Siempre
pensé que había un libro para cada persona, de alguna manera la literatura es
la historia universal de los sentimientos humanos, eso que creemos que solo nos
pasa a nosotros, alguna vez le sucedió a alguien más…y encontró las palabras
que nosotros no encontramos para decirlo.
Esta
entrada trata de cómo dejé de leer, cómo perdí mis amados libros, y del libro que encontré para retomar la
lectura, para que me tocara el alma
herida…
Dije
que siempre he amado leer, que es parte de mí misma…bueno también era parte de
mi padre, él era lector, él me enseñó a ser lectora.
Como ya conté era quien me regalaba libros o
con quien los comentaba. De niña me leía las revistas infantiles o cuentos (
también mamá, aunque ella me inventaba historias para dormir, por ella
escribo). Recuerdo a mi pare leyéndome y yo ansiosa por aprender a hacerlo, lo
recuerdo a mi lado leyéndome una vez que estuve muy engripada y con fiebre
tan alta que no me dejaba ni abrir los
ojos. Extrañamente, eso que nos unía, ahora se volvió algo terriblemente doloroso
para mí y dejé de leer.
¿Por
qué? Porque estos meses que estuvo enfermo, leyó, porque quedó un libro sin
terminar marcado justo donde él lo estaba leyendo, porque había encargado un
libro qué él quería y llegó tres días después de su muerte, tardé una semana en
ir a retirarlo y sigue allí con su envoltorio.
Lo último
que hice con mi padre tiene que ver con libros , la última noche me acosté un
rato a su lado mientras él leía y me
puse a leer otro libro, comentamos algo, mamá pasó y nos hizo bromas sobre si
era biblioteca pública…luego me fui a hacer algunas tareas y al volver a verlo estaba dormido, guardé el
libro que leía y no recuerdo si le dije buenas noches o le di un beso un beso
en la frente como hacía esos días.
Quiero
creer que sí.
Debía
despertarme a darle un remedio, pero no lo hice, no lo recuerdo , probablemente
estaba muy dormida o el despertador no sonó, quizá hubiera sido diferente todo,
quizá no.
Ya
luego lo vería a la mañana siguiente
urgidos, corriendo inútilmente, para perderlo en diez minutos para siempre y quedarnos
en el horror.
Así
que leer se convirtió en algo que no puedo hacer, pero cuando fui a la librería
a retirar el libro…vi el nuevo libro de Rosa Montero. Justamente papá me lo había comentado mientras leía un
diario pues yo no sabía que tenía uno nuevo, es una autora que nos gustaba a
ambos.
El libro se llamaba “La ridícula idea de no
volver a verte”, el día que él me lo comentó se me estrujó la garganta porque
pensé que así era como me sentía…la idea de no volverlo a ver un día, era totalmente
absurda, ridícula.
Y
ese día en que retiré un libro que él jamás podría leer, del que ya no sabría
el final de la historia…Rosa Montero estaba allí en el escaparate, como
llamándome, y lo compré.
De a
poco me fui internando en sus páginas que hablan el amor y la muerte, del dolor
de perder a seres amados y de la vida que sigue.
El
libro trata de la vida de Marie Curie
del diario intimo que llevó tras la muerte de su amado esposo Pierre,
pero también se mezcla con el relato de Rosa Montero sobre su experiencia de
perder a su marido (casualmente por la misma enfermedad que mi padre)
Habla
de forma desgarrada y sin pudor de la perdida de los seres amados, de lo que
nos quita y de cómo la vida sigue, y me sentí totalmente identificada…había
vuelto a confirmar que los libros nos conectan con otras almas, allí ella decía
cosas que yo sentía sin poder nombrar…y era un diálogo entre gente sufriendo,
ellas, sus historias, y yo que leía, no
había nadie que nos reprochara el dolor, o nuestra insistente tristeza….por el
contrario….podía de alguna forma sentirme acompañada, sin vergüenza, sin
fingimientos, sin rituales innecesarios…sólo allí leyendo y llorando.
Volvía
a encontrar esa comunión extraña que provoca un libro que refleja lo que
nosotros sentimos. Esa sensación de encontrar el libro justo en el momento
justo, de palabras escritas que sin saberlo su autor fueron escritas
exactamente para nosotros.
Era como si alguien me dijera , está bien que
te sientas así, es válido, tienes derecho…y pensé que alguna vez cuando acabara
de leer ese libro, podría volver a leer otros..de a poco….y dejar que aquello
que una vez fue algo compartido con mi padre
se convirtiera en un precioso legado
Recomiendo
el libro a cualquiera que esté atravesando un duelo y también a quienes quieran
saber más de Marie Curie…haré una nota de él tan pronto lo termine. Voy leyendo
de a poco, paso a paso…como todo lo que hago últimamente.
Un pequeño paso, puede significar algo muy grande.
ResponderEliminarTe quiero
Preciosa y conmovedora entrada sis.
ResponderEliminarLos recuerdos mas lindos son los que debemos atesorar, la union que tenias con él debe ser tu puente, tu energia, al perder un ser querido es normal pensar en las cosas que no hicimos por no saber lo que ocurriria al siguiente día. hay muchas formas de vivir el duelo, el mismo sentimiento sí, pero con diferentes opciones para sobrellevarlo, animo y recuerda que los lindos momentos son los que debemos recordar.
ResponderEliminarHermosa entrada Nata. Gracias por compartir... siempre.
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