó sin poderse
controlar.
- Para empezar embarrarle la cara
de pastel y para terminar dejarlo en un estado casi comatoso.
- ¡Oh por Dios! ¿Qué pasó? –
Preguntó ella asustada.
- Pues creo que pasaste tú… parece
zombie, a eso me refería no a otra cosa. Está sano, muy sano.
- Miranda es testigo de ello. –
Respondió sarcástica.
- No puedo defender a mi hermano
por que no me creerías, solo te diré que debes darle una oportunidad. En serio.
– Dicho eso se alejó antes de que ella pudiera responder.
- ¿Oportunidad? ¡Que se vaya al…! –
Pero él ya no la escuchaba.
- ¿Desde cuando maldices
bomboncito? – Le dijo una divertida voz masculina.
- ¡Mark! – Dijo ella sorprendida y
feliz de verlo. – Sólo a ti te dejaría decirme así, sábelo.
- Lo sé. – Le sonrió radiante y le
dio un enorme abrazo.
- ¿Pero que haces aquí?
- Bueno, nadie debe saberlo. – Le dijo
en tono conspiratorio. – Pero estoy echando un vistazo para reclutar personal
para la empresa.
- Ya veo.
- ¿Estás interesada?
- Ni en un millón de años.
-
Lo
sabía. – Rio Mark.
Ahí estaba, esa
sonrisa brillante, enorme, con el hoyuelo en el lado derecho y dedicada a… ese idiota ¿Qué rayos hacía
Mark Callaham riendo con su Candy de esa manera? ¿Por qué la había abrazado? Y más
importante aun ¿Por qué ella se lo había permitido? ¿Por qué ella le sonreía? ¿Por
qué?
ha sido una maravillosa sorpresa, despertarme y poder leer éste capitulo!!!! Muchas gracias enana, pero no te tardes mucho, que me dejaste super intrigada!!!! Y así me gusta, todos ponen a Candy de propiedad de Drake jejejje
ResponderEliminarSeñor, la espera a sido muy buena, pero a la vez amarga jijijijji. Porque eso de saber que solo nos falta un capitulo me pone muuuuuuy triste jajajaja.
ResponderEliminarMuchas gracias. Besos
AYYYYYYYYYYYYY!! Solo diré esto SIS TE QUIEROOOOOOOOO!! Y estoy súper ansiosa...y sí con el sentimiento ambiguo de que no habrá más postres, chocolate, Candy ni Drake pronto...pero qué diablos : CONOZCO A LA ESCRITORA!! Podré acosarla durante años para algún epílogo , para una aparición especial, etc. Y lo mejor que habrá nuevas historias que seguro amaré tanto como esta...¿verdad? Está genial sis, me ha encantado...por si no te diste cuenta
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